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El tercer gran premio del año también estuvo marcado por la lluvia y las sorpresas. Esta vez hubo agua durante toda la carrera y los RedBull obtuvieron un inesperado doblete, con Vettel por delante de Webber. Button completó el podio con el Brawn y sigue líder, mientras los teóricos favoritos no acaban de encontrar el camino hacia las primeras posiciones.

El mundial 2009 de fórmula 1 sigue ‘loco’. Tras la siempre atípica apertura de campeonato en Australia, en la que raramente faltan los incidentes que hacen necesaria la intervención del ’safety car’, y el ’mini gran premio’ de Malasia, interrumpido por una tormenta y condenado a no reanudarse por falta de visibilidad debido a su tardía hora de inicio, en China un nuevo chaparrón, esta vez cubriendo toda la duración de la carrera, significó otra carrera llena de incertidumbre y alternativas.

Además, no ganaron los grandes dominadores de este extraño (¡y tal vez por ello más apasionante!) inicio de temporada, los Brawn, sino que al igual que la última vez en que un gran premio se disputó entero bajo la lluvia (el de Italia el año pasado), la victoria fue para uno de los monoplazas del imperio de las bebidas energéticas pilotado por la última incorporación al selecto club de los ’rainmaster’ Sebastien Vettel. Si entonces el jovencísimo alemán inauguraba el casillero de victorias de Toro Rosso, ahora hacía lo propio con el de RedBull, secundado por el eternamente desafortunado Mark Webber y completando un doblete realmente convincente, tras apostar por ir ligeros en entrenos para situarse arriba en parrilla y ser, con diferencia, los más rápidos sobre pista mojado en carrera.

Claro doblete para los RedBull y segunda victoria en uan carrera 'todo agua' para Sebastien Vettel

Los Brawn se tuvieron que conformar con la tercera y cuarta plaza pero siguen dominando el mundial

Tras no completar una vuelta en dos carreras, Kovalainen llegó hasta el final y acabó quinto

Y aunque la lluvia siempre es bienvenida a la hora de incrementar el espectáculo, casi diría que esta vez, tanto por su excesiva cantidad como por lo interesante que se presentaba la carrera en seco tras la calificación, nos dejó un poco con sensaciones contrapuestas y casi deseando que no se hubiese producido. De entrada, porque la configuración de la  parrilla de salida, con ese inesperado ’triplete’ de los motores Renault en lo más alto de la lista de tiempos, a base de optar tanto los RedBull como, sobre todo, Renault y Alonso, por ir más descargados de combustible en busca de la pole, situaba a Vettel, Fernando y Webber por delante de los dos Brawn pero con una presumible parada extra que deberían tratar de compensar en los primeros giros. Además, mientras que tanto Barrichello como Button (este ligeramente menos cargado pero, aun así, batido por su compañero de equipo en la Q3), el Toyota de Trulli y el Williams de Rosberg, optaban por una carga de gasolina más ’convencional’ que les debía llevar a hacer las cada día más típicas ’dos paradas’, tras ellos Ferrari, con Raikkonen, y McLaren, con Hamilton, decidían ‘cargar hasta los topes’ en busca tal vez de hacer sólo una visita a los boxes o, al menos, de retrasar al máximo la primera y luego ya decidir si hacer más o no en función de cómo se estuviese desarrollando la carrera.

Todo esto se podía deducir de las diferencias de tiempos entre Q2 y Q3 y se confirmaba cuando a última hora del sábado la FIA publicaba la lista de pesos con los que iban a iniciar la prueba unos y otros. Una lista en la que destacaba los sólo 32 kilos de combustible que cargaba el R29 de Alonso. El asturiano estrenaba además las modificaciones de última hora realizadas en el fondo plano de su monoplaza en busca de sacarle partido a la ya definitivamente confirmada legalidad de los dobles difusores con los que ingeniosamente tanto Brawn como Toyota y Williams han sido capaces de ’darle la vuelta’ a una reglamentación pensada para restringir al máximo la eficiencia de esa zona tan crucial a la hora de conseguir apoyo aerodinámico extra … ¡y de ’estropear’ el rebufo al que te sigue!

