En ese año 2020 de infausto recuerdo cuyas consecuencias aún seguimos viviendo, la subida de Estepona iba a ser la primera prueba de la temporada del Campeonato de España de Montaña. Después de su inevitable aplazamiento en marzo, tenía que haber sido la última de aquella corta temporada pero, finalmente, tampoco llegó a celebrarse en su nueva fecha de noviembre.
Dos años más tarde, tras uno de 'purgatorio' en el regional, la subida malagueña retornó al nacional siendo de nuevo la cita inaugural del certamen. Un retorno que amenazaba con estar pasado por agua, al estilo de la edición del 2018. Sin embargo, pese a las malas previsiones de los días previos, con la lluvia y la calima otorgando a la zona un ambiente poco halagüeño, las nubes acabarían por dar tregua, descargando sólo en la noche del sábado al domingo. Un chaparrón que, si bien afectó a los aspectos deportivos de la prueba, dado el cambio de las condiciones del asfalto en las diferentes mangas del fin de semana, no impidió en absoluto el desarrollo normal de la competición.
El sábado, con piso seco, las tres categorías del nacional parecían claramente decididas a favor de 'Lolo' Avilés, Javi Villa y Mario Asenjo, los pilotos que las habían ganado en la última prueba del año pasado, la subida de Les Revoltes d'Ibi. El domingo, con el asfalto mojado en la parte alta, todo pudo cambiar pero, finalmente, el resultado de la víspera se acabó confirmando y los tres pilotos que terminaron el 2021 con victoria estrenaron también el 2022 desde lo más alto del podio de sus respectivas categorías.
La máxima categoría del Campeonato de España, en lo que a prestaciones de los vehículos participantes se refiere, empezó la temporada con la ausencia de su gran animador la campaña previa, el andorrano Raúl Ferré, cuyo programa deportivo para el 2022 parece que lo va a llevar a competir más del otro lado de los Pirineos que de este. Sin que tampoco Joseba Iraola parezca interesado en el nacional (la semana anterior había disputado una prueba del regional vasco y unos días después de la celebración de Estepona anunció su nuevo proyecto en el europeo), el campeón de las dos últimas temporadas, Javi Villa, se queda como máximo y prácticamente único favorito.
Es la típica situación en la que conseguir el triunfo se convierte en una obligación mientras que todo lo que no sea ganar se consideraría un fracaso. Nada que, en todo caso, preocupe al asturiano, perfecto conocedor de sus posibilidades y muy consciente de cual es su papel, vencer y seguir trabajando en la evolución del BRC BR53, que en Estepona estrenaba novedades a nivel de aerodinámica y dimensiones de las llantas.
El sábado, con asfalto seco, Javi era el único que bajaba de los cuatro minutos y marcaba amplias diferencias en entrenamientos que eran aún mayores en la subida de carrera que cerraba la jornada al no estar en ella su nuevo compañero de equipo, Gonzalo Díaz. Al volante de una nueva unidad del BR53 recién terminado de fabricar, el también asturiano debutaba en el nacional con la única experiencia previa en montaña de su triunfal aparición a finales del año pasado en el Garbí, cuando 'llegó, vio y venció' con el BRC de Villa. Aunque lógicamente lejos de los cronos de Javi, Gonzalo demostraba enseguida que puede ser la revelación de la temporada situándose en la segundo posición en los entrenamientos, pero una avería en la admisión de su vehículo le dejaba sin tiempo en la subida oficial. El segundo puesto de la categoría 2 lo ocupaba entonces el mallorquín Miquel Ángel Campins con el Silver Car EF10, a casi medio minuto del líder y por detrás de los cinco mejores de la categoría 3.
El domingo, la lluvia caída por la noche dejaba el recorrido muy deslizante y hacía que el crono de la oficial del sábado cobrara especial importancia. Para Gonzalo era toda una faena, porque estaba obligado a sumar los dos del domingo, cuando las condiciones del asfalto eran peores ya que, aunque el trazado iba secando a medida que avanzaba la mañana, las zonas húmedas persistían, sobre todo en la parte final. De todas formas, calzando los 'slicks' más blandos de Pirelli en su BRC, el de Arriondas lograba distanciar lo suficiente en las dos subidas de carrera a Campins como para superar al balear en el cómputo total.
