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08|07|07 G.P. GRAN BRETAÑA | FORMULA 1 | 9ªPRUEBA
Dos victorias consecutivas en una sola semana relanzan las opciones de Raikkonen y Ferrari en un mundial de fórmula 1 que ya no parece tan sólo cosa de dos como se pensaba hace apenas dos grandes premios. Los Ferrari han vuelto a superar a los McLaren-Mercedes en la eterna carrera por la competitividad, y aunque Hamilton marcó la pole y sigue líder, Alonso le recortó dos puntos y le superó en el circuito donde más ganas tenía el británico de brillar.
CRONICA

El histórico trazado de Silverstone, sede de la primera carrera de la fórmula 1 'moderna', ya no es aquella pista formada por largas rectas unidas entre si por curvas rápidas que lo convertían en uno de los más impresionantes del calendario. La evolución sufrida por el circuito que rodea al viejo aeródromo de la segunda guerra mundial le ha hecho perder buena parte de su dificultad original, pero ello no lo hace, ni mucho menos, una de esas pistas 'fáciles' o con poca personalidad que han ido proliferando en los últimos tiempos. Curvas como Copse o zonas como la de las rapidísimas enlazadas de Maggots, Beckets y Chapel, son de esas donde, todavía, se puede ver a un fórmula 1 al máximo, en ese delicado equilibrio entre máxima velocidad posible y mínima adherencia necesaria que les permite pasar de un modo que desafía los sentidos y que, por si sólo, explica porque nos gusta tanto todo esto.

Para mi, personalmente, la de Silverstone ha sido siempre una de las carreras más esperadas del año. Tal vez sea porque todavía recuerdo las fotos de aquel primer reportaje que leí sobre un gran premio de fórmula 1, en la añorada revista Fórmula, escrito por el 'Maestro', Don Javier del Arco y, precisamente, sobre un Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone, concretamente el de 1975 que terminó con victoria de Fittipaldi y supuso la retirada delante de su público del legendario Graham Hill. Que dos años después, cuando ya empecé a comprar de forma regular, cada mes, la efímera heredera de Fórmula, "Vida del Automóvil", el de Silverstone fuese también uno de los reportajes sobre F1 que, de nuevo escritos por Del Arco, leí una y otra vez durante aquel verano del 77 mientras esperaba, ansioso, a que llegase el número de agosto, no hizo, pobáblemente, más que seguir contribuyendo a que la pista inglesa fuese una de mis favoritas.
En aquel 1977 se estrenaba el extraño Renault RS01 Turbo que, poco lo imaginábamos entonces en plena 'época feliz' de los motores V8 Ford Cosworth, cambiaría para siempre la fórmula 1, Emilio de Villota trataba, infructuosamente, de clasificar su McLaren M23 con los colores de Iberia y, también con un M23 pero del equipo "oficial", debutaba un joven piloto llamado Gilles Villeneuve, bajo cuyo retrato en blanco y negro, Del Arco escribía "Atención al pequeño canadiense, Gilles Villeneuve posée una clase excepcional y un sólo gran premio le ha bastado para demostrarla".
Precisamente, apenas cuatro años después, Gilles, convertido ya en piloto Ferrari y en todo un mito hacía una de las suyas en aquella improvisada chicane que montaban a la salida de Woodcote, llevándose por delante todo lo llevable. Se trataba de nuevo de un gran premio británico, en Silverstone, y era en una de las primeras retransmisiones en directo por TV de un carrera completa que recuerdo haber visto en España (aparte de la anual cita con el Jarama). Una carrera que acababa ganando un británico, John Watson, pilotando un McLaren, aquel MP4 que significó la llegada a la fórmula 1 de la fibra de carbono.

Así que ahora, treinta años después (¡que rápido pasa el tiempo!) tenía otra cita con Silverstone y esperaba tal vez con algo más de impaciencia de la habitual el inicio de la carrera escasos minutos antes de las dos de la tarde del domingo. Una carrera en la que se podía repetir la historia de un británico venciendo al volante de un McLaren, algo que ansiaba el público que volvía a llenar las tribunas y las pelouses de la pista de Northamptonshire. La pole de Hamilton el sábado había elevado al máximo la cotización del nuevo prodigio de la fórmula 1, pero la presencia amenazadora del Ferrari de Raikkonen, a su lado en primera fila, y la alargada sombra de todo un bicampeón mundial con ganas de revancha escasos metros tras el McLaren número 2 convertían este Gran Premio británico del 2007 en uno de esos que tienes ganas de ver ... aunque sabes que, por desgracia, la gran mayoría de la carrera se va a jugar a base de estrategías, vueltas rápidas cuando no hay tráfico y adelantamientos "virtuales" en la calle de boxes. Así es la fórmula 1 de hoy día ¡que le vamos a hacer!

