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CRÓNICA

Como ya quedó comentado en el arranque de la crónica sobre la Subida a Peña Cabarga, que encontraréis también en esta misma web, la coincidencia de fechas entre la quinta cita de los Campeonatos de España de Rallyes y de Montaña nos obligó a dividir recursos y, en mi caso concreto, me imposibilitó acudir a uno de los rallyes del nacional del que guardo mejores recuerdos desde aquella primera visita del 2005, cuando la prueba retornó al calendario del ahora denominado CERA (no me acostumbro a esas siglas que suenan a producto limpiador… y que me suenan a un viejo anuncio televisivo de una cera llamada RALLY que no se si continúa a la venta hoy día … de seguir comercializándose ¡sería perfecto como patrocinador del campeonato!).

Así que, una vez más, toca hablar de un rallye en el que no estuvimos… y como tampoco tiene especial sentido que, más de una semana después de su celebración, os lo trate de contar a los que si lo visteis, vamos a basar el reportaje (ilustrado con las estupendas fotos que Berto, Iago y Antonio hicieron en los tramos ferrolanos) en una serie de ‘reflexiones’ que me fueron viniendo a la mente a medida que me llegaban noticias sobre lo que dio de si la tercera prueba gallega del Campeonato de España de Rallyes de Asfalto (¡así es más largo pero me suena mucho mejor!).
Monzón-Deniz hicieron un rallye a la espera con el WRC...¡y acabaron ganando con cinco minutos de ventaja!
Pons-Amigó salieron a paso de carga dominando la primera etapa... pero acabaron errando al inicio de la segunda
Los Vallejo se defendieron bien sobre un terreno nada favorable al GT hasta que un fallo al final del sábado les dejó fuera
Gran resultado para los hermanos Pais, segundos scratch y primeros tanto en grupo N como en el nacional de producción

UN RALLYE PARA HOMBRES

“La Escudería Ferrol ha preparado un rallye para hombres”…así dice la web oficial del rallye que Luis Monzón definió el recorrido de la prueba durante la rueda de prensa previa a la competición. Un comentario de esos ‘políticamente incorrectos’ y que, esperemos, no haya llegado a oídos de alguna asociación de esas de ‘feminazis’, que diría Arturo Pérez-Reverte. Una definición que todos entendimos según esa acepción clásica (o caduca) de ‘hombría’, basada en valores como la valentía, la fuerza o la resistencia al esfuerzo que tradicionalmente se han asociado con el género masculino... como si no hubiese mujeres tan o más valientes, fuertes y resistentes que muchos hombres.

En todo caso, una definición que todos entendimos en el sentido típico y tópico que se da a las ‘cosas para hombres’ (como el brandy de otro viejo anuncio de esos de tiempos pasados), y que, trasladada al recorrido del rallye ferrolano se traducía en tramos duros, en los que había que tener valor para arriesgar y tanto fuerza como resistencia para superarlos.

Unos tramos que, según me cuentan los que estuvieron en ellos, y por lo que he podido ver en los vídeos que nuestros cámaras trajeron de allí, aunaban la habitual maraña de cruces, tan típica de las laberínticas carreteras y caminos de la zona, con un terreno en el que se pasaba del asfalto liso al sucio, al roto… ¡y al más roto aun!... con zonas en las que había ‘piedras como puños’. Algo así como una mezcla entre un Ypres y un Acrópolis que, personalmente, no es que me agrade especialmente (los tramos en exceso rotos no me gustan nada, por ellos se 'pasa' más que se 'corre') pero que, por otra parte, me parece bien por aquello de que ‘en la variedad está el gusto’… y más en un campeonato que en los últimos años ha ido tendiendo cada vez más a la uniformidad en sus recorridos, basada en tramos anchos, rápidos y de buen piso de los que hemos llegado a tener, quizás, demasiados.
Segunda victoria consecutiva en Dos Ruedas Motrices para Ojeda, copilotado esta vez por Mario González
Antxustegui-Iglesias fueron otra vez el único Suzuki S1600 en la meta, terminando cuartos de la general
Magnífico rallye de los locales Grandal-Calvo, quintos scratch en su estreno en el nacional con el EVO X
En Ferrol siguió la racha de abandonos de Jonathan Pérez y Francisco Javier Alvarez, que no pasaron de la primera etapa

