Dos años después de su estreno como prueba de cierre del Campeonato de España de Montaña, la subida a Les Revoltes d'Ibi volvió a ser el escenario de la cita final del certamen. Al igual que entonces, dos de sus tres categorías llegaban con el título aún por decidir. También en una de ellas había un favorito claro que necesitaba un resultado fácil de conseguir si no pasaba nada raro, mientras que en la otra la lucha se presentaba mucho más igualada.

Incluso parecía que la lluvia, que en el 2019 acabó por acompañar a los participantes, iba a ser de nuevo un factor a tener en cuenta. Finalmente, las nubes, tras descargar con fuerza el viernes, decidieron amenazar el sábado antes de dar paso al sol. El astro rey fue asomando a lo largo de la tarde del primer día de competición y lució con fuerza el domingo para dar más brillo al desenlace de una temporada que, pese a todos los condicionantes que todavía supone la interminable crisis sanitaria, ha salido adelante dentro de esa 'nueva normalidad' que de normal tiene poco pero a la que, inevitablemente, nos hemos ido acostumbrando.

CATEGORÍA 2: ORGULLO DE CAMPEÓN

Javi Villa se había asegurado una semana antes, en Ibiza, su octavo título de Campeón de España de Montaña. Pero lo había logrado perdiendo por primera vez en toda la temporada del nacional. Después de cinco triunfos, en el Fito, Ubrique, Chantada, Bolulla y La Santa, el segundo puesto de la prueba balear era más que suficiente para dejar resuelto el campeonato pero, con todos los atenuantes del caso, no dejaba de ser una derrota por mucho que la consecución del título la endulzara en buena medida.

Por ello, en Ibi su objetivo era claro, volver a ganar. Pero también había que hacerlo usando la cabeza. No tenía sentido estrenar gomas, con las 'Ultra Soft' montadas por primera vez en el 'Masters' de Falperra tenía que bastar. Y, desde luego, lo que no había que hacer era arriesgar más de la cuenta y causar daños en la mecánica en la última prueba del año, sin puntos importantes en juego.

En similar tesitura se encontraba Raúl Ferré. En Ibiza había conseguido, por fin, el ansiado triunfo al que se había ido acercando todo el año. Repetirlo en Ibi para cerrar su magnífica temporada con dos victorias consecutivas y encarar el invierno con la moral a tope resultaba de lo más apetecible. Pero las gomas de compuesto más blando usadas para ganar la semana anterior en el abrasivo asfalto de 'Sa Cala' iban a ser de nuevo su calzado. Y, evidentemente, tampoco era asumible jugársela a todo o nada con el riesgo de destrozar una montura para la que la temporada no concluía en la subida alicantina.

Así que tanto el asturiano como el andorrano tenían que tratar de ganar corriendo lo menos posible, como aconsejaba hacer el maestro Fangio. Un ejercicio que, en cierto modo, es más difícil de llevar a cabo que el clásico de 'ir a por todas' en busca de la victoria. Porque se trata de buscar los límites pero acercarse a ellos dejando un margen que ha de ser el más pequeño posible pero suficiente para no cruzar esa delgada línea que separa éxito de fracaso, la que supone golpear contra la valla en vez de pasarla rozando a unos pocos centímetros.

Un ejercicio en el que la mayor experiencia de Javi tenía que ser una ventaja. El sábado, el asturiano terminaba la manga oficial con algo más de dos segundos de ventaja sobre su joven rival nacido en Andorra. Una diferencia importante sobre el papel pero muy poco significativa. El nuevo asfalto había amanecido empapado y había tardado lo suyo en secar. Ambos sabían que al día siguiente, con pronóstico meteorológico más favorable, el sol lo iba a dejar en mejores condiciones y los tiempos 'buenos' iban a ser los de las dos mangas de carrera del domingo. Especialmente los de la que se disputaba a media mañana, con temperaturas más frescas y los neumáticos todavía con algo de goma para agarrarse al liso firme que estrenaba la prueba. Y, efectivamente, así era. Tanto Javi como Raúl mejoraban de forma notable sus tiempos de la víspera en la segunda oficial. Los dos paraban los dígitos del cronómetro en 2'14", con el asturiano logrando detenerlos un par de décimas antes que el andorrano. El primer asalto de los dos definitivos era suyo. El segundo también lo sería.

