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22-23|09|2012
SUBIDA LIÉBANA

Cto.España Montaña, 5ª prueba
 
CRONICA

Después de un fin de semana tan duro y difícil como el del Príncipe, los dos días que pasamos en los espectaculares parajes de la vertiente cántabra de los Picos de Europa, donde se celebró la Subida Liébana-Dobres, han sido algo así como una muy necesaria bocanada de aire fresco… y no sólo por el aire puro y limpio que se respira en esas latitudes tan alejadas de la polución y el ajetreo de las zonas urbanas. La prueba que tomaba el relevo de Peña Cabarga como cita cántabra del nacional de montaña nos empezó a levantar el ánimo nada más llegar y conocer su precioso recorrido… que se convirtió, además, en el perfecto escenario para un fantástico duelo entre Javi Villa y Dani Sordo, cuyo extraordinario desenlace en la última manga del domingo puso la guinda a un fin de semana de esos que te recuerdan porque este deporte nos tiene tan enganchados.

La presencia al volante de un Silver del piloto oficial de Mini en el mundial de rallyes constituía, indudablemente, el máximo aliciente de una prueba cuya inscripción era, desgraciadamente, muy pobre en número, con menos de dos decenas de participantes a efectos del Campeonato de España, repartidos prácticamente a partes iguales entre turismos (nueve) y CMs (ocho). A ellos se unían los dieciocho participantes en el regional cántabro, gracias a los que la cifra final de coches en la línea de salida se elevaba a treinta y siete. En todo caso, pocos pero escogidos, ya que en el nacional estaban prácticamente todos los habituales de este año (con la ausencia, a última hora, por problemas gástricos, de Angel Castro) dispuestos a entablar el que, para varios de ellos, sería el último duelo del año ya que en estos días se conocía la definitiva renuncia de la Subida a Ibiza a su puntuabilidad para el Campeonato de España por lo que el certamen 2012 se cerrará en noviembre con las dos citas consecutivas en Tenerife, a las que pocos acudirán por obvias cuestiones de presupuesto.

Entre los que difícilmente podrán permitirse acudir al ‘fin de fiesta’ en las islas afortunadas estaremos también nosotros, así que había que exprimir al máximo la cita de Liébana para disfrutar de esa montaña que sigue siendo la especialidad en la que mejor lo pasamos cada temporada. Algo a lo que contribuye tanto el magnífico ambiente que hay entre sus pocos pero generalmente bien avenidos protagonistas, como la variedad de maquinaria que todavía se ve en las subidas más que en ninguna otra parte. Si a ello le añadimos el descubrimiento de parajes como el que surca la carretera que lleva desde el valle de Liébana al pueblo de Dobres, en cuyos casi seis kilómetros de serpenteante asfalto se disputó la prueba del pasado fin de semana, poco más se puede pedir. Si acaso, además, asistir a una lucha tan interesante como la que Javi Villa y Dani Sordo mantuvieron durante las dos jornadas, empleándose a fondo sin perder ninguno de ellos la sonrisa para acabar intercambiando experiencias al final de la prueba como lo que son, dos auténticos ‘cracks’ dentro y fuera de la competición.

Pero no adelantemos acontecimientos y empecemos por el principio, por nuestra llegada a la estrecha carretera que servía de zona de asistencia, y en la que ya se habían acomodado, en lo posible, los equipos que iban a tomar parte en la prueba. Nada más aparcar el Renault Megane de Leomotor que, una vez más, era nuestro medio de transporte a una prueba del nacional, lo primero era preguntar por el recorrido de la subida (totalmente nueva para nosotros) a los pilotos que nos íbamos encontrando. Y pocas veces hay mayor unanimidad en las respuestas, que iban desde ‘preciosa’ a ‘espectacular’ pasando por ‘la más bonita del campeonato’. Todos estaban encantados con un recorrido del que teníamos como única referencia el vídeo publicado en la web de Silver Car sobre la participación en la misma, el año pasado, de Dani Sordo, cuando logró la victoria en la segunda edición de la prueba, puntuable entonces sólo para el regional cántabro. Un video en el que llamaban la atención las amplias ‘paellas’ y, sobre todo, la zona de túneles de la parte final del recorrido, cuya entrada se vislumbraba a lo lejos desde donde nos encontrábamos cuando hablábamos sobre el trazado con alguno de los pilotos del nacional.

