La doble cita andaluza del Campeonato de España de Montaña Sportech 2017 se completaba en Ubrique del 21 al 23 de abril. La prueba de la sierra gaditana es todo un clásico del certamen, y la única, junto al Fito, que sigue en su calendario, sin faltar ni un solo año, desde que allá por el 2004 empezamos a seguirlo para esta web. Así que esta era nuestra visita número catorce a una competición que, pese a la larga distancia del desplazamiento desde Asturias, es ya como ‘de casa’ después de tantas veces que hemos acudido a vivirla en directo. Y diría que algo así le pasa a la mayoría de los asiduos del nacional. Ubrique es una cita ineludible, que se espera con impaciencia y a la que se acude con ilusión y ganas, dispuestos a disfrutar del entorno y del ambiente, aun a sabiendas de que ese ambiente, generado por el entusiasmo de la afición local, a veces acabe causando también su dosis de inconvenientes.

RETORNOS MUY ESPERADOS

Más allá del interés que siempre supone tener de vuelta a dos de los tres campeones vigentes del certamen, el retorno de Joseba Iraola y Humberto Janssens era la mejor noticia por razones mucho más allá de las deportivas. Ambos han atravesado momentos difíciles en los últimos tiempos así que verlos de nuevo dispuestos a competir era todo un alivio.

El vasco se presentaba en Ubrique con un Demon Car ‘prestado’ para sustituir a su barqueta Norma tristemente abrasada por el fuego que a punto estuvo de causarle a su piloto muchos más daños que los materiales y las dolorosas quemaduras en un brazo. Por fortuna, las heridas van cicatrizando y Joseba nos recibía con su habitual sonrisa y buen humor cuando lo veíamos en la plaza de toros durante las verificaciones y bromeábamos con él sobre la conveniencia de mantenerse alejado de las ‘barbacoas’ por una temporada.

Por su parte, el andaluz volvía con su Porsche Cup 2015 pese a no estar aun recuperado al cien por cien de la importante operación quirúrgica sufrida a principios de año para extirparle un tumor. Un trago duro de pasar, en lo físico y lo psicológico, para el que tener la cabeza en las preocupaciones propias de un fin de semana de carreras nos parecía la mejor medicina, como le comentábamos cuando teníamos la alegría de reencontrarnos con él en la zona de asistencia.

Además, también volvíamos a ver en Ubrique a otros asiduos de la montaña nacional que no habían estado en Estepona. Como Maldonado, deseando, tras un invierno de mucho trabajo, volver a pilotar su Porsche, que estenaba look. O Borreguero, a quien habíamos visto por última vez precisamente el año anterior en Ubrique y que nos comentaba no tener decidido aun si su vuelta con el Mosler iba a tener continuidad. También reaparecían Kike Perelló, con su Fiesta Proto, y Sergi Pañella, que este año compite también en el catalán de rallysprints con su Mitsubishi, lo que hará complicado que pueda estar en todas las subidas del Campeonato de España… y más aun si persiste el imperdonable error de haberse ‘olvidado’ de incluir a los R4 como su EVO X en la reglamentación de la copa del grupo R en la que el catalán es el vigente campeón.

El apartado de novedades respecto a Estepona, en cuanto a pilotos que puedan seguir de formas más o menos asidua el nacional, lo completaba el balear Pedro Mayol, que empezaba su campaña con un Silver a la espera de tener listo el nuevo Talex, cuya otra unidad debería haber estrenado en Ubrique el gallego Castañón, que finalmente debía renunciar por temas de exámenes.

No faltaba tampoco a la cita el extremeño Eduardo Noriego que, para variar, no estrenaba coche ya que afrontaba la prueba con el Peugeot 207 S2000 que había pilotado por primera vez precisamente en esta subida hace justo año.

El resto eran los vistos en la primera cita del certamen, con la novedad por parte de Aznar del estreno de su nuevo Ginetta GT3, a los que se añadían un buen número de pilotos regionales y locales hasta superar el centenar de inscritos, de los que finalmente se presentaban noventa y ocho.

¿CANTIDAD O CALIDAD?