Su lucha era, de entrada, por el segundo puesto de la categoría 2. Pero la avería electrónica que dejaba parado al BRC de Villa en la última manga de entrenamientos hacía que pudiera llegar a ser por el triunfo si el equipo de Javi no hubiera logrado solventarla a tiempo de que su piloto hiciera al menos una manga más de carrera. Algo que no era fácil, porque la reparación implicaba 'pelearse' con una buena cantidad de siempre delicados cables. Salir en la segunda oficial resultaba imposible, lo que dejaba provisionalmente al frente de la tabla a Campins con Díaz al acecho tras batirle por nueve segundos, pero finalmente, Javi podía salir en la tercera. Aunque su crono estaba a casi veinte segundos del logrado la víspera era más que suficiente para recuperar la primera posición y adjudicarse la victoria tanto en la general 'scratch' como en la categoría 2. Un triunfo 'fácil' por las distancias conseguidas respecto a los rivales pero que había llegado con susto. Toda una demostración práctica de que, después de todo, vencer siempre es difícil.
La categoría de los CM-Promoción tuvo en el 2021 cinco protagonistas habituales con coches de tres fabricantes, el cántabro Mario Asenjo, el andorrano Édgar Montellà y el catalán Toni Arrufat con los Silver Car S3, el asturiano Benito Pérez con el BRC B49 y el navarro Garikoitz Flores con el Talex M3. Todos ellos repiten en el 2022 con el añadido de un sexto, el canario Javi Rodríguez, que refuerza la formación de Bango Racing Cars con el B49 que estrenó de forma victoriosa el pasado diciembre en la subida de Arona.
Por ello, teniendo en cuenta la igualdad habitual el año anterior, la categoría 3 se presentaba de nuevo muy competida. Algo que su vigente campeón se encargaba de desmentir el sábado, cuando dominaba de forma más que contundente con su nueva unidad del S3, equipada con motor BMW, y acababa la jornada al frente de la tabla con más de tres segundos y medio de margen sobre otro Silver Car, el de motor Suzuki de Édgar Montellà. A más de cuatro se situaba el casi debutante Javi Rodríguez (su única experiencia previa en la península había sido la subida de Alp del 2018) mientras que el subcampeón del año pasado, Benito Pérez, cedía más de seis, muy desconcentrado por unas vibraciones en el grupo de su BRC, que estrenaba nuevo propulsor pero mantenía la transmisión utilizada el año pasado.
Con esas diferencias, realmente enormes para lo que se suele estilar en la categoría, todo parecía decidido a favor del piloto cántabro. Y así era aunque el cambio de condiciones del piso al día siguiente hacía que el riesgo de cometer un error aumentara debido a lo resbaladizo del asfalto. Mario volvía a ser el más rápido en la segunda oficial, pero con el terreno secándose ese crono no le iba a servir de nada ni a él ni a sus rivales. Al del sábado habría que sumar el de la última subida de carrera, en la que Benito por fin encontraba su ritmo y marcaba el mejor tiempo por delante de su nuevo compañero de marca, Javi Rodríguez, que se estrenaba con buena nota en el pilotaje sobre mojado del B49 pese a algún que otro susto cuyas huellas mostraban las fibras de su carrocería. Tercero, a casi tres segundos, acababa Mario, que había optado por las gomas para piso mojado, elección de la que se iba arrepintiendo según subía al ver como el asfalto estaba más para seco. En todo caso, no tanto como para hacerle perder toda la ventaja acumulada ya que en la suma de tiempos se imponía por algo más de dos segundos sobre el tinerfeño y de tres y medio respecto al asturiano, que le acompañaban en el podio de la categoría 3. Además, tanto Asenjo como Rodríguez subían al podio absoluto en la segunda y tercera posición.
Cuarto en la general de los CM-Promoción concluía Montellà, que también había optado por las 'rayadas' y perdía dos posiciones respecto a la víspera tras ser sólo quinto en la última manga, por detrás de Arrufat quien, de todas formas, no podía recuperar todo el tiempo perdido el día anterior y acababa sexto, siendo la quinta posición para Garikoitz Flores en su estreno de una nueva unidad del Talex M3, algo más ligera y con motor Kawasaki.
La lista de inscritos de Estepona presentaba un cuarteto de aspirantes al triunfo en la categoría de 'carrozados' compuesto por sus tres últimos campeones, Fombona, De la Casa y Janssens, y por el actual subcampeón, 'Lolo' Avilés. Además, el gijonés y el granadino estaban apuntados con nuevos vehículos lo que añadía alicientes extras. Sin embargo, finalmente ni uno ni otro serían de la partida. En el caso del asturiano porque, pese al esfuerzo de su equipo por lograrlo, el nuevo y muy esperado Audi DTM aún no está listo, pendiente de que la marca alemana proporcione todo lo necesario para su puesta en marcha. Y por lo que respecta al andaluz, a causa de una inoportuna afección de garganta que le impidió acudir a Estepona con el Porsche 997 GT2 Turbo adquirido al francés Nicolas Werver y que había estrenado con éxito unos días antes en la subida de Utiel.
