SUBIDA VALLE DE LACIANA

Lo tenía todo preparado para acudir a la sexta cita del Campeonato de España de Montaña, la Subida Valle de Laciana, a disputarse en las rampas del puerto de Leitariegos. Una zona que conozco bien de mis visitas a uno de nuestros clientes, RMC Motorsport, cuya base de operaciones está en Caboalles de Abajo, punto de partida del recorrido de una prueba a la que, en cambio, nunca había acudido por lo que me apetecía especialmente, aun con la perspectiva de pasar más calor del que me suele gustar. Sin embargo, como ya comentaba en el reportaje de la subida a Santo Emiliano, un desafortunado accidente de tráfico me complicaba ¡y de que forma! todos los planes de acudir a la subida leonesa. Con mi pareja ingresada en el hospital, existiendo el riesgo durante el viernes, justo la víspera de la prueba, de que hubiese de ser sometida a una intervención quirúrgica bastante preocupante, las carreras y el trabajo pasaban, por una vez, a un segundo plano.

Obviamente, había que estar a su lado y buscar un plan B para cubrir la subida del Valle de Laciana. Un plan que no era fácil de hacer arrancar (¡casi nadie sigue el nacional de montaña!) pero que finalmente se ponía en marcha gracias a los buenos amigos que tenemos en este a veces ingrato mundo del motor. ‘Chapi’ hacía uso de sus contactos en la zona y por medio de uno de ellos, Urbano González, llegábamos al fotógrafo de Ponferrada Carlos Hernáez, que se convertía en nuestro ‘enviado especial’, haciendo una magnífica labor tanto en lo que respecta a las fotos que ilustran esta crónica como a mantenernos informados de lo que pasaba durante las dos jornadas de competición. Entre eso y la colaboración de varios de los pilotos habituales del nacional, con los que hablaba por teléfono o a través de Facebook, conseguíamos material suficiente para sacar adelante el trabajo del fin de semana y preparar este reportaje, cuando ya es jueves y el susto del accidente empieza a ser sólo un mal recuerdo, una vez que finalmente hemos dejado atrás el hospital y, poco a poco, vamos volviendo a la normalidad.

CADA VEZ MENOS

Si ya fueron pocos los que iniciaron el campeonato con más o menos intención de seguirlo, no debe de sorprender a nadie que sean aun menos los que, superado ya el ecuador de la temporada, continúan adelante con su programa en el Campeonato de España de Montaña. Sólo trece fueron los ‘nacionales’ que se acercaron hasta Caboalles de Abajo para tomar parte en la edición número veinte de la subida Valle de Laciana, el nombre oficial que desde hace un par de campañas tiene la que todos seguimos conociendo como ‘Leitariegos’. En concreto, y repartidos por categorías: dos en la 1, Andrés Vilariño y Juan Buenaventura con sus barquetas Norma y Osella respectivamente; cuatro en la 2, Javi Villa y César Rodríguez con los BRC B49, Jonathan Alvarez con el BRC CM05EVO y Manuel Avilés con el Demon Car; y siete en la 3, Borreguero con el Mosler, Janssens y Maldonado con los Porsches, Aldo de Alberto con el Córdoba WRC, Mike Andersson con el Ginetta, José Blanco Rosales con el Mitsubishi y Juan Carlos Albendea, que estrenaba por fin el Clio R3 en el que venía trabajando desde el inicio del año. Es decir, más o menos los vistos en Falperra, con el añadido de este último y con las importantes excepciones de Fombona, ausente al tener ya organizadas las vacaciones familiares desde hace meses, cuando se publicó el calendario del nacional y la prueba de Leitariegos no estaba prevista en la fecha en la que finalmente se ha celebrado, el último fin de semana de junio, y de Joseba Iraola, que cambiaba el nacional por la primera cita del nuevo Open Norte de Montaña, que arrancaba en la subida riojana de Arnedillo.

Lo malo era que en esta ocasión no había, lógicamente, europeos, como en el Fito o Falperra, ni un buen número de locales, como en Ubrique o en el Fito, que ‘maquillasen el resultado’, así que el total de participantes era un pobre cuarenta… de los que veinte competían solo en el apartado regional, cuya cuota de inscripción era bastante menor aunque eso significase hacer una manga menos (no salían en la última oficial del domingo). Así que, en realidad, nada más que siete pilotos no habituales del certamen se unían a los ‘foráneos’ para configurar la lista del nacional más corta de lo que va de temporada, con un paupérrimo número de veinte participantes repartidos en tres categorías y ocho grupos, de modo que prácticamente todos ellos tenían asegurado algún puesto de podio, ya que sólo en GT, CM y E1 había más de tres competidores (cinco, cuatro y cuatro respectivamente). ¡Así de triste es la realidad del campeonato!

