Un mes después del inicio en Estepona del Campeonato de España de Montaña Sportech 2018, regresamos a Andalucía para la segunda prueba del campeonato, la subida Ubrique-Benaocaz. La prueba gaditana es todo un clásico, con una popularidad que la convierte en cita poco menos que obligada para los aficionados a la montaña. Por lo que a mi respecta, se trataba del decimoquinto año consecutivo que hacía el desplazamiento Gijón-Ubrique. Me acompañaba por primera vez en este largo viaje Miguel Collado, que hasta ahora no había tenido ocasión de conocer una competición sobre cuyo magnífico ambiente le iba hablando durante el trayecto. Le contaba la gran cantidad de público que se congrega cada año en Ubrique y lo bien que se está en la cercana localidad de El Bosque. Dos cuestiones que podría comprobar por si mismo ya el viernes, con la multitudinaria ceremonia de salida y la agradable cena posterior. Y, como no todo puede ser siempre positivo, también le advertía sobre las habituales complicaciones que suelen surgir en la prueba debido al elevado número de participantes. Le decía algo así como ‘el sábado ármate de paciencia, porque suele ser interminable’… palabras que, desgraciadamente, también resultaban de lo más proféticas.

OTRO SÁBADO INTERMINABLE, INCOMPLETO Y FINALMENTE INÚTIL

Una vez es casualidad, dos puede ser coincidencia… pero cuando lo mismo ya sucede tres veces seguidas es evidente que algo habrá que hacer al respecto para evitarlo. Me refiero a lo ocurrido, por tercer año consecutivo en la jornada del sábado de la subida Ubrique-Benaocaz. En las tres últimas ediciones de la prueba gaditana, los numerosos incidentes, con los consiguientes ‘parones’ y retrasos, registrados en las mangas de entrenos, han acabado por obligar a cancelar una de ellas sin llegar a su conclusión para que fuese posible realizar la primera subida oficial antes de que la noche se nos echara encima.

Evidentemente, los golpes y averías son inevitables en una competición del motor. Y la probabilidad de que acontezcan aumenta cuanto mayor es el número de participantes. Sí, además, un buen número de ellos cuentan con pocos medios o experiencia, o carecen de ambos, el porcentaje de fallos se eleva de forma notable. Así que, con más de cien inscritos, muchos de ellos incluidos en este último grupo de los que tieneN, sobre todo, entusiasmo, el resultado es el que se da cada año en Ubrique. Ya pasó en el 2016, se repitió en el 2017 y, como si estuviésemos atrapados en un bucle espacio-temporal, hemos vuelto a vivir lo mismo en el 2018: interrupciones constantes, debidas a toques y averías, que obligan a intervenir una y otra vez al dispositivo de seguridad de la prueba y acaban por hacer interminable la tarde del sábado sin que, además, se pueda completar el programa previsto. Y sí, por si fuera poco todo ello, se añade la visita de la lluvia, como ocurrió en la manga oficial de esta 23ª edición de la subida, el resultado es convertir la primera jornada de competición en una inútil pesadilla para todos, participantes, público y organizadores. A estos últimos les toca ya tomar medidas para tratar de evitar, en lo posible, que el año que viene volvamos a las andadas.

Al respecto, las posibles soluciones son varias, aunque alguna sea de difícil aplicación. Lo más sencillo, sobre el papel, sería arrancar la primera manga de entrenos mucho antes de la una y media de la tarde, hora de inicio de este año. Una cuestión que en Ubrique presenta el inconveniente de tener que cortar por más tiempo al tráfico el principal acceso a la población. Otras opciones, en el caso de tener que mantener los horarios actuales, serían de aplicación más ‘dolorosa’, ya que pasarían por limitar, de algún modo, el número de participantes. Algo siempre impopular, además de negativo desde el punto de vista económico. Pero, sea lo que sea, lo que está claro es que algo hay que hacer. Persistir en el esquema actual de la prueba supone ponerlo todo en manos del azar, esperando que haya suerte, se produzcan pocos incidentes y de tiempo a que los más de cien coches completen las tres mangas, dos de entrenos y una oficial, de la primera jornada. En la segunda, una vez producida el sábado una ‘selección natural’, que ha dejado ya fuera de combate a ‘los más débiles’, el problema es menor, aunque no por ello deja de existir. Lo pudimos comprobar este año, con la última oficial terminando más allá de las 3.