Todos queremos que las listas de inscritos sean numerosas, porque eso suele ser síntoma de buena salud para una prueba en particular o un campeonato en general. Pero a todos nos gustaría, también, que además de cantidad hubiese mayoría de calidad en cualquier cita de validez nacional. Una aspiración de la que estamos muy lejos en el de montaña, un certamen que, por desgracia, apenas sigue de verdad una docena o poco más de participantes. Y con ellos solos es evidente que los números no cuadran, para conseguirlo hace falta la aportación de los pilotos y equipos locales de cada zona donde se disputa una prueba, que son los que elevan el número de participantes a cifras dignas.

Ubrique es un claro ejemplo cada año. De los cincuenta y pocos participantes que hubo en Estepona se llegó al casi centenar en la siguiente cita del certamen gracias principalmente a los regionales, ya que ‘nacionales’ apenas si se añadieron media docena más. Pero con casi cien participantes, y un buen número de ellos siendo pilotos ‘de casa’, con mucha más afición y entusiasmo que experiencia y medios técnicos, el sábado volvió a pasar más o menos lo que había ocurrido el año anterior. Entre que se empezó con tres cuartos de hora de retraso, y que enseguida comenzaron a sucederse los parones por averías o accidentes de un buen número de los primeros competidores en tomar la partida en cada manga, el resultado fue tener que cancelar la segunda de entrenos cuando apenas la habían completado una treintena de vehículos y ya estábamos por encima de la hora de inicio prevista para la oficial. Así que la primera subida de carrera la tuvieron que afrontar la mayoría (entre ellos, todos los habituales del Campeonato de España), con solo la primera de entrenos para haber trabajado en sus coches antes de salir ya ‘a por tiempos’.

Y el domingo, aunque si se pudieron celebrar las tres subidas del programa, de nuevo los parones fueron numerosos y acabamos otra vez a ‘a las tantas’, con una tardía ceremonia de premios que acabó resultando además bastante confusa por momentos, con el speaker no teniendo demasiado claro quien había quedado en que posición en cada categoría de un certamen que no parecen entender bien ni quienes se encargan del mismo… así que como para esperar que lo comprendan quienes se acercan a él sólo muy de vez en cuando.

Asignatura pendiente, la de hacer más comprensible la montaña, que para muchos sigue siendo un galimatías de clasificaciones aunque, en realidad, tampoco es que sea especialmente complicada… falta, tal vez, que alguien se preocupe, de verdad, en presentarla bien y con mayor claridad.

Para empezar, si desde hace un par de años hay una clasificación scratch no entiendo porque esta no aparece en los tiempos online ni se le da el realce que merece en los comunicados oficiales del campeonato. Porque una cosa es que haya tres títulos de Campeón de España en juego, y otra es quien gana cada carrera. En Ubrique, como en Estepona, el vencedor volvió a ser Javi Villa, a quien acompañaron esta vez en el podio absoluto Joseba Iraola, en la segunda plaza, y ‘Lolo’ Avilés, en la tercera. Ellos fueron los más rápidos en el cómputo total del fin de semana. Aparte está el análisis de lo que ocurrió en cada categoría, pero esa ya es otra historia. Qué cada uno le dé mayor o menor relevancia a unos grupos u otros ya es cuestión de sus gustos o sus intereses, pero si, por fin, hay una scratch tengámosla en cuenta como se merece… aunque su valor sólo sea a efectos de palmarés y titulares de prensa ya que, pese a lo que todavía se sigue leyendo a veces por ahí, desde que el certamen se dividió en categorías no existe el título de campeón de España absoluto.

CATEGORÍA 1: YA VAN DOS PARA VILLA

Esta temporada se presentaba como de transición para Javi Villa. Después de lograr cuatro títulos consecutivos en la categoría 2, el piloto asturiano daba el paso a la 1 con el planteamiento de iniciar el año al volante del BRC B52 mientras Jesús Bango completaba la fabricación de un nuevo coche realizado según las especificaciones del grupo E2-SC FIA. Así que, al volante de un CM+ y con, en teoría, un par de barquetas en liza, en manos de Andrés Vilariño y Joseba Iraola, pensar en el título de la categoría 1 se presentaba más que complicado.

Pero hete ahí que en pretemporada un incendio devoraba la nueva Norma de Iraola, y en Estepona se averiaba la de Vilariño, con un problema electrónico que le dejaba poco menos que inédito. Y en Ubrique, Iraola si estaba, pero con un Demon CM+, mientras Vilariño tenía que quedarse en casa, aun a la espera de que la marca francesa acabase de encontrar solución a la avería sufrida en la prueba malagueña.

