inicio archivo reportajes archivo comentarios contacto

10-11|11|2012
SUBIDA A TAMAIMO

Cto. España Montaña, 6ª prueba
 
CRONICA

El sprint final cien por cien canario del Campeonato de España de Montaña 2012 arrancó en Tamaimo con el retorno al nacional de la clásica subida tinerfeña a la que, finalmente, acudieron casi todos los ‘peninsulares’ con posibilidades de lograr los títulos aun por decidir, los absolutos de las categorías I y II. En el primer caso, los cuatro aspirantes al certamen de carrozados (Cabo, Borreguero, Aznar y Fombona) acabaron haciendo el largo y costoso desplazamiento a las islas afortunadas. En el segundo, el líder, Aritz Egozkue, se quedó en casa, falto de presupuesto, teniendo que renunciar, por segundo año consecutivo, a defender sus opciones para dejar, de nuevo, el campeonato poco menos que en las manos de su compañero de marca en Silver, Oscar Palacio. El asturiano si que acudió a Tenerife, dispuesto a sumar su segundo título consecutivo, al igual que lo hizo el auténtico dominador de la categoría este año, Javi Villa, cuyas aspiraciones al campeonato, aun ganándolo prácticamente todo, eran mínimas, totalmente lastradas por el absurdo sistema de puntuación del certamen. Un sistema en el que prima, por encima de todo, el hecho de tomar parte en todas las pruebas, algo que en el caso de Javi no ha sido posible al tener que ‘saltarse’ la de Falperra por estar participando ese mismo fin de semana en la carrera de la NASCAR europea que se disputaba en el circuito británico de Brands Hatch.

El que con sólo seis pilotos procedentes de la península la cifra de participación de Tamaimo en la categoría I del nacional fuese más que aceptable (alrededor de una treintena de coches) y en la II registrase el record de la temporada (dieciséis CMs en liza) no deja de ser la enésima prueba de que Canarias ‘es otro mundo’ cuando hablamos de automovilismo en España. Además, entre todos esos pilotos locales no faltaban aspirantes a los puestos de honor, tanto en carrozados, donde había nada menos que cuatro Porsches y se contaban coches interesantes como un Toyota Corolla WRC, un Alfa de turismos o un par de Súper 1600, como en CM, categoría siempre muy competida en las islas y cuyos pilotos más rápidos podían ser también un factor a tener en cuenta.

Así pues, alicientes no faltaban para que la entusiasta afición canaria llenase las cunetas de los algo más de cinco kilómetros y medio que componen el recorrido de Tamaimo. Un trazado más técnico que rápido, con una media de velocidad alrededor de los 105 kilómetros por hora para los carrozados más punteros (similar a las que se alcanzan en Ubrique o el Fito) y caracterizado, sobre todo, por esas largas y cerradas curvas ‘redondas’ de su tercio final en las que más espectadores y fotógrafos se agolpan cada año. Entre ellos, desgraciadamente, no íbamos a estar nosotros, faltos de presupuesto para poder abordar el desplazamiento a las dos pruebas insulares, no previstas en el calendario cuando se inició la campaña. El ‘doblete tinerfeño’ en Tamaimo y Arona, también se escapaba de las posibilidades de nuestro habitual corresponsal en las islas, el grancanario Sergio Castellano, pero con su habitual amabilidad y eficiencia enseguida nos ponía en contacto con algunos de sus compañeros tinerfeños, que se encargaban de suministrarnos el material necesario para poder cubrir, aunque sea desde tan larga distancia, este inesperado final insular del Campeonato de España de Montaña 2012.

Evidentemente, desde tan lejos poco más se puede comentar sobre la subida a Tamaimo, primera de las dos citas consecutivas que decidirán el certamen, que no sea lo que cualquiera pueda deducir de ‘leer’ las clasificaciones. En todo caso, con ayuda de lo hablado por teléfono con algunos de los pilotos que participaron en la prueba, se pueden sacar algunas conclusiones interesantes como para intentar, al menos, que el relato no sea sólo una mera sucesión de cifras reflejando tiempos y posiciones. Así que eso vamos a intentar en el par de apartados, dedicados a cada una de las dos categorías del nacional, en que va a consistir este reportaje.

