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Nueva victoria de Button y Brawn pero sin la clara superioridad que pueda pensarse en vista de sus cifras de tres triunfos en cuatro carreras.
El británico y su equipo maximizaron sus opciones en un gran premio en el que tanto los Toyota como el RedBull de Vettel partían por delante y parecían tan o más rápidos, aunque al final no pudiesen concretar su potencial.

Tras tres grandes premios ‘locos’, el mundial de fórmula 1 2009 tuvo en Bahrein su primer gran premio digamos ‘normal’, es decir, sin lluvia y sin incidencia alguna que hiciese necesaria la salida a pista del ‘safety car’. Y en esas condiciones se produjo la tercera victoria en cuatro carreras de Jenson Button y Brawn GP, confirmando al piloto británico y el equipo exHonda como los grandes dominadores de este movido arranque de temporada.

Si uno se deja llevar sólo por esa cifra de tres triunfos en cuatro intentos, la sensación de superioridad del dúo Button-Brawn es poco menos que aplastante. Y, sin embargo, si una sensación me dejó el gran premio de Bahrein fue la de que la superioridad del equipo de moda no es tan clara. Tanto los Toyota como RedBull se mostraron, como mínimo, a su altura en cuanto a competitividad de sus monoplazas, y sólo una combinación del ‘estado de gracia’ en que se encuentra Button y la habitual ‘sabiduría’ estratégica de Ross Brawn les permitieron estar todo el gran premio apenas un pasito por delante, el suficiente para volver a ganar, pero haciéndolo sin arrasar sino, más bien, explotando al máximo tanto su potencial como las debilidades de sus rivales.

Los Toyota delante en la salida y tras ellos Button se paresta a pasar a Vettel...

...para luego hacerse con el liderato tras el primer repostaje y no abandonarlo hasta el final

Segunda plaza para Vettel y el RedBull, que se muestran como la mayor amenaza para Button y Brawn

Unos rivales que ya en la calificación demostraron estar realmente fuertes en una pista de fuertes frenadas y pocas curvas rápidas de esas que exaltan las capacidades aerodinámicas. Características que también pudieron influir en una mayor igualdad entre los muy variados tipos de monoplazas que la nueva reglamentación ha producido en este arranque del 2009. Una ‘biodiversidad’ que hacía mucho no se veía en la F1 y que, personalmente, me encanta ya que nos devuelve, aunque sólo sea por unos meses (hasta que todos se vayan adecuando a lo que mejor funciona con las nuevas normas) a los viejos tiempos en los que la creatividad era mayor y los coches eran claramente diferentes a simple vista sin necesidad de tener que fijarse sólo en sus colores o en mínimos detalles de sus numerosos apéndices aerodinámicos. Evidentemente, esas diferencias, especialmente las ‘estéticas’, no son tan acusadas como en los ‘felices 70’ pero, al menos, existen y están, además, acompañadas de distintas formas de interpretar la nueva normativa que producen todo un curioso ‘cocktail’ de monoplazas con y sin KERS, con y sin doble difusor, que están animando especialmente este inicio de año.

En Barhein, por ejemplo, los equipos que siguen apostando por el KERS (o que volvieron a él tras abandonarlo brevemente en China como Renault y Ferrari) estaban más cerca de las primeras filas de parrilla al poder sacar ventaja del ‘botón mágico’ en las rectas sin perder tanto en las curvas rápidas debido a su peso extra (o, mejor dicho, a no ‘usar’ ese peso para mejorar el equilibrio del coche a base de lastres estratégicamente situados). Y los que no llevan todavía el ya perfectamente legal doble difusor tampoco acusaban tanto su falta al no ser la de Sakhir una pista en la que el apoyo aerodinámico extra que pueda aportar la ya famosa pieza se dejase sentir con tanta intensidad.

