En un mundial tan igualado como el de este año, cualquier factor puede ser decisivo y en China hubo varias de esas circunstancias que hacen pensar como a veces el azar juega también un papel determinante, incluso en un mundo tan tecnificado como es el de la fórmula 1 moderna. Porque todos los cálculos de los ingenieros y las mejoras y evoluciones de los monoplazas quedan en ocasiones como este gran premio en segundo plano, y algo tan cotidiano como que llueva o deje de llever se convierte en la clave absoluta del fin de semana, dando y quitando a los dos aspirantes al título y convirtiendo la asignación del campeonato casi en algo tan aleatorio como a los profanos nos suele parecer el pronóstico del "hombre del tiempo"

Victoria 91 de Schumacher que ya alcanzó a Alonso al frente del mundial (foto Ferrari Media)	Fernando lo intentó hasta el final pero no pudo hacer más que segundo (foto Renault Media)	Las caras de unos y otros en el podio lo dicen todo (foto Ferrari Media)

Llueve en la Calificación, Alonso toma ventaja

Si algo dejó meridianamente claro la única carrera disputada sobre mojado en lo que va de temporada, el gran premio de Hungria, es que ahora mismo la ventaja cuando el piso está mojado es para las gomas de agua de Michelin respecto a sus equivalentes de Bridgestone. Así que cuando la lluvia caía cada vez con más intensidad sobre el espectacular circuito de Shangai durante los minutos previos a la sesión que decidiría la parrilla de salida, los pronósticos estaban claros, Alonso iba a sacar ventaja en el primer asalto de su lucha por el título contra Schumacher.

Y los cronos de la Q1 y la Q2 no hacían sino confirmar esos pronósticos, Alonso y, en general, todos los clientes de Michelin, ocupaban la parte de alta de la tabla mientras los de Bridgestone iban "cayendo como moscas" en los 'cortes' de las dos primeras tandas. De hecho, Schumacher se las veía y se las deseaba para meterse, por los pelos, entre los diez participantes en la Q3, ¡siendo el único capaz de hacerlo con un monoplaza calzado con Bridgestones! La lucha por lo pole era un asunto privado entre los Renault, con Alonso imponiendo su virtuosismo sobre suelo mojado para ahcerse con el mejor crono y poner las bases de lo que podía ser un resultado decisivo en la lucha por el título. Pero, viendo las cosas con desapasinamiento, si la pole de Fernando había sido sensacional, el sexto puesto obtenido por Schumacher con unos Bridgestone que no podían competir con la adherencia proporcionada por los michelin, era sencillamente magistral. Y escrbiendo estas líneas ahora, con la ventaja que da el conocer ya el resultado final de la carrera, bien podíamos decir que el alemán empezó a ganar el gran premio de China precisamente en esa vuelta "imposible" que le permitiría salir todavía no muy lejos de Alonso pese a haberse disputado la calificación en las condiciones más favorables para su rival.

Fisichella no pudo contener a Schumacher y acabó debiendo dejar pasar a Alonso (foto Renault Media)	Otra buena carrera de Button que acabó cuarto (foto Honda F1)	De la Rosa pescó en rio revuelto en el último giro para finalizar quinto (foto McLaren Media)

Carrera, mucha agua al principio.

A la hora de iniciarse la carrera, la pista estaba casi tan mojada como el día antes pero no llovía con lo que la incertidumbre era máxima y afrontábamos una de esas situaciones en las que, a veces, influye tanto o más la intuición que los ordenadores. Apostar por otra cosa que las gomas intermedias (o más bien mejor llamarlas "todo tiempo") era un suicidio, eso seguro, pero la gran pregunta era cuales serían las gomas a montar en el primer pitstop. Porque la lluvia no tenía pinta de retornar y la pista se iba a ir secando. Y la rapidez con lo que lo hiciese iba a decidir, más que cualquier otro factor, el resultado de la prueba.

De entrada, Alonso partía con ventaja y, consciente de que la situación favorable a sus intereses (pista encharcada) podía no durar mucho, salía a por todas. Marcando un ritmo simplemente inaccesible para el resto, Fernando se escapa a base de marcar vuelta rápida tras vuelta rápida, acumulando pronto una renta cercana a los veinte segundos cuando apenas si se llevaban media docena de giros. Pero la carrera era de esas que hay que ver con un ojo en la pista y con otro en el monitor de tiempos. Y este pronto empezaba a dar señales inquietantes para los intereses del español. Schumacher, que había "sobrevivido" a las primeras vueltas, las más mojadas, empezaba poco a poco a rodar cada vez más rápido. Primero lo más que conseguía era ir perdiendo menos tiempo en cada giro con respecto a Alonso pero pronto la tendencia iba a ir cambiando, cuanto menos agua había en la pista mejor para los Bridgestone y, sobre todo, ¡peor para los Michelin!

