| Año IV | 2005
 Príncipe de Asturias | Campeonato de España de Rallyes 2005 | 9ª prueba


Llegábamos al Príncipe con la vista puesta en ese duelo directo Hevia-Sordo durante todo el rallye que, por unas u otras causas, no acabábamos de tener en las últimos carreras. El resto casi se puede decir que no contaban, y el hecho de que la participación este año fuese de las más flojas del campeonato (los presupuestos se acaban ¡y Ferrol dejó mucha huella!) poco iba a influir en el ánimo de dos aficiones, la asturiana y la cántabra, entregadas a sus respectivos ídolos y dispuestas a trasladar todo el apoyo a sus pilotos.

Las apuestas no admitían otros nombres, Hevia y Sordo, Sordo y Hevia. La situación era, además, límite para el todavía campeón el viernes cuando se iniciaban las verificaciones. Berti tenía que "ganar o ganar". No había más táctica que atacar a fondo desde la salida y lo bueno para el espectáculo era que a Sordo tampoco le servía quedarse a la expectativa. Una victoria de Hevia dejaría el campeonato en el aire hasta la última prueba, el Costa del Sol, en lo que sería un duelo final definitivo.

Así que teniamos todos los ingredientes para disfrutar de un rallye de los que hacen afición, un rallye épico, disputado al segundo, ¿que digo al segundo?, a la décima de segundo, que es como se deciden hoy día estos rallyes modernos, absolutamente al sprint. Muchas veces se ha dicho en automovilismo que para tener una buena carrera basta con que participen dos coches y dos pilotos que estén igualados. En casos así olvidarse del resto es casi perdonable, que nos disculpen los 73 equipos restantes que tomaron también la salida en Oviedo pero este Príncipe 2005 era uno de esos casos.

Dani Sordo y Marc Martí disfrutando del título en el podio final de Oviedo

Enorme decepción para Hevia tras haber hecho un rallye simplemente sensacional

Fuster supo marcar el ritmo adecuado para hacerse con otro podio

Pleno de Hevia en la primera sección

La Rasa, Orizón y Libardón configuraban la primera sección del rallye y se convertían en todo un "festival Hevia". Berti salía dispuesto a dar el primer golpe, tal vez con la idea de intimidar de salida a su joven adversario y decirle algo así como "¡esta es mi casa y aquí mando yo!".
Tres décimas en el corto La Rasa a favor del de Renault no eran más que una mínima victoria, más moral que efectiva se podía pensar. Tres segundos y una décima en Orizón ya eran un primer aviso serio del poleso, y otros casi dos segundos en el siempre angustioso Libardón dejaban en algo más de cinco a favor de Hevia un primer asalto que respondía a todo lo que esperábamos: los dos favoritos luchaban cara a cara, las diferencias eran pequeñas, ninguno había sufrido incidente alguno que le retrasase y esto prometía ¡y mucho!

Sordo contraataca

Pese al magnífico día de sol que acompañaba al rallye, a primeras horas de la mañana los tramos estaban, lógicamente, resbaladizos, con alguna que otra humedad y el asfalto todavía frio. La segunda sección se iniciaba con una repetición de los tres tramos anteriores, ya con condiciones de piso casi perfectas, que podía ser muy definitoria de lo que nos quedaba por ver. Si Hevia volvía a imponer su autoridad tal vez Sordo pensase que no había opción y se conformase con aplazar el combate hasta Málaga. Pero el joven piloto cántabro demostró enseguida porque es la más firme promesa de futuro de los rallyes nacionales.

Un primer scratch para Sordo en La Rasa tenía ya el significado de respuesta al envite lanzado por Hevia, "para ganarme vas a tener que correr mucho", parecían significar esos dos segundos que Dany le recuperaba a Berti. Y claro, Berti no es de los que se amilanan ante desafios de esta índole, y devolvía la jugada con intereses. Un nuevo scratch en la repetición de Orizón, con dos segundos y tres décimas a su favor, restablecían el orden anterior de cara a un nuevo Libardón.

En el largo tramo de las inmediaciones de Villaviciosa, Sordo demostraba hasta que punto quería dejar ya sentenciado el campeonato en Asturias. El cántabro buscaba todo aquello que le pudiese dar una ventaja, y si eso significaba salir sin rueda de repuesto para ahorrar unos kilos, aun a costa de arriesgarse a quedar eliminado por un pinchazo, pues se hacía. Era un "todo o nada" que daba resultados, Sordo bajaba nada menos que en ¡trece segundos! su crono anterior y pese a que Hevia también mejoraba su registro previo, cedía cinco segundos de una tacada y llegaba a la última zona de asistencia del día, todavía lider, pero con ¡sólo medio segundo de ventaja!

