Ya estamos en plena ‘semana grande de la montaña ibérica’. Durante el primer fin de semana de mayo se ha disputado, al norte de Portugal, la ‘Rampa Internacional da Falperra’, y en unos días tendremos nuestra ineludible cita con el Fito. Dos fines de semana consecutivos que son lo mejor del año si, como es mi caso, te gusta la montaña. En esta ocasión me he perdido el primero, aunque lo he seguido en lo posible desde la distancia a base de internet y teléfono, contando, además, con la ayuda, en el apartado gráfico, de los ya habituales Antonio y Iago Barrero, ese para de entusiastas vigueses que no se pierden ‘la Falperra’ por nada del mundo, y a los que se han unido este año, desde Asturias, Alfonso Hevia, con la cámara de fotos, y David Rubio, con la de vídeo. Todos ellos han hecho posible la realización de este reportaje así como sus correspondientes vídeos. Así que no queda más que agradecérselo públicamente antes de pasar a un relato que, sin la visión directa de la carrera, se quedará en esta ocasión más en el siempre frío análisis de resultados que en el mucho más personal de sensaciones con el que otros años he relatado la siempre apasionante prueba portuguesa en la que, desde el 2010, confluyen nuestro nacional de montaña con el máximo certamen continental de la especialidad.

OTRO AÑO COMPLICADO EN FALPERRA

La subida que parte de las inmediaciones de la bonita ciudad portuguesa de Braga y asciende por un rapidísimo trazado al Santuario de Sameiro volvió a ser este año escenario de un fin de semana nada fácil para los numerosos equipos que tomaron parte en la prueba. El gran número de participantes, con una extraordinaria variedad mecánica propiciada por la confluencia en una misma competición de los campeonatos de Europa, Portugal y España de montaña, es tanto uno de los principales alicientes de la fascinante subida lusa como uno de sus mayores problemas. La rapidez del recorrido no perdona errores a la vez que exprime al máximo las mecánicas, por lo que los golpes y averías son tan inevitables como, casi siempre, numerosos y causantes de largas interrupciones.

El año pasado, con las condiciones climatológicas siendo, además, tremendamente adversas, el fin de semana de Falperra, habitualmente uno de nuestros favoritos, se había acabado convirtiendo en toda una pesadilla, con continuos incidentes, parones y retrasos que acabaron desembocando en el plante de los pilotos del europeo el domingo. Esta vez, sin llegar a tanto, y con un clima mucho más benigno, la subida lusa tampoco estuvo exenta de problemas, hasta el punto de que, una vez más, resultó imposible completar el largo programa previsto para la jornada del sábado. Un programa que volvía a ser optimista, porque conseguir hacer cuatro mangas, tres de entrenos y una oficial, con más de 130 coches y con la perspectiva de que va a ser poco menos que imposible que no haya retraso alguno, es poco menos que utópico. Si, además, se resuelve tan mal como se resolvió el vertido de aceite en la curva final, causa por la rotura de motor del EVO VI de Pereira, el resultado fue otro año con polémicas, quejas de los pilotos, una manga cancelada y los consiguientes cambios en el programa del día siguiente, al que se añadió un ‘warmup’ previo a las dos restantes oficiales, y en la forma de definir los resultados, para el caso del campeonato de España, ya que en lugar de establecerse la clasificación por la suma de los dos mejores cronos en las tres oficiales hubo que quedarse solo con el más rápido de cada piloto en las dos únicas celebradas durante la mañana y primeras horas de la tarde del domingo.

Una lástima, porque la ‘Rampa da Falperra’, su privilegiado entorno y la acogedora y apacible ciudad de Braga tienen alicientes más que de sobra para que apetezca ir cada año… pero, a este paso, a muchos de los que acuden a la subida se les van a quitar las ganas de repetir.

FAGGIOLI VUELVE A LO MÁS ALTO DEL PODIO

El Campeonato de Europa de Montaña se había iniciado en Rechberg, el mismo fin de semana de nuestra Subida de Ubrique, con los italianos Faggioli y Merli un año más como principales protagonistas. En la ancha y rápida subida austriaca, Merli se había impuesto al volante de la Osella FA30, equipada con un nuevo y más potente motor Fortech (de origen Zytek), superando con claridad a Faggioli y su Norma en la primera manga de carrera. El nueve veces campeón de Europa no acababa de dar con la puesta a punto de la barqueta francesa… y aunque finalmente superaba a su rival en la última manga, lo hacía por apenas unas centésimas, sin que ello hiciese peligrar el triunfo del piloto oficial de Osella.

