SUBIDA ALP 2500

No pudimos estar en Leitariegos pero había que estar en Alp. Tanto para empezar a recuperar la normalidad después de toda la tensión del accidente de tráfico del mes pasado como porque había un importante trabajo que hacer una vez confirmado el encargo de llevar a cabo en la prueba catalana un reportaje televisivo que sirva de ‘experimento’ de cara a conseguir que el año que viene se realice en todas las citas del nacional. Y como la muy decepcionante cobertura que mi seguro a todo riesgo de Mutua Madrileña está dando a las consecuencias del siniestro en el que fui víctima totalmente inocente, hace algo más de un mes, hacía que aun estuviésemos sin coche (‘y lo que queda aun me temo!) tocaba buscar un plan B para poder emprender viaje con garantías. Algo que lográbamos gracias a las gestiones de Javi Villa con Autosa, que nos cedía un Mini del último modelo mientras nuestra unidad de la versión anterior sigue en sus talleres, a la espera de una reparación que mi seguro se empeña en no asumir.
Así que, una vez solucionado el tema del transporte, restaba solo emprender el viaje Asturias-Alp. Un viaje que, a la ida, acababa siendo algo más largo de lo previsto ya que, por hacerle caso al navegador, acabábamos dando un largo rodeo a través del Valle de Arán. Y como, aunque uno no crea en eso de los designios del destino, resulta que el inesperado desvío nos hacía pasar por la localidad de Sort, famosa por los premios de lotería de Navidad que recaen cada año en los décimos vendidos por ‘la Bruixa d’Or’, caíamos en la tentación de comprar uno, por si acaso. ¿Quién sabe? igual ahora viene un golpe de suerte que compense, de algún modo, el de mala suerte que nos que nos ha complicado el verano.
¡HAY QUE SALIR EN LA TELE!
Por mucho que internet y los dispositivos móviles sean, cada vez más, el futuro de la información y las comunicaciones, salir en la tele sigue teniendo una especie de aura mágica, especialmente si se habla de atraer patrocinadores que apoyen a eventos y participantes de cualquier especialidad deportiva. En ese sentido, el automovilismo está poco menos que en la cola en España. Dejando aparte la Fórmula 1, cuya difusión televisiva se basa, además, en eso tan nuestro de interesarnos por un deporte solo cuando hay un compatriota que gana (y olvidarnos igual de rápido en cuanto deja de hacerlo, lo cual ya está pasando), el resto de especialidades del mundo del motor apenas si tiene un mínimo eco en las cadenas de televisión… y cuando lo tienen suele ser, además, para dar malas noticias. Una tendencia difícil de invertir pese a que, al menos, poco a poco se estén sacando adelante proyectos para dar aunque sea una mínima repercusión a las diferentes especialidades de ámbito nacional.
En ese sentido, la montaña es, una vez más, el patito feo, por mucho que por nuestra parte llevemos ya unos cuantos años intentando hacerle un hueco en televisión, primero con aquellas imágenes que enviábamos a la ya extinta MarcaMotor (y con las que hacían unos ‘refritos’ ciertamente olvidables), y después con los reportajes de nuestro canal de YouTube, TVMotor, algunos de los cuales sirvieron de base para otros más amplios emitidos en Garaje TV.
Este año, el objetivo del nuevo coordinador de montaña de la española, Joan Nadal, estaba también en esa línea, pero entre escaseces presupuestarias y recelos entre unos organizadores y otros, al final iba avanzando la temporada y, salvo el reportaje que nos encargó la Subida de Arona para GarajeTV, el resto de pruebas se acabaron teniendo que conformar con lo que cada tele local o regional sacó en su zona y los resúmenes para youtube que, inasequibles al desaliento y con diferentes colaboradores en cada caso, hemos ido haciendo por nuestra cuenta para esta web.
Finalmente, con motivo de la subida de Alp, las gestiones de Joan, y del nuevo responsable de prensa de la española, Diego, fructificaban y, con la colaboración de las federaciones nacional y catalana, el ayuntamiento de Alp y la escudería organizadora de la prueba, Cerdanya Racing, se conseguían los medios que nos permitían acudir a la primera cita pirenáica con el objetivo de grabar imágenes para elaborar un amplio programa, de alrededor de media hora de duración, que esperamos se emita en unos días en Teledeporte y alguna otra cadena de ámbito nacional.
