Pese a las tres victorias consecutivas de Solberg y Subaru en los anteriores rallyes, el mundial llegaba a Córcega prácticamente decidido en favor de Loeb y Citroen. Para el piloto y la marca galos sentenciar el título "en casa" era una oportunidad que no podían desaprovechar, así que sabedor el alsaciano de que con un cuarto puesto tenía bastante, se guardaba, por una vez, su habitual ansia de victoria y planteaba un rallye tranquilo con la "calculadora" permanente en marcha y sin ceder a la tentación de arriesgar más de la cuenta para ganar el rallye de su país. Sainz, por su parte, tenía también claro cual era su papel, volver a secundar a su joven compañero de equipo y asegurar aun más la situación para que Citroen renovase el entorchado de marcas.
Ya desde la primera especial el aspecto que tomaba el rallye era muy definido. Para facilitar aun más las cosas a Loeb, el único rival que le quedaba en el mundial, el hasta el pasado domingo Campeón Peter Solberg, veía desde el principio como su Subaru no era en el asfalto corso ni remotamente tan competitivo como lo había sido en la tierra japonesa, galesa o sarda. El noruego era sólo sexto en la primera especial, cediendo más de un segundo por kilómetro ante los Focus de Duval y Martin que comenzaban a "volar bajo" desde el primer kilómetro y marcaban también importantes diferencia sobre los Xsara de Sainz y Loeb, tercero y cuarto en esta primera especial.
El rendimiento de los Ford
seguía siendo igual de sobresaliente en los otros tres tramos que componían la primera jornada, llevándose Martin y Duval un scratch cada uno, y dejando sólo la primacía en la última especial para loeb cuando ya habían acumulado una ventaja importante que les permitía cerrar el día copando las dos primeras plazas, con Martin por delante de Duval. Loeb, de todas formas, estaba donde quería estar, tercero escoltado por Sainz y con Solberg muy lejos, sólo séptimo apenas unos segundos por edlante del ex-F1 Sarrazin sobre su Imprezza de la FFSA y superado también por los Peugeot de Gronholm y Cedric Robert. Los 309 no se estaban mostrando tampoco nada a gusto sobre las reviradas carreteras corsas y tras sólo cuatro tramos el rallye mostraba unas jerarquías tremendamente definidas que apenas si cambiarían en las dos siguientes etapas.
El sábado amanecía con el cielo plagado de nubes anunciando lluvia por lo que todavía podía haber sorpresas. Pero, pese a los chaparrones que cayeron de forma intermitente, pocos cambios hubo en las posiciones nobles de la tabla. El más perjudicado fue Robert. El prometedor piloto francés, en su segunda salida com un 309 oficial, estaba cuajando un buen rallye, ridiculizando una vez más a Loix y luchando de tu a tu con Gronholm, cuando se veía sorprendido por una zona húmeda y acababa impactando con violencia cintra un talud rocoso. El 309 rebotaba y quedaba en medio de la carretera así que su copiloto salía del coche para avisar a los siguientes aprticipantes. Tanto Gronholm como Sainz debían parar y tras retirarse el Peugeot seguían y recibñian un tiempo promedio al final del tramo, ya que este no era neutralizado.
Por delante, los Focus seguían intratables, con Martin poniendo además tierra de por medio ante su compañero Duval pese al susto que supuso una fuga de líquido de la dirección asistida que provocó un conato de incendio en el focus del estonio que sus propios tripulantres pudieron controlar sin mayores daños.
Se llegaba así al final del segundo día con los dos pilotos de Ford todavía más destacados, seguidos por los dos Citroen, que a su vez mantenían un amplio margen sobre Gronholm y Solberg ya que los dos pilotos nórdicos seguían sin ser capaces de rodar en los cronos de los Focus o los Xsara.
La última etapa sería practicamente de trámite, excepto para Duval. El belga veía con desesperación como el motor de su focus cedía en el primer tramo del día, obligándole a abandonar y privando a Ford de un doblete especialmente significativo para la marca del óvalo, ahora que está muy en duda su continuidad en el mundial para la próxima temporada.
El triunfo final era pues para Martin pero la atención era toda para loeb y Citroen...y no sólo por el tradicional "chauvinismo" francés sino porque el joven Seb, acompañado ed su fiel Daniel Elena, llegaba a la meta en una segunda posición que era más que suficiente para asegurarle matemáticamente un título de Campeón del mundo que ya acarició el año pasado y que esta temporada ha sido suyo casi desde la salida del primer tramo del montecarlo, tal ha sido su dominio en todos los terrenos del mundial. Secundando de nuevo al ex-gimnasta, que demostraba sus habilidades atléticas con una espectacular voltereta durante la entrega de premios, Sainz conseguía un nuevo podio y reafirmaba aun más si cabe el dominio de Citroen, que se aseguraba también matemáticamente el título de marcas. Un pleno total para la marca d elos chevrones, conseguido además en el Rallye de Francia, sin duda todo un lujo para el equipo de Guy Frequelin que ha sido el más consistente a lo largo del año, al ser el único que ha contado con dos pilotos capaces de acabar en el podio, algo que, hoy por hoy sólo tiene Citroen y, si acaso, Ford pero sólo en algunos rallyes con duval, mientras que ni Peugeot ni Subaru pueden contar con sus segundos pilotos para luchar por las posiciones de cabeza, como Córcega se encargó de nuevo de demostrar.
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Otra victoria en PWRC para Pons y Juliá
foto: RACC |
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Ahora, con los títulos ya decididos, quedan dos rallyes muy diferentes, Cataluña y Australia, en los que sin las cortapisas de pensar en los puntos tal vez podamos asistir a los duelos más espectaculares del año, con un Loeb y un Sainz que, por distintas razones querrán ir a por todas, y un Solberg y Martin que buscarán nuevas victorias parciales y, de paso el subcampeonato. En todo caso, el mundial ya tiene coronado a su nueva estrella, este joven francés que ha roto moldes en poco más de dos años en el mundial, alejándose del estereotipo de piloto galo rápido sólo en asfalto, y convirtiéndose, por derecho propio, en la referencia actual de la categoría por su increible rapidez sea cual sea el terreno sobre el que pilota su Citroen Xsara. |