El Campeonato de España de Montaña del 2017 arrancó en Estepona los días 10, 11 y 12 de marzo, el mismo fin de semana en el que se iniciaban otros dos certámenes nacionales de automovilismo, el de Autocross, en Alcañiz, y el de rallyes de tierra, en Lorca. Un tema de los muchos que el nuevo presidente de la Federación Española y su junta directiva deberán solucionar de cara a próximas temporadas para hacer posible eso que todos queremos, que nuestro deporte mejore, vaya para arriba y tenga al menos un poquito más de eco positivo en los medios de comunicación.

En ese sentido nos consta que se está trabajando, como bien podemos atestiguar por nuestra parte con el compromiso entre los seis organizadores de las pruebas ‘españolas’ del nacional de montaña y los representantes de la RFEdA y el nuevo patrocinador del campeonato, Sportech, de encargarnos la realización de reportajes para televisión de las subidas de Estepona, Ubrique, Fito, Guía de Isora, Tamaimo y Alp. Un paso adelante, sin duda, en un tema en el que algunos llevamos años empeñados, y qué, en el caso de la montaña, el que nos ocupa en estas líneas, esperamos llegue seguido de muchas más medidas para potenciar un certamen que las necesita con urgencia. De entrada, logrando que tenga un calendario mucho más racional y accesible a la realidad de sus participantes que el que va a tener este campeonato del 2017, con una primera mitad muy comprimida y una segunda, con las dos citas canarias y las dos pirenaicas, que no me parece el mejor modo de conseguir que un número mínimamente digno de competidores se animen a realizarlo al completo o, al menos en su mayor parte.

Para empezar, en Estepona, fueron realmente pocos los que se animaron a iniciar la temporada, no siendo lo temprano de la fecha y los casos de fuerza mayor, que los hubo, la principal causa de la escasa nómina de competidores presentes en la localidad malagueña que tienen intención de competir en el resto de citas del certamen. En todo caso, algún que otro síntoma de cambio si que se pudo ver en la prueba organizada por RS Sport, que apostó por llevar la carrera a la gente, situando la asistencia en pleno paseo marítimo, organizando una ceremonia de salida en el centro de la ciudad, el viernes por la noche, y haciendo partir el recorrido de la subida desde el casco urbano. Tres medidas que, indudablemente, aumentaron de forma notable el impacto de la prueba entre los ciudadanos (con numerosa afluencia de pública a lo largo de las tres jornadas), aunque también es verdad que, como suele suceder en estos casos, fuese a costa de complicar la tarea a los participantes. Un dilema siempre difícil de resolver este último, porque si queremos darle más visibilidad a nuestro deporte hay que hacer esfuerzos de este tipo, nos gusten o no las molestias que ello conlleva. Todo sea por lograr que lleguen más patrocinadores y ello acabe repercutiendo en más premios o menores costes, que al final esos dos son los factores clave para que la mayoría se decida a organizar carreras del nacional en vez del regional, o a competir en ellas en lugar de quedarse en casa.

NOVEDADES Y AUSENCIAS

Cada año que empieza en cualquier campeonato tiene siempre, en su primera prueba, el aliciente de ver las novedades respecto a la edición anterior. Las nuevas monturas y los pilotos que se estrenan o retornan, centran la atención cuando se inicia la temporada. Y en Estepona había unas cuantas, aunque fuesen bastante menos que en otras ocasiones y llegasen acompañadas, además, de un significativo número de ausencias que limitaban de forma notable el positivo efecto que siempre tienen las nuevas incorporaciones.

Empezando por los que volvían o estrenaban, en el paseo marítimo de la localidad costera malagueña destacaban ya en la tarde del viernes el regreso al campeonato de Andrés Vilariño con la barqueta Norma y, a su lado, el nuevo Lamborghini Huracán Súper Trofeo recientemente adquirido por Fombona y que habíamos tenido ocasión de ver de cerca ya unos días antes, cuando lo presentó a público y medios de comunicación en Pola de Siero. Los dos veteranos ‘montañeros’ comparten este año la asistencia de FAST Motorsport, y juntos los encontrábamos, departiendo amigablemente, cuando hacíamos nuestro habitual paseo previo a la competición para visitar los ‘boxes’ de los diferentes equipos.