UNA SUBIDA AL VIEJO ESTILO

Si hace una semana comentábamos que la participación en la Subida a Santo Emiliano nos retrotraía a varias décadas atrás, por la antigüedad de la mayoría de los vehículos participantes, aunque, a cambio, organizativamente la prueba langreana mantuviese su alto standard de los años en los que fue elegida la mejor prueba del nacional, en Leitariegos casi se puede decir que la sensación era un poco la opuesta. En esta ocasión, los coches, al menos los del Campeonato de España, eran, en general, más modernos, mientras que el montaje organizativo dejaba imágenes de otros tiempos, con las asistencias repartidas por el pueblo de Caboalles de Abajo, desde cuyas calles arranca prácticamente la subida. Acostumbrados como estamos ya todos a los parques de asistencia centralizados, no dejaba de ser una curiosa novedad en comparación con el resto de citas del certamen y, en cierto modo, le daba un tipismo y un sabor diferente a la prueba leonesa, ya que, al ser escaso el número de participantes, tampoco resultaba especialmente problemático ese reparto de las carpas de los equipos por distintos rincones de la localidad.

La longitud del recorrido, siete kilómetros, sólo superada en el nacional por la de Estepona, que casi alcanza los ocho, era otro detalle de subida de estilo clásico. Un factor que, personalmente, me parece positivo porque una prueba de trazado más largo casi siempre acaba siendo más selectiva y, desde luego, para los pilotos siempre es bienvenido, ya que todo lo que sea disfrutar un poco más del pilotaje es un bien preciado ante la brevedad del tiempo de competición que va ineludiblemente unido a la especialidad más al sprint del automovilismo deportivo… dragsters aparte, claro.

Lo que ya no estaba tan bien es que el sistema de tiempos en directo fuese ciertamente arcaico para lo que solemos estar acostumbrados en el nacional. Nada que ver, desde luego, con la habitual eficacia de los canarios de ‘tiemposonline’ o los asturianos de ‘fotomotor’, referencias a seguir en este apartado y de las que estaba lejos el funcionamiento de los cronos aparecidos fugazmente en la web oficial de la prueba. Y digo fugazmente porque, tras acabar la subida y publicarse unas clasificaciones generales totalmente erróneas (elaboradas por suma de las tres oficiales en lugar de las dos mejores de cada piloto), acababan desapareciendo, sustituidos por los pdf de la suma final, ya correcta pero sin desglosar los registros por manga. Menos mal que, en vista de que la general estaba mal, habíamos hecho nuestra propia clasificación ‘a mano’, así que gracias a eso hemos salvado los cronos de cada piloto en las oficiales, un dato que siempre es interesante tener a mano para poder consultarlo cuando se necesite.

LO PREVISTO

Precisamente revisando con detalle los tiempos de cada piloto se puede ver que para cumplir el pronóstico que le daba como claro ganador de la general scratch, Andrés Vilariño no tuvo siquiera que acercarse a los cronos marcados por su hija el año pasado. Entonces, Ángela llegó a bajar de 3:16 mientras que a Andrés le bastó con un ‘dieciocho alto’ y dos ‘diecinueves’ para imponer la lógica superioridad de la potente Norma de motor tres litros en un trazado mayoritariamente rápido y de elevadas pendientes como es del Leitariegos. La explicación para ese par de segundos de diferencia puede estar tanto en que al veterano piloto vasco no le hacía ninguna falta ir por encima de los límites para lograr la primera plaza, ya que su único rival en la categoría 1, Buenaventura, sigue siendo batido por prácticamente todos los carrozados, y, en lo que respecta a la general, los CM no tenían opción alguna en este trazado sobre piso seco, como a las altísimas temperaturas bajo las que se disputó la competición durante todo el fin de semana. Especialmente el sábado, cuando entre el mediodía y primera hora de la tarde se disputaron dos mangas de entrenos y la primera oficial, las temperaturas fueron realmente altas, con más de cuarenta grados sobre el asfalto en algunos momentos. Y aunque el domingo por la mañana, para la última de entrenos y las dos restantes oficiales, los termómetros marcaban algo menos, el sol siguió apretando de firme.