Javi Villa ganó dos de las tres oficiales y acabó primero de la general

Dani Sordo se impuso en la carrera 2 y se lo puso muy difícil a Villa en la 3

Dos victoria en la categoría I para Manuel Cabo que pasa a liderar el nacional

Raúl Borreguero se impuso en la carrera 3 tras de haber sido segundo en las otras dos

Precisamente esos túneles, situados justo antes de meta, iban a ser nuestro primer destino del fin de semana para, a partir de ellos, ir descendiendo poco a poco entre mangas y cubrir otras partes de la prueba a medida que avanzaba la jornada. La subida en la furgoneta de prensa nos permitía confirmar de primera mano las impresiones de los pilotos, el recorrido era sencillamente espectacular, con varias zonas rápidas y técnicas de esas de ‘tirarse con fe’ y de trazar ‘hilando fino’, interrumpidas por una sucesión de hasta siete amplias ‘paellas’ situadas en el primer tercio del trazado. Los dos túneles de la zona de meta, escavados directamente en la roca, añadían ese toque ‘diferente’ que completaba una subida para disfrutar, a lo que también contribuía el buen tiempo, con un cielo azul y un sol radiante iluminando el manto verde de los bosques que cubren las laderas del valle de Liébana, sobre los que se elevan, majestuosas, las imponentes moles de piedra gris de los picos de Europa.

El paso de los coches por los túneles, que vistos desde la salida del segundo y a través del objetivo de la cámara, ofrecen una curiosa perspectiva, con la piedra haciendo de irregular marco a la imagen, nos dejó sensaciones similares a las que se deben vivir en esos legendarios tramos del Montecarlo, en los que la carretera se abre paso a través de las rocas de los Alpes Marítimos. El hueco que la mano del hombre ha abierto en las montañas se llena por un breve instante con el sonido del motor, cuyo eco rebotando en las paredes del túnel sigue reverberando en los oídos unos segundos después de que la fugaz imagen del coche ya haya abandonado el envoltorio de roca, saliendo disparado hacia los última curva de la subida, una derecha peraltada que ejerce de catapulta hasta la meta situada apenas unos metros después. Un festín para los sentidos en el que destacaba, especialmente, el impresionante bramar del Porsche de Fombona, aun más atronador que de costumbre al ser amplificado por el eco de la montaña. El gijonés completaba la subida pese a sufrir problemas de alternador que le harían tener que ‘tirar de batería’ durante todo el sábado mientras se localizaba una pieza de recambio que acabaría llegando a tiempo para ser montada de cara al día siguiente. También subía ‘tocado’ el Córdoba WRC de Maldonado, en su caso debido a un embrague que daba ya síntomas de fatiga cuando ‘calentaba’ la mecánica subido en los caballetes antes del inicio de la prueba. Un problema que se iba agravando y para el que no habría remedio de cara al domingo, así que Manuel tenía que ‘apretar los dientes’, subir con cuidado de no dañar más la mecánica y tratar, al menos, de completar las mangas del sábado antes de ‘empaquetar’ y emprender ya camino de Almería esa misma noche.

Los cronos de la primera manga del día eran, lógicamente, bastante altos, con Villa siendo el más rápido pero quedándose a unos cuatro segundos del record de Sordo el año pasado. El cántabro era tercero, a dos segundos y medio, y entre ambos se situaba Oscar Palacio, algo más de un segundo por delante de Dani. Entre los carrozados, Cabo marcaba claras diferencias, distanciando en más de ocho segundos a Borreguero, lo que confirmaba al de Astillero como claro favorito en la categoría.