Con tan poquísima gasolina, Fernando no iba poder ir en ningún caso más allá de la vuelta nueve o diez, así que cuando el domingo la lluvia empezaba a caer con fuerza sobre Sanghai imagino que en Renault las caras debían de ser realmente largas. Cualquier opción de que la súper agresiva estrategia diese resultado se iban al garete.

Hamilton empezó a 'paso de carga' pero cometió luego demasiados errores como para poder ser más que sexto

Glock se resarció en parte de sus malos entrenos acabando séptimo y sumando dos puntos

Muy convincente prestación de Buemi, octavo por el Toro Rosso y sin que le intimidase la presión de Alonso

Con tanta agua sobre la pista, la salida ’neutralizada’ tras el coche de seguridad era inevitable por más que a los ’viejos aficionados’ nos siga ’rechinando’ bastante este procedimiento, que nos priva de uno de los momentos de más emoción en cualquier carrera, esos frenéticos primeros metros desde salida parada en los que, de golpe, se produce la simultanea ’explosión’ de toda la potencia acumulada en la veintena de monoplazas alineados en la pista. Pero ya se sabe que hoy día la seguridad es lo que prima, probablemente con razón por mucho que uno añore aquella época en la que, como decía alguien de la ’vieja escuela’, se daba eso de que ’el sexo era seguro y las carreras peligrosas … ¡justo lo contrario que ahora!’

Las vueltas tras el ‘safety’ no sólo nos dejaron sin la emoción de la lucha cuerpo a cuerpo en los primeros giros sobre una pista encharcada sino que, en el caso de Alonso y Renault, arruinaron por completo su carrera al decidir entrar a repostar en vista de que se demoraba el inicio ’real’ de la carrera …¡y hacerlo justo en la vuelta en que, finalmente, esse te iba a producir! Con el español relegado a la última plaza, los RedBull se escapaban en formación aprovechando tanto su mayor ligereza como la mejor visibilidad de los que parten delante, mientras que el resto ’hacía lo que podía’ buscando la forma de ‘ver algo’ para tratar de ganar posiciones,  no perderlas o, simplemente, mantenerse en pista.

Hacer una crónica detallada de la carrera no es nunca mi objetivo en estos comentarios sobre cada gran premio, así que tampoco es plan de ponerse ahora a relatar los mil incidentes que se fueron produciendo y que casi se podían adivinar más que ver entre las inmensas nubes de agua levantadas por las gomas ’full wet’ de los monoplazas. Siempre prefiero centrarme más en un análisis general de las sensaciones que me deja la prueba y, en este caso, hay unas cuantas que se me iban agolpando en el ’disco duro’ mientras veía la carrera y que trataré de plasmar en palabras en las siguientes líneas de este texto.

Lo primero que me llamó la atención de este mojadísimo gran premio de China fue la competitividad de los RedBull. Aparte de salir más ligeros y de ganar metros al principio gracias, en buena parte, a encabezar el pelotón, los monoplazas diseñados por Adrian Newey se mostraron rapidísimos en todo momento, y la forma en que tanto Vettel como Webber, ’se comieron’ al Brawn de Button cuando tuvieron que superarlo en pista en virtud a su mayor número de paradas en boxes fue realmente convincente. En particular el modo en que el australiano se rehizo de una ’excursión’ fuera de pista para en apenas unos virajes recuperar todo el terreno perdido y volver a rebasar al actual líder del mundial, por el exterior y con una prodigiosa facilidad. Algo en lo que le imitó su compañero Vettel poco después, sin siquiera tener necesidad de hacerlo, ya que a Button le restaba aun la última parada. Ahí demostró Sebastien ese ‘hambre’ de victoria que distingue a los grandes del resto por mucho que, a veces, pueda llevarle a cometer errores fruto de la impaciencia. En Vettel y Webber, RedBull tiene un dúo de pilotos tremendamente equilibrado, con la rapidez innata del alemán y la extraordinaria capacidad del australiano para sacar el máximo en calificación siendo dos armas que les van a permitir estar casi siempre arriba en las parrillas de salida. Si luego, además, el coche funciona tan bien como lo hizo en China (y como ya había apuntado tanto sobre seco en Australia, en manos de Webber, como sobre mojado en Malasya pilotado por Webber) el resultado es que, por sorprendente que parezca, creo que va a haber que contar con ellos, muy en serio, para la victoria en más carreras y, ¿por qué no? hasta en la lucha por el título …¡y eso que no  llevan ‘doble difusor‘!