CATEGORÍA 1: A RITMO DE RECORD

En la crónica de Estepona comentábamos que estaban aún pendientes de ver las posibilidades sobre piso seco del BRC BR53 en manos de Javi Villa y compararlas con las prestaciones de la Norma M20F pilotada por Joseba Iraola. Al fin y al cabo, en la subida malagueña sólo la manga final se había celebrado sin agua, pero aún había alguna humedad en el trazado y los dos habían salido con neumáticos para piso mojado, por lo que la enorme diferencia a favor de Javi no debía considerarse una referencia real del margen que puede haber entre uno y otro este año.

Una ocasión para tener datos más fiables en ese sentido se debía haber dado la semana antes de Ubrique, en la subida al Col de Saint Pierre, en Francia. Pero, aunque acudía a Francia, el piloto vasco no podía competir en la primera cita del europeo, en la que el asturiano batía a todos los participantes en la categoría de 2 litros del certamen continental. Sin duda, se trataba de una primera pista sobre lo rápido que va también con slicks el nuevo E2-SC de Bango Racing Cars, al que hasta ahora sólo habíamos visto competir con gomas rayadas.

En Ubrique, la lluvia que empezaba a caer en plena subida oficial del sábado, aplazaba un día más ese momento de ver en acción a Javi y Joseba sobre piso seco en una manga de carrera. Finalmente, el domingo, con el sol brillando en lo más alto del cielo, cualquier duda sobre la competitividad del BR53 se disipaba casi tan rápido como desaparecían del asfalto las humedades que aún quedaban tras la tormenta de la noche anterior. En la segunda oficial del fin de semana, primera de las dos a disputar en la última jornada y en las que, al igual que en Estepona, iba a decidirse el resultado, Villa paraba el crono a apenas una décima de segundo del record absoluto de la prueba. Un registro que había logrado Andrés Vilariño en el 2014 al volante de la dos litros más competitiva del mercado, la ligerísima Osella. Definitivamente, el BR53, especialmente en manos del magnífico piloto asturiano, no sólo se puede pelear con las barquetas con motor 2000 como la Norma de Iraola, sino que las puede ganar.

Una sensación que Javi confirmaba en la manga final. El 2:10.698 de la carrera 2 lo había logrado con las Michelin usadas que había decidido montar para el fin de semana. Y su estado ya no invitaba al optimismo cuando le preguntábamos sobre las posibilidades de rodar aún mas rápido en la última subida. Además, con más temperatura a medida que pasan las horas bajo el sol, el asfalto de Ubrique suele ser más lento al mediodía que por la mañana. Sin embargo, nada de eso impedía a Villa rebajar en algo más de una décima su crono anterior para batir el record por unas milésimas y poner la guinda a su segunda victoria en el nacional con el BRC BR53. Un coche que, definitivamente, ha nacido sin esos típicos defectos de juventud que tanto suelen traer de cabeza a un fabricante cuando concibe un nuevo modelo.

Esto último es una magnífica noticia para Jesús Bango y su piloto número 1, pero no resulta tan buena nueva para sus rivales. Empezando por un Joseba Iraola que no debería desanimarse ante esta segunda derrota consecutiva. Porque, las cosas como son, sus cronos en Ubrique con la Norma de motor 2000cc fueron notables. El piloto vasco fue a más en un fin de semana que empezó con problemas, aunque esta vez no fuesen en el coche de correr sino en la furgoneta de asistencia, cuyo motor cedió a la altura de Salamanca. Un contratiempo de esos que ya te hacen empezar con mal pié y al que se sobrepuso para completar un domingo muy prometedor, que cerró con un interesante tiempo de 2:12.981 en la manga final. Un crono en el mismo segundo que los conseguidos en su día por Ángela Vilariño cuando se impuso en la prueba gaditana con la Norma de motor 3 litros. ¡Y Ángela no iba despacio precisamente con la más potente versión de la barqueta del fabricante francés!

