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11-18|11|2012
SUBIDA ARONA-LA ESCALONA

Cto. España Montaña, 7ª prueba
 
CRONICA

Mientras la habitual inestabilidad climatológica del otoño hacía alternar los chaparrones con los días más o menos fríos en la península, los pocos protagonistas del nacional de montaña que se desplazaron a Tenerife para la doble cita final del certamen 2012 seguían disfrutando del casi siempre benigno clima canario en Arona, sede de la última prueba del campeonato.

Apenas una semana después de enfrentarse en las clásicas rampas de Tamaimo, que dejaban ya poco menos que sentenciados los dos títulos en juego, el de la categoría I con clara ventaja para Manuel Cabo, y el de la II, que sólo un auténtico cataclismo le podía arrebatar a Oscar Palacio, la subida de Arona-La Escalona iba a ser el escenario en el que se completase una temporada extraña, con escasos contendientes y demasiados cambios en el calendario. Que se hayan disputado sólo cuatro subidas de las seis inicialmente previstas y que, sobre la marcha, se hayan añadido otras tres, dos de ellas a celebrarse en Canarias, con los lógicos gastos extra que ello conlleva, no es precisamente la mejor manera de que el campeonato recupere siquiera parte del auge y el interés que a los que amamos la montaña nos gustaría que tuviese. Si a ello le añadimos el absurdo sistema de puntuación, sobre el que ya escribimos largo y tendido en la crónica de Tamaimo, el resultado ha sido una campaña con sólo cinco pilotos habiendo tomado parte en todas las pruebas y con un desenlace de escasa emoción, en el que a los líderes les bastaba con no fallar. Labor facilitada, además, por el hecho de que la prueba de Arona puntuaba sólo para el certamen tinerfeño pero no para el regional canario, lo que disminuía de forma notable la participación de pilotos de las islas, no estando presentes, en particular, los que más competitivos se habían mostrado en Tamaimo, Cruz y su Porsche en la categoría I, González Cabrera y su BRC en la II.

Manuel Cabo ganó el sábado y se proclamó campeón de la categoría 1 el domingo

Victoria en la carrera 2 y subcampeonato de carrozados para Raúl Borreguero

José Antonio López-Fombona logró en la carrera 3 su primera victoria con el Porsche

Fin de semana complicado para Aznar que se tuvo que conformar con la tercera plaza del campeonato

LOS TRES MOSQUETEROS (campeonato de España. Categoría I)

Aunque el título de la inmortal novela de Alejandro Dumas aludiese a tres protagonistas, los personajes principales de la trama eran en realidad cuatro, y algo así se puede decir que ocurría en Arona con los contendientes de la categoría I del nacional, en la que compiten los carrozados.

A la cita final del certamen llegaban ‘tres mosqueteros’ con opciones matemáticas al campeonato: el vencedor del 2011 José Antonio Aznar, al que su habitual valentía le otorga, sin duda, el papel del aguerrido ‘Athos’ en esta ‘mininovela’; el eterno aspirante Raúl Borreguero, cuyos rasgos físicos nos permiten identificar con el imponente ‘Porthos’; y el líder del campeonato, el reconvertido rallyeman Manuel Cabo, nuestro ‘Aramís’ particular por aquello de no ser mosquetero (o, en nuestro caso, montañero) por vocación pero acabar desempeñando el papel tan bien como el que más. Junto a ellos no podía faltar, aunque ya no tuviese posibilidades de añadir un sexto título a su extenso palmarés, José Antonio López-Fombona, perfecto para el papel de ‘D’Artagnan’ por su exuberante estilo y su irrefrenable afán de buscar nuevos retos.

Los cuatro, como no podía ser menos en cualquier relato basado en las andanzas de los legendarios personajes de Dumas, monopolizaron toda la acción del fin de semana en Arona, en una especie de extensión de los primeros capítulos de la novela original, cuando aun no habían empezado a combatir juntos contra las huestes del cardenal Richelieu sino que se dedicaban a enzarzarse en diversos duelos por los más variados y pintorescos motivos.

El primero de esos duelos, la carrera 1 del sábado, se lo adjudicaba ‘Aramís’ Cabo, dando una estocada poco menos que decisiva para asegurarse definitivamente el campeonato. El cántabro se imponía con más de dos segundos de ventaja, distancia notable en un trazado, el de Arona, no especialmente selectivo ya que en su mayor parte está compuesto por una casi interminable sucesión de rectas y horquillas que no permiten marcar grandes diferencias. De hecho, casi la mitad de la ventaja lograda en meta, la obtenía Cabo en el apenas un minuto que se tardaba en cubrir la parte inicial del trazado, de curvas enlazadas y algo más rápida y técnica, añadiendo otro segundo más en el casi minuto cuarenta que invertía desde el punto donde se tomaban los tiempos intermedios a la llegada.