Con las gomas ya en las últimas para ambos, Javi empeoraba apenas unas milésimas en la manga final mientras que Raúl se dejaba casi cuatro décimas. La última victoria del año era para el campeón. Un triunfo logrado a base de talento, de cabeza... y, también, de orgullo.

CATEGORÍA 3: A LA TERCERA FUE LA VENCIDA

El prometedor estreno de Mario Asenjo en las pruebas del nacional de montaña del 2018 convertía al joven piloto cántabro en uno de los favoritos al título en la categoría de los CM-Promoción para el 2019. Sin embargo, al final de aquella temporada el campeón fue otro piloto también joven y nacido en Cantabria, Domingo Estrada, que había debutado a principio de año y acabó convirtiéndose en el dominador del certamen, ganándolo ya en la penúltima cita del calendario.

Al año siguiente, la corta campaña del 2020 a la que obligó la pandemia se redujo aún más al cancelarse la que estaba prevista como su cita final, Estepona, después de que en las dos anteriores, Bolulla e Ibiza, se repartieran las victorias y los segundos puestos entre Asenjo y otro debutante, Raúl Ferré. Lo que era un empate en cuanto resultados se traducía, en puntos, en ventaja para el joven andorrano gracias al mayor coeficiente de la prueba insular. Así que el título se le escapaba de nuevo al cántabro, que había iniciado la campaña como máximo favorito en ausencia de los dos anteriores campeones, Domingo Estrada, que se había pasado a los rallyes, y Garikoitz Flores, que decidía hacer una pausa en su programa nacional.

Finalmente, en el 2021 Mario ha logrado el ansiado título después de una lucha a tres, con Benito Pérez y Edgar Montellà, que ha convertido a la ahora denominada categoría 3 en la más igualada del Campeonato de España de Montaña.

Los tres llegaban a la prueba final del año con opciones aunque uno de ellos, Montellà, no dependía de si mismo y lo tenía realmente difícil. Necesitaba ganar y que alguien se intercalara entre él y sus dos rivales. Y como sólo había cuatro participantes más en la categoría 3, ese alguien tenía que ser Toni Arrufat, que debutaba en la difícil prueba alicantina. Un hándicap que también afectaba a Benito Pérez, cuyo duelo con Mario Asenjo por el título era directo, el que terminara por delante se proclamaría campeón siempre que no acabaran ambos por detrás de los otros dos competidores de la categoría.

Con todo eso en mente, el favorito tenía que ser Asenjo que, además, era de los tres quien más experiencia tenía en la subida de Ibi, a la que había acudido no sólo en la edición del 2019, cuando se estrenó en el nacional, si no, también en el 2018 cuando se disputó por primera vez.

Pero ya se sabe que una cosa son los pronósticos y la teoría, otra muy distinta los resultados y la realidad. Con diferencias casi siempre mínimas entre ellos, los tres aspirantes al título sabían que cualquier fallo podía dar al traste con lo hecho hasta entonces.

De hecho, Montellà ya había errado el domingo anterior en Ibiza y por eso llegaba con desventaja. En Ibi quien fallaba era Benito. El asturiano se salía en unas rápidas enlazadas de la parte inicial del recorrido durante la subida oficial del sábado y terminaba la jornada lamentando los daños sufridos por su coche y esperando que sus mecánicos pudieran ponerlo en orden de marcha para el día siguiente.

Asenjo, en cambio, lideraba con autoridad, marcando los mejores cronos en todas las mangas. Su nombre estaba siempre en lo más alto de la lista de tiempos, tanto en los entrenamientos libres, como en los oficiales o en la manga de carrera, que completaba con casi de un segundo y medio de ventaja sobre Montellà y más de tres respecto a Arrufat.