De modo que la parrilla de salida mostraba una interesante mezcla de conceptos y estilos en sus primeras filas, con una primera sorprendentemente copada por los Toyota de Trulli y Glock, que venían mostrándose amenazadores ya desde la primera carrera y que en Bahrein, aunque fuese a base de cargar algo menos de gasolina que el resto de aspirantes al triunfo, daban ya todo un aviso de que este año si puede ser el de la primera victoria del gigante japonés. Tras ellos, Vettel y el RedBull, sin KERS ni doble difusor, daban muestras de ser tan eficaces en seco como lo habían sido la semana anterior en mojado. Y lo hacían, además, calificando con más peso que los Toyota y que los Brawn, a los que, aun así, superaban, presentado el alemán clara candidatura a la victoria el domingo. Después venían los Brawn, en el término medio entre Toyota y RedBull en cuanto a carga de combustible pero ya no mostrándose tan ‘sobrados’ como para, aun con unos kilos de más, estar delante de todos como habían venido consiguiendo hasta ahora. Y, a continuación, ya se ‘asomaban’ a los puestos de arriba los primeros ‘devotos del KERS’, con el McLaren mostrando progresos y Hamilton dispuesto a sacar el máximo de ellos, los Ferrari mostrando un mejor nivel y el Renault de Alonso calificando con una carga de gasolina ‘lógica’ que lo situaba en un lugar más realista de la parrilla que ese espejismo de segunda fila de China conseguido a base de ir poco menos que vacío.

Pole y podio para Trulli que este año podría conseguir por fin la ansiada primera victoria para Toyota

El McLaren mejora poco a poco y Hamilton sigue explotándolo al máximo, en Bahrein fue cuarto

Barrichello, en cambio, no consigue sacar todo el potencial del ganador Brawn

Con los coches equipados con KERS como gran amenaza en los primeros metros para los que no llevaban, la salida acababa siendo aun más crucial de lo que suele serlo y, de hecho, definía muy mucho el resultado final de la carrera, acabando con las opciones del que, analizando tiempos y pesos del sábado, era el máximo favorito: Sebastián Vettel. El alemán no arrancaba todo lo bien que hubiese querido y se veía superado por Hamilton, que se pegaba literalmente a su rebufo aprovechando el empuje extra de caballos del dispositivo recuperador de energía para ganarle la primera frenada. El de Aclaren había pasado también en esos frenéticos primeros metros a Button, quien, a su vez, había seguido su estela para superar a Vettel. Cuando poco después, tras un tan breve como intenso duelo, Jonson doblegaba la resistencia de Lewis para situarse tercero a espaldas de los dos Toyota, a los que nadie molestaba en esos momentos en cabeza de carrera, el resultado final del gran premio se empezaba a definir.

Bloqueado tras el Aclaren del británico, que se ponía fuera de su alcance en las rectas gracias al KERS y se defendía lo suficientemente bien en el resto del circuito, el RedBull del alemán perdía contacto lenta pero inexorablemente con el Brawn de Button, con lo que su presunta ventaja de ir ‘más largo’ en el primer tercio de carrera se esfumaba. Al llegar los primeros repostajes, Button repetía lo ya hecho en Malasia, aprovechaba al máximo sus vueltas extra respecto a los Toyota y pasaba a ocupar un liderato que ya nadie podría contestar. Vettel, mientras tanto, bastante tenía con librarse de Hamilton en el primer turno de paradas, superando de paso también a Glock, que sufría en exceso el paso a las gomas duras decidido en Toyota para el segundo turno de carrera … y que iba a ser el otro factor decisivo en el resultado final de la carrera. Calzados durante más vueltas que nadie con las gomas más duraderas pero menos ‘prestacionales’, los monoplazas japoneses no podían mantener el ritmo del Brawn de Button, convirtiéndose además el Toyota de Trulli en el mejor aliado del británico. El italiano conseguía ceder menos tiempo por vuelta que Glock respecto a todos los que iban calzados con las ‘superblandas’ pero era, aun así, claramente más lento … aunque no tanto como para ser presa fácil del RedBull de Vettel, que tras pasar el primer tercio de carrera ‘bloqueado’ tras Hamilton, sufría ahora similar suerte persiguiendo a Trulli,  sin poder pasarlo para aprovechar al máximo las prestaciones de su monoplaza con las gomas más rápidas. Algo que si podía hacer, ¡y de que modo! Button, que se escapaba a base de ser el más rápido de todos en pista durante una docena de vueltas consecutivas, en las que ‘machacaba’ el crono en el más puro estilo Schumacher o Alonso, sentando las bases de una tercera victoria en la que, además de por coche, se imponía por estrategia y por pilotaje, aprovechando al máximo todas las oportunidades que se le presentaban.

