Daniel Ceán-Bermúdez
@daniel_cean

EL PRIMER FIN DE SEMANA DE TODO O NADA

NFL Super Wild Card Weekend 2020-21

Las eliminatorias por el título de la NFL arrancaron el fin de semana del 9 y 10 de enero con a nueva ronda de 'Super Wilcard'. El sistema estrenado este año, con siete clasificados por conferencia, dejaba exento sólo al equipo con mejor balance de cada una, los Kansas City Chiefs en la Americana y los Green Bay Packers en la Nacional. El resto se enfrentaban en seis partidos, en lugar de cuatro como era habitual hasta ahora en este primer envite de encuentros a 'todo o nada' que culminará con la SuperBowl del primer domingo de febrero.

BUFFALO BILLS 27 - INDIANAPOLIS COLTS 24

El primer partido del sábado tenía como claros favoritos a los Buffalo Bills, uno de los equipos que mejores sensaciones han dejado a lo largo de la campaña. En su contra jugaba más la larga tradición negativa de la franquicia en los playoffs que el rival de turno, los Indianapolis Colts. Finalmente, el pronóstico se cumplió aunque los visitantes no se rindieron fácilmente. Liderados por el veterano Phillip Rivers en su primera temporada en el equipo de la herradura de la suerte, certero en sus lanzamientos al rocoso Pitman, con el eterno T.Y.Hilton recibiendo sus pases en los momentos clave y con el novato Jonathan Taylor sumando cifras de carrera que en la ciudad de las 500 millas no se veían desde los tiempos de Marshall Faulk, los Colts hicieron honor al nombre con el que nacieron hace mucho en Baltimore y dispararon una y otra vez.

Pero aunque le alcanzaron algunos balazos, Josh Allen volvió a dar muestras de su inmensa clase. Bien secundado por las seguras manos de Stefon Diggs y alguna que otra carrera al final del siempre fiable Singletary, el joven que intenta seguir la estela del legendario Jim Kelly sumó su primera victoria en post-temporada...¡y la primera de los Bills en veinticinco años!

SEATLE SEAHAWKS 20 - LOS ANGELES RAMS 30

A continuación fue el turno de un duelo que, a priori, podía parecer muy desequilibrado dadas las circunstancias de uno y otro equipo. Los Seatle Seahawks recibían con todos sus efectivos a unos Los Angeles Rams que partían con el handicap que siempre supone tener que alinear a un Quarterback sin apenas experiencia, John Wolford, que debutaba en playoffs en el que era solamente su segundo partido como titular. Por si fuera poco, un fuerte golpe al poco de iniciarse el partido mandaba al hospital al desafortunado sustituto del tocado titular, Mike Goff, que tenía que asumir el mando pese a la reciente operación en el pulgar de su mano derecha, la que usa para lanzar el balón.

Así las cosas, los angelinos parecían presa fácil para el variado arsenal de Russell Wilson, capaz de encontrar casi siempre el modo de conectar con el tan enorme como irascible Metcalff y con el siempre versátil Lockett... o de correr cuando ninguno de ellos o de sus compañeros aparece en el punto de mira. Algo que en esta ocasión ocurrió muy a menudo, y sin que el habil QB de los halcones marinos pudiera ponerle remedio a base de salir por piernas, porque en auxilio del mermado ataque de los Rams llegó su contundente defensa. Con Aaron Donald imparable y omnipresente hasta convertirse en una pesadilla para Wilson, el ataque de Seattle se estrelló una y otra vez contra un muro haciendo imposible el triunfo local. Se suele decir que no hay mejor defensa que un buen ataque... pero es tanto o más cierto que, a falta de un buen ataque, una extraordinaria defensa puede ganar partidos. El del sábado lo ganó la zaga de los Rams ante unos sorprendidos y frustrados Seahawks.

TAMPA BAY BUCCANEERS 31 - WASHINGTON FOOTBALL TEAM 23

Cerró la primera jornada el esperado estreno en playoffs de Tom Brady con una camiseta diferente a la de los Patriots. Verlo con el uniforme de los Bucanneers de Tampa Bay sigue resultando extraño pero lo que no cambia es su estilo, mezcla de eficacia, frialdad y dotes de mando. Con el polémico, pero no por ello menos genial, Antonio Brown y el tenaz Leonard Fournett cada vez más integrados en el engranaje de la que también es nueva escuadra para ellos, los de Florida eran claros favoritos ante el equipo sin apellido de Washington. Y más aún con la ausencia del milagrosamente recuperado no ya para el fútbol si no incluso para la vida Alex Smith, ausente por lesión tras completar otro milagro, en este caso deportivo, ganar la división que nadie parecía querer ganar.