Javi Villa dominó con claridad para acabar la temporada con 17 victorias...

...pero Oscar Palacio no falló y acabando segundo se aseguró el título de la categoría 2

Julián Falcón completó el podio de los CM en la carrera del sábado

Un tercer puesto de la categoría 2 nacional y victoria en el regional para Pedro Javier Afonso

La segunda plaza en la carrera 1 era para ‘Porthos’ Borreguero, que el domingo se mostraba tan resuelto y belicoso como el corpulento mosquetero al que le hacemos interpretar en este relato, logrando la victoria en la carrera 2 a base de mejorar en casi tres segundos su crono del día anterior para batir a Cabo (que ya era virtual campeón) y dejar, de paso, sentenciado a su favor el subcampeonato. Una posición a la que tenía que renunciar ‘Athos’ Aznar, al que en Arona ‘atormentaba’ su Audi casi tanto como lo hiciese la díscola ‘Milady’ con su ‘alter ego’ espadachín. El sábado, un pinchazo lento le daba un buen susto cerca de meta, dejándole muy lejos de poder siquiera pensar en inquietar a los GT, y el domingo, tras intentarlo sin éxito en la carrera 2, en la que repetía cuarta plaza, aunque algo más cerca del podio, el almeriense a duras penas terminaba la última manga, que concluía en la quinta posición con problemas en la transmisión de su A4.

El vencedor en ese duelo final no podía ser otro que ‘D’Artagnan’ Fombona quien, al igual que el intrépido gascón, demostraba una vez más su capacidad para salir victorioso de cualquier entuerto. Tras el golpe del domingo anterior, en Tamaimo, el gijonés y su equipo se ponían enseguida manos a la obra para localizar las piezas dañadas: un radiador, que obtenían en el importador canario de Porsche, y la defensa delantera, que les hacía llegar desde Madrid el equipo DriveX. Una defensa que, una vez montada en el 997RSR, le añadía un toque amarillo equivalente al que la gavilla de trigo dorado otorga a la bandera de la Gascuña natal del famoso mosquetero. Con su montura de nuevo en perfecto orden de marcha, Fombona afilaba armas el sábado, acabando tercero, y lanzaba ya sus primeras estocadas en la carrera 2 del domingo, siendo el más rápido en el primer parcial aunque en meta volviese a repetir en la tercera posición. Finalmente, en la carrera 3, cual habilidoso espadachín, el gijonés encontraba finalmente el modo de romper la guardia de sus rivales y se alzaba victorioso del último duelo del año, logrando su primer triunfo con el Porsche.  

Pero, al igual que ocurriese en la trilogía de Dumas, el que después de tantas aventuras acababa logrando los más altos objetivos era ‘Aramis’ Cabo… aunque en este caso se tratase de conseguir el título de campeón de España en lugar de alcanzar el Obispado de Vannes. Tras una temporada en la que ha ido, paso a paso, afinando su exuberante estilo rallystico para adatarlo al más preciso que necesita la montaña, Manolo ha terminado por llevarse el campeonato con todo merecimiento completando, de paso, el doblete rallyes-montaña para los eficacísimos Porsche 911 GT3, ya reyes del 2012 en los tramos con Fuster y, ahora, también en las cumbres con Cabo.

Samuel Rodríguez fue el mejor insular en las carreras 1 y 3, ganando además el grupo A

Para Félix García-Durán fue el mejor puesto entre los canarios en la carrera 2, el quinto

El Civic de Eduardo Quintero fue sexto el sábado pero no pasó de los entrenos el domingo

Víctor Febles impuso su Mitsubishi EVO VI en el grupo A de la carrera 2

TODOS CONTENTOS (campeonato de España. Categoría II)

Si algo bueno ha tenido el poco emocionante y muy absurdo desenlace del campeonato de categoría II es que, en realidad y aunque parezca imposible, ha dejado a todos contentos. Lo de poco emocionante no hace falta casi ni explicarlo, tras la subida de Liébana el campeonato aun podía dirigirse hacia un final igualado entre Oscar Palacio y Aritz Egozkue, pero la no participación del navarro en las dos subidas canarias dejaba el título más que decidido a favor del asturiano, al que le bastaba con terminar las seis mangas previstas en las dos pruebas tinerfeñas. Así que, superado el susto de la avería sufrida en Tamaimo, Palacio no tenía contratiempo alguno en Arona y cumplía su objetivo como era de esperar. Lo de muy absurdo ya se explicó más que de sobra en la crónica de la semana anterior y la magnitud del calificativo aumentó, como también se preveía, en Arona, donde Javi Villa elevó su cuenta de victorias a un abrumador total de diecisiete que, pese a todo, no le otorgan el título de campeón en un certamen compuesto por veintiuna carreras.

