¡Que locura de fin de semana! En Monza, la fórmula 1 fue más noticia que nunca pero mucho más por sus excesos que por sus virtudes. Todos sabíamos que en Monza los Ferrari jugaban "en casa" y que, por tanto, para Alonso y Renault la visita al legendario circuito milanés era, probáblamente, la más difícil de las que quedan para acabar la temporada. Pero poco nos podíamos imaginar que pasase todo lo que pasó y que, a resultas de todo ello, el campeonato saliese de Italia tan tremendamente igualado y, sin embargo, de lo que menos se hablase tras el gran premio fuese de la carrera en si ... ¡pero es que fuera de la pista también se compite, y mucho, en la fórmula 1!

Schumacher cruza la meta como ganador... (foto Ferrari Media)	...y a Alonso sólo le queda lamentarse en un fin de semana en que todo estuvo en su contra (foto Renault Media)	Pole y segunda plaza para Raikkonen que ya se siente en Monza como en casa (foto McLaren Media)

Calificación de pesadilla para Alonso

Si la calificación suele ser en la fórmula 1 uno de los momentos decisivos de cada fin de semana, en Monza lo iba a ser también y por muchas causas. De entrada, los Ferrari no se mostraban tan "fieros" como casi todos esperábamos y la primera fila 100% roja que ansiaban todos los tiffossi se quedaba en nada cuando Raikkonen se hacía con una sosprendente pole que servía al finés de inmejorable carta de presentación ante su nueva afición. Tras muchos dimes y diretes, Monza era finalmente el lugar escogido para clarificar la situación de Kimi de cara al 2007, quien el sábado anunciaba lo que ya era un secreto a voces desde hace bastantes meses: que su nuevo equipo es Ferrari. Quedaba todavía la duda de quien sería su compañero el año próximo, una duda que su acompañante en la primera fila de parrilla, Michael Schumacher, se encargaría de despejar al final de la carrera, en lo que se convertía en uno de los puntos de máximo interés de todo el gran premio ... aunque a estas alturas ya pocos dudaban de la decisión del kaiser: la retirada.

Pero antes de irse, Schumacher quiere ser campeón y para ello ha de batir a Alonso. Un Alonso que sabía que iba a sufrir en Monza ...¡pero no creo que esperase sufrir tanto! Para empezar, el inoportuno reventón de una rueda trasera en plena calificación le ponía ya contra las cuerdas. Sin apenas tiempo para marcar su vuelta rápida y con los deflectores y demás apéndices aerodinámicos de uno de los laterales de su R26 dañados por la explosión de la goma, Fernando volvía a pista con el tiempo justo para pasar por meta apenas un par de segundos antes de que se acabase la sesión. Mientras Alonso cruzaba la línea justo a tiempo y se lanzaba a por un tiempo que le serviría, al menos, para salir en tercera fila, detrás de él Massa venía en vuelta rápida pero no mejoraba su crono anterior. Una situación de esas que se dan continuamente en los entrenamientos de calificación y que pasaba poco menos que totalmente desapercibida ya que todos los ojos estaban puestos en la última vuelta de Fernando, y el Ferrari del brasileño circulaba bastantes metros por detrás.

¡Pero había quien pensaba que esos metros no eran tan "bastantes"! Ferrari hacía uso de toda su fuerza política en la pista de casa y presentaba una reclamación que en cualquier otro circuito no hubiese prosperado de ningún modo. La alegación era algo así como: "las turbulencias del Renault de Alonso han molestado a Massa en su vuelta rápida" y aunque sonase ridículo, sobre todo tras ver las imágenes de la cámara interior del coche de Massa y comprobar como nunca estuvo realmente cerca del Renault en toda la vuelta, el colegio de comisarios deportivos (¡con dos de sus tres miembros de nacionalidad italiana!) decidía aceptar la protesta de Ferrari y sancionar a Alonso que, de golpe, caía hasta el décimo puesto en la parrilla.

