Tras el agitado y polémico fin de semana de Hungaroring acabé auténticamente aburrido de tanto sensacionalismo y tanta histería alrededor de todo el lío "Alonso-Hamilton-McLare-FIA". Entonces pensé "bueno, a ver si en las tres semanas hasta Turquía se calman los ánimos". Y, la verdad, no se si sería que se calmaron más de la cuenta pero, cuando hasta un auténtico "psicópata" de esto de la fórmula 1 como quien escribe estas líneas tuvo serios problemas para resistir hasta el final, pegado al televisor, el "tostón" que resultó el gran premio turco, es que la carrera fue más que aburrida ...¡fue insoportable!

Una de las claves para que la fórmula 1 (o cualquier deporte) mantenga el interés del espectador es que el resultado final sea, en mayor o menor medida, impredecible. Y, claro,cuando tras la primera vuelta ya está "todo el pescado vendido", como daba la sensación en Istambul Park, pues se hace difícil seguir "enganchado" a un espectáculo que, visto por televisión, pierde además buena parte de toda la emoción que te aportan en directo las sensaciones que produce ver (¡y oir!) a un fórmula 1 "en vivo". Que al final hubiese, al menos, un elemento de "impredecibilidad" cuando el neumático delantero derecho del McLaren-Mercedes de Lewis Hamilton saltó en pedazos a pocas vueltas del final, no fue sino una gota de agua de tensión en un oceano tan en calma que llevo hasta a declarar su "aburrimiento" a uno de los directos protagonistas de la "procesión", el finés Kimi Raikkonen. Y si pilotando un Ferrari de F1 te puedes llegar a aburrir pues, ¿que quereis que os diga? uno que casi se duerme delante de la tele se siente, al menos, no tan "culpable". Vamos, que no fue cosa mía por estarme haciendo mayor, es que el gran premio de Turquía ¡aburrió hasta a las ovejas!

Tercera victoria del año para Massa, que dominó de principio a fin	Raikkonen acabó segundo y aburrido tras su compañero de equipo	Alonso lo tenía muy mal cuando el reventón de Hamilton le dio un inesperado y valioso tercer puesto

ENTRENAMIENTOS

Cada vez está más claro este año que gran parte de las opciones de unos y otros en la carrera del domingo se juegan en los frenéticos minutos finales de la Q3 del sábado. De ahí todos los errores, líos, polémicas y tensiones de Hungría que, por fortuna, no se repitieron en Turquía. Esta vez no hubo ni desobediencias, ni venganzas ni excusas. Los Ferrari eran más rápidos en Istambul Park, algo que, personalmente, me esperaba tras ver lo cerca que estuvieron de los McLaren en una pista poco favorable para el F2007 como la de Hungría. Lo que no me esperaba, o al menos no con tanta claridad, es que Hamilton, aun más cargado de gasolina, fuese decididamente más rápido que un Alonso al que no le vi, en ningún momento, esa garra tan suya que ultimamente parece utilizar más fuera de la pista que dentro. Algo le pasaba a Fernando en Turquía, y el hecho de calificar con las ruedas más duras, en contra de toda la lógica y de lo elegido por el resto de favoritos, no era sino un síntoma de que las cosas no le salían como quería o esperaba. Su cuarta plaza en parrilla, con Hamilton segundo y sin ventajas de vueltas extra ni nada por el estilo era una muy mala noticia para el español.
La pole no se le escapaba a Ferrari, pero se la llevaba Massa tras cometer un error Raikkonen a la entrada de la virada parte final del circuito. Un fallo que mandaba a Kimi al tercer puesto y que, como veríamos, el domingo, le iba a costar, con seguridad, la carrera y, ¿quien sabe? si algo más a final de temporada. Porque, tal y como está el campeonato, dos puntos más o menos pueden marcar la diferencia entre la gloria y el infierno. Y esa pasada de frenada del sábado le costó a Kimi, no me cabe duda, ese par de puntos que separan al segundo de primero con el actual sistema de puntuación "anti-Schumacher-ganando-el-campeonato-demsiado-pronto" de la fórmula actual.

Heidfeld volvió a amargarle el día a Fernando y al final acabó cuarto	Hamilton se mantenía cerca de los Ferrari y muy por delante de Alonso cuando le reventó una rueda	Kovalainen va cada vez mejor y volvió a ser el mejor Renault terminando sexto

CARRERA

La carrera se puede resumir en muy pocas líneas porque casi todo lo interesante ocurrió en los escasos metros que separan la línea de salida de la primera curva del trazado otomano. Massa arrancó de forma impecable desde la "pole" y conservó sin problemas la primera posición. Partiendo desde la segunda fila pero por el lado "limpio", Raikkonen no tuvo el más mínimo problema para superar a un Hamilton cuyo McLaren se movió con pereza para llegar tarde a cerrar un hueco por el que ya había transitado el Ferrari, y Alonso vio como su McLaren tampoco hacía una salida de "dragster" lo que permitía a Kubica fulminarle en escasos metros ... y a Heidfeld ganarle la posición de cara a la salida de los dos primeros virajes. Cuando las posiciones se estabilizaban, sin más "contratiempo" que el trompo "inducido" de Trulli en la parte de atrás del grupo, Fernando era sexto y, lo que era peor, pronto se vería como no tenía la más mínima opción de pasar a los BMW, mientras los dos Ferrari y el otro McLaren se escapaban casi a segundo por vuelta.