Primero puntos para Ferrari gracias a la sexta plaza de Raikkonen

Glock salió segundo pero se hundió con las gomas duras y acabó séptimo

Tras salir mal, Alonso bastante hizo con conseguir un muy trabajado punto

Con el primer puesto poco menos que resuelto tras el primer turno de paradas, el segundo se decidía en el siguiente una vez que, desgraciadamente, muchos de nuestros temores en cuanto a que las nuevas reglas no han funcionado como se esperaba respecto a facilitar los adelantamientos, se confirmaban. Y eso que la increíblemente frenética primera vuelta que más parecía de una carrera de fórmula Ford que de F1, con todos circulando pegados, disputándose las frenadas de ‘tres en fondo’ y hasta ‘empujándose’ nos había hecho vislumbrar ese tipo de carrera que a todos nos gustaría ver de forma habitual, con los adelantamientos efectuándose en pista. Pero tras el ‘espejismo’ del primer giro, las posiciones se estabilizaban de forma muy notable, y hasta la ‘biodiversidad’ que tanto degusta se volvía en contra de las posibilidades de adelantar, al mostrarse el KERS definitivamente mucho más eficaz como elemento ‘defensivo’ que ‘ofensivo’. Algo que quedaba especialmente en evidencia en la desigual lucha Renault-Brawn que se entablaba entre un Piquet que iba, además, cargadísimo de combustible en el arranque del gran premio, y un Barrichello, mucho más ligero para ir a tres paradas, que se desesperaba a cola del R29 viendo como Nelsinho hacía uso del ‘botoncito’ para rechazar uno tras otro sus ataques. Aunque acababa por pasar, a Rubinho le costaba una barbaridad, y su carrera se comprometía definitivamente, perdiendo una nueva oportunidad de sacar partido de ese Brawn que el mismo definía hace poco como un ‘Ferrari blanco’, en alusión a su competitividad y en recuerdo a los monoplazas que Ross Brawn había puesto a su disposición en los tiempos de ambos en la ‘scuderia’.

La lucha Piquet-Barrichello fue una de las pocas que animaron la parte media de la carrera y el adelantamiento entre los dos brasileños la excepción que confirma la regla en una carrera en la que, al final, la mayoría de cambios de posición se dieron en boxes. Y entre ellos, el que decidía la segunda plaza, cuando tras el último repostaje Vettel emergía por delante de Trulli, ahora el alemán calzado con las ‘medias’ y el italiano con las ‘extrablandas’ y siendo entonces el turno de Jarno para ‘desesperse’ y no poder explotar todo el potencial de las gomas, para alegría de Button, también calzado con las ‘prime’ más duras y que, de nuevo, veía sus espaldas cubiertas por un rival, esta vez Vettel conteniendo a Trulli, justo al revés que en la primera parte de carrera.

Así que al final, aunque la victoria de Button era incontestable, las diferencia no eran ni mucho menos escandalosas y la sensación de que podemos ‘tener mundial’ y carreras realmente entretenidas con varios monoplazas a similar nivel era, para mi, la mejor consecuencia que dejaba una carrera no especialmente animada, especialmente ‘malacostumbrados’ como estábamos tras el loco arranque de campeonato. Porque, además, tras los tres equipos que han empezado dominando el año: Brawn, RedBull y Toyota, ya vienen, más cerca Mclaren y Ferrari. Los británicos con un Hamilton que, ‘mentiras arriesgadas’ al margen, está dando en este arranque de año toda una demostración de que es perfectamente capaz de luchar con un monoplaza inferior, haciendo carreras realmente muy buenas en las que está sacando siempre el máximo de un monoplaza que, todavía, no está al nivel de los mejores. En Bahrein Lewis acababa cuarto y no muy lejos de los tres mejores a base de aprovechar el momento más favorable para su coche con KERS, la salida, y de no fallar después ni una sola vez en todo el gran premio, maximizando así el potencial del material a su disposición.

