Hacía nueve años que no se disputaba en Galicia una prueba puntuable para el campeonato de España de Montaña. La última había sido la subida a Cortegada, en la temporada del 2009, el mismo año que también incluyo en el calendario del nacional la subida a Chantada. Y precisamente era la clásica prueba lucense la encargada de servir de escenario al muy esperado retorno del certamen a territorio gallego. Un regreso que nos parece muy positivo para el campeonato de España de Montaña Sportech porque, para crecer, el nacional necesita disputarse en pruebas con tradición y público. Si, además, el entorno en el que se celebran tiene la espectacular belleza de la Ribeira Sacra poco más se puede pedir. Si acaso, que no haga tantísimo calor, aunque eso es poco menos que inevitable, en pleno verano, en una zona de clima muy diferente al que solemos asociar al noroeste peninsular pero perfecto para la crianza de sus famosos vinos.

¿TINTO O BLANCO?

Entre esos vinos de la Ribeira Sacra hay, sobre todo, excelentes tintos. Pero también hay magníficos blancos. Los tintos, de intenso color cereza, se elaboran en su mayoría a partir de la uva Mencía. Los blancos, menos conocidos pero no por ello menos deliciosos, lucen un amarillo casi tan brillante como el sol que hace crecer los racimos de Godello o Albariño utilizados para su elaboración. Y tan diferentes como ambos tipos de vino son las dos zonas en que se dividen los poco mas de cuatro kilómetros de longitud de la subida a Chantada. Un recorrido que, desde la construcción de la nueva carretera de acceso a la localidad, a finales de los años 80, presenta una sorprendente variedad. Se puede decir que son dos subidas en una, con características poco menos que opuestas.

La primera parte de la prueba, con salida justo al inicio de un viejo puente de piedra sobre el río Miño, discurre por una carretera estrecha, de asfalto rugoso, que asciende serpenteando entre los viñedos que cubren la ladera. Es casi más un tramo de rallye, al estilo de los que ese mismo fin de semana acogían la cita alemana del mundial, en la cuenca vinícola del Mosela. Pero entonces se llega a la curva de los cipreses y el panorama cambia por completo. El asfalto más oscuro y granulado queda atrás, sustituido por otro más claro y fino. De la estrechez entre cepas se pasa a una ancha carretera con tres carriles y amplios arcenes. Y de los virajes cerrados de la primera mitad (la curva del 30, la de la cantera y la del carbón) ya no hay rastro, sustituidos por vertiginosas enlazadas al estilo de la famosa secuencia de Maggots-Becketts-Chapel en el circuito de Silverstone, sede también esos mismos días de una competición valedera para un campeonato del mundo, en este caso el de resistencia.

Dos mundos tan opuestos como los rallyes y los circuitos, como el tinto y el blanco. Dos zonas con exigencias muy diferentes para pilotos y máquinas. Dos subidas en una que confieren a Chantada una personalidad propia y ofrecen la oportunidad de probar ambas variedades, tal y como si estuvieras en una degustación de vinos de las que se organizan en las bodegas por las que discurre el recorrido. Saborear ambas y apreciar cada una en su estilo es clave para disfrutar al máximo de la experiencia en uno de esos eventos. Y también lo es para sacar el mejor rendimiento a la clásica prueba automovilística lucense.

Para el espectador, con dos jornadas de competición por delante, es fácil. Un día puedes dedicarlo a la zona ‘de abajo’, disfrutando de la competición desde cerca, con los coches mezclándose con el paisaje mientras buscas acomodo entre los viñedos. Y el otro lo puedes pasar en la ‘de arriba’, situándote bien alto para apreciar con total seguridad las espectaculares velocidades que se alcanzan en las endiabladas eses que llevan a meta.

Para el piloto el asunto es más complicado. Dar con una puesta a punto que permita sacar el máximo rendimiento del coche en dos zonas tan diferentes es poco menos que imposible. Aunque la parte de abajo es más rápida de lo que parece, la de arriba es infinitamente más veloz. Además, el agarre del asfalto es muy distinto, con más ‘grip’ en la zona de carretera estrecha que en la ancha, cuyo grano está mucho más ‘pulido’ por el continuo paso del tráfico diario. Se trata, por tanto, de dar con un compromiso que permita ir lo mejor posible en las dos mitades, sin llegar ir perfecto en ninguna. Todo un reto que añade un aliciente más a la subida gallega y la hace tan apetecible como un tinto (¡o un blanco!) de la Ribeira Sacra.