Sobre un terreno así, tratar de ‘ser más hombre’ que los demás tenía sus peligros… y si no que se lo pregunten a los que osaron más de la cuenta a las primeras de cambio, como Meira, que sufrió en la especial que abría la competición el resultado de esa pésima combinación que suele ser llegar con más ganas que adherencia (¿gomas frías?) a una fuerte frenada... o Carchat, que le dio un buen revolcón en una zona rápida de la segunda a su hasta entonces impoluto Megane. Tampoco llegaron muy lejos otros posibles aspirantes a las plazas de honor como Pernía (con la cuarta velocidad de su R4 ‘saltando’ como si fuese la de uno de los viejos ‘cuatro latas’ a los que los más ‘carrozas’ seguimos asociando esas siglas) o Jonathan Pérez (que se quedaba ‘tirado’ en el enlace al último tramo del sábado). Y poco más allá llegaba Sergio Vallejo… quien, ya que estamos con el tema de ‘ser más hombres’, demostraba 'hombría' tanto pilotando el Porsche lo más rápido posible sobre unos tramos nada adecuados para el GT como, sobre todo, haciendo eso que pocos pilotos hacen (desde las estrellas de la F1 a los críos que debutan en el kart) y que, por eso mismo, tiene aun más valor: reconocer como error suyo la causa de los problemas de transmisión que le acababan dejando fuera en la quinta especial, a la que había llegado ocupando una meritoria tercera plaza, acompañada, además, del único scratch que no fue para Xevi Pons durante la primera etapa. 

Porque, en efecto, la etapa del sábado había sido todo un recital del piloto catalán, que, si seguimos con la broma que nos está sirviendo de ‘hilo conductor ’ para este primer capítulo del reportaje, estaba siendo ‘más hombre que nadie' en los dificilísimos tramos ferrolanos, batiendo con su EVO X al, en teoría, imbatible Mini WRC de Luis Monzón, al que aventajaba al final de la primera jornada en unos 16.6 segundos más que interesantes… especialmente porque los tramos más duros… los más ‘para hombres’ estaban aun por llegar y eran los de la mañana del domingo.

Pero a veces eso de ser ‘muy hombre’ (o 'hacerse el machito', que diría alguna) acaba mal… tan mal como terminaba una de las ruedas del Mitsubishi de Pons cuando impactaba con una de las numerosas ‘trampas’ del primer paso por el durísimo Villarmayor-Monfero-Irixoa sobre el que arrancaba la jornada del domingo. Aunque Xevi seguía en carrera, se dejaba casi cuatro minutos y, lo que era peor aun, la suspensión de su EVO también había quedado dañada, obligándole a desistir un par de tramos después.

Así que, después de todo, el liderato pasaba a manos de Luis Monzón, que sumaba, con amplia ventaja además (¡más de cinco minutos!), su cuarta victoria de la temporada, dando otra paso camino de un segundo título nacional que no se le puede escapar. Y, visto el desarrollo y el desenlace de la prueba, quizás, cuando Luis hablaba del ‘rallye para hombres’ antes del inicio, se refería a esa concepción más moderna del hombre actual: comprensivo, sensible y que usa más la razón que la fuerza. Porque comprensión del estado del terreno, sensibilidad con la mecánica y capacidad de raciocinio para entender la situación de la carrera y saber que ritmo era más adecuado adoptar eran, finalmente, las virtudes que hacían falta para ganar este rallye de Ferrol 2013. Un rallye que, efectivamente, acababa siendo un rallye para hombres… ¡pero hombres del siglo XXI! Igual la cuestión es que Monzón lo tenía claro desde el principio, el fallo fue nuestro (y de sus rivales), por no entenderlo… así que, de machismo en las palabras del canario nada de nada ¡las ‘feminazis’ pueden estar tranquilas!
José Antonio Iglesias y Jacobo Núñez lideraron el grupo R2 mientras aguantó la mecánica del nuevo Peugeot 208
La victoria en R2 acabó en manos de Tino Iglesias y 'Cuko' Bañobre, sextos scratch con el Ford Fiesta R2
Otro rallye sensacional para Vallín-González, séptimos absolutos y primeros de Nacional 3 con el Opel Corsa OPC
Segundo rallye seguido con temprano abandono para el Megane N4 de Carchat-Garduño, que se salieron en el tc2

…¡Y PARA COCHES DUROS!