A todo esto, Villa había estrenado el BRC B52 con victoria en Estepona, pese a un problema con la centralita el sábado y a terminar sufriendo con las nuevas Michelin, que eran puestas a dura prueba bajo el intenso calor en el largo trazado que asciende en dirección a Peñas Blancas. Así que, dadas las circunstancias, Javi había terminado más que satisfecho con el doble debut coche-neumáticos saldado con una inesperada victoria.

Por ello no es de extrañar que en Ubrique, ya con más rodaje al volante del nuevo coche, sobre un recorrido que le encanta, que es más corto y en el que hacía menos calor, el trío formado por Villa, el BRC con nombre de bombardero de la USAF y las gomas del fabricante galo, resultase absolutamente inalcanzable para sus rivales. Javi era el más rápido en las tres oficiales, bajaba por dos veces el record de los CM en cualquiera de sus variantes más o menos ‘plus’ y se anotaba su segunda victoria consecutiva del año, tanto absoluta como de la categoría 1. De repente, la temporada que parecía iba a ser de transición ha empezado del mejor modo posible, con un dos de dos y un claro liderato al frente de la general del campeonato. Ahora falta conocer cuando y con que prestaciones llega el nuevo E2-SC de Bango Racing Cars para ver si, después de todo, Javi va a poder llevarse el título de la máxima categoría ya este año, aunque antes de empezar la temporada no contase en absoluto con ello.

Un título cuyo actual propietario, Joseba Iraola, tenía intención de defenderlo con esa nueva barqueta que se comieron las llamas, pero que le será mucho más difícil retener con el Demon Car. Eso si, el piloto vasco demostró en Ubrique que no ha perdido nada de su competitividad pese al enorme susto de pretemporada. Al volante de un coche que, tras dar a finales del año pasado con los reglajes adecuados, ya no tiene un comportamiento tan endemoniado, si se me permite el juego de palabras con su nombre, Joseba terminó segundo en Ubrique. Eso si, como parece que últimamente no gana para sobresaltos, la rotura de una llanta en la manga final le hizo acabar el fin de semana impactando contra las duras piedras que bordean el trazado gaditano. Un fuerte golpe que, por fortuna, se saldó sin más daños que los materiales en el coche.

El podio lo completó ‘Lolo’ Avilés, que rindió tal vez por debajo de lo esperado en Ubrique, aunque en su descargo Jesús Bango nos indicaba que había tenido problemas con el embrague en su BRC B49. En todo caso, hacer realmente sólo una manga oficial ‘buena’, la segunda, le bastaba al joven andaluz para ser tercero, tanto en la categoría 1, en la que por detrás sólo concluía Ariete, como en la general scratch. Así que se puede decir que ‘Lolo’ salvaba el fin de semana con buena nota pese a que dejase muchas menos buenas sensaciones de las que nos tiene acostumbrados.

CATEGORÍA 2: DIFERENTE COLOR, MISMO GANADOR

El año pasado Jonathan Álvarez era el único que, de vez en cuando, se acercaba algo (a veces hasta bastante) a los estratosféricos cronos de Villa en la categoría 2. Y lo hacía al volante del modelo anterior de BRC, el CM05EVO. Así que este año, sin Javi en liza y con el B49 campeón en sus manos, al asturiano de Marbella le tocaba asumir el papel de nuevo ‘coco’ de la categoría. Un papel que está dispuesto a interpretar del mismo modo que su predecesor en el mismo, ganando siempre.

De entrada, ya van dos de dos para Jonathan, que había vencido con claridad en Estepona y repitió, con simular rotundidad, en Ubrique. De hecho, la mayor diferencia entre las dos victorias fue cromática, ya que en la segunda cita del año el B49 de Jonastur y su piloto lucían una vistosa coloración amarilla que, desde luego, no pasaba desapercibida. Pero sea de inmaculado blanco o de llamativo amarillo, Jonathan ha estado en ambas pruebas un paso (¡o dos!) por delante de sus rivales y todo apunta a que el título va a ser suyo a final de temporada… y hasta es posible que con pleno de victorias.

Para evitarlo, el asturiano tiene, de momento, sus principales rivales en casa, en Bango Racing Cars. Si en Estepona la segunda plaza había sido para el B49 pilotado por Arkaitz Ordoki, en Ubrique era el turno del otro navarro que compite al volante de los CM asturianos, Garikoitz Flores. En la cita malagueña, ‘Gari’ se había tenido que conformar con la tercera plaza y esta vez ascendía una posición mientras Arkaitz, en cambio, bajaba dos tras no dar con los reglajes de suspensión el sábado y tocar la chicane en la primera oficial del domingo.