Tampoco debe desmoralizarse ‘Lolo’ Avilés, tercero en Ubrique con el otro BRC BR53 en liza. La suya es la peor tarea posible, enfrentarse a igualdad de coche con Javi Villa, un piloto que, no lo olvidemos, si no llegó a la Fórmula 1 no fue precisamente por falta de talento al volante. El joven malagueño no se ayudó a si mismo con un innecesario toque en la primera de entrenos que, unido a la cancelación de la segunda y a tener que subir cuando más llovía en la tercera, dos factores en los que, evidentemente, no tuvo culpa alguna, redujeron casi a cero sus kilómetros sobre seco al volante del nuevo coche en la primera jornada de competición. Justo lo contrario de lo que necesitaba tras no haber rodado mucho tampoco en Estepona, entre la lluvia y algún que otro problema. Así que, con todo eso en mente, su 2:15 de la manga final no está nada mal y ha de considerarse como un primer paso en el camino de acercarse a la Norma de Iraola y a los estratosféricos cronos de su compañero de marca.

CATEGORÍA 2: NUEVO GANADOR Y NUEVO LÍDER

En Estepona, la pelea entre los CM promoción fue de lo más interesante. Y en Ubrique el listón se puso aún más alto con un fin de semana lleno de alternativas. Tantas como para tener tres líderes diferentes a lo largo de los dos días y acabar con un vencedor diferente a la primera prueba y un nuevo nombre al frente de la general del campeonato distinto de los dos ganadores registrados hasta ahora.

Dicho esto, que parece el enunciado de uno de aquellos problemas de lógica que venían en las revistas de pasatiempos, lo primero que se puede deducir es que el vencedor en la primera cita del certamen, Garikoitz Flores, no tuvo un buen fin de semana en la segunda. Aunque, en realidad, lo único que tuvo malo el piloto navarro fue la última manga del domingo, en la que su BRC B49 se paró haciendo inútil el mejor crono que había logrado en la anterior y obligándole a sumar en su cómputo total el tiempo conseguido el sábado sobre piso mojado. Con todo ello, ‘Gari’ pasó de luchar por la victoria a terminar quinto… y esto último solo porque Edgar Montellá, que había concluido en esa plaza, fue excluido al negarse a abrir el motor en las verificaciones post-carrera, alegando motivos de falta de presupuesto para poder volver a dejarlo en orden de competir una vez realizada la operación. Un episodio en el que uno entiende el disgusto del piloto pero que no tiene vuelta de hoja con el reglamento en la mano.

Con Flores fuera de la ecuación, la victoria se acabó jugando entre Christian Broberg y Javier Afonso. El hispano-sueco fue el más rápido en la lluviosa subida oficial del sábado. Una satisfacción moral, sin duda, ya que ganar sobre piso deslizante siempre resulta más gratificante, por aquello de ser cuando la mecánica cuenta menos. Pero, con sol y piso seco el domingo, lo ocurrido la víspera no iba a servir de nada a efectos del resultado final. En la primera de las dos oficiales que faltaban, el piloto del Silver gris fue segundo, por detrás del BRC de Garikoitz y seguido de cerca, a apenas ocho décimas, por su compañero de marca venido de las Canarias. Posiciones que se invirtieron en la manga final, con ‘Javito’ marcando el mejor tiempo, Arkaitz Ordoki intercalando su BRC entre los dos Silver y menos de un segundo separando a los tres primeros. Diferencias mínimas que aún resultaron mucho menores en el cómputo total, ya que la suma de los dos mejores tiempos, los dos del domingo, supuso la victoria para Afonso por el exiguo margen de 92 milésimas de segundo sobre Broberg. En todo caso, los dos llevaron premio. El piloto canario se resarció del mejor modo posible de su frustrante arranque de temporada en Estepona. Y el andaluz, con esta nueva segunda plaza, pasó a convertirse en el nuevo líder de la categoría 2.

