Una vieja frase de las carreras dice 'para llegar primero... ¡primero hay que llegar!'. En las categorías de velocidad del Campeonato de España en el rallye de Extremadura Histórico casi se puede decir que 'para ser primero... ¡bastaba con llegar!'.
La combinación entre el escaso número de inscritos en todas ellas, la conocida dureza de los preciosos tramos del Valle del Jerte y la fragilidad inherente a muchos de los vehículos concebidos hace más de dos, tres y hasta cuatro décadas que participan en este tipo de competiciones hacía que alcanzar la meta garantizase podio y, en algún caso, los puntos de la victoria.
Por mucho que la entusiasta organización de Volantia Racing lo intenta, la prueba extremeña no acaba de ser popular entre los ya de por sí no muchos participantes habituales que tiene el CERVH. Ello hace que año tras año el número de equipos que deciden desplazarse al bonito enclave de Jarandilla de la Vera sea escaso, especialmente en los diferentes apartados de velocidad del nacional, siendo la prueba del regional para coches 'modernos' la que salva siempre la participación en cuanto a número de vehículos.
Este año, en los apartados de velocidad del nacional de históricos se inscribieron catorce equipos de los que finalmente se presentaron doce. Además, Carlos Padilla y Patricia Procopio tenían que cambiar de montura a última hora, al no estar aún reparado de los problemas sufridos en Cataluña su Ford Escort MKII, al que sustituía el BMW 325 del equipo Dago. Coche con el que pasaban de competir en 'Pre 81' a hacerlo en 'Classic', categoría en la que está encuadrada este año la unidad utilizada la pasada campaña en 'Pre 90' por Rafa Díaz y Xabi Petralanda.
Todo ello dejaba como balance un participante en 'pre81', tres en 'pre90', tres en 'pre 2000', dos en la Copa 'Classic' y tres en el nuevo Trofeo 'Classic Silueta', que se estrenaba en Extremadura al no haber acudido al Costa Brava ningún competidor con vehículos de este tipo, protos con chasis tubular, mecánica procedente de una moto y carrocería de modelo histórico.
Por si fuera poco, el Toyota Celica de Antonio Dezcallar y Javier Sans daba alarmantes problemas de motor que aconsejaban su retirada nada más salir de la asistencia camino de la especial del viernes. Afortunadamente, unas horas después los mecánicos de Marvic lograban dar con la solución cuando ya el piloto y el copiloto se habían resignado a coger un vuelo de regreso a Mallorca el sábado por la mañana.
Así las cosas, el rallye poca historia podía tener en cuanto a la lucha en las diferentes categorías. Tampoco en esa general 'scratch' que poco sentido tiene cuando se enfrentan vehículos de épocas, características y prestaciones tan diferente pero que, inevitablemente, todos tendemos a mirar por la costumbre de que 'un rallye es un un rallye', aunque en realidad, en el caso de las pruebas del CERVH en su apartado de velocidad sean cinco, cada uno con su propia clasificación independiente.
Como era previsible si les respetaba la mecánica, cosa que no había ocurrido en el Costa Brava, Manuel Muniente y Ezequiel Salgueiro debían se los más rápidos en todas las especiales con su BMW M3 E36. Y, efectivamente, así era. El madrileño y su copiloto gallego se anotaban los mejores cronos en las nueve de que constaba el recorrido para ganar con holgura en su categoría, la nueva 'Pre 2000', precediendo en más de seis minutos a los andaluces Óscar García y María Jesús Cabalga. La pareja de Fuengirola repetía el segundo puesto de su debut en Cataluña, resultado que los sitúa al frente de la general del campeonato. Una posición de privilegio de la que no será fácil desbancarlos si consiguen alcanzar la meta en las siguientes pruebas del certamen al no haber descuentos de resultados este año y ser escaso el número de equipo registrados en 'Pre 2000', lo que garantiza un buen puñado de puntos cada vez que se alcanza la meta.
