Las calles de Estepona volvían a acoger el inicio de una nueva temporada en el Campeonato de España de Montaña. Este año lo hacían, además, con el buen tiempo que uno espera del turístico sur de la península, ya que el sol y las altas temperaturas acompañaban a participantes y público a lo largo de las tres jornadas, una de verificaciones, el viernes, y dos de competición, el sábado y el domingo. Todo un bienvenido contraste con el mal recuerdo que había dejado el temporal de doce meses antes, cuando la lluvia, el viento y el frío estuvieron a punto de echar por tierra la disputa de la subida.

Esta vez las condiciones climatológicas no fueron obstáculo aunque el sábado, al igual que el año pasado, hubiese que acabar cancelando la última parte de la primera manga oficial. Pero si entonces la causa había sido el intensísimo chaparrón que anegó buena parte del recorrido, en esta ocasión el problema fue la falta de luz al acumularse numerosos retrasos durante la jornada. Para que ello ocurriera, uno de los factores fue el estreno de la normativa de pilotos prioritarios, que supone un nuevo orden de salida, con los pilotos habituales del nacional tomando la partida los primeros en cada manga, para asegurar que no se quedan sin subir en ninguna (como ocurrió en varias ocasiones en los últimos años) y retornando a asistencia antes de que el resto de competidores inicien su participación. Un sistema que, en efecto, permitió a los pilotos incluidos en esa lista de prioritarios hacer las tres subidas del sábado pero, a cambio, junto con las varias interrupciones causadas por diferentes incidentes y averías que suelen ser habituales siempre en montaña, acabó por influir (por el excesivo tiempo que se tardó cada vez en que volvieran a la asistencia antes de reanudarse la competición para el resto) en que no se completase el programa previsto y en la última manga hubiera participantes que se quedaran sin subir.

Así que se puede decir que el nuevo método demostró, al primer intento, sus ‘pros’ y sus ‘contras’. Tal vez estos últimos acabaron pesando más, especialmente por lo largo del recorrido de Estepona y la importante distancia entre la zona de asistencia y la salida. Un trayecto que lleva su tiempo cubrir en caravana y acabó causando parones demasiado largos en las dos mangas de entrenos del sábado, cuando estas se interrumpieron para poner en marcha la nueva normativa. Qué, además, se empezara la primera con retraso tampoco ayudó. Pero es que eso de cumplir los horarios sigue siendo, por desgracia, una asignatura pendiente en muchas pruebas de montaña y algo en lo que se debería de trabajar. Si en los rallyes, con desplazamientos mucho más largos entre asistencias y salidas (y con una logística notáblemente más compleja) se consigue salir a la hora y minuto exactos en cada tramo, lograrlo en una subida no debería ser la quimera que a veces parece.

Mención aparte merece el efecto que causa este nuevo orden de salida en el desarrollo del fin de semana para los espectadores y en el desenlace de la última subida oficial del domingo. El hecho de que los pilotos y monturas que luchan por las primeras posiciones salgan delante hace que se pierda una de las características que hacen atractiva a la montaña, el ‘crescendo’ de prestaciones y emoción que para el público supone el paso de los participantes en orden inverso a su número en la lista de inscritos, con los más rápidos cerrando la acción y manteniendo hasta el final la incertidumbre del resultado. Con el nuevo método, una vez han terminado la manga final los prioritarios (qué, además, tienen que esperar a su conclusión para bajar, ya que en la última de cada día no se les hace descender antes) poco queda ya por resolver, más allá de que algún piloto de los últimos en salir pueda dar la sorpresa (como ocurrió, por cierto, en Estepona con los magníficos cronos de Domingo Estrada). Debido a ello, en cuanto se produce la más mínima interrupción en esa parte final de la manga que cierra el programa, los aficionados se marchan dejando un ambiente de lo más desolado para completar los minutos finales de competición. Sin duda, un tema a estudiar que, en todo caso, volveremos a tratar en la subida de Guía de Isora, ya que en el Fito, al ser prueba del europeo, la competición se regirá por la normativa FIA y el orden de salida será el habitual, es decir, el inverso a la numeración en la lista de inscritos.

CATEGORÍA 1: VILLA SE HA QUEDADO SOLO

El emocionantísimo final de temporada vivido el año pasado en Totana, con el duelo por el título entre Joseba Iraola y Javi Villa, decidido por unas décimas en la última manga a favor del piloto vasco, nos dejó un sabor de boca extraordinario para cerrar el 2018… y un apetito por más de lo mismo en el 2019. Pero, por desgracia para nuestra hambre de emociones fuertes, Joseba tiene otros planes este año y, tras vender las dos barquetas Norma con las que compitió la pasada campaña y adquirir un Porsche, sus objetivos esta temporada se centran en disfrutar de los rallyes, con su pareja de copiloto, y dejar la montaña a un lado en lo que, esperamos, sea sólo un ‘hasta pronto’ y no un ‘adiós’.