Para ayudarnos a llevar a cabo todo el trabajo que eso supone, nos acompañaba en el largo viaje a Alp todo un experto en esto de la tele y los coches de carreras, nuestro buen amigo Miguel Collado. Cuando en este país prácticamente nadie sabía quien era Fernando Alonso, Miguel ya entrevistaba para las radios y teles locales asturianas a aquel diminuto y súper tímido chavalín de Oviedo en cuya mirada despierta, tanto o más que en su decidido pilotaje a bordo de los karts, se intuía lo lejos que podía llegar. Luego otros se han llevado la gloria (¡y el beneficio económico!) de estar al lado del ahora estrella mundial, porque ya se sabe lo injusto que es, casi siempre, el mundo de los medios y los famosos… un mundo en el que cuentan mucho más los contactos y el saber decir lo que conviene, sea o no verdad, que la auténtica valía personal y los conocimientos de cada uno. Otro se habría desanimado hace mucho, pero un ‘runner’ que hace maratones no es de los que se rinden fácilmente, así que Miguel ha seguido siendo fiel a si mismo, a sus principios y a sus amigos, aunque ello le haya acabado ‘condenando’ a un trabajoso periplo por cadenas y emisoras en las que siempre ha habido más entusiasmo que medios. En ese camino lo conocimos hace años, en aquellas tertulias sobre la F1 que emitía Localia Asturias y que acabaron dando paso a los programas ‘Formula 10’ y ‘Sobre Ruedas’ de Canal10, en los que tan buenos ratos pasamos junto a él y otros buenos amigos del mundo del motor, como nuestro habitual colaborador en esta web, Dani Alvarez (¡enhorabuena por esa carrera recién acabada señor ingeniero!), el genial rotulista Luisper, el ahora piloto de Opel en el nacional de rallyes, Esteban Vallín y el ‘hombre en la sombra’ de ese milagro que es la presencia de Roberto Merhi en la Fórmula 1, José Ramón Galán.
Curiosamente, además, casi todos ellos estaban, de un modo u otro, implicados también en nuestro fin de semana de trabajo en Alp: Dani echando una mano a mi socio británico, Gerald, con los comunicados de Racing Engineering sobre la GP2 mientras yo estaba por las cunetas de la subida pirenáica, José Ramón encargándose de hacernos llegar para la web de Roberto Merhi los textos sobre la actuación de ‘su piloto’ en el Gran Premio de Hungría, y Luisper, porque cada vez que vemos el Audi DTM de Fombona no podemos menos que admirar su maestría para cubrirlo por completo de vinilo sin que se note, por mucho que te fijes, de que color era originalmente. Además, el espectacular coche del gijonés iba a ser uno de los protagonistas del fin de semana, tanto por sus prestaciones sobre la carretera como por la ‘pieza’ para el reportaje de Alp que grabamos con su piloto, en la que se explican en detalle las características de un vehículo que representa, en cierto modo, uno de esos alicientes de la montaña que pretendemos muestre el reportaje televisivo, la diversidad de monturas con las que se puede tomar parte en esta preciosa y aun poco conocida especialidad.
CATALUÑA, TIERRA DE MONTAÑA
Ya que hablamos de la popularidad de la montaña, lo cierto es que las ‘carreras en cuesta’ siempre han tenido una gran tradición en Cataluña. En mi memoria, se asocia de inmediato el recuerdo de subidas catalanas en los años 70 y 80 a lugares cuyo nombre empieza por Mont (Montseny, Montserrat o Montjuic), a barquetas con publicidad de yogures (las inolvidables ‘Lolas’ y ‘Osellas’ Danone de Juan Fernández y Fermín Velez), a monoplazas de pilotos más fáciles de recordar por las imágenes de sus coches, mil veces vistas en viejas revistas en blanco y negro, que por sus nombres nada comunes (los Barturone, Jean Claude o Almenara, por ejemplo), a rápidos ‘beemeuves’ con Xevi Riera al volante y a añejos logotipos ‘coronados’ del RACC.
Sin embargo, esos son todos recuerdos del siglo pasado (¡como suena!) ya que, si hablamos del Campeonato de España, en la centuría actual la única presencia de una prueba catalana en el nacional (hasta el retorno a Alp en el 2014) había sido la fugaz aparición de la Subida a La Trona en la temporada del 2005. Y precisamente ese fue entonces, hace diez años, el motivo de nuestra última visita ‘de carreras’ a Cataluña, destino muy habitual (¡también en el siglo pasado!) en mis ya lejanos tiempos de asistir cada año al Gran Premio de España Fórmula 1… celebrado en otro lugar que empieza por Mont… el circuito de Montmeló.