En ese sentido, más claro es aún el liderato que en Extremadura alcanzaron en 'Pre 81' Joan Riberas y Álvaro Menéndez. Los actuales campeones de la categoría no tuvieron, literalmente, rivales en los tramos extremeños. De todas formas, el piloto catalán y su copiloto asturiano no se limitaron a pasearse, rodando a buen ritmo con su bonito Porsche 911SC para ser segundos en la 'scratch' virtual, premio honorífico que acompañó al pleno de puntos en 'Pre 81' que los distancia de forma muy notable en la general del certamen.
Por lo que respecta a 'Pre 90', el prematuro abandono de Antonio Dezcallar y Javier Sans, unido a la fragilidad mostrada en el Costa Brava por los vehículos de los otros dos contendientes, el Subaru del local Santiago Barragán y su copiloto, el asturiano Yusto, y el Lancia de los también astures José Luis Pérez y Tomás Silva, hacía temer que la categoría quedara desierta. Finalmente, el retorno con 'super-rally' del Toyota de los mallorquines el sábado acabó saldándose con un triunfo que el día anterior no podían siguiera imaginar mientras que, aunque fuese sufriendo lo suyo, con un motor que no subía de vueltas mientras dejaba salir una humareda preocupante, el Legacy de Barragán aguantó hasta el final esta vez. Algo que no pudo lograr de nuevo el Delta de Pérez, aquejado en esta ocasión de un problema de transmisión que lo dejó fuera de combate a mitad de la segunda jornada.
También la mecánica, o más bien en su caso la parte eléctrica de la misma, acabó antes de tiempo con el rallye de Carlos Padilla y Patricia Procopio a bordo del BMW. Su retirada dejó sólo en la clasificación de la Copa 'Classic' a la entusiasta pareja que forman el leonés Antonio Domínguez y la gallega Raquel Quintana que, al igual que habían logrado en el Costa Brava, completaron el rallye con su pequeño Opel Corsa.
En cambio, ninguno de los competidores en el nuevo Trofeo 'Classic Siluetas' consiguió alcanzar la meta. Tanto el JTR S600 de Fredi López y Daniel Gómez como los dos protos de Ya-Car, el de carrocería Porsche Carrera de Dario Calviño y Daniel González, y el que recuerda al Peugeot 205 T16 grupo B de Dani Remuniñan y Carlos Cancela, acabaron cediendo al exigente trazado de un rallye que acabó convirtiéndose para muchos de sus participantes en una mera, y no siempre fácil, cuestión de supervivencia.
Durante la pasada campaña no era raro escuchar a componentes de equipos habituales en la categoría de Regularidad Sport del Campeonato de España comentarios al respecto de la necesidad de elevar las medias de velocidad exigidas en las diferentes pruebas del nacional. Con coches cada vez más potentes en liza, los promedios se llegaban a quedar cortos, convirtiendo en poco selectivos algunos tramos. Hacía falta un cambio.
Ese cambio se ha llevado a efecto este año. Ya se empezó a dejar notar en el rally Costa Brava y ha sido especialmente relevante en el de Extremadura. Más concretamente, en la parte final de la prueba del norte de Cáceres, cuando el aumento en las medias en algunos tramos fue muy notable, incluso excesivo en opinión de algunos de los participantes.
Hasta ese momento, el rallye había empezado con la sorpresa de ver en el último puesto de la clasificación del viernes a los vigentes campeones, Asier Santamaría y Roberto Rentería. La razón de esa inusual posición en la tabla del piloto vasco y su copiloto cántabro era un error al poco de iniciar el corto tramo que abrió la competición. Una leve salida de carretera que les costaba un buen puñado de puntos y los enviaba al quinto puesto de la corta lista de participantes en el nacional de la categoría que presentaba el rallye.