Para la primera subida de carrera del fin de semana elegíamos la últimas paella del recorrido, una cerrada ‘herradura’ de izquierdas, desde cuyo alto interior se podía ver también la anterior, de similar radio pero girando hacia la derecha. El paso de los dos favoritos en el duelo de los CM era de esos que resultan significativos si, como ocurría, coinciden las sensaciones que dejan al trazar una única curva del recorrido con el resultado final que marcan los cronos en la línea de meta. Tanto Sordo como Villa eran, además, fieles a lo que siempre esperas de un piloto de rallyes y uno de circuitos. Mientras Dani Sordo trazaba ‘de mundial’, controlando con maestría la trasera del Silver en una preciosa cruzada, Javi se ceñía al interior del viraje con la precisión que da pilotar monoplazas en circuito. Normalmente el segundo ‘sistema’ suele producir mejores tiempos (y peores fotos) que el primero y, en efecto, así ocurría también en esta ocasión, con Villa marcando el mejor crono, ya por debajo del record del 2011, y distanciando a Sordo en unos muy notables 4.2 segundos. El primer asalto era, por tanto, para el ‘circuitero’ ante el ‘rallyeman’… pero todavía quedaban otros dos y estaba claro que Sordo aun tenía mucho margen de mejora, ya que su crono había sido claramente peor que su propio record del año pasado… ¡esto no había hecho más que empezar!

Oscar Palacio fue tercero de la categoría II en las dos carreras que disputó en Liébana

Aritz Egozkue es el nuevo líder de la categoría II a falta de aplicar los descartes

Aznar perdió el liderato de la categoría I tras un fin de semana lleno de problemas

Fombona sigue progresando con el Porsche pese a algún que otro problema mecánico

Por detrás de Javi y Dani se vivía otro duelo no menos interesante, por el liderato en el nacional de la categoría II, entre Oscar Palacio y Aritz Egozkue que se decantaba a favor del asturiano tras batir al navarro por algo más de segundo y medio. Un resultado clave para Oscar que, de inmediato, emprendía su ‘operación Sueve’ al más puro estilo James Bond, bajándose del Silver nada más llegar de vuelta a la asistencia para subirse a un helicóptero que lo llevaba a la cara norte del Fito, donde en apenas media hora arrancaba la prueba del campeonato de Asturias de montaña en la que iba a competir por la tarde. De este modo, a costa de renunciar a las mangas de la carrera 2, podía sumar en el Sueve los puntos que necesitaba para seguir líder del regional pese al doble triunfo de su principal rival, Fermín Busta, y volver de nuevo a Liébana para retomar la subida del nacional en las mangas del domingo, dejando el 'cero' de la carrera 2 como uno de los resultados a descontar a final de año. 

Entre los carrozados había menos emociones fuertes. Cabo cumplía los pronósticos, dominando con autoridad pese a no mejorar apenas su crono de entrenos. Aun así, con un 3.25 que ya estaba claramente por debajo del 3.32 obtenido el año pasado por Javi España con su EVO X (y que era nuestra referencia para saber por donde podrían andar los tiempos de los turismos), Manolo no se veía especialmente inquietado por nadie, sumando su primera victoria del fin de semana por delante de Borreguero. El del Mosler rebajaba con claridad su registro previo y se quedaba a dos segundos y medio del ganador, mientras que tercero era Fombona, pero ya a más de diez segundos y preocupado sobre todo en llegar a meta con un Porsche al que la electricidad le jugaba malas pasadas, haciendo que, en ocasiones, la potencia entrase toda de golpe. De todas formas, mucho peor le iban las cosas a Aznar, al que la rotura de la segunda velocidad de su Audi le dejaba ‘tirado’ en la misma línea de salida, obligando a su equipo a una rápida reparación para poder, al menos, tomar parte en las siguientes mangas.

Como todo había discurrido con rapidez y sin incidentes quedaba todavía un buen rato para el arranque de la siguiente ascensión, tiempo que consumíamos refrescándonos con un sabroso helado saboreado sin prisa y a la sombra. El sol apretaba de pleno y así seguiría hasta el final de la jornada, achicharrando las gomas y poniendo a prueba la resistencia de las mecánicas. La subida de entrenos de la carrera 2 la veíamos desde lo alto del exterior de la quinta paella, la más larga y con más pendiente de todo el recorrido. Una zona que ofrecía, además, una espectacular panorámica del valle, con las asistencias al fondo. Si antes nuestro particular ‘premio a la mejor cruzada’ había sido para el Silver de Dani Sordo, en esta ocasión era el BMW de su padre el que se llevaba la palma, saliendo totalmente de lado para satisfacción de la afición, presente en poco número pero en la que se cumplía eso de más vale calidad que cantidad. Y es que quienes había hecho el desplazamiento hasta Liébana, desde cualquier punto de Cantabria, desde Asturias o desde el País Vasco principalmente, eran de esos que, desgraciadamente, cada vez parecen quedar menos: verdaderos aficionados atraídos por el espectáculo de las carreras. Para todos, una vez superada la tercera subida del día, en la que los cronos eran, lógicamente, más altos que en la carrera 1 pero las posiciones resultaban prácticamente calcadas, faltaba la que debía ser ‘traca final’ de la primera jornada, la subida oficial de la carrera 2.