Así que, una década después de aquella ‘Trona’ que acabó un poco como el ‘rosario de la aurora’, en plena ‘pelea’ entre los fabricantes de los CM, volvíamos a territorio catalán en este 2015 tan convulso a nivel político por esos lares, con eso que se ha venido en llamar el ‘desafío independentista’ siendo noticia día si y día también en periódicos y ‘telediarios’. Y, en cierto modo, no dejaba de ser hasta curioso que acudiésemos para una prueba del Campeonato de España cuya sede, la pequeña población gerundense de Alp, nos recibía con muchos de sus balcones adornados por las reivindicativas ‘esteladas’. Pero, por fortuna, el deporte muchas veces sirve para unir (aunque en otras, desgraciadamente, también tenga el efecto contrario) y, en el caso que nos ocupa, lo de menos eran las banderas de unos y otros, en Alp se daban cita para competir con sus coches desde catalanes hasta vascos pasando por andorranos, asturianos, andaluces, castellanos, gallegos o levantinos… y hasta un francés y un inglés, que de todas esas procedencias había, al menos, un representante entre los pilotos cuyos coches ocupaban ya la plaza central de la localidad cuando llegábamos, por fin, a eso de las siete de la tarde del viernes.
Por allí estaban ya los coches de los participantes del nacional de este año que habían hecho el largo desplazamiento al pirineo catalán: las barquetas de Vilariño y Buenaventura, el Audi DTM de Fombona, los BRC de Javi Villa, Jonathan Alvarez y César Rodríguez, el Mosler de Borreguero, los Porsches de Janssens y Maldonado, el Lotus de Noguera y el Clio de Albendea. Junto a ellos reaparecía otro habitual de la primera mitad de campaña, el EVO X de Sergi Pañella, ausente tras su avería del Fito. El Mitsubishi del catalán no era el único coche de MT Racing, ya que su equipo aportaba el Silver Car con el que iba a ser de la partida en esta ocasión el joven andaluz ‘Lolo’ Avilés. En total, trece coches y pilotos ‘nacionales’, a los que se añadía el precioso Deltona ‘look Tabaton’ del británico afincado en Andalucía Tony Davies, ya visto en Estepona y Ubrique, y el BRC del francés Dimitri Pereira para darle un toque internacional a una lista en la que, como suele ocurrir en cada prueba del campeonato de España, los pilotos locales eran mayoría. La puntuabilidad de la Subida de Alp para el Campeonato de Cataluña completaba el elenco de inscritos con no mucha cantidad pero si con la notable calidad que aportaban, por ejemplo, los SEAT de Gerard De la Casa (su impecable y ‘gordísimo’ Córdoba WRC) y Luis Aguilera (un vistoso León Supercopa amarilla), los BMW M3 de Francesc Gutiérrez,(este año en liza con el precioso E30 del que disfrutamos el año pasado en La Faya) y Joan Salvans (con su afinado E36 que prepara Riera Racing), el Fiesta proto de Kike Perelló (la unidad de Calm, con chasis tubular y mecánica Mitsubishi turbo, vista hace un par de años en el nacional de rallyes de asfalto en manos de Xevi Pons) y los CMs de los punteros del catalán en la categoría de monoplazas (el Demon de Munné, el Silver de Mayol, los Speed Car de Grau y Plaus). En total, algo más de una treintena de coches repartidos entre las tres categorías del Campeonato de España, con docena y media más también en liza dentro de los grupos del certamen catalán y de la prueba de regularidad, entre los que no podíamos menos que fijarnos en el ancestro de los Porsche que dominan nuestros actuales rallyes de asfalto, el 356, primer modelo de la marca de Stutgart.
Una vez repasado el ‘parque’ tocaba reconocer la subida, tarea que coincidía con nuestro traslado desde Alp hasta el hotel en el que estaríamos alojados durante el fin de semana, situado en La Masella, justo tras cruzar la meta de los algo más de seis kilómetros de un recorrido con típico sabor a prueba de montaña europea: altitud, carretera ancha, elevados desniveles y amplias curvas en herradura. Un trazado que nos describía al día siguiente Francesc Gutiérrez para el reportaje de la tele cuando aprovechábamos la mañana del sábado para grabar algunas piezas más del reportaje sobre la prueba (¡y conocer a toda una leyenda de la montaña, Pietro Raddi ¿os acordáis de su Lola con motor marino?) antes de emprender camino, cuesta arriba, para seguir las mangas del sábado a pie de cuneta, dejando para el domingo el trabajo en la zona de salida y asistencia. Todo ello acabaría configurando un fin de semana de mucho trabajo pero, a la vez, muy satisfactorio, con el buen ambiente del nacional de montaña y el magnífico entorno natural de Alp como perfecto bálsamo para olvidar, por unos días, hospitales, seguros y problemas varios.