Alonso sorprendió con la 2º plaza de parrilla pero el agua acabó con todas sus opciones

Desastre total en Ferrari, Raikkonen estuvo 'desaparecido' y Massa rompió cuando luchaba por sumar algun punto

La calificación deparó un Inesperado triplete de pilotos con motores Renault en sus monoplazas

Tras los RedBull, los Brawn volvieron a demostrar que siguen ahí arriba y que lo de las dos primeras no fue precisamente casualidad. Eso si, esta vez al menos mostraron algún punto débil, costándole al muy eficaz chasis diseñado por el equipo de Ross Brawn sacar el mejor partido a las gomas de agua lo que impidió a dos pilotos que son de los mejores sobre piso deslizante como Button y Barrichello, defenderse ante Vettel y Webber, consiguiendo, de todas formas, una tercera y cuarta plaza que mantiene a Jenson como claro líder del campeonato, seguido por su compañero Rubens, y al equipo tremendamente destacado al frente del mundial de constructores, en el que ahora RedBull es segundo sobrepasando a Toyota.

El equipo japonés fue, en cambio, una de las decepciones del gran premio chino. En entrenos, Glock se quedó inesperadamente fuera de la Q3, y en carrera el que mejor colocado estaba, Trulli, se fue para atrás de forma alarmante, rodando lentísimo para acabar por ser embestido de forma tan espectacular como peligrosa por uno de los pilotos que están teniendo un arranque de temporada más frustrante, el polaco de BMW Robert Kubica. Ahí se acababa el gran premio de Trulli, mientras que Glock al menos conseguía arreglar en parte el mal resultado del sábado, haciendo una muy competente carrera para terminar séptimo y sumar dos puntos.

Si Toyota dio un paso atrás en China, McLaren, en cambio, dio uno hacia adelante, terminando los dos monoplazas justo a espaldas de los Brawn y dejando mejores sensaciones ya en calificación, donde especialmente Hamilton, rodaron en cronos bastante más cercanos a los mejores de lo que lo habían hecho en las dos carreras anteriores. El británico volvió a demostrar sus manos bajo la lluvia con un inicio de carrera fantástico, pasando por fuera y por dentro a quien se encontraba por delante pese a rodar con un monoplaza muchísimo más cargado de los que le precedían. Toda una hazaña inútil y que acabaría pagando pronto, al destrozar las gomas, sufrir un primer trompo que le hacía perder en un instante todo lo ganado, y cometer después varios errores más para terminar la carrera sexto y a espaldas de su compañero de equipo, Kovalainen, más circunspecto y muy necesitado de completar un gran premio, lo que hacía en un meritorio quinto lugar.

Otro equipo que dejó en la calificación una clara sensación de mejora fue Renault. Sin el KERS y con el nuevo fondo fabricado a toda prisa y montado sólo en uno de los monoplazas, el de Alonso (por si Nelsinho no tenía claro su papel de gregario al que se presta escasa atención, ahora ya le habrá quedado más que confirmado), el coche dio muestras de mejorar su comportamiento y en unas pocas vueltas en la Q1 Alonso ya se encontró más a gusto en la pista que en las dos carreras anteriores, pasando la Q2 sin mayores apuros y buscando incluso la pole en la Q3, de un modo que, me da la sensación, comprometía mucho sus opciones aun en seco y que, como ya se comentó más arriba, condicionó de forma más que notable sus posibilidades en mojado … posibilidades que, además, se acababan de evaporar con un error del piloto, que tampoco escapaba a la innumerable colección de trompos y salidas de pista que nos dejó la carrera de Sanghai y en la que muy pocos fueron capaces de ir siempre ’por lo negro’ durante sus casi dos horas de duración. Se esfumaba así otra opción para Fernando en una prueba sobre agua, terreno en teoría favorable pero donde, en realidad, si descontamos aquellas vueltas finales bajo el ’orbayu’ en Nurburgring hace dos años superando a Massa camino de la victoria, nunca acaba de conseguir, por una u otra causa, estar al final de carrera en las posiciones de delante.