Y si la victoria de Vilariño en la general se atenía a lo previsto, no menos lo era la de Javi Villa en la categoría 2. Un triunfo holgado, con un margen en cada oficial siempre en torno a los cinco segundos respecto a su más inmediato perseguidor, Jonathan Alvarez, que permite a Javi seguir remontando la desventaja de su desafortunado arranque de campaña en las subidas andaluzas. Una victoria lograda con un mejor crono de 3:24.342 que pulverizaba el record de CM en más de diez segundos… pero se quedaba a algo más de uno del 3:23.081 establecido por Fombona el año pasado como tope de la categoría 2. Una diferencia que, de nuevo, nos queda la duda de saber si se pudo deber al calor que hacía ser más lento el recorrido o a que Javi no tuvo necesidad de buscar esas últimas décimas cuya consecución siempre supone un riesgo adicional que se asume sólo si es estrictamente necesario, es decir si hay un rival que te empuja a buscarlas. El propio Javi, con su sinceridad habitual, nos respondía que ‘habría estado un poco justo’ a la pregunta de si creía que podía haber ganado también con Fombona en carrera, ya que a él también le quedaba la duda de si los peores cronos debido al calor hubiesen podido ser compensando por la mejoría en sus registros que el gijonés está llevando a cabo este año en prácticamente todas las subidas. En todo caso, una duda sin respuesta y una victoria inapelable para Javi que le acerca un poco más al aun líder Jonathan. Un liderato, el del piloto astur-marbellí, que lo es en puntos totales, por 12, mientras que si descontamos el peor resultado de cada piloto (como habrá que hacer a final de campaña) el líder ‘virtual’, aunque sea por uno solo, ya es Villa, que no ha de restar puntos mientras Jonathan debe desprenderse de 13.

Por detrás de los dos asturianos, la doble ausencia de Fombona e Iraola dejaba muy abierta la lucha por el tercer escalón del podio entre los dos otros participantes habituales de la categoría 2, el gallego César Rodríguez y el andaluz Manuel Avilés. César tomaba ventaja, casi tres segundos, en la oficial del sábado, pero estaba claro que todo se iba a jugar en las dos del domingo aunque finalmente bastaba una para ello. En la segunda oficial (la de media mañana del domingo, cuando hacía algo menos de calor), los dos rebajaban en torno a tres segundos sus registros de la víspera, de nuevo con el del BRC ‘look Martini’ por delante del Demon azul con detalles verde fosforito. La suerte quedaba poco menos que echada y, de todas formas, la bomba de gasolina del CM de origen catalán fallaba en la última manga por lo que, definitivamente, el podio, primero que consigue en el nacional, era para César Rodríguez, cuya tercera plaza completaba el triplete de los BRC en la categoría 2.

EL PANETE NO SE RINDE

La victoria de Humberto Janssens en la rapidísima Rampa da Falperra, además de ser el cuarto triunfo consecutivo del andaluz nacido en Bélgica, podía haber sido la puntilla del campeonato en la categoría 3. Pero eso era no tener en cuenta el espíritu guerrero de todo un veterano de las carreras como es Raúl Borreguero. La de Leitariegos era poco menos que su última oportunidad de mantener vivo el campeonato y ‘El Panete’ la aprovechaba consiguiendo su primera victoria de la temporada con el Mosler. Un triunfo que parecía lejos el sábado, cuando Janssens situaba su Porsche por delante, como viene siendo habitual en lo que va de temporada, y lo hacía, además, con un 36.9 que ya estaba cuatro décimas por debajo del mejor crono de Borreguero el año pasado.

Todo apuntaba a un ‘cinco de cinco’ para el piloto afincado en Granada, pero las tornas cambiaban el domingo. De un lado, el cambio secuencial del Porsche de Janssens, que le viene ‘dando guerra’ desde hace ya unas carreras, volvía a hacer de las suyas, quedándose atascado varias veces al pasar por la tercera velocidad. Y, del otro, Borreguero echaba el resto y bajaba en casi cuatro segundos su crono de la víspera, batiendo su propio record de la prueba en casi tres y aventajando a Janssens en algo más de segundo y medio. Un margen que dejaba la diferencia entre ambos en sólo 32 milésimas a favor de Humberto, aunque en vista de que los cronos del domingo eran mejores, la manga final iba a ser decisiva. Y en ella, pese a que Raúl no lograba repetir el excelente crono anterior, su tiempo era dos segundos mejor que el del sábado y se quedaba a menos de uno del que conseguía Janssens por lo que la victoria, en el cómputo total, era para el levantino por apenas seis décimas. Una diferencia mínima que relanza el interés del campeonato ya que, aunque en victorias Janssens domina por cuatro a uno, la regularidad de Borreguero le permite mantener opciones si consigue batirle en las dos que faltan… aunque, con diecinueve puntos a su favor, a Janssens le bastarían dos terceros puestos para llevarse el título por un punto. Y dada la amplia distancia que habitualmente hay entre los dos GTs más punteros del campeonato y el resto de participantes en carrozados, parece complicado que se le pueda escapar el título al rápido ‘escalador belga’, auténtico descubrimiento de este nacional de montaña del 2015.