Triple victoria en categoría I para Manuel Cabo que está cada vez más cerca del título

Javi Villa fue de nuevo muy superior en categoría II y batió el record absoluto de la prueba

Aunque con más dificultades de las previstas, Oscar Palacio salió de Tamaimo como líder

Aznar lo intentó con el Audi pero los GT impusieron su ley y tiene difícil renovar el título

TAMBIÉN EN MONTAÑA ES EL AÑO DE PORSCHE    

Si el nacional de rallyes ha sido dominado este año, más aun que en los anteriores, por los cada vez más numerosos y competitivos Porsche 997 GT3 procedentes del popular monomarca de circuitos del fabricante germano, la montaña lleva camino de seguir una tendencia similar. Los hasta hace poco imbatibles ‘superturismos’ están teniendo que dar el relevo a los GT, lastrados cada vez más (¡y nunca mejor dicho!) por un reglamento empeñado en quitar de en medio a los fantásticos Audi A4ST y demás maquinaria procedente del mundial de turismos de los 90. Unos coches que, a nivel técnico, más de veinte años después son aun la máxima expresión de la categoría y que siguen siendo tan competitivos como para que haya hecho falta ‘buscarles las cosquillas’, a base de añadirles peso cada vez que ganan, para que dejen de ser el arma absoluta en las rampas nacionales. Un papel que, este año, están dejando de tener, al haber decidido Fombona buscar nuevos retos con el Porsche RSR y quedarse Aznar como único representante de los ‘superturismo’, siendo algo así como el Gary Cooper de ‘solo ante el peligro’, rodeado por un cada vez más numeroso grupo de GTs. Y entre estos últimos, ya a principio de temporada comentábamos que el más peligroso era Manuel Cabo si, finalmente, se decidía a seguir el campeonato con asiduidad tras haber competido de forma esporádica el año pasado al volante de su 997 ‘exAviñó’ procedente de los rallyes. Un coche mucho más adaptado ya a las carreteras por las que se disputan las pruebas de montaña que GTs ‘circuiteros puros’ como son el Mosler de Borreguero, el Cupra de Ángel Castro o el ya mencionado Porsche RSR de Fombona. Además, no vamos a descubrir a estar alturas el nivel de pilotaje de Manolo, todo un clásico de los rallyes nacionales y hueso duro de roer siempre que se pone al volante de cualquier vehículo, como ya demostrase en muchas ocasiones con aquellos Citroen Saxo kit car y S1600 con los que se medía de tú a tú con los mejores del nacional en los tramos más norteños.

Por todo ello, pese a un inicio de temporada algo titubeante, que Cabo y el Porsche acabasen alcanzando el liderato tras la subida de Liébana no sorprendía a nadie. Y, de cara al final de campeonato, la mayor duda la ponía el propio piloto cuando nos comentaba al término de la prueba cántabra que veía difícil defender esa primera plaza porque el coste del doble desplazamiento a Canarias era demasiado alto. Pero, finalmente, las ganas de sumar ese posible primer título de Campeón de España de Montaña se imponían al frío razonamiento contable y, con ayuda de algún nuevo patrocinador, el Porsche rojiblanco embarcaba camino de Tenerife para enfrentarse en Tamaino y Arona al Audi de Aznar, dispuesto a defender hasta el final el campeonato, al Mosler de Borreguero, todo el año en la pelea y cada vez más peligroso, y al Porsche de Fombona, con escasas opciones de lograr su sexto entorchado pero con las mismas ganas de pelea que siempre.