De todas formas, el final del campeonato me dejó, tras hablar con los dos protagonistas del extraño duelo, la buena sensación de que, después de todo, ambos han acabado el año más que satisfechos, engrandeciendo, de paso, con su comportamiento, esa imagen de deportividad y ‘buen rollo’ que suelo asociar a la montaña mucho más que a cualquier otra especialidad en las que estoy involucrado de un modo u otro.

El campeón, Oscar, afrontó el último fin de semana del año con esa tarea nada fácil que suele ser la de ‘rematar la faena’, consciente de que no había que fallar, tocaba usar la cabeza y, por una vez, dejarse en casa las ganas de ‘tirarse’ e ‘ir a por todas’. Así que haciendo del autocontrol su mejor arma, el langreano completó las mangas del sábado con cuidado, sin apurar trazadas ni frenadas, cambiando bien por debajo del límite para no forzar la mecánica y procurando no hacer caso a esos ruidos raros que el subconsciente de cualquier piloto se empeña en escuchar cuando sólo tiene que terminar para lograr el objetivo. Una vez superado el auténtico Rubicón que, para sus aspiraciones, era cruzar la línea de meta de la carrera 2, la única en la que tenía un cero por su doblete Liébana-Sueve, Oscar ya pudo, por fin, respirar tranquilo y afrontar la manga final como a él le gusta, al ataque. Su primer parcial, el mejor absoluto del fin de semana y casi medio segundo por delante del logrado por Villa, era buena muestra de la ‘liberación’ con la que subía el piloto del Silver en la carrera 3. Y aunque luego, en la llegada, tuviese que conformarse una vez más con la segunda plaza, la distancia respecto a Javi no llegaba a los dos segundos sobre un recorrido de 4400 metros. Un margen de menos de medio segundo por kilómetro que, con ser aun una diferencia importante, era la menor de todo el año y le da ánimos de cara a seguir buscándole al CM ese ‘algo más’ que tanto Villa, durante toda la campaña, como Dani Sordo, en su esporádica aparición de Liébana, han demostrado que aun se les puede sacar a estos pequeños coches, con alma de sport prototipos y corazón de moto. El ser capaz de ver en la presencia de ambos ese aliciente y reconocer lo positiva que ha sido para su pilotaje y para la imagen de la montaña logra Oscar un triunfo tan o más significativo que el obtenido al proclamarse campeón de la categoría II por segunda temporada consecutiva.

Segunda plaza de grupo A y octava de la general en la carrera 2 para el ZX de José Iván Figueroa

Al igual que en Tamaimo, Moisés Casanova fue el claro ganador del grupo N con su Mitsubishi

Jonathan Morales acabó segundo en la general del certamen tinerfeño

Moisés Casanova no tuvo apenas oposición en un poco concurrido grupo N

Por lo que respecta a Javi, el ganador (sinónimo también de campeón, porque la palabra exacta que aparezca en un título es lo de menos, el valor del logro se lo da el contexto en que se ha obtenido), en Arona su satisfacción derivaba, lógicamente, tanto de volver a imponerse en todas las subidas del fin de semana como de hacerlo batiéndose siempre a si mismo, rebajando el record en cada manga de carrera en lo que no deja de ser el auténtico espíritu de las pruebas de montaña: el íntimo duelo de cada piloto contra el crono y sus propios límites. Que lo hiciese, además, montando gomas usadas todo el fin de semana, no dejaba de ser sino añadirle un aliciente más a ese reto autoimpuesto consistente en no conformarse nunca con lo obtenido y buscar siempre algo más. Un reto que en Javi se traduce tanto en afinar más a la trazada de esa curva en la que tuvo la sensación de no haber ajustado lo suficiente al vértice, o en frenar unos centímetros más allá al final de aquella recta en la que alcanzó la velocidad máxima, como en variar en unos milímetros las alturas del BRC o en unas décimas de grado las caídas de sus neumáticos o en uno o dos clicks los reglajes de sus amortiguadores. Combinando todo eso es como ha logrado completar esa temporada ‘casi perfecta’ que cerró en Arona con otras tres victorias y otro record. Y, lo mejor de todo, es que lo ha hecho siempre con una sonrisa, disfrutando y haciendo disfrutar. Sin duda, su presencia ha sido lo mejor de una temporada 2012 en el nacional de montaña que, por lo demás, nos ha sabido a poco en todos los sentidos.

fotos Nico Pacheco