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22|07|07 G.P. EUROPA | FORMULA 1 | 10ªPRUEBA
En Nurburgring Massa superó el chaparrón inicial sin fallos y dominó en la renaudación sobre suelo seco, pero cuando la lluvia volvió a hacer acto de presencia en el sprint final de la carrera, fue incapaz de resistir el ataque de un Alonso imparable que se llevó una de esas victorias que valen mucho más que los diez puntos en juego y que, unida al "cero" de Hamilton, le dejan a sólo dos del británico, todavía líder del campeonato.
CRONICA

Si algo queda en el nuevo Nurburgring del mítico Nordschleife es el clima impredecible de las montañas de Eifel donde ambos están situados. Y aunque hoy día ya no se corre bajo un aguacero torrencial o, incluso, con niebla como cuando Jackie Stewart ganó en el 68 con más de tres minutos de ventaja y decidió que había que hacer algo para mejorar la seguridad en la F1 luego de ser consciente de que sobrevivir en aquellas condiciones había sido poco menos que un milagro, un chaparrón siempre sirve para cambiar la fisonomía de una carrera y "cuatro gotas" en el momento oportuno hacen más por el espectáculo que cualquier nueva normativa que la FIA pueda imponer en el futuro.

Porque cuando empieza a llover en fórmula 1 no hay donde esconderse... al contrario, es sobre esa fina película de agua que se forma cuando caen las primeras gotas de agua y los monoplazas todavía llevan gomas para seco cuando los artistas del volante marcan la diferencia sobre el resto, sobre los que bastante hacen con mantenerse en la pista. Ser capaz de "levantar el pie" ese algo menos que los demás cuando no hay más remedio que ir un poco más despacio es un arte que pocos, muy pocos dominan. Y entre esa élite está Fernando Alonso, como ya hemos podido ver estos últimos años cada vez que el asfalto se humedece y se convertierte en algo más parecido a una pista de patinaje. Así que, cuando a apenas diez vueltas del final de este Gran Premio de Europa del 2007, las nubes volvieron a descargar sobre el nuevo Nurburgring, una carrera que estaba poco menos que resuelta en favor de Massa y Ferrari cambio de manos a la enorme velocidad en que se agiganto la figura de un Alonso con "hambre de ganar" mientras se empequeñeció la de un Massa con "miedo a perder".

La tan obstinada como inutil resistencia del brasileño sólo sirvió para hacer más dolorosa su derrota y para recibir, encima, la humillación pública de verse después en el centro de una discusión con el doble campeón mundial, quien no desaprovechó la ocasión de seguir machacando a su rival también fuera de la pista tras haberlo destrozado dentro. En juego había sólo dos puntos pero el desenlace tiene mucho más valor: Massa ha vuelto a mostrar todos sus límites y Alonso toda su fuerza: si se trataba de definir el territorio de uno y otro, tengo la sensación de que Fernando ha marcado con claridad el suyo y no va a ser fácil que Felipe vuelva a tratar, siquiera, de entrar en él.

Alonso se conformaba con ser segundo cuando la lluvia final le dio una oportunidad que no desaprovechó

Bajo la lluvia de las últimas vueltas, Massa se dejó arrebatar una carrera que era suya

Webber por fin consiguió el resultado que llevaba tiempo buscando con el Red Bull

ENTRENAMIENTOS

La calificación volvió a definir buena parte del resultado de la carrera de un modo muy similar al ocurrido en Francia. Si entonces una avería en el cambio de su McLaren dejaba a Alonso con la peor situación posible tras la Q3, salir el décimo en parrilla con la mínima gasolina cargada para luchar por la pole, esta vez ese mismo mal trago le tocaba a su compañero de equipo Lewis Hamilton. Y le tocaba además de forma bastante más traumática, cuando la tuerca delantera derecha de su monoplaza se soltaba en una de las zonas más rápidas del circuito y el británico se convertía en un simple pasajero dentro de su McLaren mientras este se dirigía imparable hacía el exterior del siguiente viraje. El impacto era de esos que pueden hacer daño aunque, por fortuna, todo se quedaba en un buen susto y Lewis podría ser de la partida el domingo. Pero su carrera ya se veía muy comprometida y empezaba lo que sería su primer fin de semana "malo" desde que debutó hace escasos meses en Fórmula 1.

Con Hamilton fuera de combate y camino del hospital para la lógica revisión médica tras semejante impacto, la lucha por la pole se restringía a los otros tres 'habituales' de las dos primeras filas esta temporada. De ellos, Massa era el menos incisivo y el duelo acababa por centrarse entre Raikkonen y Alonso. Fernando lo intentaba todo pero tenía más que un susto en la rápida bajada que lleva a la "paella" de mitad de vuelta, salvando el trompo de forma espectacular pero no pudiendo evitar que la pole se la llevase un Kimi al que se veía realmente confortable manejando su Ferrari. A falta de conocer las estrategías de unos y otros, la simple contemplación de la cámara subjetiva del piloto de Ferrari y del de McLaren durante su vuelta rápida dejaba claro que el finlandés tenía margen mientras que el español iba 'dándolo todo' y ni siquiera así su talento era suficiente para estar delante: ¡la carrera iba a ser difícil!