El podio de los CM-Promoción lo completó Arkaitz Ordoki, mucho más atinado en Ubrique que en Estepona, cuando todo se le puso muy en contra con un fuerte toque. Tras él, en la cuarta plaza se clasificó un debutante que, a la vista de sus tiempos, va a dar que hablar. Se trata de Mario Asenjo, un joven piloto cántabro, viejo conocido de los seguidores del karting en Asturias. En el que era su estreno en el nacional de montaña al volante de un BRC B49, Mario fue cuarto sobre mojado el sábado y estuvo cerca de los habituales del certamen en la primera de las dos mangas de carrera sobre seco del domingo. ¡Ojo con él en cuanto ruede más kilómetros con el CM!

CATEGORÍA 3: DOS GUERRAS DISTINTAS

Los caprichos de las nubes tuvieron mucho que ver con el modo en que se configuró y desarrolló la pelea por la victoria en la categoría reservada a los vehículos carrozados. De entrada porque, con un pronóstico meteorológico que situaba la probabilidad de lluvia para los dos días de competición en torno al 60-70%, José Antonio Aznar decidía apostar por el agua y se inscribía de nuevo con el Porsche que usa en rallyes en lugar de con el más ‘circuitero’ Ginetta que había estrenado precisamente el año pasado en Ubrique. Así que, con Gerard De la Casa prefiriendo también que hubiese agua, para tratar de repetir el triunfo de Estepona con su Imprezza World Rally Car, dos de los cuatro máximos aspirantes al triunfo querían piso deslizante. Una petición a la que se unía Salvador Tineo, otro que podría estar en la lucha por la victoria si el asfalto estaba resbaladizo, el único terreno en el que puede tratar de competir contra los GT al volante de su Mitsubishi EVO IX de grupo N. En cambio, para Humberto Janssens, de vuelta tras reparar los desperfectos sufridos en su Porsche GT Cup del 2015 bajo el torrencial aguacero de Estepona, y para José Antonio López-Fombona, en su primera participación del año con el Lamborghini Huracan, lo ideal era que el asfalto estuviese seco y así poder desplegar toda la caballería de sus monturas.

Y, efectivamente, los hombres del tiempo acertaron el sábado, porque llovió. Pero fue un acierto relativo. El agua sólo llegó ese día y, además, se demoró lo suyo. Apareció al final de la tarde, a base de cortos chaparrones cuando la manga oficial ya estaba en marcha. Se produjo entonces el típico lío de estos casos, con los que ya están en la cola de presalida con ‘slicks’ maldiciendo en partes iguales su suerte y la falta de control por parte de dirección de carrera para que todos estén a su hora y en su sitio, hayan elegido lo que hayan elegido. Algo que no ocurrió el sábado por la tarde en Ubrique y propició un desarrollo bastante caótico de la primera subida de carrera, con coches saliendo desordenados, lo que está taxativamente prohibido por el reglamento y, sin embargo, se consintió, y otros que sí salieron en su puesto pero se incorporaron tarde a su lugar en la cola, aprovechando hasta el final para cambiar neumáticos y montar los de agua. Todo un despropósito que, con el sol brillando al día siguiente y el resultado del sábado convertido en una anécdota, terminaría sin más efecto que el enfado de los que se vieron perjudicados por la falta de rigor en la aplicación de las normas, pero que es algo que no se debería repetir. Porque, gusten o no, los reglamentos están para cumplirse, llueva o haga sol.

