VELOCIDAD CAMPEONATO DE EUROPA: La historia se repite

Reescribir la historia no es fácil aunque sea tentador. Lo que ha ocurrido no se puede cambiar por mucho que, a veces, dependiendo de quien lo cuenta o como lo haga, los acontecimientos parezcan diferentes y quien lee o escucha el relato se quede con las ganas de revivir esos momentos pasados para comprobar de primera mano como fueron en realidad.

Si hablamos de rallyes, las competiciones para vehículos históricos ofrecen la doble oportunidad de viajar al pasado, para hacernos una idea de como fue si no tuvimos ocasión de vivirlo en persona, y pueden proponer además desenlaces diferentes a los que se dieron en su momento, convirtiéndose en una especie de realidad alternativa.

En ese sentido, por tercer año consecutivo el rally de Asturias nos ofrecía tanto una lección de historia en directo como la ocasión de que el resultado final fuese distinto al que los libros nos cuentan.

Todos sabemos que, a principios de los años ochenta, la llegada del Audi Quattro, con su revolucionaria tracción a las cuatro ruedas y su potente motor turboalimentado, supuso el final de los clásicos grupo 4 de propulsión trasera y motor atmosférico que habían dominado durante la década de los setenta.

Más de cuatro décadas después, bastaba con ver pasar en directo al modelo alemán, pilotado por 'Zippo', para entender porqué su irrupción fue algo así como el meteorito que acabó con los dinosaurios para la generación anterior de coches de rallyes, representada en Pravia mejor que por ninún otro por el Ford Escort MKII de Ferreiro. La muy superior potencia del cinco cilindros turbo germano era evidente cada vez que el italiano pisaba el acelerador, con el sibilante sonido de su propulsor eclipsando al más ronco bramar del cuatro cilindros atmosférico del modelo británico solicitado a fondo por el gallego. Y, sobre todo, la mejor prueba visual de cómo el Quattro convirtió en obsoletos, de golpe, a los Escort y demás protagonistas de la primera época del mundial de rallyes, era observar el modo en que avanzaba el Audi, traccionando con eficacia sin perder la compostura allí donde el tren trasero del Ford se movía de forma amenazadora para su estabilidad.

Sin embargo, al igual que en las ediciones anteriores de la prueba asturiana, el empeño de Ferreiro y Anido era tal que las diferencias en tiempos no eran, ni de lejos, tan acusadas como las sensaciones visuales que deparaba el paso de uno y otro. El de Melide y su copiloto trataban una vez más de reescribir la historia, batiendo con el Ford Escort al Audi Quattro. Un imposible que, el viernes, lograban en dos de las cuatro especiales, aunque la ventaja a favor del modelo germano en la última dejaba la sensación de que, después de todo, su piloto jugaba al gato y al ratón con el rival, apretando algo más en cuanto consideraba que se le había acercado más de la cuenta.

El sábado, con la lluvia apareciendo de vez en cuando para añadir incertidumbre a la monta de neumáticos, la tracción 'quattro' era una ventaja demasiado grande como para pensar en milagros. 'Zippo' y Piceno marcaban el mejor crono en cinco de las seis especiales para lograr definitivamente la victoria, tercera consecutiva en Pravia en el caso del piloto, segunda para su copiloto, que le había acompañado en la primera lograda por ambos. La historia se volvía a repetir como no podía ser de otra forma por mucho que Ferreiro y Anido hubieran tratado de reescribirla.

VELOCIDAD CAMPEONATO DE ESPAÑA: Cada uno a lo suyo

Sin una clasificación 'scratch' oficial, cada prueba del apartado de velocidad del CERVH se compone, en realidad, de cinco rallyes independientes, tantos como categorías tiene este año el nacional. Esta temporada, además, en las tres con rango de Campeonato de España, las reservadas a los vehículos 'Pre 81', 'Pre 90' y 'Pre 2000', no todos los competidores optan a los puntos al no estar registrados en el certamen, circunstancia que no se da la Copa de España 'Classic' y el nuevo Trofeo de España 'Classic Silueta'.