La indignación de Fernando y todo el equipo Renault era tan justificada como inútil, la decisión era irrevocable y la carrera se le complicaba al español todavía más de lo que ya lo estaba. A partir de ahí el gran premio ya quedaba ensombrecido y la "política" pasaba a ocupar el primer plano de la actualidad con declaraciones subidas de tono de unos y otros y una sensación general de "pucherazo" que en nada ayuda a la credibilidad del campeonato y que, además, Schumacher y Ferrari realmente no necesitaban, como tanto los tiempos de entrenos como la propia carrera se encargarían de demostrar.

Sensacional carrera de Kubica, ¡ya en el podio en su tercer gran premio! (foto BMW press)	Fisichella contiene al pelotón, al final salvaría unos puntos para Renault al acabar cuarto (foto Renault Media)	Otra buena carrera de Button, quinto con el Honda aunque lejos de luchar con los mejores (foto Honda F1)

Schumacher a lo suyo

La carrera, en lo que respecta a la lucha por la primera plaza, apenas si tenía historia. Raikkonen partía en cabeza desde su posición en la 'pole' pero Schumacher le seguía de cerca, paraba una vuelta más tarde para realizar el primer repostaje, y con ese giro extra ya le bastaba para volver a pista delante del finés. De ahí hasta su paso bajo la bandera a cuadros en primera posición, la única preocupación para el alemán era saber cuantos puntos iba a sumar Alonso.

Remontada de Alonso

El interés de la carrera estaba, sin lugar a dudas, en ver hasta donde podría llegar Fernando desde esa injusta décima posición de salida. El español estaba enrabietado y pronto mostraba que no iba a dar nada por perdido. Ya en la arrancada iba a por todas, despachaba sin problemas a Barrichello y acababa la primera vuelta séptimo tras no tener ninguna oposición, lógicamente, por parte de Fisichella ni demasiada tampoco por parte de un De la Rosa al que le volvía a acompañar el mal fario y duraría muy poquito más en carrera hasta que su motor Mercedes dijese basta.

El siguiente objetivo era Heidfeld, sorprendente tercero en entrenos pero que no había salido demasiado bien. Pero el motor BMW empujaba de verdad y pese a que Alonso se emparejaba con el alemán en la recta, ambos llegaban totalmente en paralelo a la frenada de la primera chicane en uno de esos desafíos de "frenaré cuando tu frenes" ... el caso es que Alonso apenas si frenaba, se saltaba la chicane sin mayores miramientos, superaba así a Heidfeld ¡y casi se llevaba puesto a Button! En cualquier otro momento de la temporada aquello hubiese sido un "drive trough" evitable sólo dejando pasar de nuevo al BMW-Sauber. Pero tras "lo de Schumacher y Pedro" en Hungria y, sobre todo, las palabras de Charlie Witting al respecto y la injusta sanción a Fernando del sábado, al árbitro "se le encogió el brazo" y la carrera de Alonso siguió como si tal cosa. Una por otra, podíamos pensar, pero así no es como nos gustaría que se "arbitrase" la F1. Porque a este paso, el "todo vale" puede ser la nueva regla a la hora de acercarse a una chicane y no es de eso de lo que se trata precisamente.

Una vez pasado Hedifeld "por la vía rápida", Alonso se encontró con un hueso más duro de roer en el Honda de Button. El inglés mantuvo la quinta plaza por delante del español sin mayores problemas hasta que llegaron los primeros repostajes ... pero no más allá. El Honda iba menos cargado, entro antes que el Renault, y cuando Fernando hizo su primera parada ya consiguió salir por delante de Jenson ¡uno menos y ya era quinto!