El muy tempranero repostaje de Kubica explicaba en buena medida su fulminante arrancada, y lo enviaba a una posición ya más retrasada de la que apenas si podría recuperarse para sumar el solitario punto de la octava plaza. Decididamente su estrategia no había sido la más adecuada para luchar por las primeras plazas aunque, al menos, le permitió lucirse en los primeros giros ... para desgracia de Alonso. Peor para los intereses de Fernando era, en todo caso, la estrategia de Heidfeld, esta si más "lógica" y que implicaba quedarse bloqueado tras el BMW hasta que ya fuese demasiado tarde para pensar, siquiera, en acercarse a Hamilton y compañía. Cuando repostaba el alemán, Fernando hacía una vuelta más antes de su parada y conseguía ¡por fin! librarse del BMW ... pero Hamilton iba ya como quince segundos por delante, rodando siempre rápido y empeñado en no dejar que los Ferrari ganasen tan fácil como todo indicaba que lo iban a conseguir.

Otra carrera muy meritoria de Nico Rosberg y el Williams-Toyota, de nuevo séptimos	Kubica brilló en las primeras vueltas pero su estrategia no era la más adecuada y acabó sólo octavo	Fisichella se quedó fuera de los puntos y ya empieza a no poder con Kovalainen

Las siguientes vueltas tras el primer repostaje de todos los tenores disipaban cualquier duda que pudiese quedar: Hamilton y Alonso marcaban prácticamente los mismos tiempos, décima arriba, décima abajo, con lo que pensar que el español alcanzase al inglés se convertía en poco menos que una quimera. Por delante de Lewis, los Ferrari procedían en "ordenada formación" con estrategias prácticamente iguales y ventaja siempre a la hora de repostar para Massa. Aunque todos sabemos que las "órdenes de equipo" estan prohibidas (????) también tenemos claro que las "sugerencias estratégicas en busca de lo mejor para todos" están a la orden del día. Resumiendo, que Kimi no iba a atacar a Felipe, ¡por más que se muriese de ganas de intentarlo! Al finés sólo le iba a quedar el consuelo de su "aquí estoy yo" en la penúltima vuelta, cuando de golpe, contra toda buena lógica de "bajar revoluciones para conservar la mecánica", Kimi se permitía un auténtico "vueltón", nada menos que siete décimas más rápido de lo que nadie había rodado en toda la tarde y hecho, además, con las gomas más duras. Que un piloto tenga que "expresarse" de este modo en lugar de "tirarse" a por todas en la última frenada de la última curva en pos de un adelantamiento imposible (que pueda tanto darle la victoria como dejarle a él y su rival fuera de la carrera), no deja de ser una auténtica lástima para los que entendemos esto de la fórmula 1 de un modo probáblemente anticuado, pero, sin duda, diferente !y mucho más divertido!

Pero, como comentaba al principio de este texto, en la parte final de carrera al menos ocurrió "algo inesperado" que dio un importante vuelco a la clasificación y salvó una situación casi de "match ball" en contra para Alonso. Cuando todo parecía más que decidido, a falta sólo del último repostaje, la goma delantera derecha del McLaren de Hamilton se desintegró de forma espectacular. La mezcla de mala y buena suerte podíamos decir que fue casi equitativa para el sorprendido británico: mala porque siempre es una auténtica faena que te pase algo así cuando vas tercero, tu principal rival te sigue de lejos y estás cerca de los líderes y con claras opciones de aumentar tu ventaja al frente del campeonato; buena porque la mayoría de las veces un incidente como este te manda, por lo menos, fuera de carrera, y que, además, te pase cuando te toca entrar a repostar y sólo un par de curvas antes de la entrada a boxes no deja de ser toda una demostración de que eso que llaman "la suerte de los campeones" existe. Pese a lo aparatoso del incidente, el británico todavía conseguía reincorporarse a carrera en la quinta plaza y con un coche sin mayores daños que le permitía llegar a meta y sumar los suficientes puntos como para seguir liderando la general.

Finalmente, lo único bueno que nos dejó esta muy olvidable carrera de Turquía fue una situación más apretada en la general del campeonato. Ganó quien llegaba a Estambul cuarto, seguido de los que eran tercero y segundo, y con el líder sumando pero cediendo parte de su ventaja. Y ahora viene Monza, con los Ferrari en alza y en casa pero 15 y 16 puntos por detrás, mientras Hamilton mantiene 5 sobre Alonso que, según como se mire, pueden ser muchos o poco. Muchos viendo su implacable ritmo de carrera en Estambul y, sobre todo, su cada vez más evidente superioridad en calificación lleve más o menos combustible. Pocos porque cualquier incidente en uno de los cinco grandes premios que quedan puede costar hasta el doble de esa ventaja. Con los McLaren todavía no habiendo sufrido una sola avería en carrera, la fría estadística dice que algún día les tiene que tocar a Lewis y/o Fernado lo que ya han sufrido Kimi y Felipe. Sería una pena que el campeonato se acabase decidiendo por un fallo mecánico, aunque si queremos que las carreras sean impredecibles ese es un factor que no se debe olvidar nunca. Veremos que pasa en Monza, antaño templo de la velocidad y circuito donde se daban decenas de adelantamientos a base de aprovechar los rebufos en sus largas rectas. Algo de lo que hoy día ya casi ni nos acordamos. Preparémonos para otra, rapidísima, procesión, decidida en los entrenos, la salida y las estrategias: así es la fórmula 1 del siglo XXI, esa que, si no hubiese un español luchando por el título, veríamos sólo los cuatro psicópatas de siempre ¡y hasta nosotros nos aburriríamos!