CATEGORÍA 1: IRAOLA FUERZA LA PRÓRROGA

A falta de las subidas de Chantada y La Santa la situación en la lucha por el campeonato en la categoría 1 era, en cierto modo, extraña. Por un lado, de los dos aspirantes al título, Joseba Iraola y Javi Villa, sólo el asturiano dependía de si mismo para lograr la victoria final. Para ello necesitaba sumar un primer y un segundo puesto en las dos últimas citas del certamen, daba igual el orden en que lograse los dos resultados. Pero, en cambio, el vasco se podía proclamar campeón ya en Galicia si ganaba la prueba y su rival no terminaba justo tras él. Sobre el papel, con ambos siendo siempre primero o segundo en cada subida de este año, esta última posibilidad parecía poco probable, por mucho que la presencia de Pantxo Egozkue, con la Osella de motor tres litros, y de César Rodríguez, en su segunda carrera con el Silver Car EF10 de propulsor 1000 turbo, pudiera añadir nuevos factores a tener en cuenta en la pelea entre Joseba y Javi.

Una pelea a la que el piloto vasco acudía con nueva arma, la Norma con motor 1150cc turbo que inicialmente pensaba haber estrenado en Alp. Entonces, Iraola había desechado la idea al no haber tenido ocasión de probar el nuevo motor. Pero llegados a Chantada, con nada ya que perder, decidía ”sacar cinco delanteros” como nos decía, aplicando un símil futbolístico, cuando le preguntábamos el viernes por el estreno del propulsor sobrealimentado. El planteamiento de Joseba era claro, con el 2 litros atmosférico propulsando su barqueta ya había comprobado a lo largo de todo el año que no podía con Javi y el BRC de motor 1000 turbo. Así que tocaba jugársela a todo o nada en busca de un triunfo que le mantuviera en la lucha por el campeonato.

Lo que estaba lejos de imaginar Iraola (y, probáblemente, también Villa) es que poco faltaba para que ese ‘atacar con todo’ del vasco acabase por llevarle no sólo a ‘forzar la prórroga’ sino, casi, a remontar el partido y llevarse la victoria final sin tener que esperar al ‘tiempo extra’ que, en términos balompédicos, será la subida de Totana. De hecho, el domingo, tras la segunda subida oficial, ese parecía el desenlace más probable… por mucho que el viernes pudiera resultar poco posible. Para llegar a tal situación se tuvieron que dar, simultáneamente, tres factores. El primero, y fundamental, porque significaba que Joseba podía lograr la tan ansiada como necesaria victoria, era el excelente rendimiento de la nueva Norma, a la que el piloto vasco empezaba pronto a sacar un magnífico partido, pese a tener aún que acostumbrarse a la muy diferente y más cuantiosa entrega de potencia del motor turbo respecto al atmosférico. Tras ir cogiéndole el aire en las dos mangas de entrenos (de las que lideraba la primera. con un todavía poco significativo 1:53.484, y era segundo en la siguiente, bajando hasta el 1:50), Iraola era el más rápido de todos en la primera subida oficial (la que cerraba la jornada del sábado) con un ya notable 1.46.561, que distanciaba en más de un segundo y medio a Javi Villa, segundo con 1:48.166.

El asturiano veía con preocupación, además, como el rendimiento de su montura no era óptimo. Ese era el segundo factor en juego que empezaba a cambiarlo todo. La electrónica del BRC BR53 hacía de las suyas, obligando a Jesús Bango y sus mecánicos a trasnochar hasta más allá de las cuatro de la mañana en busca de una solución que permitiese a Javi no ya alcanzar a Joseba al día siguiente sino, al menos, defenderse de la amenaza que suponía Pantxo Egozkue, tercero a apenas un segundo y bajando también del 1:50, auténtico ‘muro’ contra el que se ‘estrellarían’ una y otra vez los intentos por meterse en la pelea por el podio del cuarto en liza, César Rodríguez, que estaba cerca del ‘lío’ el sábado pero no podría finalmente ir más allá el domingo.