Cuando la carrera es complicada Wurz es de los que siempre está ahí, esta vez fue cuarto

Coulthard es otro de los que saca partido de las carreras difíciles, en Nurburgring acabó quinto

Heidfeld empezó llevándose por delante a Kubica y terminó sexto justo delante del polaco

CARRERA

El caprichoso clima de la zona ya había hecho de las suyas el viernes durante los entrenos libres de la GP2 y las previsiones meteorológicas para el domingo eran de posibles aguaceros durante la carrera. Pero cuando se formaba la parrilla el suelo estaba seco aunque el cielo se presentaba muy nublado.
Parecía claro que iba a acabar lloviendo, la duda era ¿cuando? y la elección de neumáticos incial obligada: había que salir con los de seco ... salvo que seas un piloto local, debutes con el peor coche de la parrilla, te apellides Winkelhock y pienses algo así como "¿por qué no intentarlo?". El joven piloto alemán decidía a última hora montar las gomas de lluvia fuerte ...¡y acertaba! Porque aunque la salida se daba sobre seco, con los dos Ferrari llegando por delante al embudo del 'Mercedes Arena' tras pasar Massa a un Alonso menos incisivo de lo habitual en los primeros metros, no se había recorrido ni media vuelta ¡y empezaba a llover! Además no se trataba de 'cuatro gotas' no, ¡era un chaparrón en toda regla!
Así que, sin tiempo casi para asimilar la increible arrancada de Hamilton, sexto a la entrada de la primera curva, cuarto (¡ya justo tras Alonso!) a la salida de la misma luego de tocarse entre si los dos BMW, y engullido de nuevo por el grupo al pinchar uno de sus neumáticos el alerón del recien superado Heidfeld, llegaba la estampida general camino de los boxes y en busca de las gomas para agua. Y ahí empezaba a cambiar el signo de la carrera. Raikkonen, que llegaba el primero, entraba más rápido de la cuenta en el carril de boxes tras salvar de milagro el trompo unos metros antes ...¡y se veía obligado a volver a la pista ante la nada deseable opción de acabar contra el muro de entrada al pitlane! Con lo que estaba cayendo, Kimi tenía que dar otra vuelta entera con "slicks" y ello significaba, como mínimo, perder una buena cantidad de tiempo: el principal favorito acababa de perder la carrera.

Los que si entraban sin más contratiempos eran el resto, con Massa por delante de Alonso, el brasileño optando por los intermedios y el español por los "full wets". Tras ellos tampoco había unanimidad a la hora de elegir y muchos, entre ellos Hamilton, optaban por la elección de Massa, pensando en que aquello era una tormenta pasajera y que no iba a llover tanto. ¿Quien había acertado? La duda se aclaraba pronto, cada vez llovía más y en el siguiente paso por meta Massa se mantenía en la pista 'de milagro' a final de recta mientras Alonso superaba el mismo viraje con muchos menos apuros. Había demasiada agua para los intermedios y los aquaplanning iban a ser inevitables. En rápida sucesión llegaban a ese mismo punto y se salían totalmente fuera de control Button, Albers, Hamilton ...¡casi todos! Los coches iban quedando 'aparcados' en la escapatoria de final de recta en una imagen que me recordaba a las primeras fotos que vi fórmula 1 allá por el 75, con un montón de monoplazas apliados en las redes de Woodcote durante los compases finales del gran premio británico.

Mientas todo esto pasaba, Markus Winkelhock que no había tenido, lógicamente, que parar en boxes conseguía algo que su padre, el recordado Manfred, nunca logró: liderar un gran premio de fórmula 1. ¡Y de que forma! Aunque pareciese imposible, una mirada al monitor de tiempos indicaba que el Spyker pasaba en cabeza por meta ¡con casi cuarenta segundos de ventaja! Vamos que Markus les llevaba algo así como media vuelta a todos los demás. Por desgracia para el joven alemán y para los que todavía esperamos milagros y hazañas románticas en la fórmula 1, la lógica de la seguridad se imponía sobre la hermosa locura del riesgo y la bandera roja ponía fin al breve sueño de gloria del debutante. La carrera se paraba mientras veíamos con sorpresa como el McLaren de Hamilton era devuelto a la pista por una grúa, el británico había mantenido el motor en marcha, el coche estaba intacto y la interrupción de la prueba le volvía a meter en carrera aunque fuese a cola de pelotón.