Y si en McLaren-Mercedes parecen en el buen camino, en Ferrari al menos empiezan a ver que puede haber salida al final del túnel en el que se metieron en las carreras anteriores, más por problemas de fiabilidad y estrategias absurdas que porque el  F60 sea un monoplaza tan malo como sus cero puntos en los tres primeros grandes premios podían hacer pensar. Al menos en Sakhir la cuenta de puntos de la ‘scuderia’ ya se inauguró gracias a una muy buena carrera de Raikkonen, con desarrollo similar a la de Hamilton: buena salida aprovechando el KERS (y no dando opción a Massa, que se dejaba el alerón en el intento de imponerse en el duelo inicial entre los dos Ferrari) y buen ritmo de carrera después pese a ir bastante cargado, que le permitía acabar sexto, justo tras el Brawn de Barrichelo y por delante del Toyota de Glock, que pagaba al final muy caro su flojo ritmo en la segunda parte de carrera, terminando sólo séptimo y muy lejos de su compañero Trulli.

Piquet desesperó a más de uno al ir tan cargado y defenderse con el KERS, al final acabó décimo.

La primera vuelta fue frenética con luchas cerradísimas por cada frenada.

Vettel y Button, hasta ahora los únicos ganadores del 2009 ¿se jugarán entre ellos el título?

El último punto en juego se lo quedaba Fernando Alonso tras una carrera en la que poco o nada le salía una vez más. De entrada porque, a diferencia de Hamilton y Raikkonen, desaprovechaba la ventaja del KERS en la arrancada al quedarse ‘patinando’ en la línea de salida, no sólo no ganando ninguna plaza sino perdiendo varias, viéndose incluso obligado a meter dos ruedas por la hierba ante el ataque de Rosberg al que, al menos, podía volver a pasar en la primera frenada. Después, ya metido en el medio del grupo con un coche que no tenía ritmo para seguir a los primeros, Fernando se podía permitir sólo el arranque de orgullo que demostraba cuando no se dejaba pasar por Trulli en el momento en que el Toyota emergía justo a su altura tras el primer repostaje, protagonizando ambos otro de los escasos momentos de lucha ‘cuerpo a cuerpo’ que se vivieron más allá del primer giro. El resto del gran premio era un sufrimiento para el español, acrecentado además por problemas de deshidratación al no funcionarle el ‘sistema de bebida’ de su Renault, que le hacían llegar a meta octavo ¡y gracias!

Tras Bahrein, la fórmula 1 ya se vendrá a Europa y la primera cita con el ‘viejo continente’ será el Gran Premio de España en Montmeló. La pista catalana es de las que exaltan los monoplazas con buen equilibrio aerodinámico y suele ser una de esas en donde si un coche va bien suele ser competitivo el resto del año, algo lógico además  teniendo en cuenta que, precisamente por eso es la más utilizada en los tests invernales. Este año, sin pruebas en pista entre grandes premios, las novedades que unos y otros presentes tendrán que experimentarse ‘en directo’ en cada carrera y para Barcelona quien más quien menos anuncia importantes mejoras. Veremos quien acierta más en ese juego del gato y el ratón que suele darse siempre en estos casos, el ratón ahora son los Brawn, los RedBull o los Toyota, que van por delante y quieren seguir zigzaguendo y esquivando a sus rivales para mantener su actual ventaja, el gato son los McLaren, Ferrari, Renault o BMW (¡desaparecidos en Bahrein!), más grandes y, de momento, más lentos, pero también con más recursos para recuperar terreno. El mundial más impredecible de los últimos años entra en una nueva etapa y de lo que pase en las dos o tres próximas carreras va a depender muy mucho si el título acaba siendo un inesperado mano a mano ‘Button-Vettel’ o si alguno más se une a la pelea.