En Leitariegos, el tercer puesto del podio entre los carrozados deparaba una lucha a tres bandas entre Aldo de Alberto, con su SEAT Córdoba WRC, Manuel Maldonado con el Porsche y Mike Anderson con el Ginetta. Una lucha que se decantaba a favor del asturiano ya desde la oficial del sábado, en la que era el más rápido de los tres con más de tres segundos de margen. Una diferencia abultada en la que influían los problemas sufridos por los dos pilotos de los GTs en la segunda de entrenos. Maldonado desllantaba una goma y Anderson sufría la rotura de un trapecio de la suspensión delantera. Ninguno de los dos terminaba, lo que siempre implica tener que salir a la oficial con menos confianza, al no haber podido probar todo lo previsto y, además, al británico le caía una más que rigurosa penalización de un minuto por montar gomas no marcadas para hacer la manga de carrera. Una infracción indudable, con el reglamento en la mano, pero que venía provocada por las prisas para reparar y no tenía mala fe alguna ya que, de hecho, Mike subía con gomas viejas en lugar de con las nuevas que había marcado para usar en las subidas oficiales de la prueba leonesa, así que no sacaba ventaja alguna del error, más bien al contrario, por lo que penalizarle por ello no dejaba de ser, en nuestra opinión al menos, un tanto innecesario.

El domingo, Aldo volvía a ser el más rápido en la primera de las dos oficiales que faltaban, pero tanto Mike como Manolo se acercaban a sus cronos, con el británico quedándose a siete décimas y el andaluz a algo menos de segundo y medio. Sin embargo, ninguno de los dos concretaba su amenaza y el tercer puesto de carrozados acababa definitivamente en manos del asturiano, con Anderson terminando cuarto y Maldonado cayendo a la séptima posición después de no poder completar la última subida, a causa de una avería en la transmisión de su Porsche, lo que le obligaba a contabilizar el crono del sábado y hacía que le superasen los dos mejores pilotos locales, José Antonio Núñez, ganador en E1 con su afinado EVO VI, y Francisco Javier Fernández, primero entre los dos R4 de RMC que tomaban parte en la prueba de casa del preparador leonés.

LOS PIRINEOS DICTARÁN SENTENCIA

Superada sin que apenas nadie se enterase la subida leonesa (la difusión del certamen sigue siendo, por desgracia, menos que mínima), el nacional de montaña completará su calendario del 2015 con dos subidas en los Pirineos, la catalana de Alp-La Masella, que repite tras su estreno del año pasado, y la andorrana de Ordino-Arcalís, que retorna después de unos cuantos años de ausencia. Dos subidas bien lejanas para casi todos los asiduos del campeonato lo que, unido a que muchas clasificaciones están ya bastante o del todo decididas, augura bajas en esa docena y poco de habituales del campeonato.

A cambio, habrá que esperar que los participantes del catalán de montaña (que tampoco es que viva su mejor momento) y, tal vez, algún equipo francés que se anime a cruzar la frontera, permitan tener unas listas de inscritos mínimamente dignas con las que acabar una temporada en la que, esperamos, se haya tocado fondo en lo que a escasa participación y tan o más escaso seguimiento y repercusión de nuestro, pese a todo, querido nacional de ‘carreras en cuesta’.

Al menos, aunque este año lo estén siguiendo pocos pilotos, aun hay dos de los tres títulos de Campeón de España por decidir ya que, si bien en la 1 es obvio que no se le va a escapar a Andrés Vilariño, en la 2 Javi Villa aun tiene que culminar su remontada por lo que no puede permitirse ni un solo error si no quiere que se lo acabe llevando Jonathan Pérez, y en la 3 Humberto Janssens lo tiene bastante en la mano pero aun de confirmarlo definitivamente. Todo ello esperamos vivirlo en directo en la subida catalana, a finales de este mes de julio que acaba de arrancar… aunque visto lo visto con mis planes de acudir a Leitariegos, mejor no tentamos a la suerte.

textos: Daniel Cean-Bermúdez
fotos: Carlos Hernáez
¿Te ha gustado este reportaje? ¡Compártelo! ->