Unas ganas de pelea, las del gijonés, que se ponían claramente en evidencia cuando su nombre se situaba en lo más alto de la tabla de tiempos de las dos mangas de entrenos del sábado, en las que Fombona repetía en el 3:13, seguido siempre de cerca por Cabo, a tres décimas en la primera, a poco más de una en la segunda. Ambos estaban aun lejos del 3:08 logrado el año anterior por el canario Enrique Cruz al volante del Subaru WRC por lo que era evidente que, como suele ser habitual en la montaña, todos se estaban aun ‘guardando algo’ para la primera manga de carrera del fin de semana, la que cerraba la jornada. En ella, Cabo rebajaba su registro previo en más de seis segundos, estableciendo ya un nuevo record para los carrozados y sumando la primera victoria del fin de semana mientras que Fombona apenas si podía recortar un segundo a su crono anterior y se veía superado, incluso, por Borreguero, que progresaba de forma espectacular hasta un 3:11 desde sus 3:20 y 3:16 de las dos mangas de entrenos.

Dos segundas plazas para Borreguero, que aun le mantienen en la pelea por el campeonato

Fombona fue tercero el sábado pero se salió el domingo y quedó descartado

El mejor local fue Enrique Cruz, que subió al podio el domingo con su Porsche

Claro dominio en grupo A del WRC de Abreu, quinto de carrozados en las tres carreras

La escasa mejoría lograda por Fombona nos la explicaba, con su habitual sinceridad, el propio piloto cuando hablábamos con él por teléfono sobre como se había desarrollado la prueba. No estando muy a gusto con la dirección asistida, decidía no utilizarla pero en la subida final el recorrido se le acababa haciendo ‘demasiado largo’, llegando ya muy cansado a una de las interminables curvas de la parte final del recorrido en la que ‘no podía con el volante’ y se quedaba casi parado, perdiendo un tiempo precioso y toda opción de intentar poner en apuros a Cabo. De todas formas, el imponente Porsche del gijonés completaba el podio cien por cien GT contra el que no podía hacer nada Aznar, que progresaba en cada manga pero, aun así, acababa quedándose a casi dos segundos del tercer puesto y, lo que era peor, con la sensación de que poco o nada iba a poder hacer para mezclarse en la pelea por la victoria y tratar de recortarle puntos a Cabo en la lucha por el título. De hecho, bastante tenía el almeriense con acabar batiendo a los dos mejores locales de las mangas del sábado, que para los canarios sólo eran de entrenamientos ya que el certamen autonómico se jugaba en las subidas del domingo. Aun así, el Corolla WRC de Víctor Abreu y el Porsche del ‘Ken Block canario’ Modesto Martín (¡menuda Gymkhana suya se puede ver en YouTube!) no subían ‘de paseo’ precisamente, acabando separados por apenas tres décimas y a poco más de segundo y medio del Audi.

El domingo, la noticia estaba en la única manga de entrenos prevista en el programa, en la que Fombona, ya con la dirección asistida de nuevo ‘activada’, se veía sorprendido por un bache en pleno apoyo y acababa golpeando el frontal de su Porsche, dañando el radiador y la defensa delantera y teniendo que decir adiós a sus opciones de competir en las dos mangas de carrera que se disputaban justo a continuación. El relevo del gijonés como principal amenaza a Cabo lo tomaba Enrique Cruz al volante de un Porsche similar al del cántabro y que no se había visto en liza la jornada anterior. Además, con temperaturas más bajas, a primera hora del domingo, que las altísimas de principios de la tarde del sábado, las condiciones eran ideales para mejorar los tiempos, y tanto Cabo como Cruz bajaban del 3:10, haciéndolo hasta un espectacular 3:05 el líder del nacional. Un crono fantástico, del que se quedaba lejos en la carrera 2, aunque aun así la ganaba con un amplio margen de casi cuatro segundos, y que acababa rebajando aun más en la 3, marcando un sensacional 3:05.158, a más de 108 km/h de media, con el que certificaba su tercera victoria del fin de semana y daba un paso prácticamente decisivo hacia el título.