Raikkonen volvió a ser el más rápido justo cuando hacía falta y sumó su tercer triunfo con Ferrari

Alonso fue el único que inquietó a Kimi y acabó segundo muy por delante de Hamilton

Hamilton se llevó una muy celebrada pole pero en carrera no tenía ritmo para seguir a los líderes

ENTRENAMIENTOS

La sesión de calificación del sábado, había tenido un climax espectacular en los segundos finales de la Q3. Alonso pasaba por meta marcando un 'tiempazo' que le daba la pole provisional. Sin apenas tiempo para saborearla, Raikkonen salía de Woodcote con dos ruedas por la tierra y, aun así, rebajaba en una milésimas el crono del español. Y mientras nos preguntabamos como Kimi lo había conseguido, Hamilton ponía en pie hasta al aficionado británico más flemático siendo el único capaz de bajar de 1:20 y haciéndose con una pole que uno sentía como la culminación de un sueño para todo joven piloto: ser el más rápido en el gran premio de tu país y ante tu público. Que luego se pueda analizar lo ocurrido en base a unos kilos más o menos de combustible o a una táctica más o menos arriesgada elegida por unos y otros de cara a la carrera no deja de ser uno de los defectos de la fórmula 1 actual, donde ni siquiera lo que siempre era "la hora de la verdad" en cuanto a poder comparar en valores absolutos la velocidad de cada conjunto piloto-máquina a una sola vuelta, tiene ya el significado que tenía cuando un Senna, un Villeneuve o un Rosberg ponía en juego todo lo que llevaba dentro para superar los límites menos razonables por ese poco más de un minuto que duraba la vuelta de calificación que les daría una nueva 'pole'.

Kubica ya está en la línea de lo que prometía el año pasado y volvió a ser cuarto

Tras salir desde boxes, Massa se hinchó a adelantar y acabó quinto

Heidfeld sigue sumando puntos, esta vez fue sexto pero Kubica le está empezando a batir con regularidad

CARRERA

La configuración del tramo inicial de Silverstone no es de las que permite el habitual sprint hasta la primera frenada en el que se acaban jugando la mayoría de grandes premios de fórmula 1 últimamente. En lugar de un embudo de primera velocidad en la pista británica lo primero que se afronta es una rapidísima derecha en la que meterse 'a cuchillo' para pasar por el interior no es lo más recomendable. Así que la salida no era, esta vez, el punto decisivo ... aunque justo antes de darse si tenía ya una influencia importante en el desarrollo del gran premio. Las banderas amarillas que se agitaban en el muro de boxes al lado del Ferrari de Massa mientras este gesticulaba desde su cockpit eran un signo inequívoco. De los cuatro favoritos, los dos McLaren y los dos Ferrari como siempre este año, uno ya se quedaba sin opciones antes de empezar.

Con el hueco dejado por Felipe, que esperaba impaciente tras la raya blanca del final del pitlane a que pasase todo el pelotón, se daba una salida que resultaba, como era de esperar, limpia y sin cambios en la parte de arriba. Hamilton arrancaba decidido a tomar la cuerda en Copse tapando todo hueco posible a Raikkonen, y Alonso salía perfectamente recto, pensando que su momento ya llegaría más adelante.

Las primeras vueltas eran las vueltas de Hamilton. El británico había optado por jugarse el todo por el todo en entrenos en busca de la pole, optando por cargar algo menos de gasolina y por usar menos alerón atrás para ganar la máxima velocidad posible en las largas rectas de Silverstone ... aun a costa de perder eficacia en sus vertiginosas curvas rápidas. A base de un control del coche que sólo los elegidos tienen, Lewis había conseguido controlar el indómito McLaren lo suficiente como para hacerse con esa celebrada pole y como para coger una pequeña diferencia en las primeras vueltas. Pero cuando tras el tirón inicial Hamilton observaba como una mancha de color rojo aumentaba de tamaño en sus espejos, el británico comprendía que se había equivocado. Le habían podido las ganas de cumplir su sueño, había alcanzado la priemra parte del mismo pero se iba a tener que despertar antes de que culminase desde lo más alto del podio como, estoy seguro, terminaba ese sueño suyo y de tantos otros jóvenes pilotos que ansían con llegar a la fórmula 1.

Raikkonen se daba cuenta pronto de que su ritmo de carrera era superior al de Hamilton y se le echaba encima. Por un momento, incluso, casi cometía el 'sacrilegio' de jugárselo todo a una carta y tratar un adelantamiento al viejo estilo, en la pista. Pero después de estar muy cerca de tocarse ambos monoplazas a la entrada del lento "complex" que hace ya muchos años nos dejó sin la impresionante curva de Woodcote, Kimi 'entraba en razón' se guardaba su instinto de 'killer' y esperaba a esos malditos repostajes que nos dejan sin ver lo que más nos gusta, a los pilotos peleando 'cuerpo a cuerpo' en la pista en vez de hacerlo a distancia a base de vueltas rápidas. De hecho, a Raikkonen le bastaba con una sola, bajando de golpe un segundo entero en cuanto se libraba del tapón que le suponía el menor ritmo del McLaren para, tras pasar el Ferrari por boxes, salir ya delante de un Hamilton que, además, en su ansia por evitar lo inevitable, había tratado de salir de boxes antes de lo que debía, estando cerca de llevarse puesta la manguera de combustible. Ahí despertaba definitivamente Lewis de su sueño de un fin de semana de gloria en Silvertone, un suelo que tendrá que esperar, aunque viendo la enorme clase que atesora el británico estoy convencido de que no tardará mucho en producirse.