A efectos del campeonato, el resultado era el ya habitual empate tantas veces visto el año pasado, ya que cada uno compite en un grupo diferente (Faggioli en el E2-SC, el de las barquetas, Merli en el E2-SS, el de los monoplazas) y la normativa del certamen continental solo reparte puntos según las posiciones en cada grupo, sin atribuir ninguno por el resultado de la general. Pero, en todo caso, la victoria de Merli en la cita inaugural del 2017 no dejaba de ser una pequeña sorpresa, acostumbrados como estamos a que sea prácticamente siempre Faggioli quien termina en lo más alto del podio de cada prueba en la que toma parte.

Falperra se presentaba, por tanto, como una magnífica ocasión para ver si lo de Rechberg iba a tener continuidad o no. Además, la portuguesa era una subida en la que faltaba por ver un duelo completo entre Merli y Faggioli. Hace tres años, cuando el de Osella competía al volante del modelo con motor 2000, una avería al final de la jornada del sábado le había apeado de la lucha después de marcar cronos muy prometedores frente a la Norma 3 litros de su rival. Y el año pasado, con los dos ya al volante de sendos vehículos con propulsor de igual cilindrada, la renuncia de ambos y del resto de habituales del europeo a tomar parte en las subidas del domingo nos había dejado con las ganas de ver quien terminaba por delante.

Esta vez, con el ya comentado problema que causó la anulación de la última manga del sábado, y con los dos tomándose con relativa tranquilidad la primera, cuando el piso estaba mojado, la única pista estaba en el mejor crono de Faggioli en la segunda de entrenos… pero se trataba de un registro muy alejado del record, alrededor de cinco segundos más lento, así que era evidente que ninguno de los dos había desvelado aun todas sus bazas. Y el domingo todo se iba a jugar, en realidad, a una carta, la de la primera oficial. Con más de cien coches subiendo y bajando, con los ‘drifters’ haciendo de las suyas entre pasada y pasada y con la temperatura subiendo a medida que avanzaba, lentamente, otra jornada llena de interrupciones, los mejores tiempos se acabarían consiguiendo en la primera oficial, celebrada cuando la pista estaba menos sucia y el aire menos caliente que en la segunda.

Así que cuando la pantalla de tiempos mostraba un crono de 1:49.872 para Merli, registro magnífico pero a medio segundo del record logrado por Faggioli dos años antes, las dudas se empezaban a despejar. Salvo que al de Norma le ocurriese lo que en Rechberg y no tuviese la barqueta gala rindiendo a su gusto, el primer y poco menos que definitivo asalto iba a ser suyo. Y, en efecto, así era… ¡y de que forma! El increíble Simone rompía otra barrera más en Falperra, y tras haber sido hace unos años el primero en bajar de 1:50, repetía hazaña dejando atrás también el 1:49 para establecer su enésimo nuevo record con un fabuloso 1:48.686 que no dejaba lugar a dudas sobre quien iba a ganar.

Con una demostración así, la última manga se convertía en un trámite… si trámite se puede llamar a completar el vertiginoso trazado de Falperra a 171 por hora de media en vez de a 172. Porque eso hacía Faggioli para ser de nuevo el más rápido, bajando otra vez de 1:50 aun sin montar gomas nuevas mientras Merli ya se rendía y se lo tomaba con la muy relativa calma de cubrir la subida a 169 de promedio en poco más de 1:50. La victoria era para el de Norma, que volvía a lo más alto del podio por delante del de Osella. Como, además, volvían a ganar sus respectivos grupos, siguen empatados en la general del campeonato y ahora lo están también a victorias, que es, me parece a mi, el marcador en el que más se fijan ambos. No se podía tener mejor resultado para que los dos se enfrenten en busca de un primer desempate dentro de apenas unos días en nuestro Fito… ¡para no perdérselo!

NUEVOS GANADORES EN EL CAMPEONATO DE ESPAÑA

Las dos pruebas andaluzas habían deparado sólo un cambio en los vencedores de las tres categorías del nacional de montaña, el de la 3, con triunfo de Aznar en Estepona y de Janssens en Ubrique, mientras que en la 1 y la 2 habían repetido, respectivamente, Javi Villa y Jonathan Álvarez, con el primero de ellos anotándose, además, los dos triunfos al scratch.