Un título del que se resiste a despedirse Aznar, que echó el resto el domingo para seguir bajando sus cronos hasta acabar con un 3:09 y sumar dos terceras plazas, una por detrás de Borreguero, que repitió en la carrera 2 el segundo puesto de la 1, y otra tras Cruz, que acabó logrando meterse en el podio de los nacionales a la vez que se llevaba la victoria que más le interesaba, la del certamen regional, certificando, de paso, el primer doblete de los 997 GT3 en una prueba del nacional de montaña. Un resultado al que ya nos hemos acostumbrado en rallyes y que puede empezar a ser también cada vez más habitual en las subidas.

El mejor canario en CM fue José Manuel González segundo en la carrera 1 y tercero en la 3

Julián Falcón fue el otro local que subió al podio del nacional de categoría II

Modesto Martín se abonó a la sexta plaza de la categoría I con su Porsche

El Alfa de Félix García-Durán fue séptimo de categoría I en dos de las tres carreras

LOS TÍTULOS NO LO SON TODO

Hace mucho tiempo que vengo observando como en el deporte, a todos los niveles, hay cada vez más lo que me parece una excesiva obsesión por los títulos. Ser campeón parecer ser, en muchas ocasiones, lo único importante, independientemente de la importancia del certamen, y la calidad y/o cantidad de competencia a la que se ha tenido que superar. Por no hablar de los casos, que también hay, por desgracia, en los que para ganar el título de campeón ‘de lo que sea’ se pasa por encima de todo con tal de lograr el ansiado título, dejando muy de lado esos conceptos cada vez más ‘pasados de moda’ del ‘juego limpio’ y la ‘deportividad’. Viene esta reflexión doblemente al caso por la situación del nacional de montaña de la categoría II y el desarrollo, en Tamaimo, de su penúltima cita del año.

Qué el título de campeón se lo va a llevar Oscar Palacio, y que lo va a lograr por segundo año consecutivo a base de acabar quedándose sólo en el cada día más difícil empeño de completar una temporada entera, es algo que está fuera de toda duda, salvo auténtico desastre en Arona. Y, que no se me malinterprete, no hay demérito alguno en ello, al contrario. Las reglas están hay para todos, son bien conocidas desde antes de que arranque el año y será mérito suyo si Oscar acaba siendo, una vez más, el único que va a lograr haber estado presente en todas las pruebas del campeonato, condición poco menos que imprescindible para llevarse el título con el sistema de puntuación que impera en el Campeonato de España desde hace un par de temporadas. Un sistema que en esta misma web ya hemos criticado en varias ocasiones desde que se implantó, y que se puso en marcha, en su día, con el loable objetivo de darle más interés a unos campeonatos que Fombona dejaba sentenciados poco menos que a mitad de temporada. Lo malo es que quien tuvo la ‘feliz idea’ de cambiar el sistema puntuación, disminuyendo al mínimo posible la diferencia de valor entre cada posición, de modo que sólo se de un punto más al primero que al segundo, y así sucesivamente, no pensó que esto, unido al hecho de no poder descontar resultados de un mismo meeting, poco menos que obligaba a competir en todas las pruebas para tener alguna opción, ya que cualquier ausencia se convierte en una losa poco menos que imposible de levantar, especialmente en un certamen con pocos participantes asiduos como es el que nos ocupa. Por ello, al final lo que sobre todo ha conseguido esta ‘puntuación antiFombona’ ha sido que si antes ya seguían el campeonato pocos pilotos ahora lo hagan aun menos, ya que apenas ninguno se puede permitir, por cuestiones económicas, laborales o de cualquier otro tipo, estar presente en todas las pruebas del certamen. Y, además, tampoco se fomenta con este método el que pilotos que logran un buen resultado en la prueba de casa se animen a salir a alguna más y probar suerte en el campeonato, ya que si no compiten en todas sus opciones seguirán siendo nulas ante los que hacen el calendario al completo.