De todas formas, el domingo, con el asfalto en las mejores condiciones del fin de semana, se iban a disputar las dos restantes mangas de carrera y todo apuntaba a que esos iban a ser los tiempos que acabarían contando en el cómputo total de cada piloto. Pero la ventaja, aunque fuera psicológica, era clara a favor de Mario. El cántabro la confirmaba en la segunda oficial cuando rebajaba su crono de la víspera en casi dos segundos y volvía a ser el más rápido. Eso sí, esta vez Montellà estaba mucho más cerca, a menos de una décima. Pero el único posible aliado del andorrano para lograr la combinación de resultados que le podía dar el título, Arrufat, seguía lejos de poder mezclarse en la lucha y, aunque mejoraba de forma notable respecto a la víspera, cedía más de dos segundos.

Por delante del catalán se situaba Benito Pérez con su coche parcheado con cinta americana para recordar lo sucedido unas horas antes. El asturiano salía a por todas y, tras superar la más virada parte inicial, pasaba por el punto de cronometraje intermedio apenas una décima por detrás de Montellà y cuatro por delante de Asenjo. Pero, al igual que le había ocurrido en las zonas más rápidas de Chantada y La Santa, en la veloz segunda mitad del trazado de Ibi, que recuperaba en su parte final una larga recta, las décimas en su contra se iban acumulando por más que apretará a fondo el pedal del acelerador para tratar de exprimir al máximo su ya veterano propulsor. En meta, el de Ribadesella cedía un segundo y era consciente de que sólo un fallo de Mario en la manga final le podría llevar a conseguir el título.

Pero Mario no fallaba. Al contrario. Concentrado al máximo marcaba el mejor parcial en el intermedio, aunque fuera por apenas una décima, y volvía a dominar con holgura en la segunda parte del recorrido para cruzar la línea de llegada con el mejor crono del fin de semana y más de un segundo de ventaja sobre sus dos rivales. No había duda, Asenjo había conseguido el mejor tiempo en todas las mangas del sábado y lo había vuelto a hacer en las del domingo. La victoria, segunda del año tras la ya lejana en el tiempo de Ubrique, era suya. Y con la victoria llegaba el título. A la tercera, tras pensar que podía lograrlo en el 2019 y acariciarlo en el 2020, el ansiado campeonato de España era suyo.

CATEGORÍA 1: TODOS CONTENTOS

La increíble secuencia de acontecimientos producida en la subida de Ibiza había cambiado por completo la fisonomía del campeonato de la categoría 3. Antes de la prueba balear, Janssens y Fombona estaban empatados tanto a puntos como a resultados con los que los habían conseguido. Tal igualdad parecía augurar un desenlace en la última, Ibi, al estilo del ocurrido dos años antes en la competición alicantina, con el asturiano también como uno de los aspirantes al título pero enfrentado entonces a Gerard De la Casa en un duelo que se acabó resolviendo por milésimas a favor del gijonés.

Sin embargo, el accidente sufrido por Janssens el domingo por la mañana en Ibiza significaba que el andaluz perdía prácticamente toda opción y dejaba a Fombona, tercero en la isla blanca pese al golpe del sábado, muy cerca de alcanzar su octavo título. Para lograrlo le bastaría con terminar entre los cuatro primeros de la categoría 1 en Ibi aunque la victoria fuera a parar a manos de 'Lolo' Avilés, lejano tercero en la clasificación antes de la penúltima cita del año, que pasaba a convertirse en su rival más cercano al terminar segundo en Ibiza.

Con Janssens ausente dadas sus remotas posibilidades, que hacían muy poco apetecible el esfuerzo de reparar a toda prisa los daños sufridos por su coche (necesitaba ganar, que Fombona no terminara entre los doce primeros ni 'Lolo' más arriba del octavo lugar), la subida alicantina se presentaba como una de esas situaciones en las que el líder ha de usar la cabeza mientras su más inmediato perseguidor tiene que atacar y esperar el improbable fallo de su rival.