Un poco más allá se encontraba el camión de Bango Racing Cars, alrededor del cual se repartían los varios BRC de diferentes modelos y configuraciones presentes en esta primera cita del año. El que más llamaba la atención, por lo novedoso de su presencia en el nacional, era el B52 de motor 1300 que había estrenado Javi Villa la pasada campaña en las pruebas del ‘Open del Norte Sportech’ y que será su arma este año hasta que el fabricante asturiano complete la construcción del nuevo vehículo que está realizando según las especificaciones del grupo E2-SC FIA. Además de cambiar de coche en relación al año pasado, Villa cambiaba además de categoría, pasando a competir en la 1 después de dominar la 2 con tal claridad como para provocar un cambio de reglamento que, a partir de ahora, impedirá tomar parte en la misma a los pilotos con un determinado palmarés.

El paso de Javi a la categoría superior, en la que también están encuadrados los BRC B49 del campeón Junior, ‘Lolo’ Avilés, y del levantino Toni Ariete, debería dejar la 2 más abierta… al menos en teoría. Porque con Jonathan Álvarez al volante del B49 ganador el año pasado, el pronóstico apunta a que el título volverá a ser para un asturiano al volante del mismo coche, aunque esta vez pintado de blanco. De todas formas, para intentar evitarlo hay otro par de BRCs del mismo modelo, los de los navarros Arkaitz Ordoki y Garikoitz Flores, y un Silver Car S2 con el característico naranja que tantas veces llevó a la victoria Pedro Roca hace unos años. A sus mandos se estrenaba en Estepona el gallego César Rodríguez, que ha dejado aparcado en casa el B49 ‘look-Martini’ con el que el año pasado luchó por el título de la categoría 1, para integrarse en la estructura del fabricante navarro y tratar de pelear por el campeonato en la 2.

Precisamente en la asistencia de Silver había también otro par de novedades. Por un lado, el color gris metálico para el EF10, tono que también nos llevaba con la memoria a los tiempos de Pedro Roca dominando el nacional de CM, y el nuevo piloto a sus mandos, el andaluz Esteban Perea, que alquilaba el potente Silver turbo para la ocasión.

El resto de nuevas monturas se limitaba al cambio de marca por parte del cordobés Francisco Jiménez, que acababa de recoger unos días antes, en las instalaciones de ARVidal, el Mitsubishi EVO X con el que este año buscará pelear por el título del grupo N tras ser subcampeón el año pasado con un Subaru Imprezza por detrás del granadino José Blanco Rosales, de nuevo de la partida con su más que habitual y siempre impecablemente presentado Mitsubishi EVO IX rojigualda.

Y en cuanto a otras novedades, destacaba, sin duda, el nuevo piloto para el JTR S600 de Juan Trino Galera. El de Tíjola tiene este año la intención de pasar ‘al otro lado de la barrera’ y dedicarse a labores de preparación y asistencia para los pilotos que se decidan a alquilar sus vehículos. El primero que lo hacía era el local Salvador Tineo, habitual cada año en la subida de Estepona y que, conociendo las prestaciones del ligero y ágil ‘E2 nacional’, y la rapidez y conocimiento del terreno del joven piloto natural de la vecina Benahavis, se me antojaba duro rival para los favoritos en la categoría de carrozados: el ya mencionado ‘Lambo’ de Fombona, y los dos Porsche que estrenaban el nuevo grupo denominado este año GTA. Al volante de los 911 estaban José Antonio Aznar, en la que debería ser la despedida de la montaña de su GT germano, que debería ser sustituido ya en Ubrique por un flamante Ginetta GT3, recién llegado de las islas británicas apenas un par de días antes, y Cristóbal García, con la unidad de CC-Racing que ya tuvimos ocasión de ver el año pasado en diferentes pruebas de rallyes y montaña.