Si hubo una característica del rallye de Ferrol 2013 que me llamó especialmente la atención fue el hecho de constatar, una vez más, esa contradictoria tendencia de los rallyes actuales, mucho más cortos que los de antes y en lo que, sin embargo, se suceden las averías en mecánicas que, en teoría, están preparadas para resistir la dureza de la competición. Una cuestión que resultó aun más llamativa en los rotos y exigentes tramos ferrolanos, ante cuya dureza sucumbieron mucho más un buen número de esos coches específicamente preparados para rallyes que los, en teoría, menos aptos para la competición por estar más cercanos a los vehículos de series. En ese sentido, que el segundo puesto absoluto fuese a parar el EVO X en especificaciones grupo N FIA de los hermanos Pais ya era de por si toda una sorpresa ante el buen número de ‘compañeros de marca’ mucho más ‘vitaminados’ que compitieron en Ferrol y no lograron llegar a la meta. Un segundo puesto conseguido, además, tras un complicado inicio de rallye (con pinchazo y rotura de palier incluidas) del que Alex se recuperó de modo admirable para acabar logrando su mejor resultado en una prueba del nacional, sumando, de paso, una nueva victoria en ese ‘otro campeonato de España’ que tenemos este año, el de las ‘categorías 2,3 y 4’, en el que el piloto gallego es cada vez más líder.

Otros dos contendientes de ese certamen, Ojeda y Antxustegui, acabaron en la tercera y cuarta posición, peleando a su vez entre ellos por la victoria en la categoría reservada a los ‘tracción delantera’, en la que, por segundo rallye consecutivo se impuso el Citroen DS3 R3T del cántabro a los Suzuki S1600 del vasco y de su compañero de equipo, Joan Vinyes, que sufrió otro abandono en una temporada en la que las cosas no les están saliendo como su pilotaje merece.

El siguiente párrafo de este segundo capítulo de la crónica, nos devuelve en cierto modo al titulado 'LE REGIONAL DE L’ETAPE' del rpeortaje del año pasado, aunque esta vez sea para hablar del quinto clasificado de la general, único además de los N+ que resistió la dureza de la prueba. De todas formas, la quinta es una posición siempre destacada en cualquier rallye y en está ocasión fue para un piloto totalmente ‘de casa’, David Grandal, autor de un rallye realmente notable en su estreno en el nacional con un Mitsubishi EVO X decorado con una acertada versión del diseño que, en su día, nos encargó el piloto de Narón para el Renault Clio R3 con el que ha competido estas últimas temporadas en el regional. Aunque no fuese un puesto tan vistoso como el fantástico segundo que, José Antonio Iglesias, otro gallego no asiduo del nacional, obtuvo el año pasado (también con un EVO X), la quinta plaza de David es también realmente destacable dada su escasa experiencia al volante de un coche al que sacó muy buen partido en unos tramos sobre los que, una vez más, los pilotos locales lograron eso cada vez menos habitual en nuestros días: que participantes no habituales de campeonato se metan entre los mejores de la general
Victoria en la Copa Swift y magnífica octava plaza en la general para los ferrolanos Fran Lago-Daniel Castro
Los gallegos dominaron la copa Suzuki, la segunda plaza fue para los lucenses Adrián Díaz-Sara Fernández
El podio de la Swift lo completaron los el vigués Pablo Pazó, copilotado de nuevo por Moncho Seoane
Miguel Fuster-Dani Cué no pudieron seguir el ritmo de los habituales de la Copa Suzuki en su participación con el Swift

Precisamente, el héroe del Ferrol 2012, José Antonio Iglesias, es el siguiente del que toca hablar, ya que logró cronos de excelente nivel con el  interesante Peugeot 208 de ARVidal que tendremos ocasión de ver en el Príncipe nada menos que con Roberto Solís al volante ¡menuda sorpresa más agradable! El lucense dominó el grupo R2 mientras estuvo en carrera pero, por segundo rallye consecutivo, la mecánica del 208 dijo basta y le apeó del rallye cuando ya casi saboreaba la consecución de otro buen resultado en Ferrol.