Así que con el vigente campeón habiendo hecho ‘mutis por el foro’, a Javi le pasa un poco como le ocurrió a Hamilton hace un par de temporadas en la Fórmula 1, cuando fue batido por Keke Rosberg y el alemán decidió no poner el título en juego al año siguiente. El asturiano se ha quedado sin la deseada revancha deportiva ante su gran rival y buen amigo, con el agravante para el espectáculo de que en nuestro nacional de montaña no hay, al menos de momento, un Vettel o un Verstappen que puedan plantarle cara… o, al menos, intentarlo. El de BRC se ha quedado más sólo que la una en lo alto del nacional y en Estepona no tuvo rival, dominando con una autoridad y unas diferencias pocas veces vistas en una especialidad con márgenes tan ajustados como suele ser la montaña.

Eso sí, no por carecer de adversarios que pudieran poner en duda su victoria se lo tomó Villa con calma en el largo y complicado recorrido malagueño. Su motivación era la más clásica de las ‘carreras en cuesta’: luchar contra si mismo y batir sus propios records. De entrada, el asturiano rompía en la primera manga de entrenamientos del viernes la barrera de los cuatro minutos para completar los algo más de siete kilómetros y medio de la subida en su actual trazado, con salida desde los límites del casco urbano de Estepona. Su crono de 3’58”030 era, además, sólo un aviso de hasta donde podía llegar Javi con la primera versión del BRC BR53 para este año, aún con el mismo motor 1000 turbo del año pasado pero ya con parte de su aerodinámica revisada. En la manga de carrera que cerraba la jornada del sábado, el asturiano rebajaba en más de diez segundos su marca anterior para detener los dígitos del cronómetro en 3:48,169. Una barbaridad totalmente fuera del alcance del resto de competidores, cuyo primer objetivo era bajar del 4’10”, algo que ninguno conseguiría hasta el día siguiente.

El domingo, Villa rubricaba su rotunda victoria limándole otras cuatro décimas a su mejor tiempo de la víspera para dejar el nuevo record en 3’47”671 al término de la segunda subida oficial. Entonces, ya ganador pasara lo que pasara, el asturiano se permitía el lujo de relajarse y subir sin tantas prisas en la manga de carrera restante, lo que aprovechaba a la perfección Christian Broberg para cerrar con el mejor tiempo en la última subida oficial un muy positivo retorno al volante de su Radical en una prueba del nacional. El marbellí de apellido sueco ya se había reencontrado con la pequeña pero rabiosa barqueta británica al final de la pasada campaña, cuando la pilotó en el Masters europeo celebrado en Gubbio, y este año la utilizará en el Campeonato de España, incluida en el nuevo grupo BN (barquetas nacionales) de la categoría 1. Para empezar, un segundo puesto absoluto en la prueba de casa, tres años después de haber subido por primera vez al podio, también pilotando la Radical, era un magnífico arranque de temporada para Christian, que iba a más a medida que avanzaba el fin de semana y, tras ser ‘sólo’ sexto el sábado, mejoraba sus cronos en una decena de segundos el domingo, logrando dos 4’04” que le ponían fuera del alcance de los más rápidos de la categoría 2 que le habían superado el día anterior.

El podio de la categoría 1, compuesta por un total de siete participantes, lo completaba José Manuel González Cabrera, que sufría lo suyo para adaptarse a una subida totalmente nueva para él. El piloto de la Isla de La Gomera debutaba en Estepona en una prueba del nacional en la península y se tomaba la experiencia como aprendizaje al volante del BRC BR53 en un trazado muy diferente a los que conoce de las Canarias. El sábado apenas si se metía entre los diez primeros de la general scratch con un registro de 4’26”, mientras que el domingo rodaba ya en 4’13” para acabar séptimo absoluto y tercero de la categoría 1.

CATEGORÍA 2: EL CAMPEÓN NAVARRO Y LA NUEVA OLA CÁNTABRA

Después de proclamarse el año pasado Campeón de España de la categoría 2, Garikoitz Flores planeaba adquirir un BRC BR53 para dar el salto en el 2019 a la categoría 1 del nacional. Pero, como dice el refrán ‘el hombre propone y Dios dispone’. Aunque, en su caso, esa disposición divina fuese de índole mucho más material que espiritual. El fuerte golpe sufrido con su BRC B49 en la subida italiana de Gubbio, sede del Masters FIA al término de la pasada campaña, significó una costosa reparación que hizo inviable la inversión necesaria para el cambio de montura. Así que, haciendo de necesidad virtud, ‘Gari’ repite en la categoría 2 con el objetivo de revalidar el título.