El resto de los algo más de cincuenta participantes en Estepona eran pilotos y equipos que, en su mayoría, estaban interesados principalmente en le certamen regional andaluz, que iniciaba también su andadura en la prueba malagueña.

En cuanto a las ausencias de peso a las que nos referíamos al principio, en la mente de todos estaban principalmente dos nombres, los de Joseba Iraola y Humberto Janssens, los vigentes campeones en las categorías 1 y 2. El vasco debía haber sido una de las grandes atracciones en Estepona con su recientemente adquirida barqueta Norma. Por desgracia, el siempre temible fuego engullía a coche y piloto en unos tests previos con el resultado de dejar al vehículo muy dañado y al piloto con quemaduras de las que todos deseamos se recupere con prontitud. Una recuperación, en su caso de una intervención quirúrgica parta extirparle un preocupante tumor, que, afortunadamente, parece ir ya viento en popa para el granadino, a quien, si todo va tan bien como nos han comentado, es probable que veamos en acción mucho antes de lo que inicialmente parecía posible.

Tampoco eran finalmente de la partida en Estepona, aunque en su caso por la simple y mucho menos grave causa de la falta de tiempo para tener preparados sus vehículos, el almeriense Manuel Maldonado, cuyo Porsche deberá estar listo (y con nuevo look) para Ubrique, y el gallego Pedro Castañón, que debía haber hecho debutar en el nacional el nuevo Talex CM, plan que se frustraba a última hora por problemas con el suministro de los motores previstos.

SÁBADO DE SORPRESAS…

Con dos mangas de entrenos y una oficial el sábado, mientras las dos restantes de carrera se celebraban el domingo, y teniendo en cuenta que la clasificación se establece con la suma de los dos mejores tiempos en las tres oficiales y que el pronóstico era de sol y calor para los dos días, la jornada del sábado no debía de ser especialmente decisiva. Sin embargo si que lo acababa siendo para el máximo favorito al triunfo en la general scratch, Andrés Vilariño, cuya barqueta Norma sufría una avería en la electrónica del nuevo sistema de cambio semiautomático. Las marchas subían pero, antes de completar el recorrido, dejaban de bajar y el piloto vasco completaba como podía la primera de entrenos, con la caja bloqueada en sexta, y se veía obligado a abandonar, al no ser posible solucionar la avería ‘in situ’.

En esos primeros entrenos, y también en los segundos, el mejor tiempo absoluto lo marcaba Javi Villa, que se encontraba muy a gusto con el comportamiento del BRC B52 calzado con gomas Michelin. Sin embargo, en la oficial que cerraba la jornada, la centralita se soltaba cuando Javi iba camino de liderar de nuevo la tabla, tras marcar el mejor tiempo intermedio, y los segundos perdidos en volver a conectarla le relegaban a lugares muy retrasados de la general, y a la última plaza de la categoría 1. Ambas clasificaciones eran encabezadas por ‘Lolo’ Avilés, que terminaba el sábado en cabeza con el mejor crono registrado a lo largo del sábado en el nuevo trazado de Estepona, 4:05.659.

A poco más de un segundo, Jonathan Álvarez, pese al susto de un fuerte toque en los bajos de su BRC en la parte rápida inicial del recorrido, se situaba segundo scratch y claramente por delante en la categoría 2, cuyo siguiente clasificado, Garikoitz Flores, ya paraba el crono por encima del 4:12… registro suficiente, en todo caso, para situarle en la tercera plaza de la general provisional.