Suspendido el último tramo del sábado

Quedaban sólo dos especiales para acabar el primer día de competición y teniamos justo el rallye que todos queriamos ver. En la primera de ellas, de nuevo Orizón, Hevia volvía a ser más rápido y a elevar el margen con su rival a algo más de dos segundos.

A la vista de los tiempos en las dos pasadas anteriores, Libardón podía dictar sentencia, al menos provisional. Pero ahí sufriamos el primer "anticlimax" del fin de semana. Al paso del observador por el tramo todavía había buena cantidad de público por la carretera, sin haberse situado convenientemente para ver la prueba, y la organización decidía no correr riesgos en materia de seguridad y optaba por anular la prueba, ante la no certeza de que todo el mundo pudiese encontrar acomodo en lugar seguro con tiempo para que se iniciase el tramo.
Enorme decepción pues para todos, especialmente para los muchos aficionados que se habían desplazado hasta Libardón, pero la decisión era tan prudente como inapelable y no impedía que acabásemos el día con buen sabor de boca, menudo pedazo de rallye estábamos teniendo...¡y todavía quedaba otra etapa al día siguiente!

¡Sordo líder!

El domingo tenía en su programa seis especiales, con dos pasadas a La Horrea-Pajomal, La Faya y Santa Bárbara. Y la primera de ellas le bastaba a Sordo para dar un magistral golpe de mano. En los muy exigentes 20,5 kilómetros del tramo novedad de esta edición del rallye, el Citroen C2 de AutoGomas marcaba un crono 2,3 segundos mejor que el Clio oficial y el liderato cambiaba, por primera vez, de manos.

Por si su scratch en un tramo nuevo para todos como Pajomal no fuese bastante, Sordo se imponía también en los "clásicos" La Faya y Santa Bárbara. Otros dos segundos a favor de Dany en el primero y apenas cuatro décimas más en el segundo dejaban el rallye del lado del cántabro con algo más de dos segundos de ventaja y la última sección por disputarse exactamente sobre los mismos tramos.

¡Malditas piedras!

Hevia llegaba a la meta del segundo Pajomal consciente de haberlo dado todo, rebajando nada menos que casi catorce segundos su tiempo de por la mañana. Por detrás, justo un minuto después, Sordo venía "como un misil" aunque en el tiempo intermedio llevaba ya tres segundos de desventaja. Pero en ese minuto de margen entre coche y coche ocurrió el hecho que marcó el rallye. Nadie sabe como llegaron hasta allí, pero el hecho es que un tronco y unas piedras de notable tamaño se encontraban en el medio de la carretera cuando el C2 número 1 circulaba a apenas cinco kilómetros para la llegada del tramo. Sordo pasaba a toda la velocidad que podía sobre el obstáculo, y llegaba a meta, con un crono 2,1 segundos peor que el de Hevia y tremendamente preocupado por las posibles causas del incidente y sus consecuencias sobre la integridad de su C2.
Los dos siguientes pilotos en llegar al mismo lugar sufrían peor suerte, Fuster pinchaba y Fombona golpeaba con dureza el cubrecarter de su Clio. Se encendían todas las alarmas y empezaban a circular rumores sobre una posible acción antideportiva de algún mal llamado "aficionado". Tras llegar a meta ventitantos coches (la mayoria de ellos ya en competición cuando se tuvieron las primeras noticias de lo ocurrido) se paraba el tramo y los comisarios deportivos empezaban a valorar los sucedido mientras la organización buscaba indicios que explicasen sus causas.

Victoria y título para Sordo en un triste final

Pero "el espectáculo debe continuar" y mientras mil conjeturas sobre que habría pasado realmente y que consecuencias traería para el desarrollo del rallye circulaban como la pólvora, el rallye continuaba. Quedaban dos tramos y, en teoría, Sordo era todavía líder aunque con sólo seis décimas de ventaja.
En la segunda pasada por la Faya el cántabro volvía a imponer su C2 al Clio del asturiano y aumentaba el margen a segundo y medio. ¡No podía haber más tensión!

