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Otro doblete de los Brawn y de nuevo con Button por delante en una carrera que parecía destinada a ser para Barrichello tras su fulgurante salida. Pero su compañero de equipo cambió la estrategia prevista y acabó por 'robarle la cartera' a base de hacer un repostaje menos para sumar su cuarta victoria y escaparse cada vez camino del título. Los Red Bull fueron otra vez la única alternativa, completando el de Webber el podio.

Montmeló no es precisamente el circuito que cada año esperas con impaciencia para ver en él una carrera de F1 salvo que estés imbuido de la ‘alonsomanía’ y te tomes el gran premio de España poco menos que como una ‘peregrinación’ anual para ver de cerca de tu ídolo. Pero si lo que te interesa es, ante todo, una carrera con al menos alguna posibilidad de diversión, la pista catalana está probablemente en los últimos puestos de la lista de favoritas para los que amamos la F1 por encima de filias o fobias a determinados pilotos.

Sin embargo, este año la llegada del gran circo al trazado catalán tenía cierto interés adicional por aquello del cambio de normas y, con él, del ‘orden establecido’ que se ha producido en este extraño arranque de temporada. Tras tres carreras un tanto ‘locas’, en Australia, Malasia y China, y una ya más ‘normal’, en Bahrein, la ‘nueva fórmula 1’ llegaba al viejo continente para el arranque de eso que en mis tiempos jóvenes se llamaba la ‘temporada europea’ y que solía marcar poco menos que el arranque ‘real’ del año, al menos en lo que a novedades técnicas se refiere, con muchos equipos iniciando la campaña en ‘ultramar’ con sus modelos del año anterior, más o menos evolucionados, dejando para la primera cita en Europa el debut de sus nuevos modelos. Algo que hace ya mucho tiempo que no ocurre pero que el aluvión de novedades que los hasta hace poco equipos dominadores anunciaban para el gran premio de España. Quien más quien menos, en Ferrari, McLaren o Renault, se esperaba con impaciencia la llegada a la pista catalana, escenario habitual de las pruebas de invierno y donde si un coche va bien lo habitual es que funcione a buen nivel en la mayoría de trazados del resto de la temporada.

Cuarta victoria en cinco carreras para Jenson Button que marcha imparable hacia el título

La estrategia a tres paradas acabó costándole la victoria a Barrichello tras liderar al principio

Las caras de los dos pilotos de Brawn en el podio hablan claro sobre el resultado final del gran premio

Especialmente Ferrari anunciaba grandes cambios, poco menos que una versión B de ese F60 que no nació con la buena estrella que se esperaba, y había cierta curiosidad por ver si esas mejoras iban a permitir a los monoplazas rojos salir ‘del pozo’ en el que se han metido desde que se inicio la temporada. Si Ferrari y, en menos medida, McLaren o Renault, se ‘arrimaban’ aunque fuese un poco a los dominadores de este arranque de año, los Brawn, los Red Bull y hasta los Toyota, todavía podría haber esperanzas para los ‘grandes’ de darle la vuelta a una tortilla que está cada vez más ‘hecha’.

