Quince años después de aquel lluvioso Muncó del 2002 en el que arrancaba esta web, allí estábamos de nuevo, bajo la lluvia en la Pola, cómo si el tiempo no hubiese pasado. Una sensación que se acrecentaba con curiosos guiños, como recordar que, entonces, había ganado el gran Pantxo Egozkue, al volante de un Martini plateado y, ahora, debía vencer, si no pasaba nada raro, un coche de nombre ‘Silver’ (plata) que el veterano navarro-mexicano había pilotado hace apenas unos meses. O con la visión, reluciente bajo el chaparrón, del AX azul y gris del local ‘Burrón’, una constante en todas nuestras visitas a la subida del CAS, o del veterano ‘Parrao’ y el entonces chavalín y ahora ya un poco menos joven Ricardo Villa, presentes sus nombres en la lista de inscritos cada año sea con el coche que sea. O, aunque en este caso no fuese casualidad si no un toque de nostalgia buscado por nuestro amigo Juan Tarrazo, en el que hemos tenido el placer de colaborar, volver a ver a Óscar Palacio al volante de un turismo decorado en amarillo y azul. Colores que distinguían, entonces, el modesto Citroen de un crío que venía del kart y empezaba a llamar la atención por su velocidad cuesta arriba, y se repiten ahora, tres lustros más tarde, en un flamante Ford R5 de última generación.

UNA CLÁSICA QUE NO PASA DE MODA

Pero el tiempo ha pasado, claro que lo ha hecho, aunque en Muncó, cada año por estas fechas, parezca detenerse por espacio de un par de días en los que casi siempre acabas viendo las mismas caras, visitando los mismos sitios y haciendo las mismas fotos. Pero, por repetido que sea todo, al final siempre es diferente. Lo que no cambia, aunque los protagonistas no sean todos los mismos, es el entusiasmo con el que la gente acude a ver la prueba, no se si contagiada por el que impulsa cada año a una cantidad de participantes que para si quisiera casi cualquier otra subida de las que se disputan no sólo en Asturias sino en toda España. Porque en esta edición número 37 se volvió a rozar el centenar de coches en el parque cerrado. Una cifra poco menos que mágica aun ahora que, según dicen, estamos empezando a dejar atrás esa crisis que llegó a hacer complicado, para la mayoría de subidas, no ya contar con cien inscritos sino, al menos, alcanzar los cincuenta. Qué entre esos noventa y muchos vehículos que se alineaban en el centro de la Pola, un buen número sean modelos que ya existían en nuestro primer Muncó (¡y algunos bastante antes!), nos volvía a hacer pensar en una broma del 'continuo espacio tiempo' cuando llegábamos a primera hora de la mañana del sábado dispuestos a asistir a la prueba y con el temor de que, como el día anterior y como en aquel día de mayo del 2002, la lluvia nos acabase calando otra vez hasta los huesos.

Por fortuna, las nubes nos respetaron, no cayó una gota de agua en todo el día y, para variar respecto a otros años, llegamos a tiempo de coger la furgoneta de prensa. Ello nos permitió buscar una ubicación diferente para la primera manga del día, que seguimos desde la rápida derecha del bar, en la zona de meta, bien parapetados tras ese sólido y probablemente centenario árbol que está allí poco menos que ‘desde siempre’… ¡para él si que el tiempo pasa mucho más despacio que para todos nosotros!