Entre ambos se intercalaba César Rodríguez, que terminaba tercero con el Silver Car S2 aunque todavía no acaba de cogerle el ‘truco’ al CM fabricado en Peralta después de varios años pilotando los BRC.

Ya bastante más distanciado concluía Mayol, que no tenía un debut fácil, con avería de motor incluida en la manga final… y para de contar porque si en la categoría 1 sólo había cuatro clasificados tampoco es que la dos tuviese muchos más, su número final era de cinco.

CATEGORÍA 3: LA MEJOR VICTORIA DE JANSSENS

Estar en la línea de salida ya era, en si mismo, un triunfo para Humberto Janssens. El doble campeón de España de la categoría 3 retornaba a la competición aun a sabiendas de no estar al cien por cien físicamente. Pero después de unos meses de hospitales y médicos, tenía ganas de volver a ponerse al volante de su Porsche y, sobre todo, de reencontrarse con el ambiente de las carreras. Qué acabase el fin de semana en lo más alto del podio es, además de otra demostración de su capacidad al volante, el mejor y más merecido premio a su pundonor y, probablemente, su mejor victoria. Así que creo no equivocarme si digo que, por una vez, incluso sus rivales más cercanos se alegraron de que les derrotase.

Con Janssens liderando ya desde el sábado (cuando era el único en hacer un 24) y marcando también el mejor crono en las dos oficiales del domingo (en las, acusando ya el cansancio, lograba un par de 25’s), la pelea más igualada se producía justo a sus espaldas entre los dos pilotos que este año han apostado por nuevas monturas con las que tratar de alcanzar el título: Fombona, con su Lamborghini Huracan, y Aznar, con su Ginetta. El asturiano se situaba segundo el sábado (con un prometedor 27) pero perdía la posición en la primera oficial del domingo cuando la electrónica del GT italiano con entrañas germanas hacía de las suyas y activaba por momentos el modo de protección del motor.

La segunda plaza pasaba entonces a manos de Aznar, que apenas si había dado unas vueltas en un circuito con el potente GT británico antes de la primera de entrenos. Aun así, y tras ser cuarto en la oficial del sábado, por detrás de Borreguero y su Mosler, el almeriense empezaba a vislumbrar el potencial de su nueva montura con un ‘26’ en la primera manga de carrera del domingo que, finalmente, no podía reeditar en la última. Como, además, esta acababa siendo la mejor manga de Fombona, que conseguía meterse en el mismo segundo que Janssens, el segundo puesto en el cómputo total acababa definitivamente en poder del asturiano por apenas medio segundo. Un bonito duelo que puede ser la tónica en lo que queda de campeonato y en el que nos gustaría estuviese también Janssens, aunque para el granadino lo primero ahora sea, lógicamente, su salud, y no tenga decidido aun si va a competir en el resto de citas del certamen.

Algo que, en realidad, pocos tienen realmente claro a estas alturas, especialmente pensando en esa segunda mitad de campaña que arrancará en el verano con dos pruebas consecutivas en Tenerife. Todo un sinsentido para un certamen en el que compiten amateurs para quienes las carreras son, ante todo, un hobby que unos y otros se costean como mejor pueden en función de sus medios y posibilidades económicas. Y puestos a gastar en divertirse, a muchos al final igual les tiene más cuenta correr aquí y allá sin perseguir ningún campeonato pero haciéndolo más veces que y, por tanto, consiguiendo más placer por el mismo o menor precio.

Pero tiempo habrá de analizar lo que pasa en verano, antes llega la doble cita ibérica del mes de mayo, con las subidas de Falperra y el Fito. Dos pruebas en las que, lógicamente, el principal protagonismo será para los mejores del europeo, especialmente este año que acaba de arrancar con Merli batiendo a Faggioli en Rechberg justo mientras estábamos en Ubrique. Un resultado que llena aun más de alicientes la que me gusta llamar ‘semana grande de la montaña ibérica’, que este año arrancará del 5 al 7 de mayo en la localidad portuguesa de Braga para completarse el fin de semana siguiente en Arriondas con ‘nuestro’ Fito.