Y diría que en ese sentido el balance del gran premio de España dejó más sombras que luces, con sólo el ‘seminuevo’ Ferrari dando síntomas de poder acercarse al grupo de cabeza, aunque al final otra serie de incomprensibles errores de equipo diesen al traste con las opciones de Raikkonen (¡en su caso ya en entrenos!) y de Massa (a punto de sufrir ‘la avería del pobre’ en un traumático final de carrera). Eso si, por lo menos el F60B (¡llamémosle así!) demostró mucho mejor ritmo que su antecesor y permitió a sus pilotos un atisbo de esperanza. Pero, por el contrario, en McLaren ninguno de los cambios introducidos en Barcelona surtió efecto alguno, mostrando el monoplaza británico todas sus carencias en las curvas rápidas, y condenando a su piloto estrella, Lewis Hamilton, a luchar por tratar de sumar un punto … sin ni siquiera conseguirlo. En Renault al menos puntuaron con un Alonso que acabó con el magro consuelo de ser ‘el mejor del resto’ luego de una carrera, esta vez si, impecable, aprovechando al máximo la salida para pasar a los dos Toyota y resistir al Williams de Rosberg (iniciando con su ferrea y legítima defensa de la posición la carambola que acabó por dejar fuera a Trulli, los dos Toro Rosso y Sutil), y después manteniendo un ritmo suficientemente alto para estar al abrigo de cualquier sorpresa por parte de los que quedaron por detrás en los primeros metros. Lo que, de paso, le permitió tener todavía la posibilidad de aprovechar al final, el ‘regalo’ de Ferrari, ganando un puesto ‘in extremis’ en el último giro para acabar quinto, un resultado que parecía inalcanzable tras ser octavo en la calificación y que viendo con la alegría que lo celebró la afición y la satisfacción con que lo recibió el propio piloto habla bien a las claras de lo lejos que el R29 se encuentra de los primeros. Una distancia que se cuantifica fácilmente viendo la clasificación final de Montmeló, con esos más de cuarenta segundos de diferencia respecto los Brawn y los Red Bull, que en poco más de 60 vueltas a ritmo de carrera son una auténtica barbaridad, algo así como siete décimas por vuelta, una distancia totalmente insalvable a base de pilotaje, en una nueva demostración de que, por bueno que sea un piloto, la diferencia entre el mejor y el peor de la parrilla podrá estar, a lo sumo, en tres, cuatro décimas por vuelta … pero si el coche tiene un déficit de casi un segundo, simple y llanamente ¡no tienes nada que hacer!

Webber completó el podio tras alargar su segunda parada y pasar a Massa y Vettel

El Red Bull de Vettel acabó cuarto tras otra carrera en la que sus opciones se esfumaron en la salida

Massa tuvo que renunciar a la cuarta plaza para evitar quedarse 'seco' pero el Ferrari ya va mucho mejor

Por contra, con un coche ganador hasta los que Briatore considera un ‘parado’ y un ‘jubilado’ (forzando la nota desde luego) dominan de tal modo que hasta ganan a todos los demás usando cada uno una estrategia de carrera diferente. Todo un lujo que los Brawn se pudieron permitir, tanto por su extraordinario ritmo como porque, por segunda carrera consecutiva, quien más amenazador se mostraba, Vettel con el fantástico RedBull (¡sin doble difusor, por cierto!), volvía a perder sus opciones de ganar la carrera en el corto sprint desde la parilla de salida hasta la primera curva. Si en Bahrein fue Hamilton el que arruinó la primera parte del gran premio de Sebastián, haciéndole perder un tiempo precioso ante la imposibilidad de superar a un coche más lento pero dotado de KERS para defenderse (¡para eso está demostrando ser más últil este carísimo invento!), en Montmeló fue otro monoplaza dotado del ‘botón mágico’ el que dejó a Vettel ‘encerrado’ no ya durante la primera parte de la prueba …¡si no durante casi todo el gran premio!

Bloqueado tras Massa, Vettel nunca pudo desplegar todo el potencia del Red Bull que había insinuado en calificación, metiéndose en medio de los dos Brawn pese a ir más cargado y haciendo un crono que, teniendo en cuenta los pesos de unos otros, era el mejor de la parrilla. Pero en la carrera, tras perder la posición en la salida ante el Ferrari, en el equipo del alemán faltó, tal vez, esa ‘cintura’ que siempre demuestra precisamente el hombre en el muro del equipo líder del campeonato, Ross Brawn, que en Barcelona volvió a hacer una de las suyas …¡aunque esta vez la ‘víctima’ fuese un piloto de su propio equipo!