PROFETA EN SU TIERRA

Un vistazo a la lista de inscritos dejaba claro que, salvo que la lluvia del viernes apareciese también el sábado, la lucha por la victoria en la edición número 37 de la subida a Muncó iba a estar entre Ismael García Peón, en su tercera carrera con el Silver Car EF10, y Albino García, con el S2 del fabricante navarro. Y, en realidad, lo de ‘lucha’ era relativo porque sobre piso seco, la mayor potencia del Silver ‘turbo’ y el perfecto conocimiento del recorrido ‘de casa’ por parte de ‘Mael’ le convertían en el máximo favorito al triunfo, por mucho que, cómo dirían en una crónica futbolera, quisiera ‘quitarse presión’ cuando se lo comentábamos y nos decía eso de ‘hasta el final nunca se sabe’ que, evidentemente, es siempre cierto, y más aun en las competiciones del motor. En todo caso, su rival tenía más que asumido cual iba a ser el resultado cuando hablábamos con él después del primer contacto de la manga de entrenos, en la que el piloto local ya comandaba la tabla con claridad. Teniendo en cuenta que lo normal es siempre bajar tiempos en las subidas de carrera, su 2:05.9, un registro que, Javi Villa aparte, ya son ‘palabras mayores’ para un CM incluso en las oficiales, dejaba claro el pronóstico: salvo imponderables el de ‘hermanos Peón’ iba a ganar la Subida a Muncó del 2017.

Y, en efecto, así era. Cada vez más a gusto al volante del Silver blanco con bandas negras, ‘Mael’ se ponía ya fuera del alcance de Albino (y de cualquier otro que se atreviese siquiera a pensar en intentarlo) con un 2:03.2 en la primera oficial que hacía inútil el buen 2:06.582 del piloto de Motor Nalón, de nuevo a más de tres segundos. Otros tres separaban al segundo del tercero, el joven Borja González, a quien veíamos en acción por primera vez y nos causaba muy buena impresión, siendo el único, además de los dos favoritos a las dos primeras plazas, que bajaba del 2:10 en la primera oficial.

Quedaba aun rematar la faena después de la pausa del mediodía, que esta vez no llegaba acompañado de chaparrón cómo el año pasado. Así que, otra vez sobre seco, las dos primeras posiciones se repetían, de nuevo con el Silver Turbo por delante del atmosférico. Aunque ‘Mael’ empeoraba algo el magnífico crono previo, su 2:05 ‘pelado’ seguía resultando utópico para Albino, que volvía a estar en el 2:06, cediendo incluso unas décimas respecto a la manga anterior. Cómo, además, el tercero en discordia, Borja González, trompeaba cerca de meta, quedando en precaria posición contra los setos que delimitaban la carretera en esa zona y sin opción de completar la manga, las dos primeras plazas estaban ya más que resueltas.

Así que, con ‘todo el pescado vendido’, como se suele decir, ‘Mael’ y Albino firmaban un simbólico armisticio en la manga final, que ambos completaban sin asumir más riesgos que los que siempre suponen subir a más de cien por hora de media por una carretera regional. La suerte ya estaba echada y la victoria, su primera victoria, con el sabor especial que tiene ganar en casa, era para Ismael García Peón. Un triunfo de esos que los ingleses denominan ‘popular’, en el sentido de que alegran a todo el mundo. Y es así porque ‘Mael’ se lo merecía aunque sólo fuese por los años que lleva compitiendo en Muncó, carrera que organiza la escudería a la que pertenece, el CAS, y a la que, además, apoya como patrocinador. Un final feliz perfecto para una edición número 37 de la clásica subida de la Pola en la que faltó emoción… en la acepción del término que se refiere a la incertidumbre de la lucha por la victoria. Porque, estoy seguro, emoción, y mucha, tuvo que sentir ‘Mael’ cuando cruzó la línea de meta en la subida final, y supo que había conseguido vencer en Muncó y ganarse el derecho a que su nombre aparezca en el palmarés de la prueba junto a algunos de los más grandes de la montaña española.