El año pasado, en la primera temporada en que se utilizó este sistema, con dos fases puntuables por fin de semana, el resultado fue que Aznar acabó batiendo a Fombona en la lucha por el título de la categoría I pese a que el gijonés acumuló cinco victorias por tres del almeriense. Pero, al fin y al cabo, ambos compitieron en todas las pruebas, y si el pentacampeón gijonés acabó perdiendo el título fue por errores y/o problemas propios unidos a aciertos de su rival, que completó una temporada llena de regularidad y culminada con esos tres triunfos en las cuatro últimas fases que le acabaron otorgando el campeonato. Un desenlace, por tanto, que hubiese sido diferente con el sistema de puntuación anterior pero que no dejó tan en evidencia la normativa como lo va a hacer este año el de la categoría II. Porque este año, entre los CM, con tres carreras por fin de semana, cuando sólo faltan las tres últimas a Oscar Palacio, con dos victorias en su haber, le basta con hacer cuartos puestos en Arona para acabar ganando el campeonato por delante de Javi Villa… ¡que ya lleva ganadas catorce! Es más, si Oscar consigue en Arona los resultados que necesita, a Javi le será inútil añadir tres triunfos más y acabar la temporada con diecisiete primeros puestos y un segundo en un total de veintiuna carreras, de las que no ha tomado parte en tres. Porque, ‘gracias’ al sistema de puntuación y descartes del nacional de montaña, no haber participado en esas tres mangas de la subida a Falperra le supone a Javi ‘castigo’ suficiente como para hacer inútil todo lo demás ante la regularidad y perseverancia de Oscar… y le hubiese dejado también por detrás de Aritz Egozkue, que este año sólo ha subido una vez a lo más alto del podio, de no ser por la renuncia del navarro a competir en las dos pruebas canarias de final de temporada.

Dos segundas plazas en grupo A para el C2 S1600 de Antonio Gorrín

Félix Brito fue segundo de grupo A en la carrera 3 con su ya veterano Mitsubishi

También subió al podio de grupo A Samuel Rodríguez, tercero en la última manga

Moisés Casanova no tuvo apenas oposición en un poco concurrido grupo N

Evidentemente, Javi ya sabía a principio de año que esto iba a ocurrir, de hecho si se hubiese mantenido el calendario inicial del campeonato, habría tenido que renunciar también a la subida de Ibiza, finalmente cancelada y cuya fecha coincidía con la cita final de la NASCAR europea en Le Mans. Por ello, al piloto de BRC lo que le ha motivado desde su espectacular principio de año en Ubrique ha sido, principalmente, lograr el mayor número de victorias parciales y luchar contra los límites, buscando batir los records en cada subida como aliciente extra. Algo que ha venido haciendo con alucinante regularidad a medida que destrozaba los cronos de la categoría CM, imponiéndose casi siempre con diferencias hasta ahora nunca vistas en un certamen siempre tan igualado y en el que sólo Pedro Roca, en ocasiones, dio sensación de tal dominio. Un dominio que, en el caso de Javi, se ha venido moviendo, con excepción de su fantástico duelo con Dany Sordo en Liébana, en torno al segundo por kilómetro de ventaja respecto a sus más inmediatos seguidores. En Tamaimo la ‘música’ no cambió, añadiendo además Villa a su ya poco menos que habitual triplete de victorias en el fin de semana, no sólo el record de CM sino la guinda adicional de lograr también el record absoluto de la subida, rebajando en casi un segundo el tope que había establecido el año anterior Andrés Vilariño con su barqueta Norma. Un record, logrado con un BRC cuya potencia no llega, ni de lejos, a la mitad de la que impulsa al prototipo galo, que pone en perspectiva, una vez más, el enorme nivel de pilotaje de Javi y, también, el real valor deportivo de algunas marcas aun vigentes en muchas subidas, logradas al volante de coches cuyo potencial es muy superior pero que cuando marcaron esos ‘records’ no tuvieron casi nunca enfrente rivales con monturas de características similares que les empujasen hasta el límite. Un límite que si buscó, y de que modo, Villa en Tamaimo, y que le agradeció con entusiasmo la increíble afición canaria, a la que Javi retrató desde su BRC mientras bajaba, twiteando la foto sacada con su móvil desde el coche al más puro estilo puesto de moda por Keselowsky en la NASCAR americana a principios de esta temporada.