Porque aunque en RedBull se apartaron del plan inicial con Webber, (y con éxito, ya que le valió al final acabar tercero, justo por delante de su compañero), con Vettel se atuvieron al pie de la letra a la estrategia prevista de salida, entrando siempre a repostar justo cuando lo hacía Massa y saliendo, por tanto, las dos veces por detrás y sin posibilidad de adelantar, algo que sigue siendo poco menos que imposible en Motmeló, pese a todas las esperanzas puestas en las nuevas reglas … que se han escapado por los ya famosos agujeros (perdon, ¡ranuras!) de los dobles difusores, que permiten recuperar buena parte del apoyo aerodinámico perdido, haciendo tan complicado como siempre seguir de cerca al que te precede … y si encima lleva KERS y te saca unos metros extra cada vez que entra en la recta, como hacía Massa con Vettel ¡pues ya para que hablar!

Alonso fue el 'mejor del resto' y acabó haciéndose con una inesperada quinta posición para Renault

Los BMW siguen sin ir especialmente bien pero al menos Heidfeld sumó un par de puntos

El último punto en juego se lo llevó Rosberg, octavo con el Williams

En Brawn, sin embargo, si que hubo ‘cambio de planes’ con la carrera en marcha, y ello influyó decisivamente en el resultado final del gran premio. De entrada, Barrichello sorprendió no sólo a Vettel, más pendiente de ‘tapar’ a Massa que de otra cosa, sino que superó también, de forma decidida, a su compañero Button por el exterior a la entrada del primer viraje. Situado por delante, con la misma estrategia de carrera y ligeramente más cargado que Jonson, Rubens parecía tener la carrera en su mano … hasta que tras su primera y corta parada, que descubrió sus cartas (¡iba a tres!) su equipo le anunció vía radio que Button iba a usar ‘el plan B’, es decir, detenerse sólo dos veces, con lo que la situación ya no estaba tan clara a su favor. ‘Rubinho’ necesitaba entonces maximizar su corto segundo ‘stint’ con las blandas y hacer lo propio con el tercero, pero en este su ritmo nunca fue suficiente como para darle el ‘colchón’ que necesitaba ante un Button que iba a parar una vez manos y que rodaba prácticamente en sus tiempos. Al final, el brasileño no tuvo más remedio que conformarse con acabar segundo … y gracias, ya que la estrategia de Webber, muy similar a la de Button, a punto estuvo también de colocar al otro Red Bull por delante no sólo de Massa y Vettel, a los que pasó de una tacada, sino también de Barrichello

Paso atrás de los Toyota, Glock sólo pudo ser décimo tras salir mal ...

...y Trulli se quedó en la melé de la primera vuelta que eliminó a los dos Toro Rosso y a Sutil

Los cambios técnicos no dieron resultado en McLaren y Hamilton sufrió para acabar noveno y sin puntos

Aunque no es de extrañar que a Rubens se le apareciesen al final de carrera todos los fantasmas de su época de ‘segundo de a bordo’ de Schumacher, cuando Ross Brawn decidía desde el muro el mejor modo de que Michael ganase incluso en las pocas ocasiones, como la famosa de Austria, en las que el brasileño tomaba ventaja, también es justo reconocer que la carrera de Button fue, de nuevo, perfecta y que Barrichello no sacó en todo momento todo el partido posible del Brawn GP, mientras que Jonson, una vez más, si lo hizo. Con cuatro victorias en cinco carreras, el británico camina ya con paso más que firma camino de un título con el que no se hubiese atrevido ni a soñar hace apenas unos meses, cuando su estrella se apagaba con la misma o mayor rapidez con la que aumentaba el brillo de su sucesor en el corazón de la afición británica, Lewis Hamilton. Pero ahora las tornas han cambiado, el que tiene un coche ganador es Jenson y.está dispuesto a aprovecharlo. Ocasiones como la de este año se presentan una vez en la vida y me da la sensación de que el inglés no la va dejar escapar.