ÓSCAR TAMBIÉN GANÓ ESTE AÑO

En ese palmarés, el nombre que más aparece es el de Óscar Palacio. Y lo hace nada más y nada menos que en siete ocasiones. Pero en este 2017, al volante de un vehículo carrozado por primera vez en la prueba desde aquel lejano 2002 con el AX, las opciones de sumar la octava victoria absoluta pasaban por que esa intensa lluvia caída el viernes acudiese también a la cita el sábado y le permitiesen batir, con el Fiesta R5 de tracción total, a los ágiles y ligeros Silver. Así que cuando finalmente no llovía, al heptaganador de Muncó no le quedaba más opción que tener que ‘conformarse’ con vencer otra vez... aunque fuese en la categoría de carrozados en lugar de en la general scratch. Un triunfo que Óscar no había conseguido hace quince años con el pequeño Citroen, pero que si lograba ahora con el poderoso Ford, que sólo tiene en común con aquel esos tonos azul y amarillo que adornan su carrocería. La victoria en la ahora denominada ‘categoría 3’ del campeonato de Asturias llegaba acompañaba, además, de cronos de excelente nivel y del tercer escalón del podio en la general scratch como perfecto colofón para el langreano de la Pola que, después de todo, volvía a ganar en Muncó un año más… y casi diría que por partida doble, no en vano ‘Mael’ es más que un compañero de equipo. Así que si alguien se alegró por su victoria ese fue Óscar.

Del tercer lugar de la general, al que aspiraba y ocupaba aun virtualmente tras la segunda manga de carrera, se caía definitivamente el prometedor Borja González. En la última oficial, el joven piloto del Silver volvía a terminar fuera del asfalto, traicionado, tal vez, por ese ardor juvenil que te hace ir a por todas siempre... aun cuando un vistazo a la clasificación te susurra que no es necesario arriesgar. La segunda salida de carretera del piloto de Nava Racing no debe, en todo caso, hacernos olvidar su nombre por mucho que no aparezca en la clasificación al haber terminado sólo una subida de las que cuentan a la hora de elaborar los resultados. Ojo a este chaval que puede ser de esos que decía Enzo Ferrari de: prefiero uno rápido aunque choque… ya aprenderá a dejar de chocar… ¡a ir rápido es más difícil aprender!

En todo caso, el segundo ‘desliz’ de ‘Borjina’, además de abrir de par en par el tercer puesto en el ‘cajón’ de la general para Óscar, dejaba también libre el correspondiente a la categoría 1. Un lugar al que accedía ‘Willy’ Martínez, habitual en las primeras plazas de carrozados en años anteriores, que debutaba al volante de un Silver y afrontaba el estreno con madurez, poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Aunque tras bajarse del coche tras la primera de entrenos no estaba nada satisfecho, su crono de la primera oficial ya era mucho más digno de sus posibilidades. Y pese a que en la segunda no lo rebajaba, si lo hacía, en casi un par de segundos, en la última, para acabar accediendo a la cuarta plaza absoluta y la tercera de su categoría. Un resultado más que positivo para su estreno con una ‘fiera’ muy diferente al ‘león’ que estaba acostumbrado a domar.

Completaba los cinco primeros de la general otro piloto de esos cuyo mérito es indudable por la enorme afición que le ponen a las carreras y el modo tan sano en que se las toma: José Ramón Fonseca. Al volante de su Ralt Rt33, otro coche que nos hace retroceder en el tiempo cada vez que lo vemos, y más este año con su evocadora decoración en negro con filetes y letras doradas, al más puro estilo ‘John Player Team Lotus’ de los setenta, el del karting Pola lograba su mejor resultado en la subida de casa a base de completar todas las mangas sin errores. Para ello, imagino que siguió los sabios consejos de su amigo ‘Monchu’, presente en su asistencia y que de eso de subir al volante de un ‘fórmula’ por la rampas de Muncó sabe una cosa o dos.