Noriego sumó los puntos de un desierto grupo N y ya tiene el título asegurado

Manuel Maldonado también se aseguró el título del grupo A pese a los problemas de embrague

Juan Carlos Castillo se impuso en la clasificación del Campeonato de Cantabria

Arakistain fue quinto, sexto y séptimo en las tres mangas de la categoría II

Los pocos coches en liza, la agilidad de las salidas cada 30 segundos y la total ausencia de incidentes hacían que la espera hasta la hora de inicio fuese también larga, lo que nos daba tiempo más que de sobra para seguir bajando como dice la canción, ‘un ratito a pie y otro caminando’. Y así, sin prisa pero sin pausa, llegábamos hasta la zona de salida, desde la que seguiríamos la manga final de la jornada. Antes, incluso teníamos margen aun para una rápida visita a las asistencias, que nos ponía al día de algunos de los incidentes mecánicos ya relatados, como los problemas de Aznar, Maldonado y Fombona. En cuanto a los CM, mientras Sordo comentaba con su equipo como afrontar la manga final le preguntábamos a Aritz si podría acercarse a sus cronos, a lo que el navarro nos contestaba con un sincero ‘no’. Al igual que había sucedido en Ubrique, Fito y Santo Emiliano con Villa y el BRC, Dani estaba llevando el límite del Silver más allá de esa línea que sus habituales pilotos nunca habían pensado que fuese posible cruzar. Una línea que, en cuanto a tiempo, nos cuantificaba su rival, Javi, en un 3.05 al que se veía con capacidad para llegar, especialmente montando las dos gomas ‘comodín’ para la manga final del día.

Sin embargo, las carreras no son siempre una ciencia exacta, y mientras Sordo rebajaba en una décima el registro ganador de Villa en la carrera 2, el asturiano empeoraba incluso su crono de entrenos, obtenido con ruedas usadas, quedándose a más de un segundo del tiempo de Dani. Un resultado que ponía el ‘uno a uno’ en el marcador para satisfacción del constructor de los Silver, Juan Carlos Silvestre, que esperaba ansioso junto a nosotros la aparición de los registros en el monitor de tiempos de la línea de salida. Para el fabricante navarro el triunfo de Sordo era toda una reivindicación, como lo habían sido para su competencia, Jesús Bango, las victorias de Villa en lo que va de temporada. Tanto en uno como en otro caso se demuestra eso que ya comentábamos en la crónica del Fito, que los dos coches van estupendamente y que está en manos de los pilotos hacerlos más o menos ganadores. En ese sentido, los casi cinco segundos que separaban a Sordo del tercer clasificado, Aritz Egozkue, también al volante de un Silver, hacían al navarro sincerarse con nosotros un par de horas después, cuando nos encontrábamos tomando algo en una terraza de Potes: “esta gente están a otro nivel” era el resumen de sus resignados comentarios. Algo que llevamos tiempo tratando de ‘explicar’ en el caso de Javi y que Dani volvía a demostrar: por muy rápido que sea un piloto de los habituales en las primeras plazas del nacional, no deja de ser un ‘amateur’ que le dedica a las carreras más o menos fines de semana al año. Nada que ver con profesionales de nivel internacional como el asturiano, capaz de ganar en la GP2, el WTCC o la NASCAR europea, o el cántabro, uno de los tres mejores pilotos de rallyes del mundo sobre asfalto. Gente, en definitiva que, como dicen los ‘yankis’ en estos casos, simplemente ‘juegan en otra liga’.