En todo caso, el buen rendimiento del veterano Pantxo era el tercer factor que intervenía en la ecuación y contribuía a darle la vuelta poco menos que por completo. Especialmente cuando en la segunda oficial, primera de las dos del domingo, el piloto navarro-mexicano lograba el segundo mejor crono y relegaba provisionalmente a Javi Villa a la tercera plaza, la que le dejaba fuera de toda opción al título ante el ya poco menos que seguro triunfo de Iraola, que había vuelto a rodar más deprisa y ya estaba en el 46.2.

La última subida oficial se convertía, por tanto, en decisiva para la suerte del campeonato. Y, para darle más suspense aún, teñido de enorme susto además, se interrumpía justo cuando más cerca estaba su desenlace. Pantxo Egozkue sufría una muy aparatosa salida de carretera en la curva del carbón, una cerrada paella de derechas precedida de una zona rápida y una fuerte frenada. Por fortuna o habilidad del piloto (o un poco de ambas cosas), la Osella acababa impactando con la verja de la bodega situada en el exterior de la curva en lugar de contra el duro muro de piedra o el pilar igualmente rocoso que la flanqueaban. El golpe era realmente violento pero el veterano excampeón europeo salía totalmente indemne de los destrozados restos de su barqueta, para alivio de todos… empezando por Javi Villa, que llegaba unos segundos después, y paraba en cuanto era consciente de lo ocurrido, dirigiéndose con presteza a ayudar a su compañero.

Superado el susto sin más daños que los (muchos) materiales sufridos por la PA30, se reanudaba la manga con una nueva salida para Villa, que alcanzaba la meta con su mejor tiempo del fin de semana: un 46.8 que, al menos, le permitía recuperar esa segunda plaza imprescindible para seguir en la pelea por el título. Menos de medio minuto después, Iraola ratificaba su victoria con un 45.2 en la manga final que, volviendo al símil futbolero del principio, sonaba con el estruendo de un trallazo al poste en el último segundo después de haber marcado ya anteriormente el gol que forzaba la prórroga. La táctica de ‘sacar cinco delanteros’ había funcionado tal y como si estos fueran Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza, los famosos integrantes de la mítica formación del Athletic de Bilbao en la década de los 40. La victoria de Joseba y el segundo puesta de Javi dejan la resolución del campeonato en el aire del mejor modo posible para la emoción de cualquier certamen: con un duelo final sin más objetivo para los dos contendientes que la victoria. Todo se jugará a una carta en La Santa. Como nos decía Javi Villa cuando hablábamos con él de vuelta al parque cerrado “será lo mismo que los críos en la Play… echamos una más, la última, ¡y el que gane gana!”.

CATEGORÍA 2: VICTORIA Y TÍTULO PARA GARIKOITZ

La categoría 2 era la que más posibilidades tenía de quedar definitivamente resuelta en Chantada. A su líder, Garikoitz Flores, le bastaba con terminar cuarto para ponerse fuera del alcance de los dos únicos rivales que aún tenían opciones matemáticas de superarle si ganaban las dos últimas carreras del campeonato: Christian Broberg y Arkaitz Ordoki. Uno de ellos, el andaluz, no era finalmente de la partida en la prueba gallega, lo que disminuía las ya escasas opciones del otro, al eliminar a uno de los pocos que podrían intercalarse entre él y el líder para tratar de llevarlo más allá de la cuarta posición.

Así que, con el asunto del título convertido poco menos que en una formalidad a cumplir para ‘Gari’, el interés del fin de semana en la pelea de los CM-Promoción pasaba a estar en la lucha por la victoria parcial entre el navarro, su paisano Ordoki y el andorrano Montellà. Una lucha a la que se añadía un invitado especial con el que no contábamos, Sergio Varela. Error nuestro, porque ‘Checo’, como se conoce en el mundillo del motor gallego al hermano menor de Toño Varela (ganador en Chantada con su Osella en la edición del 2012), es un piloto que, pese a no tener una trayectoria ni larga ni continuada en las carreras, ya cuenta en su haber con un buen número de buenos resultados en el siempre competido certamen gallego de montaña. De hecho, en el 2013 se había impuesto con el Silver Car S2 en las subidas de Estrada, Santa María de Oia y Saleta, aunque después apenas si compitió durante casi cuatro años para volver a finales del verano pasado.