Entre los carrozados, Tineo ya había avisado de sus posibilidades al volante del JTR S600 logrando el segundo mejor crono en las dos mangas de entrenos, y en la oficial iba aun más allá, siendo el único de la categoría 3 en romper la barrera del 4:20 para acabar el sábado en cabeza. Segundo, a algo menos de dos segundos, terminaba Aznar, que sufría la rotura de un amortiguador en su Porsche y, además, tenía que levantar algo el pie al encontrarse con la bandera amarilla que señalizaba el trompo realizado instantes antes por Fombona. El asturiano había pasado con el mejor crono por el punto intermedio, situado al final de la rapidísima parte inicial de la subida, pero en la zona más virada sufría con unos reglajes aun inadecuados para su nuevo Lamborghini. El ‘toro’ no ‘pisaba’ bien con las ruedas delanteras y se la acababa escapando de las manos en una derecha a la que llegaba tal vez demasiado ceñido. El resultado era un toque que, por fortuna, se saldaba sólo con daños de ‘chapa y pintura’ que su equipo resolvería después con eficacia mientras la noche empezaba a caer ya sobre Estepona, dejándolo al superdeportito italiano listo para volver a competir al día siguiente.

...PERO TODO SE RESUELVE EL DOMINGO

Aunque el sábado había sido más movido de lo previsto para varios de los favoritos, la segunda jornada de competición iba a resultar la que decidía los resultados y estos acababan siendo los previsibles teniendo en cuenta los competidores en liza y las circunstancias de unos y otros.

En la general y la categoría 1, ausente Vilariño nadie iba a poder seguir el ritmo de Javi Villa. El asturiano nos había comentado al final del día anterior que se podría estar por debajo de los cuatro minutos… ¡y sólo fallaba el pronóstico por 33 milésimas de segundo! Su 4:00.033 de la segunda oficial, la primera de las dos del domingo, le ponía fuera del alcance de Avilés, pese a que el joven andaluz mejoraba en tres segundos su crono de la víspera. Si nada fallaba en la última manga, Javi iba a sobreponerse al inconveniente que le había retrasado el sábado. Y así era, aunque las gomas ya no estaban en su mejor momento, derritiéndose bajo el intenso calor del mediodía, el BRC B52 rojo cruzaba la meta de la última manga con un crono de 4:01.274 que nadie podía replicar y que, sumado al fantástico registro de la anterior, le daba a Villa la primera victoria del año, y su primer triunfo en la categoría 1.

La segunda plaza en ambas clasificaciones era para ‘Lolo’ Avilés, que en la manga final ya no corría riesgos, sabedor de que por detrás nadie iba a poder inquietarle y de que él tampoco tenía ya opciones de ir más allá. Y el podio de la general lo completaba Jonathan Álvarez, ganador de la categoría 2 pese a no poder completar la manga final a causa de un fallo en el motor de su B49. Los tres pilotos de BRC y sus mecánicos celebraban minutos después, en pleno centro de Estepona, el espectacular triplete para el fabricante asturiano, que colocaba, además, a otro coche en la cuarta posición absoluta, el B49 del navarro Ordoki, que mejoraba de dos en dos segundos en cada oficial para acabar desbancando a Flores de la segunda plaza en la categoría 2. ‘Gari’ concluía sexto scratch, intercalándose entre ambos BRC (y evitando que los coches de Bango Racing Cars copasen las cinco primeras plazas de la general) el Silver Car EF10 de Esteban Perea, quinto absoluto y tercero de la categoría 1, pese al susto que suponía para el andaluz la rotura de la suspensión trasera izquierda en la última manga de carrera. Incidencia que, por fortuna, se saldaba sin daño alguno para piloto y coche.