El planteamiento para ambos era claro y los dos lo seguían al pie de la letra. De entrada, la combinación entre la lluvia de la víspera y lo nuevo del recién estrenado asfalto, hacía que la prudencia fuera máxima en las subidas de entrenamientos libres, en las que os mejores tiempos no los marcaba ni uno ni el otro si no Francisco Jiménez, que sacaba partido de la tracción total de su Mitsubishi sobre el todavía muy deslizante asfalto.

Llegados los entrenamientos oficiales iba, por fin, apareciendo el ansiado carril seco que esperaban los pilotos de los más potentes GT y 'Lolo' pasaba a tomar la delantera. Fombona le seguía en torno a los tres segundos en las dos mangas, con Alonso Liste tercero a unas décimas. Una amenaza que no preocupaba al asturiano ya que con ser cuarto le bastaba. En esa posición estaba Jiménez, a seis segundos, mientras que hasta el quinto puesto, ocupado por Noguera con su Porsche Carrera de la clase de los históricos, el margen ya era era enorme, más de veinte segundos.

En la manga de carrera que cerraba la primera jornada, 'Lolo' volvía a ser el más rápido, aunque para ello necesitaba la fortuna de una oportuna bandera roja que le permitía volver a tomar la salida después de haberse visto ralentizado en su ascensión por Jiménez, que había trompeado al inicio del recorrido y a quien alcanzaba hacia la mitad de la subida. El malagueño era el único que bajaba de 2'40" mientras Fombona se quedaba segundo y medio por encima de esa marca y a cuatro de su rival. Alonso Liste seguía cerca, tercero a algo más de un segundo, pero el hueco resto continuaba siendo muy grande, ya que ninguno de los demás participantes completaba el recorrido en menos de tres minutos.

Así las cosas, sólo un contratiempo podía impedir la consecución del título por parte de Fombona, que se iba a dormir el sábado por la noche con medio campeonato ganado. Con terminar a ritmo relativamente tranquilo una de las dos mangas de carrera del domingo sería campeón. Y justo eso es lo que hacía el gijonés, que certificaba la consecución de su octavo título de Campeón de España de Montaña bajando hasta el 2'38" en la segunda oficial, a algo menos de dos segundos de 'Lolo' y con similar margen sobre Alonso Liste. Dadas las diferencias sobre el resto, encabezado ahora por Jiménez a diez segundos de distancia, el cuarto puesto como peor resultado posible estaba más que asegurado.

Quedaba sólo la duda de si, una vez el título en el bolsillo, el veterano campeón intentaría rubricar la temporada con una nueva victoria. Pero la tentación, aunque existía, era débil. Para lograrlo había que bajar, por lo menos, cuatro segundos. Y eso significaba asumir unos riesgos innecesarios cuando lo que más le apetecía era acabar cuanto antes y celebrar el campeonato. Así que las ruedas nuevas quedaban guardadas a buen recaudo en el camión y, aunque fiel a su espíritu competitivo, Fombona apretaba un poco más en la última manga, sólo recortaba un segundo a su crono previo. Una mejoría insuficiente porque 'Lolo' se había 'tirado' un poco más 'por si acaso', llegando a meta con el mejor tiempo del fin de semana.

De ese modo se repartían los dos rivales los premios del último fin de semana del año. Para el joven malagueño era la primera victoria como merecida recompensa a su constante progresión a lo largo de toda la temporada con el potente pero nada fácil de domar Ginetta GT3. Para el veterano gijonés era el título, el octavo de su extraordinario palmarés, conseguido tras haber estrenado en febrero el 7 en las décadas de su edad y que llega quince años después de haber conseguido el primero cuando en la tarta de cumpleaños la primera vela era todavía un 5.