El caso es que el piloto pontevedrés sorprendió a todos los habituales del campeonato de España en la manga de carrera del sábado, cuando situó su Silver de color rojo en la primera posición después de ser el único de los pilotos de los CM-Promoción que consiguió bajar de la barrera de los 2 minutos, a la que le recorto algo más de cuatro décimas. Un par de ellas por encima se quedó Garikoitz con el BRC. Y a algo más de un segundo y medio ocupó la tercera plaza Edgar Montella con el Speed Car, mientras que Ordoki, con muchos problemas, sólo podía ser quinto, superado también por otro piloto gallego, Alberto López, que se estrenaba en el nacional con su Talex.

El domingo, Varela confirmaba que lo del sábado no había sido casualidad y volvía a ser el más rápido en la segunda oficial, esta vez unas milésimas por encima de los dos minutos y de nuevo por delante de Garikoitz, que se quedaba a sólo siete centésimas, y Montellá, a apenas un par de décimas. Ordoki se acercaba algo, pero estaba aún a segundo y medio, todo un abismo cuando las diferencias se miden en pequeñas fracciones de segundo como era el caso en Chantada.

Quedaba sólo una manga y se podía pensar que, pese a las escasas distancias entre los primeros, todo el pescado podía estar ya vendido. Al fin y al cabo a Flores le bastaba y sobraba con la segunda plaza para asegurarse matemáticamente el título. Pero ‘Gari’ quería rubricarlo a lo grande, desde lo más alto del podio. Así que salía a por todas en el último envite, lograba el mejor crono de la categoría 2 en todo el fin de semana, bajando hasta el 58.8, y dejaba sin una segunda victoria en Chantada a la muy carrerista familia Varela (el padre y el tío de Toño y Sergio corrieron en rallyes allá por los ochenta).

Aunque ‘Checo’ lo intentaba, tratando de emular la habilidad de conservar las gomas del mexicano con el que comparte apodo y pilota para Force India en Fórmula 1, los neumáticos de su Silver, usados previamente en la subida de casa, en Almofrei, no estaban ya para más hazañas. El pequeño de los Varela tenía que conformarse con una más que meritoria segunda plaza en la categoría 2 y séptima de la general. Resultado este último que hubiera sido un puesto mejor de no ser por su muy deportivo gesto de ceder un motor a Jacobo Sobral, que competía en la categoría 1 con otro Silver Car S2 y había roto su propulsor en la jornada del sábado. Con el motor prestado por Varela, Sobral marcaba un par de cronos por debajo de los dos minutos el domingo y se alzaba hasta la quinta plaza de la general con su CM de vistosa y ‘guerrera’ decoración.

El podio de la categoría 2 lo completaba Edgar Montellà, también en el límite de los dos minutos en la última manga. De ese modo volvíamos a tener tres marcas diferentes en las tres primeras posiciones (un Silver, un BRC y un Speed Car). Y sólo la mejoría de Arkaitz el domingo, para finalmente situar cuarto su ya algo cansado BRC con motor Suzuki, impedía que fueran cuatro los fabricantes diferentes en las cuatro primeras plazas, ya que finalmente el Talex de Alberto López quedaba relegado por el navarro a la quinta posición. En todo caso, no deja de ser un buen augurio para la próxima temporada esto de tener CMs de cuatro marcas distintas compitiendo en el nacional. Sí, además, se confirma el cambio de norma para eliminar la absurda cláusula de impedir al campeón repetir en la categoría, podemos tener un certamen de lo más interesante, con los protagonistas de este año más nuevas incorporaciones. Como el prometedor Mario Asenjo, de nuevo fuera de concurso en Chantada (a la espera de la homologación para el 2019 de su motor BMW) pero en tiempos cercanos al podio todo el fin de semana. O Jonathan Álvarez, que ya debutó con buenos cronos y mejores sensaciones al volante de un Talex en la subida del Valle del Jerte.

CATEGORÍA 3: DE LA CASA LO TIENE CADA VEZ MÁS CERCA… PERO AZNAR NO SE RINDE

La categoría 3 del Campeonato de España de Montaña Sportech también podía quedar decidida en Chantada. Si su líder, Gerard De la Casa, lograba la victoria entre los carrozados se aseguraba matemáticamente el título. Así que para su rival en la lucha por el triunfo final, José Antonio Aznar, el objetivo era claro, ganar para mantener vivas sus opciones. Un objetivo nada fácil porque implicaba no sólo batir al rápido piloto andorrano y su eficaz Subaru World Rally Car sino, además, imponerse a un tercero en discordia de lujo, José Antonio López-Fombona, que retornaba al nacional con su potente Lamborghini Huracan Super Trofeo en una prueba que conoce a la perfección. No en vano, el gijonés la ganó al scratch en dos ocasiones con el Audi DTM y suyos eran los records para los vehículos incluidos en las categorías 2 y 3 del actual reglamento del certamen.