Los 14 kilómetros de Santa Bárbara lo iban a decidir todo, o eso creíamos. En el punto intermedio Hevia aventajaba a Sordo en dos segundos ...¡nuevo cambio de líder! Hevia tiene entonces medio segundo a su favor y quedan poco más de seis kilómetros. En ellos los cronos son casi calcados, de hecho el del Clio todavía obtiene tres décimas más sobre el del C2... ¡Gana Hevia por ocho décimas! ...¿Seguro?...¡No! Mientras todo esto sucedía en la carretera, fuera de ella los comisarios deportivos decidían anular los tiempos de todos los competidores que completaron el tramo de Pajomal tras el paso de Hevia y ya con la presencia de las ya famosas y malditas piedras en la carretera. Ello significaba que los 2,1 segundos que el asturiano había obtenido de ventaja en ese tramo se esfumaban ... ¡y con ellos la victoria en el rallye y el título! Peor final no podiamos tener para un rallye tan intenso, tan emocionante, tan increible.

¿Se tomó la decisión correcta?

Juzgar si el resultado final ha sido justo se me antoja poco menos que imposible. Está claro que Sordo (y los que pasaron tras él) encontró a su paso un obstáculo que le perjudicó. Algunos dicen que "los rallyes son así" y que si llegó a la meta, con un crono incluso mejor que el marcado en la primera pasada, es que tampoco se debió ver tan perjudicado con lo que se tenía que haber mantenido su crono real y con ello el rallye hubiese sido para Hevia. Es una opinión, tan respetable como otras, y sin duda la que tienen la mayoría de aficionados asturianos.
Pero tambien es verdad que de haberse obrado así estariamos entonces en el caso opuesto, y sería igualmente injusto. Porque Sordo se encontró "las piedras", las paso como pudo perdiendo sin duda algo de tiempo, y aun así sólo 8 décimas le hubiesen separado del triunfo. Sin el obstáculo es fácil pensar que esas 8 décimas podían no haber caido y, además, nos queda la terrible duda de quien o que provocó que todo esto sucediera. Y llegados a este punto, sin haber visto el que esto escribe pruebas de lo que pudo haber ocurrido, simplemente quiero creer ciegamente en esas "posibles causas naturales" que menciona la organización en su escueto comunicado al respecto. Porque pensar que la causa sea "la otra que todos estamos pensando" sería demasiado grave y no serviría más que para dañar a nuestro deporte. Y me da la sensación de que con esto último en mente es como se decidió lo que se decidió y ¿que quereis que os diga? nos duela o no me parece que fue la decisión menos mala.

Así que sólo queda felicitar al nuevo campeón, justo campeón por todo lo hecho, no sólo en este rallye sino durante todo el año, y dar ánimos al campeón saliente, que se batió al máximo hasta el último kilómetro y perdió la opción a seguir luchando por causas totalmente fuera de su control.

¡Que gran rallye nos brindaron! ¡Que gran rallye se nos estropeó ... ¡¡¡Malditas piedras!!!


Miguel Martínez-Conde
Marc Gutiérrez
Antonio Garrido
Aquilino Sánchez
El grupo N presentaba más ausencias que presencias entre los habituales protagonistas de la temporada. Sin los Delgado, Burgo o De Miguel , por sólo hablar de los más destacados, el triunfo parecía cantado para uno de los dos Mitsubishi de punta del equipo del RACC. Y entre ellos, teniendo en cuenta que a Coldecarrera le bastaba con hacer tercero para llevarse ya el título sin esperar al Costa del Sol, todas las papeletas para la victoria parcial parecía tenerlas el siempre espectacular Marc Gutiérrez.
Pero eso era desconocer lo mucho y bien que el equipo de Martínez-Conde había trabajado en su coche desde Llanes y minusvalorar al veterano y muy experimentado piloto cántabro. Martínez-Conde "rejuvenecía" de golpe en el Príncipe y se ponía en cabeza desde el principio, haciéndo inútiles los esfuerzos de Marc Gutiérrez por alcanzarlo. El andorrano era el primer líder del rallye pero el cántabro le superaba en la segunda especial ... y ya no cedería la primera posición.

Marc era finalmente segundo, resultado que de entrada le hubiese sabido a poco, pero que era de oro tras el inesperado abandono de su compañero de equipo y líder del campeonato, David Coldecarrera. El catalán llegaba a la meta de Santa Barbara con las dos ruedas delanteras destrozadas y daños suficientes como para no poder seguir, por lo que el título se deberá resolver entre ambos en el Costa del Sol.

Con Coldecarrera fuera, el tercer escalón del podio en grupo N era para el siempre constante Garrido, mientras que el llanisco Aquilino se alzaba nada menos que hasta la cuarta plaza con su Clio de la Copa Regional. El que los tres mejores de la Junior asturiana puntuasen para el nacional de grupo N es buena muestra de la "poca maquinaría" que hubo en la categoría en esta ocasión.

