VELOCIDAD: Los años pasan deprisa

La percepción del paso del tiempo es muy subjetiva. Algunos acontecimientos que ocurrieron hace muchos años nos parecen cercanos y los recordamos como si fueran de ayer. Otros que prácticamente acaban de suceder tendemos a verlos lejanos y a olvidarlos con rapidez. La mente nos engaña pero, nos guste o no, el tiempo avanza de modo tan constante como inexorable, siempre a la misma velocidad por mucho que nos empeñemos en quedarnos con la imaginación en las épocas de nuestra vida que nos dejaron mejores recuerdos.

Este curioso capricho de nuestros sentidos se refleja muy bien en la valoración que algunos hacen de la nueva categoría 'pre 2000' incluida este año en el Campeonato de España de Rallyes para Vehículos Históricos. No es raro escuchar o leer comentarios del tipo de 'esos coches no son históricos', en contraposición a los 'pre 81', los que todo el mundo tiende a considerar históricos más auténticos, o incluso respecto a los 'pre 90', que en su día fueron acogidos con similar reticencia por ser vistos como 'demasiado modernos' para un certamen de estas características. Sin embargo, sólo hay que hacer unos números para darse cuenta de que una cosa es la percepción que podamos tener y otra la realidad.

Cuando allá por el 2008 se convocó por primera vez el ahora conocido como CERVH, los vehículos más representativos de la actual categoría 'pre 81' como el Ford Escort MKII o el Porsche 911SC tenían alrededor de treinta años de edad. Y de unas tres décadas atrás proceden ahora los protagonistas de la nueva 'pre 2000' como el BMW M3 E36 (lanzado al mercado en el 1992) o el Peugeot 306 (producido por primera vez en el 1993). Tiempo más que de sobra, por tanto, para considerarlos históricos lo mismo que en su día lo eran ya sus predecesores en los albores del certamen. Otra cosa es que para quien los vio competir como 'modernos' cuando era más joven todavía se lo sigan pareciendo, quizás para no pensar que su juventud ha quedado tan atrás como la de esos modelos.

También puede influir en esa percepción el cambio experimentado por los rallyes en las últimas décadas, con cada vez menos vehículos homologados para competir que, además, precisamente por su mayor escasez, tienden a ser mucho más caros. Ello hace que en las competiciones más numerosas, los rallyes y rallysprints regionales para vehículos 'modernos', sigan siendo casi siempre mayoría los modelos nacidos en la última década del siglo pasado, modificados en muchos casos a medida que ha ido pasando el tiempo para tratar de mantener su competitividad por un precio menor que el coste de un coche realmente moderno perteneciendo a los grupos R5, R4, R3 y R2 de la pasada década o a los actuales Rally2, Rally3, Rally4 y Rally5.

Sea como fuere, el caso es que los 'pre 2000' son ya vehículos tan o más veteranos de lo que en los inicios del CERVH lo eran los actuales 'pre 81'. Incluso entre sus filas hay alguno con historia real detrás en lugar de ser un modelo de nueva construcción aunque hecho según las especificaciones técnicas de entonces, como suele ser el caso de la mayoría de los que compiten en 'pre 81' o 'pre 90'. Caso, por ejemplo, del Peugeot 106 ex-Azcona-Billmaier, recientemente restaurado y que pudimos ver en acción en el rallye de Avilés. Un coche ganador del Desafío Peugeot treinta años atrás que pertenece a la categoría 'pre 2000' y me parece, sin duda, un coche de lo más histórico.

Así que, después de todo, aunque no guste a todo el mundo, los 'pre 2000' tienen su hueco en un certamen para históricos. En ese sentido, el CERVH sigue la tendencia ya habitual en las pruebas de circuitos y se ha adelantado a lo que más pronto que tarde ocurrirá también en el certamen europeo de rallyes regido por la FIA.