En su lugar, el puesto de 'director de orquesta' de los capitalinos quedaba en manos de Taylor Heinicke, otro quarterback que, como el titular inicial de los Rams, afrontaba su estreno en playoff en su segundo partido en el once inicial. Sin embargo, la tarea no asustaba al sustituto de Smith, que empezaba bien, no se venía abajo por una temprana intercepción y acababa completando un partido más que notable. El resultado era que Brady y los suyos ganaban con mucha menos holgura de la prevista al equipo que había llegado hasta ahí a base de ser el 'menos malo' de la casi siempre igualada (este año en lo negativo) NFC este.

TENNESSEE TITANS 13 - BALTIMORE RAVENS 20

El año pasado los Titans habían dado la sorpresa batiendo a los Ravens para dejar fuera a las primeras de cambio al equipo del MVP de la temporada regular, Lamar Jackson. Doce meses después un nuevo triunfo de los de Nashville no hubiera sido una sorpresa si no, más bien, todo lo contrario. Su más sólida trayectoria en la temporada regular y las estratosféricas cifras de carrera alcanzadas por el gigantesco Henry parecían mejores argumentos que el explosivo talento de Jackson, mucho menos brillante este campaña.

Sin embargo, mientras el running back de los Titans se estrellaba una y otra vez contra la defensa de los Ravens, sin conseguir apenas hacer una grieta en la línea rival, el quarterback de Baltimore avanzaba con el balón en sus manos poco menos que cuando y por donde quería para conseguir la victoria. Un triunfo que Jackson llevaba esperando con ansia desde la derrota de la temporada anterior ante este mismo rival que entonces lo paraba en seco y ahora asistía impotente a sus carreras.

NEW ORLEANS SAINTS 21 - CHICAGO BEARS 9

Los Saints no están jugando a estas alturas del año con la frescura y la espectacularidad que el variado talento de su plantilla permite. Desde que reapareció tras la dolorosa lesión en sus costillas, Drew Brees, da la sensación de estar menos atinado en sus lanzamientos y eso se nota. Pero, aún así, siempre es capaz de sacar unos cuantos pases marca de la casa, sobre todo si al otro lado del campo esperan el balón las seguras manos de Michael Thomas. Si a ello le unimos la capacidad del eléctrico Alvin Kamara para encontrar resquicios por los que colarse a toda velocidad en la línea enemiga y la incertidumbre que siempre genera la presencia de Tyson Kidd en cualquier posición de cualquier formación de ataque, el resultado del partido ante los muy irregulares y poco anotadores Chicago Bears no podía ser otro que el que se produjo, triunfo para los de Nueva Orleans.

Y, pese a que los Saints no funcionaron al cien cien, así fue. Ocurrió, sobre todo, porque los 'osos', aunque en defensa hacen honor a la fuerza del animal que les da nombre, en ataque son casi siempre tan inofensivos como uno de peluche. Así que, aunque Mitch Trubiski haya completado una parte final de campaña reivindicativa de las cualidades que apuntaba en sus inicio como profesional y parecían haberse esfumado, a la hora de la verdad no hubo más color bajo el techo del imponente 'Dome' que el dorado y negro del equipo con la flor de lis como logotipo.

PITTSBURG STEELERS 37 - CLEVELAND BROWNS 48

El duelo que cerraba el fin de semana del 'Super Wild Card' era, sobre el papel, el que me parecía más propicio a una victoria visitante. Porque, pese a su triunfal arranque con once triunfos consecutivos, los Steelers recibían en casa, llenos de dudas después de su hundimiento en las últimas semanas, a unos Browns con la moral a tope tras de alcanzar, por fin, esos playoffs que llevaban un par de décadas deseando.

De todas formas, aunque una victoria de Cleveland no sorprendiera, resultaba inimaginable que llegara del modo en que se produjo. Un regalo del Center de Pittsburgh, dos de su veterano QB, la indudable pericia de Mayfield y el letal dúo terrestre que componen los muy complementarios running back de los de Ohio, el poderosos Chubb y el habilidoso Hunt, situaban el marcador en 28 a 0 a favor de los Browns antes de acabar el primer cuarto. El resto ya sería un trámite, por mucho que la mezcla entre el orgullo de los Steelers y la propensión de los Browns a ganar pocas veces con facilidad amenazaran durante algunos momentos del tercer cuarto por devolver el interés a un partido que se había terminado en apenas diez minutos.

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