La pista se seca, comienzan los problemas para de Alonso

Al producirse el primer pit stop, asistíamos, sin saberlo, al momento clave de la carrera y, quien sabe, si del campeonato. Sea por su fortísimo ritmo de las primeras vueltas o porque, simplemente, sus neumáticos no funcionaban cono debían, el caso es que Alonso y Renault optaban por cambiar las gomas delanteras cuando Schumacher solamente repostaba. De golpe, la diferencia que había acumulado Fernando en su inicial sprint sobre suelo mojado comenzaba a desaparecer tan rápido como el agua que había sobre la pista. Algo le pasaba al asturiano cuando sus cronos eran del orden de tres y cuatro segundo por vuelta peores que los de Schumacher ...¡y que los de Fisichella! El italiano se encontraba en medio de ambos y sin tener muy claro cual era la mejor opción: tratar de retener a un Schumacher visíblemente más rápido en una pista donde "se puede adelantar" o buscar la primera plaza para, así, evitar que la consiguiese el de Ferrari. En Renault optaban por aquello de "la mejor defensa es un buen ataque", y cuando Fisichella alcanzaba a un Alonso cada vez en mayores dificultades, lo superaba luego de un par de momentos de duda en los que Schumacher se les echaba, definitivamente, encima a ambos.

Una vez Fisichella por delante, Schumacher no tardaba en dar cuenta de Fernando, vengándose en parte de la pasada que Alonso le había dado en Hungria justo en la situación opuesta, si entonces era el alemán el que no podía defenderse con unas gomas inadecuadas, ahora le tocaba al español sentir la impotencia de ver como tu máximo rival te supera sin poder ofrecerle, siquiera, la más mínima resistencia.

Barrichello rodó al principio por delante de Schumacher para acabar finalmente sexto (foto Honda F1)	Heidfeld fue el gran perjudicado del lío de la última vuelta (foto BMW press)	Aparte de Schumacher, sólo Webber consigió puntuar con ruedas Bridgestone (foto Williams Media)

¡Otra vez la maldita tuerca!

Pero la carrera no estaba todavía decidida, ni mucho menos. La pista se secaba cada vez más y el momento de poner las ruedas para seco iba a llegar tarde o temprano. No tan temprano, eso si, como pensaba el polaco Kubica, que apostaba al todo o nada poniendo las ruedas acanaladas cuando el carril seco todavía era apenas más ancho que su monoplaza. El resultado era una vuelta totalmente "de rallyes" por parte del valiente polaco que servía para convencer a todos de que todavía no era el momento. Vuelta a boxes, otro juego de intermedios y a esperar mejor ocasión para alcanzar esa primera victoria que, viendo el talento y las ganas que le pone Robert, no tardaremos mucho en ver.

Cuando llegaba el turno del segundo repostaje para los tres de cabeza, unas pocas vueltas después, la apuesta ya era menos arriesgada aunque todavía no fuese, ni mucho menos, cien por cien segura. Schumacher era el primero en salir a pista con las 'rayadas', luego de que Massa ya lo hubiese hecho unso giros antes y su equipo tuviese ya la certeza de que esa era la opción buena. La primera vuelta del alemán sobre suelo todavía húmedo pero con las gomas de seco era tan o más magistral que la del sábado con intermedio bajo la lluvia que le había permitido salir sexto en parrilla. Fisichella entraba en el siguiente giro y cuando salía y afrontaba la primera curva comprobaba como la adherencia de las Michelin en estas condiciones no era, ni mucho menos, la que ofrecían las Bridgestone. El romano sufría para trazar la primera curva a derechas ... y Schumacher veía a la presa herida y se lanzaba a por ella sin vacilar. El aleman metía dos ruedas por la hierba para pasar por el mínimo hueco que le dejaba un Fisichella que trataba, desesperadamente, de cerrar la puerta. No había opción, el Ferrari se hacía con el liderato y se empezaba a escapar.

Pero con ser malo para los intereses de Alonso, eso no era lo peor. Apenas unas vueltas antes, Fernando había entrado ya a cambiar gomas, buscando todavía el milagro de darle la vuelta a una carrera que ya estaba muy perdida. Pero si al español le quedaba alguna posibilidad, esta se esfumaba cuando la tuerca trasera derecha ¡se le caía de la pistola a su mecánico! El tiempo de recuperarla y montarla se hacía eterno aunque fuesen apenas una docena de segundos, pero eso en términos de fórmula 1 es una eternidad. Fernando volvía a pista tercero pero legísimos de Schumacher y de Fisichella y no le quedaba más que dar el máximo y esperar un auténtico milagro.

Inútil remontada final

Las últimas vueltas eran toda una exhibición de la voluntada ganadora de Alonso. El asturiano marcaba vuelta rápida tras vuelta rápida y rebajaba todo lo que podía las diferencias. Fisichella se quitaba de en medio "con discrección" a base de bajar su ritmo lo suficiente para que su compañero de equipo lo alcanzase y superase cuanto antes, sin por ello hacerlo de un modo excesivamente desacarado como para que alguien pudiese hablar de esas ordenes de equipo tan prohíbidas como imposibles de demostrar.

Sin nadie más entre Schumacher y Alonso, las últimas vueltas servían sólo para darle más emoción a una carrera que, realmente, estaba resuelta desde hacía bastantes giros. Fernando batía record de vuelta tras record de vuelta pero Schumacher mantenía un ritmo "de seguridad" suficiente como para poder todavía entrar en meta con tres segundos de ventaja. Fernando sólo podía asistir desde unos metros más atrás, a la celebración del alemán, y su entrada en la última curva, totalmente de lado, dejaba claro que no se va a rendir hasta el último metro. El campeonato está más al rojo vivo que nunca, con ambos empatados a falta de sólo dos carreras, y aunque la tendencia desde mitad de temporada es claramente "proFerrari", todavía hay que correr dos grandes premios de esos que nadie al que le guste esto se puede perder. En una semana, Suzuka será el escenario del primer asalto entre los dos aspirantes a un título que, por muchas razones, parece tener más valor que nunca.