NO HUBO SORPRESAS
Un recorrido como el de Alp es de los que dejan poco espacio a las sorpresas salvo que la climatología se empeñe en complicarles la vida a los participantes. Y aunque, tras caer algo de agua el viernes por la noche, el sábado las nubes, por momento oscuras, anduvieron jugando al gato y al ratón con el sol que calentaba con fuerza en cuanto asomaba, finalmente fue este quien ganó la partida para acabar reinando ya totalmente a sus anchas el domingo, cuando el cielo se mantuvo azul de forma poco menos que insistente. Así que, aunque había riesgo de lluvia en el pronóstico meteorológico del fin de semana, esta no hizo acto de presencia llegado el momento de la competición, y el suelo estuvo seco durante las dos jornadas de carrera, por lo que el margen para la incertidumbre, en lo que a resultados deportivos se refiere, resultó de lo más escaso.
En seco, el pronóstico para la general scratch era claro, iba a ganar Andrés Vilariño con la misma barqueta Norma de motor tres litros que ya el año pasado había logrado la victoria en Alp, entonces en manos de su hija, Ángela. La vencedora del 2014 estaba presente en esta ocasión de espectadora y comentaba lo mucho más relajado que resultaba ese papel, permitiéndole, por ejemplo, fijarse en el paisaje o los detalles de diferentes rincones de la población que en su anterior visita, concentrada plenamente en la carrera, le habían pasado poco menos que totalmente desapercibidos. Unos detalles que no se si su padre tendría tiempo de admirar mientras subía a más de 120 kilómetros por hora de media camino de una victoria de esas que acaban resultando difíciles de apreciar en su justa medida. Algo de lo que el propio Andrés es muy consciente, ya que, como nos comentaba en las declaraciones post-carrera para el reportaje televisivo, sin rival de consideración en la categoría 1, su meta acaba siendo rebajar sus propios cronos y distanciar a los rivales de las otras divisiones del campeonato en el margen que estima ha de conseguir debido a la diferencia a favor de su montura.
Sea como fuere, Vilariño cumplía sus objetivos, sumaba los puntos que le otorgan ya el título nacional de la categoría 1 y ganaba con claridad la scratch, rebajando el domingo sus registros del sábado para acabar siendo el único que rompía la barrera de los tres minutos en el recorrido ligeramente alargado de la prueba, que se ampliaba unos metros en la zona de meta, lo que añadía un mínimo de tres segundos a los cronos que se lograban al paso por la posición en la que estaba la línea de llegada el año anterior. Teniendo en cuenta que, entonces, el propio Andrés había parado el crono en 2:51 con la ágil Osella 2 litros, y que Ángela había marcado un 52.8 con la Norma, el 57.9 final del piloto guipuzcoano al volante de la potente barqueta gala se quedaba, tal vez, algo lejos de sus reales posibilidades, Pero cuando no te aprietan por detrás es más que complicado (y hasta absurdo) buscar en demasía los límites, así que la comparación de cronos de un año a otro tiene, en circunstancias como esta, muy escaso valor.
Los que si se ‘apretaban’ unos a otros eran los contendientes por las primeras plazas de la categoría 2. El retorno de Fombona con el Audi DTM, tras su ausencia ‘vacacional’ de Leitariegos, añadía un factor extra al duelo a dos por el título entre los CM de Javi Villa y Jonathan Alvarez. Vistas las características del recorrido y con el antecedente de Alisas, prueba en cierto modo similar (aunque la subida cántabra sea mucho más rápida en su parte inicial antes de llegar a las paellas de la zona final) y en la que, hasta la avería en la transmisión de su Audi, Fombona iba por delante de Villa, mi pronóstico se decantaba del lado del gijonés por mucho que el año pasado hubiese sido el de Loroñe quien hubiese terminado delante en el estreno de ambos en Alp. Entonces, José Antonio había errado con las gomas y, además, las mejoras en la entrega de potencia del motor de su Audi durante el invierno y la cada vez mayor confianza que su piloto tiene en la capacidad de sustentación aerodinámica que le proporcionan sus numerosos apéndices alares, hacen que este año Fombona esté mejorando con claridad sus cronos del 2014 en todas las subidas, por lo que la diferencia de tres segundos y pico a favor de Villa el año pasado en los mejores cronos de ambos me parecía perfectamente recuperable para el piloto del Audi. Y, en efecto, mis cálculos no estaban nada desencaminados. En la oficial que cerraba la jornada del sábado, Fombona rebajaba en más de segundo y medio su ‘tope’ del año pasado, lo que, teniendo en cuenta que este año el trazado requería en torno a tres-cuatro segundos más para completarse, debido a su extensión en la zona de meta, suponía una mejoría más que sustancial y suficiente para superar a Villa, cuyo crono estaba en la línea del logrado en 2014 una vez tenido en cuenta el ‘alargamiento’ del recorrido.