Evidentemente, los coches más modernos tienen que ser, por norma general, más rápidos que los más antiguos y precisamente por ello tiene lógica que en el reglamento del CERVH no haya oficialmente una clasificación general 'scratch' por mucho que, inevitablemente, sea a esa tabla de tiempos que mezcla los resultados de los participantes de todas las categorías la que público y participantes mira antes que nada. En ese sentido, el rallye de Avilés terminó como era de esperar con el BMW M3 E36 'pre 2000' de Manuel Muniente y Diego Vallejo en lo más alto por mucho que Xesús Ferreiro y Javier Anido se emplearan más que a fondo con su Ford Escort MKII.

Espoleados por Fran Martínez y Carlos Riesgo, que retornaron con fuerza y les seguían de cerca con su MKI hasta que les traicionó la mecánica, los de Melide trataron de hacer el milagro de lograr mejores tiempos con su casi 'cincuentón' grupo 4 que el grupo A treintañero del catalán y el gallego. Misión imposible ante la mayor modernidad del coche ganador y la motivación extra que tenían sus tripulantes, decididos a ganar por fin en Avilés. Un triunfo que era suyo en el 99 hasta que tuvieron que cederlo por estrategia de su equipo de entonces, el oficial de Peugeot, y que treinta años después trataron de lograr sin éxito ya en el certamen de histórico.

Finalmente, a la tercera fue la vencida para Manuel Muniente y Diego Vallejo, que esta vez si pudieron celebrar la victoria en la Plaza de España avilesina, fuese esta la 'oficial' de ganadores en 'pre 2000' o la oficiosa pero siempre más satisfactoria de ser los más rápidos de todos los participantes en el rallye, independientemente de en que categoría estén incluidos. Celebración acompañada además para Muniente del título de Campeón de pilotos en 'pre 2000', asegurado matemáticamente tras el tercer abandono consecutivo del muy desafortunado Óscar García y la retirada también de José Manuel Rúa, el otro piloto inscrito en el certamen que, de puntuar, hubiera aplazado la decisión del certamen.

Segundos en la oficiosa 'scratch' fueron Ferreiro y Anido que, tras el abandono de López y Riesgo, acabaron siendo claros ganadores en 'pre 81', por delante de Joan Riberas y Álvaro Menéndez. El catalán y su copiloto asturiano habían iniciado el rallye con la certeza matemática de revalidar el título ante la no participación de Fernando Dameto y Sergi Sastre y, de hecho, se anotaron los puntos de la primera posición en la categoría al no estar los gallegos registrados en el nacional.

El podio para el palmarés del rallye lo completaron Cele Foncueva y David de la Puente un año después del frustrante estreno del BMW M3 E30 en la anterior edición de la prueba avilesina. Esta vez el coche funcionó a la perfección y permitió a piloto y copiloto de disfrutar de unos tramos que les encantan y ganar con holgura en 'pre 90', aunque obviamente a Cele, que apenas si compite una o dos veces al año, le faltaba ritmo para rodar en los cronos de los ganadores en las otras dos categorías.

En lo que respecta al campeonato de 'pre 90', la ausencia de los líderes de la clasificación, Antonio Dezcallar y José Antonio Sans, unida al abandono de sus más inmediatos perseguidores, Santi Barragán y Javier Yusto, víctimas una vez de la frágil mecánica del Subaru Legacy, aplazó la decisión del único de los tres títulos de Campeón de España en las categorías de velocidad que quedó por resolver en Avilés.

Tampoco está adjudicado aún el de la Copa de España 'Classic', certamen en el que Ángel Domínguez y Raquel Quintana mantienen el liderato al terminar terceros con su pequeño Opel Corsa. De todas formas, el leonés y la gallega ven como su ventaja disminuye respecto a los ganadores por segunda prueba consecutiva, Miguel Otegui y Giovanni Breda, que se impusieron en esta ocasión a bordo del BMW 325, siendo la segunda posición en la meta de la Plaza de España para el Ford Escort MKI de los asturianos José Ramón Campos y Alfredo Álvarez.

