Ya se sabe que el gran premio de Mónaco suele decidirse, en gran parte, en la sesión de calificación del sábado. En esta pista, tan legendaria como estrecha, "el que hace la pole gana", aunque hoy día con las tácticas de los repostajes eso no tiene porque ser la "verdad absoluta" que era años atrás, cuando nadie paraba en boxes salvo que tuviese algún problema.
En todo caso, la lucha por la pole era vista por todos como clave. Tan clave como para que Michael Schumacher, pole provisional a falta de pocos minutos para el final de la sesión, decidiese hacer lo que hizo, "aparcar" sin mayores miramientos en La Rascasse justo cuando los Renault de Alonso y Fisichella estaba a punto de mejorar su crono, provocando así la aparición de las banderas amarillas y arruinando la última posibilidad de desbancarle que tenían sus rivales. Una maniobra inadmisible por muchas escusas que el piloto alemán y su equipo quieran poner, y que nos devuelve al Schumacher "de siempre", el que es capaz de lo mejor al volante de su monoplaza, pero también de hacer lo que sea para batir a sus rivales, sin importarle mucho las reglas, la deportividad y lo que los demás puedan pensar de sus actos.
Afortunadamente una maniobra así, hecha además a la vista de tantísimas cámaras, no quedó impune y los comisarios deportivos "castigaron" al alemán con el retroceso al último lugar de la parrilla. Las opciones de una victoria de Schumacher y Ferrari en Mónaco se esfumaban ...¡y Alonso saldría en pole!

Alonso exhultante con el trofeo de Mónaco, uno de los pocos que le faltaban (foto Renault Media)	Así de juntos llegaron a rodaron los cuatro primeros en la fase más interesante de la carrera (foto Renault Media)	Tras los abandonos de Raikkonen y Webber, Montoya acabó segundo pero lejos de Alonso (foto McLaren F1)

Alonso en cabeza pero sin poder escaparse

Saliendo el primero y con la confianza de que el sistema de salida de Renault sigue siendo el mejor, Fernando no tuvo problema para pasar por el embudo de Sainte Devote en cabeza. Tras él R26 del español, el sorprendente Webber, segundo en parrilla con el Williams Cosworth, bastante tenía con contener a un superagresivo Raikkonen, que se emparejaba con él al llegar a la primera curva pero se veía obligado a ceder, por ahí sólo cabe uno y ese uno era el Williams. Pero el McLaren era visíblemente más rápido y en un par de vueltas Kimi ya daba cuenta de Mark cuando este llegaba un tanto "colado" a un nuevo paso por Sainte Devote, salía lento en la ascensión hacia el Casino y no podía evitar que el finlandés le pasase como un cohete antes de Massenet.
Raikkonen ya era segundo y a partir de ahí empezaba la carrera de verdad. Por delante, Alonso rodaba a buen ritmo pero no se escapaba y todos esperaban ya al primer repostaje para ver como de cargado había salido cada uno y que se podía adivinar de cara a las intenciones y posibilidades de unos y otros.

Más igualdad de la esperada

Y el primer repostaje no servía para cambiar posiciones pero si para presentar una carrera diferente a la esperada. Alonso no sólo no se escapaba sino que empezaba a rodar visíblemente más lento que sus perseguidores. En un visto y no visto Raikkonen ya estaba pegado al alerón trasero del Renault número 1 y lo hostigaba todo lo posible. Para el finlandés había dos opciones, forzar al error al español o tratar de ir "más largo" en este seguno turno, dar dos o tres vueltas sin tráfico, y salir líder tras el segundo repostaje.
Mientras esperaba a ver si lo segundo era posible, Kimi se dedicaba, infructuosamente, a lo primero. Fernando iba a un ritmo de hasta tres segundos por vuelta más lento de lo que se podía hacer, y a esa velocidad esperar que el Campeón del Mundo cometa un error no parece muy realista. La duda estaba en saber si el ritmo "lento" de Alonso era debido a problemas (¿otra vez las gomas traseras como el año pasado?) o se trataba de una estrategia premeditada para tratar de ahorrar gomas y, sobre todo, gasolina, y así repostar lo más tarde posible y "cubrirse" ante el eventual largo segundo "stint" de McLaren.

