Recuerdo perfectamente la semana de selectividad. Habiendo terminado COU con más pena que gloria, no las tenía todas conmigo. Decidí encerrarme en mi cuarto, usar Nescafé negro como elemento dopante y hacer largas las noches y cortos los días. Aún doblegado por el cansancio recuerdo hacer sueños concentrados, que consistían en acostarme a las 04:00 y levantarme a las 04:30, pero apretando mucho los ojos (para dormir más aprisa), y a seguir estudiando. En fin, al final conseguí aprobar, con una nota tan mediocre como el resto de mi expediente académico, pero suficiente, nunca mejor dicho.
Si ahora me propusieran repetir la selectividad, hacer una reválida, buscaría una silla, cómoda, y se la daría al interesado para que esperase sentado, incluso le daría agua para que no se deshidratase. ¿Por qué hacerlo?
Pues esa misma pregunta me venía a la cabeza cuando tuve que tomar la decisión de volver o no a la Copa Suzuki, que tenía mi nombre impreso desde 2009. Pero una diferencia hace que las dos situaciones no sean comparables: Odiaba estudiar, adoro correr.
A nivel deportivo, habiéndola ya ganado, y después de los últimos años de camión, muleto, camisina y presentaciones, está claro que tengo más que perder que otra cosa. Pero entenderéis que a estas alturas de la vida eso me importa bastante poco. Hace mucho ya que dejé de correr para demostrar nada a nadie, ni siquiera a mí, corro por divertirme, y para ganar si tengo una marca detrás. Si no es así, entonces si gano bien, y si pierdo peleando también. Por eso, ante la pregunta reiterada que me hace la gente respecto a si el Swift es divertido, mi respuesta siempre es la misma: comparado con el sofá de mi casa muchísimo.
Todo esto es lo que hace que estuviera absolutamente felíz camino de Córdoba. Con mi Swift detrás, y Borja tan ilusionado como yo. Dirigiéndonos a un rally que además nos gusta especialmente, y que está sin duda en el top 3 del campeonato por organización y belleza de sus tramos.
Pero que estuviéramos más contentos que un dependiente de Gaes atendiendo a Carlos de Inglaterra no significa que no fuéramos conscientes de algunos detalles importantes: No nos quedaba una perra en el banco, resumiendo había lo justo para ir a Ourense, siempre que en el caso de que si había un abandono fuera de poco dinero. Y segundo: todas las dudas del mundo respecto a donde podríamos estar con nuestros rivales, sabiendo que entre ellos había gente muy rápida y que, con nuestro presupuesto, aún no podríamos usar el Overboost, ese botón que todos los pilotos tenemos y que te lleva o bien a ganar o a usar el coche como tuneladora (véase Principesa de 2016).
Valorar a nuestros rivales es algo que intento hacer en su justa medida. De joven alguna cura de humildad me dieron quienes no pensaba que me la podrían dar, por eso ahora procuro ser consciente de la rapidez de los pilotos con los que me juego los arvejos, así evito sustos. Hacer lo contrario sería digno de lo que el maestro Zurutuza llama "valientes enfermos de soberbia" en su tema "Las Alas de la Consciencia". Y algunos hay en nuestro deporte, de esos que piensan para sí mismos "buf, vaya tunda les voy a dar, si soy el doble de bueno que el siguiente más bueno". Pero yo, que fui de esos en mis años mozos, ya no caigo en el entuerto de pensarme mejor que los demás y que luego me truñan (del infinitivo truñir, verbo de la tercera conjugación, cuyo significado es "llegar a meta y ver que el que menos esperabas te sacudió 8 segundos).
Para empezar el evento con emoción, el miércoles, al llegar a la ribera del Guadalquivir, vimos sorprendidos que el Swift había gastado en el viaje casi tanta gasolina como la Zafira que usamos para remolcar y reconocer... yendo cargado en el remolque!! Nos agachamos y en efecto, el tanque tenía una fuga que ni la mayor de las Tena Lady podría contener. Teléfono en ristre confirmamos que la gente de la copa traían un depósito nuevo en el camión, y pusimos al día a la gente de Raceseven para que contaran con la obra para el viernes in the morning, por aquello de empezar el año con alegría!
Los de "carrera siete" nos dejaron el coche listo la mañana del viernes, así que todo estaba preparado para que empezaran las "ostialidades". Salimos con el planteamiento que teníamos, ir a nuestro ritmo, aprendiendo a conducir el Swift, poco a poco y descubriendo las Hankook Fia, otra novedad más que nos sorprendió gratamente, bajando tiempos de los logrados años atrás con las Miguelín. En el primer tramo ya descubrí que no podía tratar al Swift a machetazos, esto exigía otro tipo de conducción. Pero aún así, sin hacer ningún scratch el primer día, conseguimos acabar el viernes líderes, a pesar de perder 15 seg en dos tramos con Mañá, que ve oscurecer y pierde el norte, vaya manera de atacar de noche!
Para el sábado manteníamos el plan, ir a nuestro paso, e intentar quedar en el podium. En los dos primeros tramos Mañá se desinflaba un poco, Monarri se escapaba otro poco y Fredy y nosotros seguíamos en un pañuelo. Pero en el 7 Alberto empezó a sufrir problemas con la caja, agrupándonos de nuevo cerca de él, y obligándole a abandonar en el tc8. Dos buenos tramos en el 8 y el 9 nos dejaron con una cómoda distancia para el último, a pesar de quedar sin pastillas al final del 9. Aguantamos el tipo en el 10 y nos llevamos la primera del año para la saca.
La verdad es que creo que no había nadie más contento el sábado que Borja y yo. Este resultado nos garantizaba presupuesto hasta el verano, y nos demostraba que podremos luchar por la copa. Va a estar difícil, hay mucho que pelear, contra muchos rivales y muy rápidos, pero, de momento, que nos quiten lo bailao.
Con todo esto, y ahora que el año ya está en marcha, tengo varios agradecimientos que repartir:
-El primero y más importante, a Borja Odriozola. La fe que pone en mí hace parecer que se le olvidó las dos carrocerías de Adam que desguazamos yendo él dentro.
-A Motorkar, concesionario Suzuki Ferrol, con Javier Bollo a la cabeza, por estar ahí en este nuevo proyecto, apoyando de manera importante para que lo podamos sacar adelante. A pesar de que ahora ya no me pueda pedir las crónicas con prisa ni apurarme para llegar a las presentaciones...
- A Ricardo Villa, RV Racing, por cuidar del Swift y asesorar en todo lo relativo a reglajes etc. Como se puede ver, a pesar de ir a ciegas en seco con el coche y las nuevas gomas, hemos acertado a la primera.
-Y también a Raceseven. Ha sido un acierto escoger el equipo de Víctor Pérez para nuestra andadura en la copa. Su trabajo en Córdoba ha sido perfecto, y nos hemos sentido muy a gusto desde el principio, haciéndonos aún más agradable y divertido el rally.
El aplazamiento de Santander nos deja sin carreras hasta Junio, ya tenemos ganas de volver a la guerra, pero lo bueno es que seremos líderes de la copa al menos tres meses!!
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