Otro que va a más es Kovalainen, séptimo en Silverstone y de nuevo por delante de Fisichella

Fisichella sumó el último punto en liza y ya empieza a sufrir ante el ascenso de su compañero de equipo

Por unos moticos u otros pero en el podio no se veían grandes muestras de alegría

Con tres vueltas más de combustible y un coche cuyo balance era mejor que el de su compañero, Alonso había sido espectador privilegiado de todo lo que pasaba delante de él y sabía que ahora llegaba su momento. Optando por un segundo 'stint' más corto su equipo le cargaba con menos gasolina, lo que implicaba recortar el tiempo de estancia en el box y, unido al feroz ritmo de Fernando durante sus vueltas extra, permitía al español salir no sólo delante de Hamilton ...¡sino también de Raikkonen! Ahora tocaba tratar de completar el milagro que suponía batir a un Ferrari que se mostraba superior y a ello se aplicaba Fernando con esa capacidad suya de hacer cada vuelta como si fuese la más decisiva de la carrera. Pero, por mucho que lo intentaba, el McLaren número 1 no se distanciaba lo suficiente del Ferrari número 3. Llegado el momento para Alonso de hacer su segunda y última parada, que obligatoriamente supondría cargar más gasolina de la que luego echase Kimi y montar, además, gomas duras para poder resistir hasta el final de carrera, la ventaja era apenas superior a 4 segundos. Un rápido vistazo al monitor de tiempos mostraba, de inmediato, que no había opción. En cada uno de los cinco giros más que Raikkonen siguió en pista recortó, más o menos, un segundo. Como, además, su parada fue, por lógica, más corta al necesitar menos combustible para llegar a meta, por mucho que se desgañitasen los comentaristas de la tele, que buscaban al McLaren por la recta mientras el Ferrari dejaba su box, las matemáticas eran tozudas y dejaban a Kimi en cabeza con un par de segundos de ventaja sobre Fernando ...¡game over!

De ahí al final la lucha por la victoria ya no existía, unos y otros empezaban a pensar ya en Nurburgring y a bajar revoluciones en unos motores que deberán resistir, todavía, los rigores de otro gran premio completo. El único que todavía seguía empujando era Felipe Massa, al que habíamos dejado esperando imapciente tras la línea blanca del final del pitlane. Un línea que había dejado atrás con la aceleración de un dragster camino de la cola del grupo y de una larga sucesión de adelantamientos que eran, prácticamente, los únicos "de verdad" que se daban en toda la carrera. La tremenda competitividad del F2007 se mostraba bien a las claras cuando se veía al Ferrari de Massa atravesar el pelotón como un afilado cuchillo pasa por un bloque de mantequilla caliente. Pese a rodar casi siempre con tráfico por delante, Felipe acababa por alzarse hasta la quinta plaza tras el último repostajes y tenía todavía tiempo y coche para alcanzar al cuarto, el BMW de Kubica. Pero el polaco se mostraba un hueso más duro de roer, y tras un par de tímidos intentos, Massa se lo pensaba mejor, sacaba la calculadora y decidía que valía más asegurar cuatro puntos que jugárselo el todo por el todo para añadir uno más.

Y es que, bien pensado, casi todo últimamente conspira en contra de esos adelantamientos que todos queremos ver: la aerodinámica exasperada que ha hecho pasar de moda los rebufos, el limitador a 19000 vueltas que impide que los pocos rebufos que todavía se puedan coger sean más efectivos, los repostajes y cambios de ruedas que 'desaconsejan' arriesgar para pasar en pista cuando es menos peligrosos hacerlo en boxes, los superefectivos frenos de carbono que limitan el espacio disponible para apurar una frenada al mínimo imprescindible, la hipersofisticada electrónica que hace poco menos que imposible que el piloto que va delante falle un cambio, pase el motor de vueltas, haga un trompo por acelerar antes de tiempo o más de la cuenta y, por último, aunque no menos importante, que con el actual sistema de puntuación que prima la regularidad, da pocos puntos más a cada puesto y no permite descartar ningun resultado, lo que importa es terminar y sumar.
En fin que, realmente, ¡no hay manera de pasar salvo que lleves un misil y el de delante no! Y por eso Massa se tuvo que quedar tras Kubica y vimos tan pocos adelantamientos en Silverstone, una pista donde nunca es que hubise tantos como en un Monza, por ejemplo, pero donde, de todas formas, hasta no hace mucho se podía pasar en sitios como Stowe o Luffield con relativa asiduidad.
Pero bueno, esto es lo que hay y, al menos, el consuelo que tenemos este año es que el campeonato está más emocionante que nunca, o por lo menos que desde hace muchísimos años. Tener dos equipos y cuatro pilotos con opciones a ganar en cada carrera es poco menos que un lujo.