De todas formas, peor les había ido a sus máximos rivales en muchas ocasiones el año pasado, Santiago Campos y Javier Alonso. Los asturianos no tenían reparado aún su habitual Deltona, averiado en el Costa Brava, así que tomaban la salida con el Ford Escort MKI de Ya-Car... y apenas si podían completar unos metros de la primera especial. Un problema en los frenos, que se bloqueaban, acababa produciendo el daño colateral de quedarse sin embrague tratando de hacer avanzar el coche hasta que no les quedaba más remedio que detenerse. Aunque su asistencia lograría repararlo por la noche, los 300 puntos de penalización dejaban a Santi y Javi sin más opción que tratar de disfrutar de los tramos del sábado ya que, salvo abandono de algunos de sus rivales, no iban a poder pasar del sexto puesto.
Con dos de los favoritos teniendo un arranque de rallye tan nefasto, los primeros líderes eran los catalanes José Luis Moreno e Isidre Esteve, que aventajaban en un par de décimas con su BMW al Ford Sierra de los mallorquines Jaime y Enrique Carbonell. Una diferencia exigua que los hermanos baleares enjugaban con rapidez en el primer bucle del sábado a base de lograr los mejores registros en los pasos iniciales por 'Puerto Honduras' y 'Cabezuela del Valle'. En ambos les seguía en el parcial el otro Sierra en liza, el de Santamaría y Rentería, decididos a recuperar el mayor número de puestos que fuera posible.
En el segundo bucle, mientras Campos y Alonso se resarcían de la mala fortuna de la víspera marcando sus primeros 'scratch' con el Escort, los Carbonell consolidaban el liderato aunque Moreno y Esteve trataban de mantenerse a su estela con su vistoso BMW. Los poco más de cuatro puntos que separaban a primer y segundo clasificado todavía no eran definitivos. Como tampoco lo parecían los menos de diez a los que iban los terceros clasificados, Fran Martínez y Adrián Fueyo con su pequeño Volkswagen.
Todo se iba a jugar en los tramos de la tarde, sobre todo el primero, 'Valdastillas'. Las altas medias de velocidad previstas iban a jugar un papel determinante en la resolución del rallye, produciendo márgenes muy superiores a los que se habían dado hasta entonces. En una sola especial se registraban bastantes más puntos de penalización que en las cinco anteriores juntas. Campos y Alonso volvían a ser los mejores, maldiciendo su mala fortuna del día anterior, sin la que estarían luchando por una victoria que empezaba a tener dueño en los hermanos Carbonell.
Los mallorquines sumaban 36,3 puntos a los menos de 20 que llevaban hasta entonces pero se distanciaban con claridad al frente de la general. Tras ellos, se producía un vuelco total en la clasificación. El BMW del 'Chatarrín Team' sufría con el importante cambio de ritmo a que obligaba el tramo y cedía casi 140 puntos. El Golf del 'Pancho Villa Rally Team', que hasta entonces era tercero, no soportaba el esfuerzo, obligando a abandonar a Fran Martínez y Adrián Fueyo. Al segundo puesto accedían Santamaría y Rentería, en plena remontada con el Ford Sierra, y el tercero pasaba a poder del Porsche 911 de los canarios Carlos Jorge y Sergio Marrero.
La suerte estaba echada. Jaime y Enrique Carbonell consolidaban su liderato con dos 'scratch' consecutivos, el segundo en el TC+, y ya podían tomarse con tranquilidad el paso final por Piornal para llegar a meta como ganadores por primera vez de una prueba del Campeonato de España. Un triunfo que llevaban tiempo persiguiendo y del que habían estado cerca precisamente en el duro rallye extremeño, con el que tenían una cuenta pendiente que quedaba plenamente saldada.
Para Santamaría y Rentería era la segunda posición, con el añadido de un punto por ser terceros en el TC+ que les permite mantenerse al frente del campeonato seguidos a esa mínima diferencia por los Carbonell. Balance poco menos que inmejorable para los campeones de las dos pasadas campañas después del pésimo inicio de rallye que habían tenido.