TEMPORADA DE OPORTUNIDADES

El siguiente en la tabla era Primitivo Ambrés, sexto scratch y segundo entre los carrozados con su SEAT León. Un segundo puesto que, al igual que los logrados por este mismo piloto en La Plata y el Fito, sabe a victoria porque los ganadores de la categoría 3, tanto en esas dos pruebas como en Muncó, no es probable que vayan a seguir de forma asidua el campeonato de Asturias. Así que, en realidad, es casi como si ‘Primi’ hubiese sumado en la Pola su tercera victoria a efectos del regional, un certamen que este año se presenta más abierto que nunca para pilotos como él, con pocos medios pero con la dedicación, las ganas y el talento suficiente para aprovechar una ocasión, que puede ser única, de proclamarse Campeón de Asturias. Un título que en el caso de la categoría 3 se está poniendo ya muy a su alcance y para cuya consecución ha dado en Muncó un paso importante, aumentando en un buen número de puntos la ventaja respecto a sus más inmediatos seguidores tras el Fito.

De estos, el mejor resultado fue el de Carla Álvarez, aunque en esta ocasión no estuvo tan cerca como en el Sueve, cuando completó el podio de carrozados del regional. Esta vez, la joven piloto de Boal Competición acabó décima de la categoría 3 aunque, aun así, con los puntos sumados asciende a la tercera plaza del campeonato. En la segunda sigue, pero ahora en solitario, Hugo Fernández, quien también retrocedió en la tabla respecto a la anterior cita del certamen, teniendo que conformarse en Muncó con la decimotercera posición. Peor le fueron las cosas a su acompañante tras el Fito como segundo clasificado, Fernando Castaedo, víctima en entrenos de la típica salida de carretera al ‘prao’ de la parte inicial de la subida. Un incidente que no le impidió salir en las oficiales, aunque ya no fuese en las mejores condiciones, quedando fuera de los puntos y cayendo hasta la cuarta plaza en la general del campeonato.

Todos ellos, y muchos otros pilotos, como ‘Ordiales’, empatado en la quinta posición con los tres ganadores de las tres primeras pruebas, Fombona, Xabel y Palacio, que no han participado más que en las que han sumado sus 30 puntos, tienen este año una auténtica ‘temporada de oportunidades’ para acabar muy arriba en la tabla o, incluso, pelear por el campeonato. Veremos quien es al final el que consigue aprovecharla mejor.

Y hablando de oportunidades, en el caso de la categoría 2 quien quiera el título puede ir a por él incluso aunque se decida a hacerlo ahora mismo, tal es la escasez de participantes en esta nueva división del certamen, a todas luces innecesaria dado el parque de vehículos actualmente en Asturias y en España. Porque, aunque sobre el papel agrupar a los siluetas y los E2 nacional pueda tener lógica, son tan pocos los existentes que resulta tal vez prematuro dedicarles un campeonato propio. Cómo ya comentamos en la crónica del Fito, en La Plata no había participado nadie en esta nueva categoría, y en la subida de la cara sur del Sueve sólo puntuó el Escort Zakspeed de Francisco Javier Sanz, coche que en el nacional se incluye, en cambio, con los carrozados de la categoría 3. Ausente el de Extnor en Muncó, el relevo lo tomó Víctor Manuel Carballo con su Audi TT que el año pasado se incluía en el grupo PT y ahora pasa a estar considerado ‘silueta’. Así que para el piloto del Langreo Motor Club fueron los puntos de ganador en una categoría que, de momento, ha tenido menos participantes (dos) que pruebas disputadas (tres).

¡MÁS MONTAÑA EN JUNIO!

Terminado el habitualmente cargado mes de mayo para la montaña, con la doble cita europeo-nacional de Falperra y el Fito, y nuestra poco menos que obligatoria visita a Muncó, llega ya junio con otra carrera a la que no podemos faltar, la Subida a Santo Emiliano. Pero justo una semana antes se habrá iniciado la segunda mitad del nacional, en Tamaimo, y el mismo fin de semana de la prueba langreana tendrá lugar la otra subida de la ‘temporada canaria’ del Campeonato de España, en Guía de Isora. Tres pruebas en dos fines de semana consecutivos que trataremos de cubrir del mejor modo posible aunque, evidentemente, los calendarios no nos ponen las cosas fáciles.