De todas formas, el bochornoso calor del sábado por la tarde, cuando se había disputado la primera oficial, hacía pensar que el domingo por la mañana estaría algo más fresco para las otras dos subidas de carrera, por lo que tal vez fuesen los tiempos de estas las que acabasen decidiendo el resultado. A eso se aferraba Javi, que salía a por todas en la segunda oficial, rebajando su crono previo en todos los parciales (como comprobábamos después en la grabación de su cámara interior) hasta que el sistema de cambio por levas en el volante de su BRC empezaba a fallar y le obligaba a detenerse en el cruce de la parte final del recorrido. La inoportuna avería era toda una oportunidad perdida para Villa, especialmente porque Fombona, con las gomas fuera de temperatura, cometía algún que otro error y empeoraba un par de segundos respecto al día de anterior, logrando un registro que si podía haber estado al alcance del BRC de su rival.
Quedaba sólo una manga más y, visto lo visto, todo estaba ya a favor de Fombona, que no corría riesgos, se quedaba a medio camino de sus dos cronos previos y confirmaba la que era su tercera victoria del año. En cambio, para Villa el primer objetivo era reparar a tiempo para poder salir ya que, de no hacerlo, se habría quedado sin puntos y perdido toda opción a lograr el título. Superado ese escollo una vez la avería resuelta, el siguiente objetivo, ganar a Fombona, era misión imposible: tenía que bajar alrededor de cuatro segundos su tiempo del sábado y, además, llegar a meta sin errores para poder puntuar por delante de Jonathan Alvarez, que ahí estaba una vez más, al acecho y a apenas segundo y medio. Finalmente, aunque Javi lograba su mejor crono del fin de semana, todavía estaba nueve décimas por detrás del registro de Fombona en la última oficial, y a casi dos segundos de su tiempazo del sábado. La segunda plaza de la categoría 2, tercera absoluta, era el máximo a lo que podía aspirar Villa, que se consolaba, al menos, con pasar a ser líder virtual del campeonato por delante de Jonathan, aunque el de MarbellaAstur sigue por delante en puntos netos (sin aplicar el descuento de un resultado) y dispuesto a mantener hasta el final, en Andorra, su decidido pulso por un título que ahora está más cerca de Javi pero que aun no ha logrado.
El resto de contendientes en la categoría 2 estaban ya en otro nivel, todos con cronos siempre por encima del 3:10. Entre ellos se imponía Mayol, ganador además a efectos del certamen catalán, al que bastaba con sus cronos de las dos primeras oficiales para superar, con su Silver, al BRC del gallego César Rodríguez que, sufriendo muchísimo con el fuerte calor, concluía desfallecido la última manga.
Tras ellos en la general scratch terminaba un extraordinario Humberto Janssens, que batía, con su Porsche, a todos los demás CMs para lograr una rotunda victoria en la categoría 3 del nacional que le deja a un solo punto de lograr el título. El andaluz de apellido belga no daba opción a su rival por el campeonato, Raúl Borreguero, superándolo el sábado, en la primera oficial, por algo más de un segundo, y sentenciando el duelo en la segunda manga de carrera, primera del domingo, con un estratosférico 3:11.9. Un ‘tiempazo’ que dejaba al del Mosler a más de tres segundos y resignado a tener que conformarse con la segunda plaza en Alp y el subcampeonato cuando termine el certamen en Ordino Arcalís.