El podio lo completaban Jorge y Marrero siendo la cuarta posición para Moreno y Esteve, que terminaban especialmente disgustados por las medias exigidas en el primer paso por 'Valdastillas' mientras que en el segundo se decidía aplicar la media excepcional, más baja y que suele ponerse en condiciones de piso deslizante por la lluvia. Una lluvia que había sido de puntos no de agua sobre el asfalto extremeño, totalmente seco bajo el fuerte sol que lo calentó de firme durante toda la jornada aunque las temperaturas, dada la fecha primaveral de este año, no fuesen tan tórridas como en ediciones anteriores.
Se suele decir que nunca llueve a gusto de todos y ese podría ser el resumen de la Regularidad Sport en el rallye extremeño. Sobre todo cuando, debido al aumento de las medias de velocidad, el chaparrón que acaba cayendo es de puntos de penalización.
Enfundados en sus preciosos monos ignífugos, réplica de los utilizados por los componentes del equipo oficial Lancia Martini en los años 80, Odón Muñiz y Roberto Rodríguez tomaban la salida el viernes desde Jarandilla de la Vera con su inmaculado Delta Integrale. El Extremadura Histórico era su primer rallye de Campeonato de España fuera de Asturias.
Sus anteriores participaciones en la categoría de Regularidad del nacional se habían producido hace dos años. Ambas 'en casa', Pravia y Avilés. Las dos saldadas con sendos terceros puestos. Magníficos resultados que no iban a ser fáciles de repetir, no digamos mejorar, en su estreno más allá del Pajares.
Un estreno que se iniciaba del mejor modo posible. En la especial que abría el rallye el viernes por la tarde, Odón y Roberto lograban el mejor registro empatados con uno de los equipos de referencia en el nacional, el formado por los catalanes Tony Verdaguer y 'Meius' Mora. De todas formas, el corto tramo de Guijo de Santa Bárbara apenas si producía diferencias, con siete de los nueve participantes en el nacional agrupados en un punto. Se trataba de apenas un aperitivo. El rallye 'de verdad' se iba a jugar al día siguiente.
El sábado había que afrontar ocho especiales repartidas en cuatro bucles de dos tramos. De entrada, los asturianos eran los mejores en las primeras pasadas por 'Puerto Honduras' y 'Cabezuela del Valle'. En un caso empatados con los ganadores del año pasado, Molas y Sánchez. En el otro dos décimas por delante de Verdaguer y Mora, a los que habían sacado nueve en el anterior. Odón y Roberto ya eran líderes en solitario, posición que consolidaban en el segundo bucle a base de afinar más que nadie, mejorando sus ya buenos registros previos.
A mitad de etapa, los del Lancia se escapaban en cabeza con algo más de tres puntos de ventaja sobre los catalanes del Porsche. El resto ya estaban lejos. Y más distanciados aún quedarían todos después del primer bucle de la tarde, en 'Valdastillas' y 'Piornal', de nuevo dominado por los asturianos. A falta de las dos últimas especiales su margen se había triplicado y se acercaba a los 10 puntos. Barrera que superaban ganando también la repetición de 'Valdastillas', con el premio extra de los 3 puntos adicionales por ser ese tramo el TC+.
El triunfo estaba asegurado. No importaba que en la última especial Verdaguer y Mora lograran quebrar su racha de 'scratchs'. Nada iba a privar a Odón y Roberto de la alegría de la victoria. Eso pensaban ellos. Eso pensábamos todos. Pero este deporte maravilloso también es, en ocasiones, terriblemente cruel. Efectivamente, el primer puesto en la meta de Jarandilla era suyo. Pero la lógica alegría por haberlo conseguido desaparecía eclipsada por la horrible noticia que llegaba desde su tierra. El drama de Julio y Javi en Tineo llebana de tristeza lo que debía haber sido una gran celebración. Odón y Roberto habían conseguido en su primer rallye del nacional de fuera de Asturias la victoria más agridulce. Un éxito imposible de celebrar dadas las trágicas circunstancias.
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