La reanudación minutos después, en regimen de safety car y con la lluvia ya remitiendo, servía para tener la insólita imagen de ver a un Spyker en cabeza por delante de un Ferrari y un McLaren. Imagen que era tan efímera como los escasos segundos que tardaban Massa, Alonso y prácticamente todos los demás en superar al indefenso monoplaza naranja. Con la pista secándose a marchas forzadas empezaba una carrera totalmente diferente. Habría que volver a entrar a poner las gomas de seco, pero no era fácil saber cuando. Hamilton, que optaba por montarlas 'ya mismo' mostraba a todos que era demsiado pronto visitando de nuevo una escapatoria aunque pudiendo esta vez volver a la pista por sus propios medios. Los de delante esperaban un poco más y cuando entraban lo hacían a la vez con lo que no había cambios: Massa se reincoporporaba primero, seguido de Alonso y pronto los dos se veían amenzados por un Raikkonen que comenzaba a ser, con diferencia, el más rápido de todos en pista ...junto con un Hamilton que no parecía dispuesto a rendirse pese a circular último y a casi minuto y medio de la cabeza.

Tras ser embestido por su compañero, Kubica todavía consiguió sumar un par de puntos

El último punto en juego fue para un cada día más convincente Kovalainen

A Hamilton se le puso todo en contra, no se rindió nunca pero se quedó finalmente sin puntuar

Con la pista ya totalmente seca, los Ferrari dominaban: Massa se iba escapando de Alonso y este veía como Raikkonen se acercaba cada vez más. Pero lo que parecía inevitable, que el finlandés alcanzase al español, no se acababa de producir. Paulatinamente el ritmo de Kimi bajaba y, poco después, su Ferrari empezaba a 'sonar raro'. La fiabilidad (¡o la falta de ella!) volvía a ser el talón de Aquilés de los coches rojos: el cambio del F2007 se rompía y su piloto apenas si podía llevarlo a cámara lenta hasta la entrada de boxes.

El abandono de Raikkonen dejaba a Alonso en una tranquila segunda posición que era realmente valiosa con Hamilton todavía muy lejos de poder siquiera pensar en sumar un punto pese a venir remontando de forma furiosa. Tras el último repostaje, Fernando apretaba un poco más y recortaba algo la diferencia con Massa pero la sensación era que el brasileño tenía la carrera controlada mientras que el español utilizaba su habitual táctica de meter presión hasta el final 'por si acaso pasa algo'. ¡Y vaya si pasaba! Como ya quedó relatado al principio de la crónica, la lluvia volvió justo en el momento oportuno, la ventaja de Massa se disolvió en las pocas gotas que empezaron a caer mientras todavía los dos iban con slicks, y cuando volvieron a pista prácticamente pegados y ya con las gomas apropiadas para el resbaladizo asfalto, fue sólo cuestión de tiempo, muy poco tiempo, el que Fernando se abriese paso literalmente "a empujones" mientras Felipe trataba de cerrar huecos como podía e, incluso, como no debía. Daba igual, el McLaren número 1 pasaba prácticamente 'por encima' del Ferrari y Fernando se llevaba una victoria de esas que le gustan, en las que puede dar rienda suelta tanto a la alegría por el triunfo como a la rabia y las ganas de reivindicarse que sigue, todavía, teniendo el ovetense pese a que poco tenga ya que demostrar a nadie.

Cegados por el brillo del fugaz pero espectacular duelo por la victoria, fijarse en las siguientes posiciones era complicado. Lástima, porque el tercer puesto de Mark Webber era de esos peleados y que merecen más atención. El australiano lleva todo el año 'haciendo milagros' con el RedBull en calificación, siendo habitual en la Q3 en lucha con coches superiores pero sin poder concretar casi nunca en carrera. Esta vez, tras ser nada menos que sexto en entrenos, Mark conseguía completar un gran premio sin problemas mecánicos y sin fallos, y el resultado era un podio de esos que pasan desapercibidos por todo lo que ocurrió delante pero que tienen un gran valor. Además, la quinta plaza de su compañero Coulthard, pescando en río revuelto como siempre (y como hacía, otra vez, Wurz ¡nada menos que cuarto!) parece indicar que los RedBull Renault están en el buen camino otra vez.

Para el final dejo el comentario sobre la increible actuación de Hamilton, que tal vez demostró más acabando noveno y sumando su primer "cero" que en alguna de sus anteriores carreras que terminaron en el podio. Lewis lo tuvo todo en contra pero no se rindió nunca, rodó tan rápido como el que más, tanto en seco como en mojado (¡ojo a sus tiempos, incluso mejores que los de Alonso cuando este 'se comía' a Massa!), adelantó por donde fuese (¡la pasada a Fisichella con dos ruedas por la hierba fue de las que meten miedo!) y al final acabó noveno, perdió casi toda su renta al frente del campeonato pero no salió, ni mucho menos, derrotado de Alemania. Al contrario, demostró de que pasta está hecho y su candidatura al mundial sigue siendo firme. Con Fernando cada vez más fuerte y con los Ferrari todavía algo más competitivos que los McLaren, el campeonato entra en una fase apasionante. ¡Hasta estoy deseando que llegue el tradicionalmente aburrido Gran Premio de Hungria! ¿Quien sabe? Igual hasta llueve otra vez, como el año pasado, y entonces la diversión si que va a estar asegurada.