Coulthard dio la gran sorpresa haciendo podio con el RedBull (foto RedBull Media)	Fisichella fue de los pocos que dio espectáculo, obligado por su mala posición de parrilla (foto Renault Media)	Tras su lamentable maniobra del sábado, Schumacher hizo un carrerón el domingo (foto McLaren Bridgestone)

Se rompe el Williams de Webber y se acaba la carrera

El caso es que, mientras elucubrábamos al respecto, tras los dos primeros llegaba un inesperado tercero en discordia, el Williams de Mark Webber. El australiano era el más rápido en pista tras el primer repostaje y en pocas vueltas se pegaba al duo de cabeza, añadiendo una nueva variable a la lucha ¿podrían por fin los de Williams concretar las promesas que el motor Cosworth lleva ofreciendo desde pretemporada? Por desgracia para el equipo de Sir Frank, esas promesas se volvieron a convertir en humo, el humo que empezó a salir de la toma de aire del motor del coche del australiano al inicio de la vuelta 48.

¡Y ahí se acababa la carrera! El Williams quedaba "mal aparcado" a la salida de Sainte Devote, se desplegaba el cartel de Safety Car y, lógicamente, Renault llamaba a Alonso a repostar, McLaren hacia lo propio con Raikkonen, los dos entraban a la vez y salían en el mismo orden. La posibilidad, que parecía bastante real, de que Kimi hubiese podido alargar la segunda parada y poner en apuros a Fernando, ya no existía. Al de McLaren le quedaba sólo persistir en su acoso en busca de ese improbable error del de Renault ... ¡y ni eso! Todavía con el coche de seguridad en pista, el humo volvía a ser protagonista ¡y esta vez el origen era el propulsor Mercedes de la flecha cromada del finlandés! Raikkonen apartaba el coche al exterior en Portier y Alonso se quedaba sólo en cabeza, con un pelotón de doblados entre él y el siguiente en la clasificación, Montoya, que dejaban la carrera vista para sentencia. .

Barrichello fue por segunda vez en la temporada el mejor de los Honda (foto Honda F1)	Webber y Williams siguen sin suerte pero demostrando sus posibilidades (foto Williams F1)	Los últimos puntos en juego los sumaron Heidfeld para BMW y Ralph Schumacher para Toyota (foto BMW press)

Por delante todo resuelto ... por detrás mucho movimiento

Con Alonso y Montoya como primero y segundo, claramente distanaciados entre si y del resto, la emoción de la lucha por la victoria ya no existía. Fernando ganaba con "facilidad" (¡nunca más relativa esa palabra que cuando se habla de ganar con un F1 en Mónaco!) llevándose una carrera a la que tenía ganas desde aquel error doblando a Ralf dos años atrás que le costó un más que probable triunfo. Pero Alonso es de los que falla muy pero que muy poquito, y esta vez estaba simplemente perfecto todo el fin de semana y toma ya una ventaja en el mundial que, de seguir la increible racha de fiabilidad de su Renault, deja el campeonato muy favorable a sus intereses aunque todavía quede mucha temporada.

El interés de la carrera se trasladaba a los puestos tercero y siguientes. El último escalón del podio parecía que iba a ser para Trulli hasta que el Toyota dejó tirado al italiano a sólo seis vueltas del final. Prfunda decepción para un Jarno que es de los que parecen demostrar que si "la suerte de los campeones" existe, tambien debe de haber una equivalente "mala suerte de los no campeones" y él es de los que más resulta afectado por ellas.

Así que con Trulli, fuera y Schumacher y Fisichella remontando como locos desde muy atrás pero sin posibilidad real de llegar al tercer puesto, resulta que ¡la tercera plaza la acabó heredando David Couthard! El escocés siempre ha destacado en las calles monegascas, y no precisamente porque sea su lugar de residencia. Es un circuito que se le da bien, es un piloto experto y en carreras como la de este año todavía sabe sacar tajada. Así que el RedBull, con los colores de SuperMan esta vez, conseguía un inesperado podio que su piloto celebraba recogiendo el trofeo ¡con la capa roja del superheroe a sus espaldas!

Pegados a Coulthard acababan por llegar Barrichello y Schumacher ...¡como el año pasado! Pero esta vez, el brasileño pilota para Honda y no se dejaba intimidar tan facilmente como entonces, cuando perdió la posición ante el alemán en el último paso por la piscina, consiguiendo unos importantes puntos y, sobre todo, un resultado bueno para su moral tras el flojo inicio de temporada.
Schumacher se conformaba con marcar, de largo, las mejores vueltas rápidas de carrera y haciéndonos pensar que le pudo el ansia de controlarlo todo en entrenos ya que, incluso saliendo segundo, podría haber batido a Alonso a base de estrategia. Pero bueno, a lo mejor es que el sabía que eso no iba a ser posible y de ahí esa maniobra a la desperada en la calificación que le puso "a los pies de los caballos" como en los viejos tiempos de sus duelos con Damon Hill o Jacques Villeneuve