En Falperra, Villa lo iba a tener poco menos que imposible para hacer bueno eso de ‘no hay dos sin tres’ porque Andrés Vilariño estaba de vuelta con su Norma. Y si hay un trazado en el que la barqueta está aun más fuera del alcance de cualquier CM más o menos plus ese es el de Falperra. Realmente, para el veterano pluricampeón vasco el objetivo estaba puesto mucho más en situarse lo más arriba posible en la general del europeo que en lograr una victoria en el nacional que, salvo problemas mecánicos, no se le iba a escapar de ninguna manera.

El sábado, Andrés era de los que no podían tomar parte en la manga que, para el campeonato de España, era la primera oficial. Pero su 1:58 en la segunda de entrenos dejaba claro, a quien tuviera dudas, cual era la diferencia con el resto de competidores del nacional. Entre ellos, Villa era el más rápido en esa subida de carrera que, finalmente, no iba a existir pero en la que tomaban parte trece de los catorce españoles presentes en Falperra. El asturiano rebajaba su propio record con un 2:09.062 que no iba a valer de nada al cancelarse después toda la manga cuando Fombona, que salía ya un buen rato después, mezclado con los competidores del europeo, se encontraba con la desagradable sorpresa de la curva final inundada de una más que resbaladiza mezcla de aceite, sepiolita y agua, sobre la que su Lamborgini trompeaba espectacularmente. Por fortuna para el gijonés, el ‘toro’ apenas si sufría algún arañazo en su ‘piel’, pero el incidente acababa siendo la gota que colmaba el vaso y los demás participantes del Campeonato de Europa ya no subían. La organización decidía dar por anulada la que, para los españoles, era primera subida oficial y los pilotos del nacional, en vista de que los cronos del sábado no iban a tener validez, solicitaban que su clasificación se definiese el domingo con el mejor tiempo de las dos restantes oficiales.

Y, al igual que ocurría para la lucha por la victoria absoluta, realmente de esas dos mangas la que acababa contando de verdad, y en el caso del Campeonato de España, más aun, al tener que quedarse solo con un crono en lugar de sumarlos, era la primera. En ella, Vilariño bajaba hasta un muy notable 1:55.920 que le situaba quinto en la general scratch del europeo. Resultado que acabaría convirtiéndose en cuarto cuando en la manga final, mientras Andrés prácticamente clavaba su crono anterior, quedando apenas unas milésimas por encima del 1:56, Paride Macario, que había sido tercero en la anterior, sufría un toque que le hacía perder alrededor de diez segundos y le relegaba al quinto lugar, dejando el último escalón del podio para el galo Sebastien Petit.

Con Vilariño cumpliendo el pronóstico y ganando claramente en la clasificación del nacional, tampoco había sorpresa en la segunda plaza, ocupada por Villa como era previsible. De todas formas, el asturiano se la tenía que trabajar más de lo esperado porque, el domingo, no era el único que conseguía rodar por debajo de 2:10. Javi repetía en el ‘nueve’, aunque con un crono un par de décimas peor que el del sábado… y a apenas medio segundo le amenazaba ‘Lolo’ Avilés, cuyo BRC B49 equipado con el potente motor ‘Kawasaki 1400’ daba por fin el rendimiento que el piloto y su constructor esperaban. Tras el ligeramente decepcionante estreno en Ubrique, y después de sufrir algún que otro problema el sábado, cuando el propulsor no acababa de ‘estirarse’ en todo su rango de vueltas, el domingo se desataba toda la furia de la nueva mecánica en manos del joven piloto andaluz. Y aunque en la manga final ni uno ni otro mejoraban sus cronos previos, la menos de una décima que separaba a Javi de ‘Lolo’ no dejaba de ser otra muestra más de la progresión del actual campeón junior… mucho ojo con él en las siguientes carreras, especialmente en las de trazados más rápidos.

Si en la categoría 1 era de esperar el cambio de ganador, en la 2 confieso que no contaba con ello. La superioridad mostrada por Jonathan Álvarez en las dos primeras pruebas del campeonato me hacía pensar que el asturiano afincado en Marbella iba a repetir también en la tercera como antesala de un probable pleno de triunfos en el campeonato. Pero los pronósticos están para romperse y Jonathan no solo no ganaba en Falperra si no que terminaba el fin de semana del peor modo posible, con un fuerte golpe, causado al partirse una llanta de su BRC en la última oficial que, esperemos, no comprometa además su temporada o, como mínimo, su presencia con todas las garantías en el inminente Fito.