Así que el cuarteto de favoritos se quedaba en dúo. Y a la vista de los resultados del sábado se podía decir que se reducía a uno porque 'Lolo' Avilés se distanciaba de forma más que notable con su Ginetta, dejando a más de nueve segundos a De la Casa y su Ford Fiesta. Entre ambos se intercalaban además el Mitsubishi del malagueño José Carlos Ropero, siempre rápido en sus apariciones en las pruebas andaluzas del nacional, y el Porsche Cup 2010 del gallego Jorge Pérez, todo un clásico de las carreras de la región del noroeste peninsular que ya había acudido el año anterior a Estepona (dentro de la 'carrera de campeones' que atraía a participantes de diferentes comunidades autónomas) y repetía con muy buen ritmo.
Tal y como habían ido las cosas en la primera jornada, la ventaja de 'Lolo' parecía insalvable, ya que el más cercano de sus rivales había cedido casi ocho segundos y medio. Pero el cambio en el estado del asfalto abría una opción a la remontada para Gerard. Armado con su experiencia y la tracción total de su vehículo procedente del mundial de rallycross, el andorrano recuperaba de golpe en la segunda oficial todo el tiempo perdido la víspera y pasaba a liderar por cuatro décimas.
Un liderato engañoso porque, con el asfalto secándose, el crono 'bueno' del domingo iba a ser el de la última manga. En ella, el andorrano volvía a ser el más rápido y el andaluz cedía otra vez más de nueve segundos. Pero en esta ocasión ese 'más' sólo eran unas milésimas y en la suma de tiempos 'Lolo' recuperaba el primer puesto de la categoría 1 por apenas una décima sobre Gerard, que después de todo tenía que conformarse con el segundo puesto. Además, para ambos eran, respectivamente, el triunfo en la clase 1 y la 2.
El podio de la categoría 3 lo completaba Jorge Pérez, que se intercalaba entre ambos en la manga final para cerrar una excelente actuación que esperamos le anime a tomar parte en más pruebas del nacional. Por detrás del veterano piloto vigués el cuarto puesto de la categoría 3 era para Christian Broberg, con el Ginetta GT4, y el quinto para otro piloto de la zona, Alberto Rodríguez, con el Golf TCR. ambos ocupaban además las dos primeras posiciones de la clase 3, relegando al sexto puesto de la general de 'carrozados' a Ropero, que cedía terreno el domingo pero al menos mantenía el primer puesto en la clase 4 con su Mitsubishi EVO VIII.
Precisamente el nuevo modo de agrupar los GTs y Turismos en clases, juntando en una los dúos 2a-2b, 3a-3b y 4a-4b del año pasado y creando una nueva 5c que se añade a las 5a y 5b ya existentes, era una de las novedades que presentaba este año el nacional. Un cambio que me parece positivo porque en las clases de PF más bajo (o, lo que es lo mismo, vehículos con mayores prestaciones) hay siempre menos participantes y el resultado era que la mayoría acaban por estar en las de PF más alto. Que estos últimos se repartan ahora en tres diferentes abre más opciones de 'pelear por algo' a los pilotos de los coches más modestos. En Estepona, la 5a acabó quedando desierta mientras que en la 5b se impuso un viejo conocido del nacional, el granadino Carlos Rodríguez, ganador del grupo A2 en el 2017 con el mismo Mini Cooper con el que volvía este año a la carga (aunque su intención sea esta vez centrarse en el regional andaluz) y en la 5c el triunfo se lo adjudicó el local Antonio Puerto con un Citroën C2.
Otra novedad del campeonato de este año es el nuevo baremo de puntuación, que premia más las victorias y las primeras posiciones, lo que también nos parece acertado aunque suponga el siempre indeseado efecto para los organizadores de las pruebas finales del certamen de que los campeonatos lleguen resueltos a su prueba. Algo que, con la noticia de la renuncia de Ubrique al nacional, conocida durante el fin de semana de Estepona, será menos probable ya que al quedarse el calendario con seis pruebas sólo se podrá descontar un resultado.