En la categoría de carrozados, el deportivo gesto de Cristóbal García, que prestaba un amortiguador a Aznar para que el almeriense pudiese seguir en competición, acababa siendo clave en el desenlace. Con su Porsche ya en perfectas condiciones, José Antonio mejoraba en casi cuatro segundos y medio su tiempo de la víspera, logrando un 4:17.352 en la segunda oficial que le metía de lleno en la lucha por la victoria, y limando aun otra décima en la manga final para acabar doblegando la resistencia de Tineo, pese a que el joven piloto del JTR llegaba también hasta el ‘diecisiete’ en la última oficial. En todo caso, un triunfo de lo más trabajado para el almeriense y, por eso mismo, aun más satisfactorio. Y una fantástica segunda plaza para el de Benahavis y para el original ‘proto’ concebido y fabricado por Juan Trino. Un coche, cuyas posibilidades ya estaban a la vista cuando lo pilotaba estos años anteriores su constructor, autor de excelentes cronos pese a no tener alguna experiencia previa al volante en pruebas de montaña. Por ello, se veía venir que, en cuanto a sus mandos se pusiese un piloto con más ‘horas de vuelo’, el S600 iba a ‘despegar’, a medirse, sin complejos, con los GT… y a generar una polémica similar a la que hace unos años produjo la inclusión del Audi DTM de Fombona en la categoría de carrozados. Ahora, la historia se repite, el JTR es, por concepción, un ‘silueta’ (de hecho, en las pruebas ‘europeas’ de Fito y Falperra, la FIA lo encuadra en el grupo E2-SH), pero el reglamento del campeonato de España lo incluye, como coche construido según las especificaciones del grupo E2 nacional, en la categoría 3. Así que, mientras las normas no cambien, ese será su sitio este año, le deba corresponder o no.

Otro GT, el Porsche de Cristóbal García, acababa completando el podio de carrozados, conservando el andaluz la tercera plaza de la víspera pese al retorno de Fombona, que se tenía que conformar con la cuarta plaza en el estreno del ‘Lambo’, un coche de indudable potencial pero en el que, obviamente, aun tiene que trabajar para adaptarlo a la montaña, no en vano se trata de la primera unidad de este modelo que se ‘atreve’ a salir de los circuitos para competir en pruebas de carretera.

Por detrás del cuarteto de cabeza de la categoría 3, se abría un amplio hueco de más de medio minuto, lógico dada la diferencia de monturas entre ellos y el resto. El ‘primero del resto’ era el jerezano Alberto García, que volvía a demostrar su extraordinaria rapidez al volante de lo que sea, en esta ocasión el Clio con el que ejerce siempre que puede de ‘matagigantes’ en cualquier prueba andaluza en la que toma parte, sea esta de rallyes, montaña o rallycrono.

A continuación se clasificaba el veterano pero siempre eficaz José Blanco Rosales, que vuelve a iniciar otro año ganando en el grupo N con su Mitsubishi. El granadino se imponía al cordobés Jiménez, que iba de menos a más en su estreno del EVO X, con el inconveniente adicional, cuando lo que necesitas son kilómetros con el coche, de no poder hacer una de las dos mangas de entrenos del sábado a causa de un inoportuno cortocircuito que ‘achicharró’ el sistema eléctrico del elevalunas justo cuando se disponía a salir y tenía que subir la ventanilla, como es preceptivo por cuestiones de seguridad.

Entre los dos ‘Mitsus’ se intercalaba un coche de esos por los que siguen pasando los años pero, si van en manos de gente que lo lleve tan deprisa como Juan José Ruiz, continúan siendo capaces de dar mucha guerra y clasificarse muy arriba. Me refiero a un Citroen AX Sport, el típico A1/2 ‘de toda la vida’, ahora encuadrado en el grupo E1, que el piloto andaluz llevó con decisión a una fantástica séptima posición en la general de carrozados del nacional. Un puesto de enorme mérito que, por otra parte, no hace sino dejar en evidencia que el campeonato ha empezado flojo en cuanto a efectivos. Porque en ese medio minuto que separó al cuarto del quinto en la clasificación de la categoría 3 debería haber unos cuantos coches más. Esperemos que aparezcan en la siguiente cita, la de Ubrique, donde ya se anuncia una inscripción notablemente más numerosa y que rondará las 120 unidades… otra cosa es que la gran mayoría de ellos vayan a ser pilotos y coches modestos del regional andaluz que, como cada año, no se querrán perder esa especie de ‘Fito del Sur’ que es cada año la subida gaditana. Y aunque, por supuesto, todos ellos son más que bien recibidos, y contribuyen a que la carrera sea una fiesta, pensando en la óptica del campeonato en su conjunto, nos gustaría que quienes realmente lo vayan a seguir el resto del año sean bastantes más que, por lo visto en Estepona, parece que realmente van a hacerlo.