Una tarea que, por lo visto en Estepona, no va a ser fácil ni mucho menos para el navarro. De sus rivales del año pasado repiten dos con ganas de revancha, el también navarro Arkaitz Ordoki y el andorrano Edgar Montellà. Y a ellos se unen otros tres. Dos proceden de Cantabria, Mario Asenjo y Domingo Estrada, y otro es un viejo conocido del nacional, el asturiano Jonathan Álvarez. Un sexteto en el que están representados, además, cuatro fabricantes diferentes de los siempre espectaculares CM: BRC, Speed Car, Silver Car y Talex.

De entrada, en la primera prueba del año, tres de los seis estuvieron en la pelea por la victoria. Uno de ellos, como era de esperar, fue el vigente campeón, Garikoitz Flores. La sorpresa estuvo en que los otros dos fuesen los más jóvenes e inexpertos en el nacional, Asenjo y Estrada, dos chavales cántabros que vienen pisando muy fuerte. De Mario ya vimos el año pasado, en su debut en Ubrique y, posteriormente, en las otras ocasiones en que participó ‘fuera de concurso’, por no estar entonces homologado el motor BMW de su BRC, detalles que permitían ser optimistas sobre sus posibilidades. De Domingo nos habían llegado magníficas referencias desde su tierra, donde debutó el año pasado en el regional, rodando desde el primer momento en los tiempos de cabeza.

En Estepona, ambos confirmaron que va a haber que contar con ellos en cada subida de este año. El sábado, Asenjo situó su BRC negro a menos de un segundo del azul de ‘Gari’. El domingo, Estrada se presentó en sociedad a efectos del nacional con dos mangas magníficas y el mérito adicional de afrontarlas poco menos que ‘a balón parado’, sin apenas kilómetros al volante de su inmaculado Silver Car S3 en el largo trazado de Estepona, después de haber tenido problemas en los entrenos del sábado y no haber podido tomar parte en la subida oficial que cerraba el primer día de competición y en la que fue uno de los perjudicados por la cancelación de su parte final, al caer la noche y no haberse completado aún su desarrollo.

Por delante de ambos, Garikoitz, que el sábado no acaba de encontrar el ritmo, en el que era su retorno a la acción varios meses después del batacazo de Gubbio, bajó lo suficiente sus cronos el domingo como para ser el único de la categoría 2 capaz de rodar en 4’06 en la última manga. Un registro que le permitió dejar definitivamente atrás a Asenjo, que se había pegado a él como una lapa en la segunda oficial, cuando ambos rodaron en 4’08”, con sólo 41 milésimas de ventaja para el navarro, y ponerse a salvo del espectacular arreón final de Estrada, autor de un magnífico 4’07 en la última oficial con el que acabó arrebatando la segunda plaza al otro representante de esa nueva ola cántabra que amenaza con abatirse sobre la categoría 2 como un tsunami.

Así que, después de todo, primer asalto para el campeón vigente, pero después de una pelea de lo más interesante a la que, a poco que las cosas les vayan bien, deberían unirse también Ordoki y Montellà, que tuvieron un fin de semana lleno de problemas (electrónica caprichosa en el nuevo propulsor Suzuki montado en el BRC del navarro, aparatoso revolcón el sábado para el andorrano de Speed Car) y, esperamos, también se pueda incluir Jonathan, que debutó en Estepona con el Talex con lo que fue poco más que una sesión de tests para el asturiano en su retorno al nacional con nuevo equipo.

CATEGORÍA 3: JANNSENS GANÓ POR KO

La categoría de carrozados se presentaba en Estepona como un teórico duelo a tres bandas entre su actual campeón, Gerard De la Casa, y otros dos pilotos que ya saben también lo que es ganar el título nacional de montaña, Humberto Janssens y José Antonio López-Fombona. El andorrano empezaba marcando el mejor crono en la primera manga de entrenos del sábado con su muy afinado Subaru World Rally Car. El granadino le replicaba en la segunda, empezando a exprimir su poderoso Porsche Cup ‘2014’. Y tras ellos se situaba en ambas subidas el asturiano con su espectacular Lamborghini Huracan Supertrofeo.