REGULARIDAD: Un título resuelto, otro por decidir

Mientras que en velocidad quedaron sentenciados en Avilés dos de las tres categorías con rango de Campeonato de España, en regularidad se resolvió una de las dos que componen el certamen, la correspondiente a las medias de velocidad no superiores a los 60 km/h. En cambio, la de los promedios más altos, Regularidad Sport, se complicó aún más lo que prácticamente garantiza que no se decidirá hasta la cita final de la temporada en Tenerife.

El rallye avilesino era el quinto del año y a él llegaba la categoría de 'Regularidad Sport' con reparto de victorias entre los dos equipos de los Ford Sierra Cosworth que, además, se habían ido alternando en los triunfos. Los actuales campeones, Asier Santamaría y Roberto Rentería, vencieron en la primera prueba del año, el Costa Brava, y en la tercera, el Asturias Histórico, mientras que los hermanos Carbonell se impusieron en la segunda, el Extremadura, y en la cuarta, el Costa Daurada. Entre ambos parecía estar también el nombre de los ganadores en Avilés pero finalmente ni unos ni otros conseguirían subir a lo más alto del podio.

De entrada iban en cabeza los mallorquines pero una avería en el diferencial les impidió completar el segundo bucle de la mañana. Aunque repararon en la asistencia para retornar por la tarde, ya no tenían opción a clasificarse pero, al menos, si que pudieron sumar los tres puntos de ganar el TC-Plus con los que limitaron en parte los daños del abandono pese a que no fueron bastantes para evitar que cayeran del primer al tercer puesto en la general del campeonato.

Un punto por delante de ellos están ahora Santamaría y Rentería, que les sucedieron brevemente al frente del rallye hasta que una piedra en el camino les costó un doble pinchazo y una posterior penalización que les retrasó en la tabla y les impidió terminar más arriba de la tercera posición, siendo además segundos en el TC-Plus. Con todo ello, añadieron los puntos suficientes para superar a los Carbonell en la clasificación del certamen pero manteniéndose en la segunda posición que ocupaban antes del rallye.

Ese aparente contrasentido se explica porque el triunfo final en Avilés acabó en poder del hasta ahora tercero en el campeonato, Fran Martínez. Copilotado de nuevo por Adrián Fueyo, el asturiano venía de ser segundo en los dos últimos rallyes con su pequeño del VW Golf y, tras las desventuras de los potentes Sierra, conseguía por fin su primera victoria de la temporada. Un triunfo de gran importancia ya que permite al piloto del Pancho Villa Rally Team ascender al primer puesto del campeonato antes de que este encare su recta final con la disputa en septiembre y octubre de los rallyes Rías Altas e Isla de Tenerife. Con sólo dos puntos de diferencia entre los tres primeros, y con los segundos en Avilés, los canarios Carlos Jorge y Sergio Marrero, cuartos a sólo doce puntos, cualquiera de los cuatro primeros puede terminar adjudicándose el campeonato que, muy probáblemente, acabará siendo el único que se decidirá en la última prueba del año.

En cambio, con dos de antelación quedó resuelto el de Regularidad en Avilés aunque durante prácticamente todo el rallye parecía que la clasificación se iba a apretar en su parte alta. Los franceses Christian y Maríe Lantres estaban confirmando su constante progresión desde que se inició la temporada, y marchaban imperturbables en cabeza con su Peugeot 205 pese a todos los intentos de los líderes del campeonato, Toni Verdaguer y Meius Mora, por darles alcance con su Porsche 944. Sin embargo, cuando parecía que la pareja de Burdeos iba a conseguir su primera victoria y a recortar distancias respecto a los catalanes en la general del certamen, un error al entrar unos segundos antes de tiempo en el control horario previo a un reagrupamiento los hundía en la tabla, enviándolos al décimo puesto. La victoria, tercera del año, era entonces para Verdaguer y Mora, que se ponían ya totalmente fuera del alcance de todos sus rivales en la clasificación del campeonato, asegurándose de forma matemática la consecución del título.