Si entre los CM había nuevo ganador en la carrera 2 con respecto a la 1, no ocurría lo mismo en el caso de los carrozados. Cabo seguía por delante de sus rivales en un hipotético tablero de parchís que representase la clasificación. Por ello, de nada le valía a Borreguero apretar y meterse ya en la casilla del 3.25 que ocupaba Manolo en la carrera 1 porque el del Porsche ya había avanzado un par de ellas más, poniendo su ficha en la del 3.23, de nuevo fuera del alcance de sus rivales y sumando su segunda victoria del fin de semana. El podio, una vez resuelto el problema del cambio de su Audi, lo completaba Aznar, que nos comentaba como poco más podía hacer en una subida con tanta pendiente en la que echaba le hubiese gustado tener más ‘caballos’ para pelearse con los GT.

Dos sextas plazas y una séptima para Angela Vilariño entre los CM del nacional

Juanjo Abia repitió sexta plaza en dos de las tres carreras de la categoría I

Miguel Angel Clemente no tuvo problemas para sumar otras tres victorias en históricos

Antonio Noguera completó la escasa participación nacional con su Lotus Elan

Se cerraba así la jornada del sábado, que había sido larga y agotadora pero en la que habíamos disfrutado del paisaje y la competición. Una temprana cena antes de ir a dormir completaba un día en el que el calor nos había dejado con pocas energías por lo que el reparador sueño era más necesario que nunca para estar en pie a primera hora del domingo y llegar a la zona de asistencia antes del cierre de carretera, previsto para las 9 de la mañana. A diferencia del sábado, el cielo amanecía bastante cubierto y hasta se vislumbraban unas cuantas amenazadoras nubes negras moviéndose rápidamente por encima de las altas cumbres de los Picos de Europa. El sol lo tenía complicado para aparecer, y apenas si lograría abrirse paso durante breves momentos a lo largo de toda la mañana. De todas formas, si aguantaba sin llover, la temperatura era ideal, algo que íbamos a agradecer todos: los espectadores para no tener que buscar sombras donde guarecerse del sol achicharrador de la víspera; los neumáticos y las mecánicas para rendir mejor y permitir a los pilotos bajar los tiempos del día anterior. Algo que comentábamos con Villa, quien se mostraba convencido de que el 3.05 que nos había indicado el sábado era perfectamente posible, no entendiendo, de hecho, porque  no lo había logrado ya en la carrera 2. Buscando explicaciones al por qué había empeorado su crono de libres, logrado con gomas viejas, Bango y su equipo encontraban una rótula con algo más de holgura de la cuenta, mientras que Javi pensaba que el problema podía haber estado en los neumáticos ‘comodín’, así que optaba por descartarlos para la subida final del día, que afrontaría con los cuatro utilizados en su victoriosa carrera 1.

Unos metros más allá, en el box de Fombona, el imponente Porsche estaba listo para la batalla con el alternador llegado desde Madrid ya montado y funcionando. Entre eso y un muelle extra añadido a la palanca del cambio secuencial, cuyo ‘retorno’ automático no lo era tanto el día anterior, Fombona se disponía a afrontar el día con más optimismo, aunque tanto él como Aznar o Borreguero tenían claro que Cabo seguía siendo el favorito. Pero el que más claro tenía de todos cual iba a ser su papel era Noriego, que hacía el largo desplazamiento a Liébana desde Extremadura con un solo objetivo en mente, acabar las tres mangas y sumar los puntos que le asegurasen el título del grupo N. Un certamen en el que, por desgracia y al igual que ya le ocurriese el año pasado a Viti, ha acabado por quedarse sólo. Por ello, Eduardo se había aguantado el sábado las ganas de tirarse a fondo en una subida que le encantaba, terminando justo a espaldas del grupo de cabeza en las dos carreras, cuarto en la 1 ante la ausencia de Aznar, quinto en la 2 con el almeriense de nuevo en liza. Y el plan para el domingo era el mismo, llegar a meta con el coche entero y dejar sentenciado el campeonato.