De todas formas, volviendo al arranque de este ‘capítulo’, lo más significativo del fin de semana de Tamaimo entre los CM no me pareció ni que Javi batiese el record, ni que ganase otra vez las tres mangas ni que Oscar diese un paso decisivo hacia el título, sumando los puestos de la cuarta, la tercera y la segunda posición en las tres carreras de la subida tinerfeña. Lo más relevante, desde mi punto de vista de lejano observador, ha sido constatar como, después de todo, eso de la ‘deportividad’ no está tan pasado de moda como pensaba, protagonizando el sábado pasado Jesús Bango, en Tamaimo, un episodio de esos que deberían convertirse en ejemplo de una forma de afrontar la competición cada vez más olvidada ante ese ansia de ganar, de sumar títulos, que acaba por convertirse en lo único importante.

El hecho al que me refiero ocurrió a media tarde del sábado. Tras completarse la primera manga de entrenos con Javi Villa y Oscar Palacio ocupando, como era previsible, las dos primeras plazas, la sorpresa saltó en la segunda, que no seguí en directo por el online de la web, atareado como estaba con los ‘twitts’ del rallye de Cataluña. Así que cuando volví a conectarme con la subida a Tamaimo ya me encontré con el resultado final de los entrenos 2… en los que Villa sólo era tercero … ¡y Palacio no aparecía! Lo de Javi era meramente anecdótico, había calentado ruedas al estilo circuito antes de la salida y eso le había supuesto una penalización de diez segundos que le había hecho perder un par de plazas en la tabla… pero lo de Oscar era más grave ¡se había roto el motor de su Silver y no tenía recambio! Ahí es donde entró en juego, entonces, esa deportividad de la que hablo más arriba, con Jesús Bango como protagonista. El propietario de BRC cedió el motor de reserva del coche de Villa a su máximo rival que, gracias a ello, pudo competir en la carrera 1 y sumar los puntos del cuarto puesto, más que suficientes para mantener su holgada ventaja al frente del campeonato. Eso si, Oscar sufrió lo suyo y le debe esos puntos tanto al generoso gesto del equipo rival como a la concatenación de factores que le permitieron, finalmente, cruzar la línea de meta de la manga final del sábado en vez de añadir un cero a su casillero en el campeonato… un cero que aun podía descontar pero que le hubiese dejado ya sin apenas margen de error en lo que quedaba de fin de semana y en la cita final de Arona apenas siete días después. Esos factores fueron, por un lado, que el programa de la subida canaria no fuese el habitual en el resto de pruebas del nacional, con entrenos 1 y carrera 1 a continuación, ya que, en ese caso, la rotura en la segunda manga del día hubiese supuesto ya ese temido cero en vez de haberse producido en unos entrenos. Y, por otro, que la numerosa inscripción de Tamaimo y un par de incidentes que obligaron a detener la prueba durante unos cuantos minutos, acabasen alargando el tiempo lo suficiente como para que el frenético trabajo de su equipo para sustituir el motor le permitiese estar a tiempo en la línea de salida de la carrera 1. Luego, para aumentar aun más la tensión, una fuga de aceite en la parte final de la subida le hizo cruzar la meta ‘echando humo’ y con susto añadido aunque, por fortuna, el motor aguantó y pudo ser convenientemente ajustado para que el domingo no diese mayores problemas, permitiéndose Oscar incluso el lujo de ‘apretar’ en la carrera 3, superando a los canarios Manuel González y Julián Falcón, segundos respectivamente en las carreras 1 y 2, para acabar logrando la segunda plaza tanto de la última manga del día como de la general de la prueba. Así, una vez superado el ‘susto’ del sábado, Oscar lo vuelve a tener todo de cara para lograr un título que, después de todo, al final es lo que acaba quedando en el palmarés aunque no siempre debiera de ser lo más importante.
fotos Nico Pacheco