La carrera se inicio tras el safety car...

...pero las condiciones de visibilidad no mejoraron cuando se retiró el coche de seguridad...

...lo que acabó produciendo accidentes como el de Kubica subiéndose encima del Toyota de Trulli

Y si, hablando de los en teoría ’grandes’, tanto McLaren como Renault dieron en China síntomas de mejora, los que no sólo no progresaron sino que completaron su peor fin de semana desde el inicio del campeonato fueron los de Ferrari. El arranque de temporada de la ’scuderia’ es digno de los peores tiempos del ’grande kasino’ que diría Niki Lauda, con errores de piloto y equipo, y problemas mecánicos continuos que mantienen al legendario equipo italiano ’enterrado’ en el fondo de la tabla ¡con cero puntos! En Sanghai, Ferrari optó igual que Renault por prescindir del KERS … ¡y los resultados fueron aun peores que con el ya famoso aparato de recuperación de energía! Los tiempos no salían ni en seco ni en mojado, la carrera de Raikkonen fue simplemente nefasta, incapaz de seguir el ritmo, y sólo Massa parecía capaz de salvar lo salvable a base de una buena prestación sobre pista mojada (¡que Felipe no es tan malo en agua como se piensa!) hasta que, de nuevo, una avería le dejaba ’tirado’ en el medio de la pista. En la Fórmula 1, como en todo en la vida, hay ciclos, y el larguísimo de Ferrari en lo más alto puede estar camino de ser cosa del pasado. De momento, al menos, los síntomas van en esa dirección, con una escuadra llena de incertidumbres y en la que se trata, al menos, de identificar las causas de los numerosos problemas que van apareciendo como primer objetivo antes de tratar, siquiera, de pensar en algo más que sea terminar carreras y sumar algún punto.

No quisiera terminar estas líneas sin hablar de dos jóvenes pilotos que aprovecharon las difíciles condiciones para demostrar sus cualidades. Bueno, realmente sólo uno, Sebastian Buemi, las aprovechó hasta el final, haciendo una carrera soberbia, resistiendo con solvencia el acoso de Alonso durante un montón de vueltas, no cometiendo apenas errores y sumando un punto que tiene si cabe, más valor que los dos ya sumados en Australia. El suizo no había demostrado gran cosa en las categorías inferiores pero su inicio de temporada está siendo realmente convincente. El otro ‘destacado sorpresa’ fue Adrian Sutil, de nuevo ’heroe anónimo’ en una carrera sobre mojado … y de nuevo sin premio al final. Si el año pasado, en Mónaco, Raikkonen se llevó por delante su Force India y sus esperanzas de conseguir ese resultado que te haga pasar de ser comparsa a piloto a tener en cuenta, esta vez el error fue suyo … aunque con todos los atenuantes del caso. Cargado ’hasta arriba’ y con una estrategia a una parada, el alemán era sexto cuando, ya sin gomas, no pudo evitar acabar estampando su monoplaza contra las barreras de seguridad cerca del final de carrera ¡lástima!

Tras estas tres complicadas y hasta diría que caóticas carreras de inicio de año, llega este fin de semana la cuarta en Bahrein. Lo normal es que no llueva en desierto (aunque ¿Quién sabe? ¡que les pregunten a los de moto GP o la GP2 Asia hace unos meses!) y eso nos permita tener la primera carrera realmente ’normal’ del año, en seco y sin safety cars. Algo que casi hasta nos apetece por mucho que nos guste que haya incertidumbre y emociones fuertes. Pero, de vez en cuando, un poco de tranquilidad también es bienvenida, aunque sólo sea para tratar de ver, con algo más de claridad, ’quien es quien’ en este loco mundial de F1 2009.