El siguiente obstáculo era doble, el Ferrari de Massa ¡y el BMW-Sauber de Kubica! El polaco estaba haciendo una carrera sensacional, tomando el relevo de la buena prestación de su compañero Heidfeld en entrenos y luchando nada más y nada menos que por subir al podio ¡en su tercer gran premio! Pero Alonso tenía otros planes y tras rodar al límite y, probáblamente, más allá, durante todo el segundo 'stint', el último repostaje era el momento que el Renault número 1 debía de aprovechar para, de golpe, ganar esas dos posiciones que le separaban de la tercera plaza. Lo malo es que cuando Alonso se dirigía a su box, ¡Kubica hacía lo mismo! La lucha pasaba entonces a ser, primero, entre los mecánicos de Renault y los de BMW-Sauber, con ligera ventaja para "los de azul" que permitía a Fernando volver al pitlane justo cuando Kubica ya rodaba por el mismo, y después entre los controles de tracción y demás limitadores electrónicos de uno y otro coche: ambos rodaban absolutamente emparajedos por el pit, a esos desesperantes y obligatorios 80kms/h del límite de velocidad ... hasta que cruzaban la raya blanca que permite ya dar gas a fondo, y ahí el Renault era imbatible como lo es en cada arrancada de gran premio. Fernando entraba en pista por delante de Robert ...¡y ya era tercero!

Barrichello secundó esta vez a su compañero de equipo, puntuando ambos para Honda (foto Honda F1)	Trulli acabó séptimo pero los Toyota siguen estando lejos de los puestos que importan (foto Toyota F1)	Heidfeld poco antes de que Alonso lo pasase aplicando "las reglas de Witting", el de BMW acabaría 8º (foto Honda F1)

¡El Renault se rompe!

Quedaban diez vueltas y Alonso había llegado hasta donde podía llegar en Monza este fin de semana. Tercero y 6 puntos no era mal botín para todo lo que había pasado ... ¡pero todavía quedaba lo peor! Casi dos años llevaba Fernando sin sufrir una avería de motor en su Renault así que la fría estadística llevaba tiempo ya amenazando con un siniestro "ya va tocando", pero que el fallo llegase a diez giros del final en Monza era realmente cruel. El nuevo propulsor evolución del R26, estrenado para esta carrera, explotaba en medio de una espectacular nube de humo y los seis puntos se convertían en cero. Ahora si que el campeonato se pone al rojo, pero al rojo Ferrari, porque con sólo dos puntos de ventaja para Fernando, tres carreras para el final, y los de Maranello dominando como lo vienen haciendo desde Indianápolis, la situación para Alonso y Renault parece desesperada.

Pero eso es no contar con la rabia, las ganas de ganar y la determinación del asturiano, contagiadas también a su equipo en este inesperado final de temporada. Ahora en Renault nadie piensa en si el año que viene su piloto va a ser Kovalainen y no Alonso, todas las polémicas y los problemas que han hecho cada vez más difícil la segunda mitad de año para el piloto español y el equipo francés pueden, incluso, tener un efecto positivo: ¡todos van a darlo todo de aquí al final!

¡Schumacher se retira!

La habitualmente banal rueda de prensa de los ganadores tenía, por una vez, motivos de interés: Schumacher iba a anunciar la decisión sobre su futuro y esta era la esperada tras todo lo comentando en las últimas fechas: "me retiro a final de temporada". Un anuncio que ya no sorprendió a nadie a estas alturas pero, que, de todas formas, causó el lógico efecto, por fin era oficial ¡el kaiser se retira!

Así que, con sólo tres carreras por delante para cerrar su carrera deportiva, el alemán también va a darlo todo para salir por la puerta grande con el octavo título mundial en el bolsillo. Tres carreras nada más para cerrar no sólo la temporada 2006 sino toda una época en la F1. Y que mejor cierre que la lucha hasta el último gran premio entre el heptacampeón que se va y el actual campeón que le sucede como máxima estrella de la fórmula 1. Ni el mejor guionista de Hollywood hubiese preparado un final más adecuado ... aunque las malas lenguas que siempre circulan por el paddock dicen conocer el nombre de ese guionista: ¡un tal Bernie Ecclestone! Sea como fuere, esperemos que, gane quien gane, la película tenga un final feliz.