Todo ello hace que las motivaciones de los diferentes participantes sean muy diferentes. Unos se fijan más que nada en los tiempos, comparando sus registros con los de otros competidores, aunque pertenezcan a distinta categoría. Otros están más pendientes de los puntos que les pueden llevar a lograr el título a final de temporada. Y no faltan los que, simple y llanamente, buscan el mero disfrute, sin pensar ni en cronos ni en clasificaciones.

Planteamientos todos ellos muy respetables ya que cada uno es muy libre de buscar la motivación que más le satisfaga por mucho que el espectador tienda a no entender algunas y se fije, sobre todo, en quien corre o arriesga más o menos, con esa injusta vara de medir que se usa desde la cuneta, donde todos pensamos que se puede ir más deprisa aunque la mayoría seríamos incapaces de hacerlo.

Se puede decir, por tanto, que cada uno va a lo suyo en las pruebas del CERVH por mucho que la tentación de contar el rallye de forma convencional, en base a los cronos de todos los participantes, resulte difícil de evitar. Así que no vamos a no caer en la tentación porque, después de todo, tampoco tiene demasiado sentido. Al fin y al cabo, los ganadores en 'pre 81' y 'pre90', respectivamente Xesús Ferreiro y Javi Anido, con el Ford Escort MKII, y Toño Sainz y Carlos Riesgo, con el Subaru Legacy, tenían sus miras en la tabla del europeo, siendo sus triunfos en la del nacional un mero efecto secundario. Especialmente en el caso de los gallegos, que al no estar registrados en el certamen no bloqueaban puntos en su categoría, por lo que los primeros a efectos del campeonato acababan siendo Fernando Dameto y Sergi Castro con su Porsche 911.

Un resultado que llegaba por eliminación, tras los problemas mecánicos que apeaban el viernes al Porsche de Joan Riberas y Álvaro Menéndez, y a la salida de carretera que sufrían el sábado Carlos Padilla y Patricia Procopio con su Ford Escort. Al final, reenganchados con super-rally, el catalán y el asturiano del 911 todavía sumaban los puntos de la segunda posición, resultado con el que consolidan su claro liderato en la general de 'Pre 81'.

En 'Pre 90', por delante de Sainz y Riesgo habían ido buena parte del rallye, Cele Foncueva y David de la Puente que, como en el caso de Ferreiro y Anido, también miraban realmente a la general absoluta al no estar el piloto tampoco entre los que optaban a los puntos del nacional. Un 'resbalón' de su BMW M3 en una zona muy mojada del primer tramo del sábado acababa por hacerles perder mucho tiempo aunque todavía concluían segundos en la categoría. Tras ellos, terceros en tiempo pero segundos a efectos de puntuación, Antonio Dezcallar y José María Sans tenían un rallye tranquilo después de los sobresaltos de Extremadura y sumaban un buen puñado de puntos que les mantienen al frente de la tabla.

Ese también era el objetivo, en 'Pre 2000', de Óscar García y María Jesús Cabalga pero el motor recién revisado de su Peugeot 306 apenas si duraba cinco kilómetros de la primera especial. Parecido destino, avería temprana nada más empezar, sufría el ganador en el Costa Brava, Jordi Ventura, que acudía a Asturias junto a Joan Alsina en su Ford Sierra y, al menos, podía volver a la carga el sábado, aunque un problema de turbo le complicaba también el día impidiéndole rodar a buen ritmo en los tramos de la mañana.

El que funcionaba como un reloj, en cambio, era el BMW M3 E36 de Manuel Muniente, que repetía la victoria lograda en Extremadura, esta vez con la copiloto local Claudia Lorences en el asiento de la derecha. Un triunfo que, unido a la retirada de Óscar García, sitúa al catalán al frente del campeonato.