El domingo, con piso seco para las dos restantes subidas de carrera, las opciones de los que habían puesto sus esperanzas en la lluvia se desvanecieron. Salvador Tineo, que había dado todo un recital sobre mojado, marcando el mejor crono en carrozados y el segundo absoluto, nada pudo hacer para autoregalarse una espectacular victoria en el día de su cumpleaños y se tuvo que conformar con el premio de repetir triunfo en la clase 8, acompañado de la sexta plaza en la general de la categoría 3. Aznar y De la Casa, por su parte, se enzarzaron en un disputado duelo por la tercera plaza, con el almeriense tomando ventaja en la primera manga del domingo y el andorrano estando a punto de remontar la diferencia en la última. Al final, catorce milésimas de segundo a favor del andaluz le permitieron subir al podio y empatar con el pirenáico al frente de la general del campeonato.

La pelea entre Aznar y De la Casa fue una guerra particular que se desarrolló en paralelo a la que mantuvieron Janssens y Fombona por la victoria. El andaluz estrenaba en Ubrique unos nuevos neumáticos Pirelli. Al no haberlos usado el sábado, cuando fue de los que apuró hasta el final para acabar poniendo gomas rayadas, optaba por montarlas ya en los entrenos del domingo, en los que era segundo por detrás del asturiano. Pero esa subida le venía muy bien al granadino para ajustar los reglajes de su coche y en la siguiente manga, ya de carrera, batía al gijonés por siete décimas de segundo. Los tiempos de ambos, un ‘25 medio’ para Janssens, un ‘26 y poco’ para Fombona, eran peores que los logrados por ellos mismos el año pasado. Así que las espadas estaban en alto para la última subida. Pero, fuese porque el asfalto estaba más lento o porqué tanto uno como otro, en su intento por atacar más, acababan por cometer más errores, el caso es que sus cronos empeoraban. Así que al final las posiciones se mantenían, tanto en el parcial de la manga que cerraba la competición como en el cómputo total: primero Janssens, segundo Fombona.

¡GANAS DE FITO!

Con la ‘rampa da Falperra’ fuera este año del calendario del nacional, una decisión lógica por mucho que nos encante la fascinante (¡y rapidísima!) subida portuguesa, la siguiente cita del Campeonato de España de Montaña Sportech será en el Fito los días 19 y 20 de mayo. La prueba asturiana siempre es esperada con interés, por ser la etapa española del campeonato de Europa y, por tanto, la gran ocasión para ver a los Faggioli, Merli y compañía. Este año, además, el aliciente de ver competir en la clasificación del certamen continental a los primeros espadas de la categoría 1 de nuestro nacional será un foco de atención extra. Como también lo serán los espectaculares ‘aparatos’ que han anunciado su visita a la península, desde el McLaren 650 de Jan Milon al Porsche GT3R de Schmitter pasando, especialmente, por el ‘monstruoso’ (en el mejor de los sentidos) Mercedes con motor Judd V8 de Reto Meisel. Lástima que no se les pueda unir todavía la nueva adquisición de Fombona, el Audi A5DTM, que aún tardará unos meses en estar operativo, a falta de una serie de piezas que ha de enviar la fábrica alemana y que son imprescindibles para poder hacerlo andar.

En todo caso, ‘maquinaria’ habrá de sobra en las rampas del Sueve, con el añadido de los pilotos del regional asturiano y el buen número de asiduos del nacional este año, claramente en aumento respecto a pasadas campañas. Una muestra de que vamos, por fin, en la buena dirección, aunque sea despacio y con muchas cosas por pulir todavía. En este último sentido, los cambios de clases y grupos, a posteriori en Estepona, a mitad de prueba en Ubrique, son algo a evitar. Evidentemente, el nuevo sistema de clases necesita pulirse, pero este tipo de decisiones crean desconcierto y desconfianza. Justo lo contrario de lo que necesita un campeonato que, por otra parte, recibió unos días antes de la segunda cita andaluza, la positiva noticia de la inclusión en su calendario de la subida a Chantada. La prueba gallega llenará el hueco que había en el calendario en el mes de agosto y supondrá un muy esperado y deseado retorno de la montaña nacional a una de sus plazas fuertes, Galicia. Así que, vaya una cosa por la otra para que podamos seguir viendo el vaso medio lleno. ¡La montaña va a mejor y en el Fito lo vamos a pasar de maravilla!