El abandono del nuevo ‘león’, rápido pero todavía frágil (al menos esta unidad porque ¡vaya tralla que aguanta el 'italiano' en manos de Andreucci!), dejó la victoria en R2, y la sexta plaza de la general en poder de otro gallego de apellido Iglesias, el omnipresente Celestino. Acompañado esta vez no por su hermano Jorge, como de costumbre, sino por otro clásico del rallysmo de la comunidad vecina, ‘Cuko’ Bañobre, el veterano y polifacético ‘Tino’ se ‘merendó’ a los chavales de la Beca RMC compitiendo con igual montura y gomas que ellos, un Ford Fiesta R2 calzado con Michelin.

Pero, volviendo al título de este 'capítulo', lo que no aguantó el nuevo R2 de la marca gala, con su kit específicamente estudiado para los rallyes, ni, tampoco, muchos otros coches tan o más caros y/o preparados para competir, con sus ‘secuenciales’, sus suspensiones especiales, sus motores afinados al máximo y demás componentes ‘de carreras’, si lo aguantó, y además rodando al ritmo que lo hizo, el ya cada día menos sorpresa (y más realidad) Opel Corsa OPC con el que Esteban Vallín consiguió un séptimo puesto absoluto que, simple y llanamente, no debería ser posible para un coche de estas características. Pero entre que el de Colunga pilota lo mucho que pilota y que el coche, si quien lo lleva se atreve a pisarle como él lo hace, corre lo suyo y resiste aun más, el caso fue que en Ferrol, mientras los demás iban cayendo, el Corsa ‘superserie’ no sólo seguía adelante sino, que, además de ganar de nuevo en su categoría, la Nacional 3, acababa tan arriba en la tabla como para que más de uno debiera pararse a pensar si merece la pena gastarse lo que cuesta competir con un R3, un R2 (que, sean de la marca que sea, ya cuestan ‘una pasta’) o un N más o menos plus, habiendo en el mercado coches de características y precios similares al Opel o al Abarth Punto EVO, otro ‘nacional 3’ casi de serie que acabó 12º scratch en manos del vasco Alberto Alonso, un piloto procedente de la montaña y aun con poca experiencia en rallye. Coches con los que, además, igual era posible ‘liar’ a algún concesionario o marca para que empiece a ver las carreras de otra forma y estas vuelvan a resultarles atractivas a la hora de hacer una promoción mucho más directa de sus productos que lo típico de ganar con un ‘super-maxi-mega-super-lo-que-sea’, cuyo parentesco con el que luego te compras en el concesionario no va, casi, más allá del escudo que adorna su frontal y a los que, además, cuesta una millonada hacer correr.
Otro equipo local que destacó en Ferrol fue el formado por Iván Cagiao y Marcos López, undécimos scratch con su veterano Saxo
Buenos cronos para el Abarth Punto EVO de Alberto Alonso y Susana Adenas, otro coche casi de serie que acabó bien el rallye
Cuarta plaza en la Swift para el cántabro Víctor Pérez y el astur Alejandro López, que siguen segundos en al general de la copa
La victoria en la EVO CUP fue para el único susperviviente de sus cinco inscritos, el EVO IX de Jaime Castro-José Alvarez

¿QUIÉN ES EL MEJOR?

Y ya que cerramos el anterior párrafo hablamos de usar los rallyes como forma de promoción de una marca, justo es completar este atípico reportaje con un capítulo final dedicado a la nueva iniciativa ‘Campeones con Suzuki’ iniciada en Ferrol por la siempre activa filial española de la marca japonesa. Una propuesta de esas que, de entrada, ya consiguen el objetivo prioritario de cualquier acción publicitaria: llamar la atención y que se hable de ella… lo que en el caso de los rallyes supone conseguir ese pequeño milagro de que se le dediquen algo más de los pocos espacios habitualmente destinados a la especialidad.