En la Copa de España 'Classic', sus líderes, el leonés Ángel Domínguez y la gallega Raquel Quintana, lideraban por delante de los asturianos José Ramón Campos y Alfredo Álvarez hasta que su Opel Corsa decidía pararse de improviso el sábado por la tarde. Aunque lograban que 'resucitara', el tiempo perdido los dejaba claramente por detrás del veterano dúo que competía a bordo del Ford Escort MKI de 'Ya-Car', cuyos 'protos' del Trofeo 'Classic Silueta' alcanzaban esta vez la meta. El más rápido durante todo el rallye era el de Dario Calviño y Raquel Rodríguez, pero la rotura del cable del acelerador en el último bucle dejaba a sus compañeros de marca, Dani Remuiñán y Javier Martínez, como primeros ganadores del nuevo certamen.

REGULARIDAD SPORT Y REGULARIDAD: Doble 2 en la quiniela

La combinación entre la dificultad de los tramos de los alrededores de Pravia, la alta probabilidad de que la lluvia los dejara aún más resbaladizos de lo que ya lo son de por sí y la presencia tanto en Regularidad Sport como en Regularidad de equipos asturianos de primer nivel eran buenos motivos para apostar por victoria local en las dos categorías del nacional. Sin embargo, ambas concluyeron con triunfo visitante. Un doble dos en la quiniela que tampoco se puede considerar una sorpresa. Al fin y al cabo fue logrado por los dos equipos foráneos que llegaban al frente de los respectivos campeonatos, en cuyas clasificaciones toman una importante ventaja cuando el certamen está a un paso de superar ya la primera mitad de la temporada.

En Regularidad Sport, Asier Santamaría y Roberto Rentería se ponían en cabeza ya en la segunda especial y mantenían el liderato hasta el final haciendo gala de su habitual eficacia con el Ford Sierra Cosworth. Sólo un problema con los interfonos en la última especial les ponía en dificultades, pero lo solventaban con el cántabro emulando al legendario Denis Jenkinson cuando en las Mille Miglia del 1955 indicaba con gestos de sus manos a Stirling Moss el camino a seguir en busca de su histórico triunfo.

Tras ellos, los dos equipos que jugaban en casa ocupaban las otras dos posiciones del podio. Segundos concluían Fran Martínez y Adrián Fueyo que tenían previsto estrenar un Ford Sierra pero, finalmente, tras una avería a última hora de la nueva montura, tenían que volver a echar mano de su fiel y veterano Volkswagen Golf. Terceros acababan Santiago Campos y Javier Alonso, de regreso con su Lancia Delta, recién acabado de reparar la víspera tras la avería que les había apeado del Costa Brava.

En Regularidad, los ganadores en Extremadura, Odón Muñiz y Roberto Rodríguez, parecían perder toda opción a repetir victoria cuando un problema con el sistema de medición les costaba una importante cantidad de puntos en la primera especial del viernes, en la que eran novenos. Sin embargo, a partir de ahí empezaban a afinar más que nadie, remontando de forma constante hasta llegar al reagrupamiento del mediodía del sábado en la segunda posición, a apenas un par de puntos de los líderes del campeonato, Toni Verdaguer y Meius Mora. El duelo para el bucle final estaba servido pero no iba a producirse porque el Lancia de los asturianos entraba en Pravia pidiendo la hora con una fuga de 'valvulina' que hacía presagiar un grave avería de transmisión si seguían adelante por lo que no les quedaba más opción que retirarse.

Otro equipo asturiano, el formado por Gustavo Alija y Víctor Suárez, había empezado el rallye en cabeza hasta que la última especial del viernes les jugaba una mala pasada enviándolos al séptimo puesto. Desde ahí, los del Peugeot 205 de la GES también remontaban sin descanso el sábado para acabar alcanzando la segunda posición en un apretado 'sprint' final a tres que se decidía por décimas a favor por delante de otro 205, el de los franceses Christian y Marie Lantres, y del Golf de Molas y Sánchez.

Por delante de todos ellos, Verdaguer y Mora, sufrían con su Porsche 944 sobre la humedad de los tramos del sábado por la mañana pero no cometían más error que un trompo en el tramo de Salas y acababan consiguiendo un triunfo fuera de casa que los consolida en la primera posición del campeonato justo antes de que el certamen retorne a su zona con el estreno en el nacional del Costa Daurada Legend Reus a principios de junio.