En un trazado de la rapidez de Chantada, las mayores velocidades punta que deberían alcanzar el ‘Lambo’ del asturiano y el Ginetta del andaluz en la rapidísima segunda mitad de la prueba hacían pensar que ambos podrían tener ventaja en el total del recorrido, por mucho que el World Rally Car del andorrano resultase mucho más apropiado para la también veloz pero más estrecha y virada primera parte de la subida. Sin embargo, Gerard era quien lograba el mejor crono en la manga oficial del sábado, distanciando en un segundo a Fombona y en algo más de segundo y medio a Aznar. Además, por si fuera poco alta la doble montaña que tenía escalar este último en busca de la imprescindible victoria, que pasaba por batir a los dos que le precedían en la tabla, al almeriense todo se ponía aún más cuesta arriba a primera hora del domingo, cuando un problema en su GT, que se quedaba acelerado al llegar a una de las curvas de la parte inicial, le mandaba fuera de la carretera. Sin embargo, justo a partir de ahí empezaba la remontada del siempre pundonoroso piloto andaluz. En la segunda oficial, mientras De la Casa y Fombona, de nuevo con el andorrano por delante, empeoraban ligeramente sus cronos de la víspera, Aznar mejoraba su registro previo y se intercalaba entre ambos, tanto en el parcial como en la suma de las dos mangas de carrera disputadas hasta entonces.

Quedaba un último asalto que los tres afrontaban decididos a dar el máximo. Fombona, pese a unas gomas tal vez demasiado duras, que tardaban en coger temperatura y le penalizaban en las primeras curvas, superaba con holgura los 210 kilómetros por hora en la vertiginosa zona final del recorrido y cruzaba la meta en 2:00.647. Era el mejor crono de todo el fin de semana en la categoría 3, a apenas un par de décimas de su record del año pasado con el Huracán italiano. Poco más de medio minuto tardaba en alcanzar la llegada De la Casa, que no podía bajar del 2:01 al que se había acercado el día anterior pero conseguía resistir el embate del asturiano en la suma de los dos mejores tiempos de ambos, que se decantaba a su favor por el exiguo margen de 45 milésimas de segundo. Una diferencia mínima pero importantísima para el campeonato porque, poco después, aparecíaa como una exhalación el Ginetta de Aznar. El andaluz rompía el record con un fantástico 2:00.347 que le permitía desbancar al andorrano del primer puesto por poco más de una décima y lograr la victoria que necesitaba para seguir con opciones al título. Pero la segunda plaza de Gerard, salvada in extremis ante Fombona, significa que al del Subaru le será suficiente con acabar tercero en La Santa, aunque Aznar gane, para llevarse el título.

Así que, después de una lucha realmente espectacular, con poco más de dos décimas de segundo separando a los tres primeros en el cómputo total del fin de semana, el título de la categoría 3 aún no está decidido. De la Casa lo tiene un poco más cerca pero Aznar es de los que no se rinde, como bien demostró una vez más en otro de esos domingos en los despliega tal mezcla de valor y energía como la que puso en juego en Chantada para salvar lo que ya parecía insalvable. El andorrano sigue siendo el favorito pero el andaluz no sabe lo que es rendirse y la pelea entre ambos continúa.

FIN DE FIESTA EN TOTANA

El Campeonato de España de Montaña Sportech completará su temporada del 2018 los tres últimos días de septiembre en la subida a La Santa. El de la prueba murciana es otro muy esperado retorno de una prueba con solera al calendario del nacional, en su caso diez años después de la anterior vez que fue puntuable para el certamen, allá por el 2008. Entonces era una de las primeras citas del año, ahora cerrará la temporada con dos de los tres títulos en juego como aliciente extra para hacer aún más apetecible la visita a una subida cuyo entorno y trazado ya son de por sí atractivos. Pocos escenarios puede haber mejores que la sierra de Espuña para poner fin a una campaña que llegará a su término cargada de emoción e incertidumbre, dos de los ingredientes clave para el éxito de cualquier espectáculo deportivo.