El caso es que el fin de semana había empezado bien para Jonathan, que en la oficial del sábado se había impuesto con claridad al resto de competidores en la categoría 2 con un 2:14.1 que le situaba en cabeza… hasta que la manga se anulaba y ese tiempo acababa por no valer para nada. El domingo tocaba volver a empezar, y en la ‘manga buena’, la primera oficial, mientras Jonathan no lograba reeditar su crono de la víspera, empeorando más de un segundo, tanto César Rodríguez como Garikoitz Flores si que lograban meterse en ese ‘catorce’ que el día anterior no habían podido alcanzar. Y como en la manga final nadie mejoraba, ese era el resultado definitivo de la categoría 2, que terminaba con la primera victoria para el piloto gallego al volante del Silver, la segunda plaza del navarro del BRC azul y la tercera para el astur-marbellí… pero con su CM amarillo herido y en grúa después del susto de salirse y golpear contra las vallas sin opción alguna de evitar el impacto.

Por lo que respecta a la categoría 3, lo que teníamos asegurado en Falperra es que iba a haber nueva marca ganadora tras los triunfos de los Porsches con Aznar y Janssens en las dos primeras. La duda estaba en si la victoria se iba a decantar del lado de la italiana Lamborghini o la británica Jineta… o, lo que es lo mismo, si Aznar podría sumar su segundo éxito del año o Fombona iba a unir su nombre a la lista de ganadores. Una duda que Fombona, superado el susto de su pirueta del sábado, desvelaba pronto el domingo con un 2:12.901 en la primera oficial que le situaba fuera del alcance de Aznar, para quien el 2:14 se convertía en barrera infranqueable. En la manga final, el del Lambo se quedaba apenas una décima por encima del 2:13 mientras su rival repetía en el ‘catorce’ por tercera vez consecutiva y debía conformarse con la segunda plaza. Un resultado que le mantiene al frente de la tabla y para el que el almeriense no buscaba excusas, dándole todo el mérito a la capacidad del gijonés para ‘tirarse’ en un trazado de la rapidez del de Falperra, al que no es fácil acercarse con un coche que aun conoces poco, como es el caso de ambos en este arranque del 2017.

Tras ellos, Francisco Jiménez tenía la satisfacción de conseguir su primer podio en la categoría de carrozados del nacional después de acabar superando en la última manga al más que valiente Alberto García, que exprimía todo lo exprimible su Clio pero, finalmente, tenía que ceder ante la lógica de la mayor potencia y velocidad punta del EVO X de su rival.

Además de los diez ya mencionados en este repaso a los que dio de si la actuación de cada uno mejores clasificados en las tres categorías del Campeonato de España a lo largo del fin de semana, solo hubo cuatro ‘nacionales’ más en Falperra, en otra buena muestra de que, en realidad, el certamen lo siguen más bien pocos. Y de esos cuatro restantes dos salían este año por primera vez en una prueba de nuestro máximo certamen de montaña, el andorrano Edgar Montella, que esperamos se enganche para lo que queda de temporada o, al menos, para el Fito y las dos pruebas pireánicas, y la gallega Rocio Lorenzo, habitual cada año en la subida portuguesa con su modesto Saxo. Los otros dos eran Joseba Iraola, que competía esta vez al volante del Demon que habitualmente pilota Munné en el Campeonato de Cataluña, y Arkaitz Ordoki, con su habitual BRC B49.

En total, pues, catorce pilotos repartidos en tres categorías, lo que no deja de ser una participación tremendamente pobre para una prueba del Campeonato de España. Y es que, por mucho que nos guste Falperra, su presencia en el calendario no deja de ser un sinsentido. Los pilotos españoles apenas pintan nada en una carrera con más de cien participantes para la que son poco más que un grano de arena en el desierto. Y la puntuabilidad europea, que obliga a separarlos según sus coches sean norma FIA o no, hace que algunos de ellos, los de vehículos ‘europeos’, acaben teniendo que salir a competir con diferencia de tiempo que en ocasiones superan la hora respecto a los demás, a quienes se coloca en la parte final de la lista del certamen luso cuando, por prestaciones de sus vehículos y cronos logrados por sus pilotos, deberían estar mucho más arriba. Todo ello no hace si no aumentar los inconvenientes de una carrera que, por muy bonita y hasta fascinante que nos resulte, acaba siendo un paréntesis en un certamen que necesita más continuidad en sus esquemas, con pruebas en las que el Campeonato de España sea el principal atractivo y sus pilotos los máximos protagonistas.