Porque el principal atractivo de la idea es, que duda cabe, su trasfondo, basado en ese pensamiento que está siempre en la cabeza de los aficionados al deporte del motor: poner en igualdad de condiciones mecánicas a tal o cual piloto con algunos de sus rivales para ver, realmente eso tan difícil de saber en el automovilismo de ¿quién es el mejor? Algo poco menos que imposible de dilucidar cuando cada uno compite con coches de diferentes marcas o categorías pero que, en teoría, sería posible aclarar si la mecánica es la misma. Por ello, el atractivo (incluso diría que el ‘morbillo’) de ver, en el caso del rallye de Ferrol, a todo un multicampeón nacional como es Miguel Fuster midiéndose al volante de un Suzuki Swift de la copa con los habituales participantes del certamen era poco menos que inevitable. Y estoy seguro que, al igual que nosotros, muchos os preguntasteis eso de ¿será capaz de ganarlos?

Pero, evidentemente, las cosas no son tan sencillas y, me adelanto ya a decirlo, no creo que realmente se puedan sacar conclusiones en absoluto definitivas de este tipo de experimentos cuyo valor es, sobre todo, publicitario. Desde luego, si nos fijamos pura y simplemente en los tiempos del rallye de Ferrol, estos no dejan en muy buen lugar al levantino que, si comparamos sus registros con los del resto de Swifts, el primer día sumó un cuarto mejor crono, dos séptimos y un noveno, acabando la jornada en la sexta plaza para ganar un puesto al día siguiente, en el que sus ‘parciales’ fueron un quinto, un sexto, un séptimo y un noveno. Resultados flojos, sin duda, pero que, en mi opinión, demuestran sobre todo una cosa: lo difícil que es ‘salir de tu entorno natural’ para entrar en ‘otro ecosistema’ total diferente y ser, de inmediato, competitivo contra sus habituales 'moradores'.

De hecho, hace un par de meses, cuando alguien del mundillo de la montaña me comentaba el poco mérito que, a su juicio, tenían las victorias de Javi Villa en la categoría CM del nacional, yo le trataba de rebatir con un argumento que se apoyaba en lo que ahora acaba de pasar con este experimento de Suzuki. Le decía algo así como: verás como les va a costar mucho ganar, si es que lo consiguen, a los campeones de rallyes que se suban al Swift… y eso si alguno se atreve, que ese es ya el primer mérito de Javi (y de los que acepten el desafío de Suzuki): meterse en una ‘guerra’ que no es la suya y en la que no tienen nada que ganar (si vencen todo el mundo dirá que es lo mínimo que han de hacer) y, en cambio, si que tienen mucho que perder (aunque sólo sea a nivel de imagen, ser vencidos por pilotos más jóvenes y con menos palmarés nunca es plato de gusto para ningún campeón).
Guardado-Rodríguez perdieron la victoria en la Beca RMC a causa de un incidente de tráfico en el último enlace
El primer puesto entre los Fiesta R2 de la Beca RMC fue finalmente para Juan Carlos Aguado-Daniel Del Rincón
Segunda posición en la Beca RMC y victoria en Junior para Angel Paniceres, copilotado por Salvador Belzunces
Escasa fortuna para Pablo Rey-Luis Hernández que se salieron en su estreno del Swift S1600 ex-oficial

Porque, si se analiza el tema con un mínimo rigor la verdad es que, por buen piloto que seas, por mucha experiencia que tengas, entrar a competir en una categoría y/o con un coche que es totalmente nuevo para ti, radicalmente distinto al que usas habitualmente y contra gente que, además, lo conoce perfectamente... ¡de fácil no tiene nada! Luego, si eres un auténtico ‘crack’, un piloto de talla internacional que ha estado a un paso de la F1 como es Javi Villa, los resultados llegan y las victorias sobre los habituales de la categoría parecen fáciles… pero en el caso de nuestro nacional de rallyes las diferencias de nivel entre los ‘primeros espadas’ y el resto no son tan grandes como para que cualquiera de los de arriba, ‘llegue, vea y venza’, en una copa tan igualada y competida como la que protagonizan los pequeños Suzuki. Por eso, sinceramente, no me extrañó que Fuster no pudiese con el trío gallego que dominó la Swift en Ferrol, formado por el local Fran Lago, el lucense Adrián Díaz y el vigués Pablo Pazó, supermotivados por su habitual pelea entre ellos y con el siempre rápido cántabro Víctor Pérez. Una pelea que, además, les llevó a los tres primeros a meterse entre los diez primeros de la general scratch, un resultado fantástico para coches de sus características.