Todo estaba preparado para el primer asalto serio, en la manga oficial que cerraba la jornada del sábado. Y el resultado era un doble KO favorable a Janssens, que cruzaba la meta con un magnífico crono de 4’14”782 mientras De la Casa se quedaba por el camino, con el motor roto, y Fombona tampoco llegaba arriba, después de un trompo que terminaba con su Lambo golpeando un guardarrail. La avería en el Subaru del andorrano era irresoluble de cara al domingo, mientras que los daños sufridos en el coche del asturiano eran de ‘chapa y pintura’ así que, al menos, podría volver a ser de la partida al día siguiente.

De todas formas, con un coche reparado de urgencia, el gijonés no podía inquietar a Janssens en las dos mangas de carrera del domingo, dominadas con claridad por el andaluz de origen belga, y, además, se veía superado en ambas por José Alonso Liste. El joven piloto gallego estrenaba en Estepona su nueva montura para este año, un Ginetta GT4 con el que aspirar a mejores posiciones en la clasificación que el Mini procedente de la Challenge de circuitos con el que tan buenos resultados logró en pasadas campañas. Lo que ni el propio piloto podía imaginar es que esa mejoría en la posición final iba a ser tanta como para subir al segundo peldaño del podio en su debut con el deportivo británico. Pero entre que Fombona, tras el susto del sábado, completaba con cierta prudencia la segunda oficial y se hacía un lío con los botones del volante en la tercera, activando por error el limitador de velocidad que tienen estos coches de circuitos para cuando entran en boxes… y que Liste subía como un auténtico tiro al volante del Ginetta, sacándole un rendimiento probablemente superior al esperado en una subida no especialmente favorable para sus características, el gallego acababa consiguiendo una muy meritoria y más que merecida segunda posición, por detrás del inalcanzable Janssens, claro ganador, y por delante de Fombona, que se tenía que conformar con pisar el peldaño más bajo del podio.

El resto quedaban ya muy lejos, encabezados por José Carlos Ropero, que completaba una excelente actuación con su Mitsubishi EVO VIII para acabar cuarto de la categoría 3 y lograr la victoria en la clase 7. Tras él concluía otro coche de la marca japonesa, el EVO IX de Salvador Tineo, que tenía algún que otro problema mecánico a lo largo del fin de semana y no podía estar al nivel que nos tiene acostumbrados. Para el de Benahavis era una lejana quinta posición entre los carrozados, con el consuelo de ser el primero en la clase 8.

Tres nombres habituales del nacional de montaña ocupaban las siguientes posiciones de la tabla en la categoría de carrozados. Sexto era el almeriense Manuel Maldonado, que volvía a ponerse al volante de su Porsche, tras varios meses sin competir, y enseguida reencontraba las buenas sensaciones para disfrutar de un buen fin de semana, sin problemas y divirtiéndose con la conducción de su GT. Séptimo concluía el menorquín Kike Perelló, que estrenaba nueva montura, un SEAT León Supercopa, y octavo se clasificaba el veterano malagueño José Blanco Rosales, con su incombustible Mitsubishi EVO IX este año en especificaciones de grupo R4. Completaban el ‘top ten’ de la categoría 3 el andaluz José Luis Ruiz, siempre rápido con su veterano pero todavía competitivo Citroen AX Sport, que llevaba al noveno lugar de carrozados, primero de la clase 9, y su compañero en la escudería ‘Local Sport’, Alberto Rodríguez, décimo entre los GT’s y turismos con su León procedente del antiguo monomarca de SEAT en pista.

LAS ELECCIONES NOS DEJAN SIN UBRIQUE

Al igual que en años anteriores, el calendario del Campeonato de España de Montaña del 2019 comenzaba con una doble cita en Andalucía para el inicio de la temporada. Pero la convocatoria de las elecciones generales para el domingo 28 de abril, precisamente el fin de semana previsto para la Subida Ubrique-Benaocaz, provocaba la cancelación de la clásica prueba gaditana ante la imposibilidad de realizarse el mismo día de las votaciones. A día de hoy aún no se conoce si será posible la celebración de la subida en otra fecha más adelante esta temporada o si tendremos que esperar al 2020 para volver a disfrutar de la competición automovilística en el bonito pueblo blanco andaluz. Sea como fuere, la ausencia, aunque sea temporal, de la segunda cita andaluza deja un hueco en el calendario del nacional de montaña del 2019, que retornará dentro de un par de meses con la subida al Fito, en Asturias, un año más la prueba española del Campeonato de Europa de Montaña. Eso será los días 18 y 19 de mayo, una semana después de que los mejores de la montaña continental se hayan visto las caras en la otra subida ibérica del certamen, la rapidísima y espectacular Rampa de Falperra, en Portugal.