El podio de los carrozados lo completaba Gerard De la Casa, imbatible un año más en el catalán de turismos con su SEAT Córdoba WRC al que, según nos comentaba, es posible que volvamos a ver por Asturias en la próxima edición de la Subida al Sueve, mientras que la desafortunada coincidencia de fechas del Príncipe (perdón, ¡Princesa!) con la cita andorrana del nacional de montaña hará, me temo, imposible su presencia en el Legend que se disputará en el rallye asturiano.
Cuarto de la categoría 3 concluía Sergi Pañella, que acababa el fin de semana del peor modo posible, ‘patas arriba’ tras un aparatoso vuelco, por fortuna sin más daños que algo de chapa abollada en su EVO X R4. Un mal final para un fin de semana que hasta ese momento había ido realmente bien para el rápido piloto catalán, autor de magníficos cronos con su Mitsubishi.
A continuación se clasificaba el ganador del año pasado, Francesc Gutiérrez, que esta vez no podía repetir su arrollador triunfo del 2014 (cuando deslumbró con el potente Ginetta GT3), pero no por ello dejaba de subir muy deprisa con ese bonito M3 E30 que nos llena de recuerdos de otros tiempos de la montaña (¡y los rallyes y los circuitos!) cada vez que lo vemos (¡y oímos!) pasar. Para Francesc era, además, la victoria en el grupo E1, dominado por los pilotos catalanes, ya que segundo acababa el Fiesta proto de Perelló y tercero el León SuperCopa de Aguilera, los dos por delante del Porsche de Maldonado. El andaluz sufría a la salida de cada ‘paella’ con la larguísima segunda de la caja ‘de circuitos’ que había tenido que montar en su 911 tras la avería de Leitariegos, pero se armaba de paciencia, completaba todas las subidas al mejor ritmo posible y sumaba los puntos suficientes para rebasar en la general del campeonato de la categoría 3 a Aldo de Alberto y en la del grupo GT a Mike Andersson, arrebatando a los dos ausentes en Alp las respectivas terceras posiciones en ambos certámenes.
ANDORRA, ÚLTIMA ETAPA
Una vez completada la muy satisfactoria visita a Alp, el Campeonato de España de montaña del 2015 completará su calendario también en los Pirineos con el retorno de la Subida de Ordino-Arcalís, prueba que tuvimos ocasión de conocer hace unos años y que servirá de cierre a un certamen que, para que vamos a engañarnos, ha estado más descafeinado que nunca, con pocos participantes y escasa emoción. Aun así, no todo está decidido, en cuanto a títulos se refiere, ya que en las rampas que parten de la estación de esquí andorrana se adjudicarán definitivamente los títulos de las categorías 2 y 3. Y si el desenlace del de los carrozados se presenta como un mero trámite, ya que a Janssens le bastará con sumar un punto para estar fuera del alcance de Borreguero, el de los CMs y siluetas todavía tiene tres candidatos. El favorito para lograrlo es Javi Villa, al que le sería suficiente con un segundo puesto, aunque la victoria sea para Jonathan Alvarez que, por tanto, ha de ganar y esperar que Javi no termine justo a continuación. Y luego está el tercero en discordia, Fombona, que en Ordino-Arcalís también será duro rival por la primera plaza con su Audi DTM pero que, en clave de campeonato, necesita poco menos que una debacle de los dos pilotos de BRC para superarles en la tabla.
Lástima, en su caso, que su previsión para organizar las vacaciones familiares se convirtiese en un obstáculo cuando, después, se cambió la fecha de Leitariegos. En todo caso, que un piloto que está en la pelea por el campeonato prefiera las vacaciones con la familia a la defensa de sus opciones a un título más no deja de ser síntoma de que la montaña es un mundo aparte, en el que, al final, casi lo de menos es ganar o perder, se trata, ante todo, de disfrutar, de retarse a si mismo contra el crono y de pasar unos fines de semana de lo más agradables en compañía de otros pilotos con una mentalidad similar. Por eso también es diferente la montaña… por eso es también es la especialidad que más nos gusta. Y por eso nos fastidia especialmente que una nueva coincidencia de fechas con el nacional de rallyes de asfalto nos vaya a privar de estar presentes en el que será su fin de fiesta del 2015, obligándonos a seguirlo desde la distancia mientras atendemos nuestras obligaciones en la sala de prensa del príncipesco rallye asturiano con el que chocará en el calendario la Subida de Ordino-Arcalís a mediados de septiembre. Habrá que conformarse con eso y esperar que el esfuerzo hecho en Alp sirva de algo y el año que viene podamos darle al nacional de montaña el eco que merece.