Si acaso, ya se me hizo un poco más cuesta arriba que el todavía ‘novato’ Joel Guerrero estuviese también por delante en tiempos de Fuster mientras duró en carrera. Pero, de ahí a deducir ya directamente que cualquiera de todos ellos es mejor que Fuster va un paso importante. Porque, si le damos la vuelta a la tortilla lo más probable es que ninguno de los ‘suzukistas’ sería capaz de ganar a Miguel en el que fuese su primer rallye con un Porsche… simple y llanamente porque les faltarían los kilómetros y la experiencia con el GT que tiene el de Benidorm… esa misma experiencia y kilómetros de la que carece al volante de un coche que, comparado con el suyo habitual, ni corre, ni frena, ni se tiene… con el ‘agravante’ en su caso de un hecho evidente en todos los órdenes de la vida: ¡volver a acostumbrarse a 'tener menos' es siempre más difícil!

Así que el resto de ‘valientes’ que han aceptado el reto tienen ya, de entrada, mi respeto por atreverse a poner en juego su prestigio y, además, están ya avisados de lo que tendrán que 'pisar el acelerador' para ‘echarles carreras’ a los punteros de la Swift. Personalmente creo que el siguiente en la lista, Berti Hevia, les dará más guerra… incluso apostaría por su victoria entre los Swift en el Príncipe de no ser porque su larga inactividad desde finales del año pasado tendrá, por fuerza, que pasarle cierta factura. Y luego, los dos siguientes, Marc Blázquez, en Llanes, y José Mari Ponce, en Madrid, seguro que van a tener también que ‘apretarse los machos’ para estar a la altura de las circunstancias. Y, en resumen, todo ello, a parte de ser una fantástica publicidad para Suzuki (mi enhorabuena por sacar adelante la idea, cosas así, novedosas, hacen falta en los rallyes) servirá, a mi juicio al menos, para demostrar una vez más eso que habremos comentando con más de uno a pie de cuneta muchas veces: en el nacional de rallyes no hay ‘supermanes’ y, por mucho que los más acérrimos seguidores de unos y otros se empeñen en ensalzar a su favorito y quitarle méritos a sus rivales, al final las diferencias entre los punteros (o entre ellos y los aspirantes a serlo), se basan más en los medios con los que puedan contar, la experiencia de cada uno, su conocimiento del terreno en según que rallyes y muchos otros factores que, como suele ser habitual en los deportes del motor, acaban pesando mucho más que el mayor o menor talento al volante de cada uno... aunque también es obvio que no todos tienen el mismo, eso seguro. Lo 'malo' es que el talento extra que puedan tener unos cuantos no 'pesa' tanto en la balanza como la suma del resto de factores. Algo que, por otra parte, pasa ‘desde que el mundo es mundo’ en cualquier deporte en el que haya medios mecánicos aparte de humanos. Y el que no lo entienda así entonces será mejor que se aficione al golf, el tenis, el atletismo o cualquier otra especialidad deportiva en la que las cualidades físicas y/o técnicas de cada deportista, unidas a su mayor o menor dedicación y entrenamiento, sean las que marquen la diferencia. Porque, nos guste o no, eso en las carreras de coches, desde el karting a la F1 pasando por los rallyes, no suele ocurrir. Las ‘manos’ influyen, por supuesto… pero, por si solas, no son ni mucho menos tan decisivas como nos gustaría o como algunos se empeñan en vendernos.

Texto: Daniel Ceán-Bermúdez
Fotos: Iago y Antonio Barrero, ST Photosportpress