Esteban Vallín
Miguel Arias
Oscar Mascaró
Eloy Entrecanales

El pronóstico en el Desafio era claro, "ganará Vallín , ¡seguro! " Y el de Colunga no defraudó, imponiéndose de nuevo en un rallye del nacional en su tierra ¡y van seis consecutivos!
Un triunfo que unido a la salida de pista del catalán Guillen y ayudado por la segunda plaza de los avilesinos Arias, que restaron puntos a Mascaró y Entrecanales, deja la decisión del título para la última prueba y con diferencias realmente exiguas entre los primeros, Mascaró tiene 151 puntos pero ya ha de descontar su peor resultado (un 7) mientras que Entrecanales suma 146, Vallín 145 y Guillén 136. ¡Más emoción imposible!

Dejando a parte el campeonato, en el Príncipe destacaron también, dentro de los "desafientes", el asturiano Roberto Florez "Sandalio", quinto al final y el canario Jonás Ramírez, que estaba rodando realmente rápido y sacando buen partido de llevar copi de la tierra (Gabriel Suarez) hasta que salió en la tercera especial cuando era segundo de la general tras Vallín.

Dani Balasch
Fernando Rico
Carlos Márquez
Jon Izaguirre
El siempre igualado trofeo C2 de Citroen también se vio afectado por la tremenda polémica de la segunda pasada por Pajomal. Con los tiempos "reales", el asturiano Carlos Márquez se hubiese hecho con el triunfo, pero con los cronos "corregidos" la victoria se la llevó el catalán Dani Balasch, por delante del gallego Rico, mientras que un muy contrariado Márquez debía subir sólo al tercer escalón del podio.

El triunfo de Balasch cobra demás especial valor para el piloto del RACC gracias al mal resultado de Monarri, que lideraba hasta que un pinchazo le hizo perder más de tres minutos y le dejó muy retrasado. Ahora los dos están empatados en la general del trofeo y el campeonato se decidirá también en Málaga.

AUTO NALÓN
Raúl Iván Alvarez
CLIO
Aquilino Sánchez
JUNIOR
Marcos Pantiga
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De cara al campeonato y copas de Asturias los resultados fueron casi calcados a los de Llanes. En el absoluto triunfo para Hevia, que no debería tener repercusión en el campeonato salvo que Berti se anime a salir en más de un rallye regional de los que quedan , y segunda plaza para Fombona, que ya participó en un regional (Gijón) y podría tener "tentaciones" de hacer alguna otra incursión de aquí a final de año. La tercera plaza fue esta vez para Vallín, otro que no sigue, en teoría, el regional y la cuarta ¡a sólo seis décimas! para un Carlos Márquez que si tiene intención de ir a por el título en lo que queda de temporada. Como también la tiene, y con más razones que nadie, el actual líder, Aquilino Sánchez, quinto astur en el Príncipe y sumando otra buena cantidad de puntos a su cuenta.

Para el de Llanes fue además la victoria en una copa Clio poco concurrida y que sólo contó con otro participante en la meta, César Fernández "Santana", retrasado por varios problemas a los largo de los dos días pero que, al menos alcanzó la meta, algo que no consiguió Alejandro Rodríguez, fuera de carrera ya a mitad de la primera etapa.

Donde ya está el título decidido es en el Auto Nalón-Volante RACC. Una nueva y contundente victoria de Raúl Iván, la quinta en cinco rallyes, dejó ya matemáticamente sentenciado un campeonato que ha tenido en el langreano a un clarísimo dominador todo el año. En el Príncipe Raúl Iván marcó todos los scratchs además de dedicarse a dar espectáculo en los tramos cercanos a "su casa" de la etapa del domingo.

Para terminar no podemos dejar de mencionar a los "valientes" de la Copa Junior que se atrevieron con un rallye de la dureza del Príncipe. El triunfo, claro , fue para el cada día más aclamado Marcos Pantiga, que se está convirtiendo en todo un ídolo para los aficionados gracias a su generoso estilo de conducción. Segundo, aunque a buena distancia, terminó Miguel Angel Blanco que está acabando muy bien la temporada, como también lo está haciendo Jairo Alvarez, tercero esta vez tras ganar en Gijón hace unos días. También completó la prueba Santiago Fernández mientras que Beteta y Granda abandonaban por accidente y González por avería