En cuanto a nuestro ‘plan’ para el día, aunque el sábado ya habíamos hecho fotos de ‘acción’ más que de sobra, pasaba por subir andando hasta la primera paella para ver otra manga más antes de quedarnos cerca de salida en la última, como hacemos siempre para así poder llegar a tiempo al parque cerrado y hacer las entrevistas que se incluyen en los vídeos de TVMotor. Encaramados a la ladera del exterior de la curva, en la que apenas si seríamos una docena de espectadores, disfrutábamos de otra manga de desarrollo rápido y fluido. En esta ocasión, por lo que respecta al duelo Villa-Sordo, lo visto en nuestra zona no se reflejaba en la sentencia inapelable del cronómetro. Javi entraba al vértice con alguna pequeña duda en el tren delantero de su CM mientras que Dani lo ‘agredía’ con más decisión… pero en meta era el de BRC el que tomaba de nuevo la delantera…¡y de que modo! Al primer intento, con gomas usadas, Villa ya llegaba a ese 3.05 que se había marcado como límite el día anterior…¡y aun quedaba la subida final, en la que tanto él como Sordo iban a montar mejores neumáticos!

A estas alturas del día confieso que toda mi atención ya estaba en ese espectacular duelo que se planteaba para la manga final por lo que apenas si ojeaba de refilón los cronos de los carrozados, entre los que Cabo seguía marcando la pauta, seguido de Fombona, ya con mejores armas para luchar. De todas formas, todo indicaba que no iba a haber sorpresas en el resultado final de la carrera 3 para los turismos… aunque, como pronto veríamos, eso es algo que nunca se puede decir porque, definitivamente, las carreras nunca son una ciencia exacta.

Joseba Iraola terminó segundo en la general del Campeonato de Cantabria

El primer carrozado del certamen regional fue el Clio de Jonathan Cabo

Segunda plaza entre los turismos del campeonato de Cantabria para San Emeterio

El primer 'trasera' del regional fue el BMW de Luis Fernando Gómez

En todo caso, cuando me situaba a la salida del viejo puente (bueno, un año más joven que yo, ¡data del 65 según se ve labrado en su piedra!) que hay tras la primera curva, el ‘foco’ estaba puesto en la pelea final entre Villa y Sordo. Tenía claro que ambos iban a salir ‘con el cuchillo entre los dientes’, dispuestos a dar el máximo para ‘desempatar’ y sin importarle lo más mínimo a Javi que la suma de tiempos del día anterior le diese un margen de casi tres segundos que, prácticamente, le aseguraba la victoria a efectos de la general oficial de la prueba, esa que este año se usa para la entrega de premios y el palmarés pero que no tiene validez a efectos de puntuación. El primer en partir era Sordo, y su oscuro Silver, que bramaba como una fiera cuando el piloto daba los típicos acelerones previos a la arrancada, pasaba como una exhalación ante nosotros, ‘limando’ casi las piedras del puente para tomar la mejor trazada camino de la derecha en ángulo que da inicio a la vertiginosa sucesión de leves curvas rápidas que conforman el primer kilómetro de la prueba. Justo un minuto después era el turno del azul BRC de Villa, que partía con igual furia desatada, y desaparecía tras la ladera de la siguiente izquierda con la misma rapidez y, si cabe, aun algo más de precisión que su rival, al menos en lo que se refería a 'acariciar' la línea blanca del vértice del viraje. A ambos les restaban algo menos de 5750 metros cubiertos a ese ritmo en el que cualquier error se paga caro.

En apenas de dos minutos la magia de la tecnología nos permitía tener ya en el teléfono el crono de Dani…un increíble 3:04.971 que me arrancaba una sonora exclamación. La barrera del 3.05 había caído ante el empuje del piloto del mundial de rallyes, que había ido limando décima a décima en cada subida y que situaba el listón muy alto para su rival procedente de los circuitos. Un listón que, como si se tratase de ese Loeb que tantas veces ha acabado dejando a Sordo con la miel en los labios, superaba Villa con un registro aun más alucinante, un 3:04.628 que acababa resolviendo a su favor la carrera final por apenas tres décimas y que suponía un colofón extraordinario a una pelea para recordar. Qué, después, ambos lo comentasen con tanta naturalidad, bromeando y sonrientes, cuando se encontraban de vuelta al parque cerrado, los engrandece todavía más. Porque los dos querían ganar, de eso no hay duda, sus fantásticos cronos están ahí para demostrarlo, pero, por encima de todo, los dos habían disfrutado, y esa es, tal vez, una de las claves que los hace diferentes: esto de ir rápido en coche es su trabajo, sin duda, pero también es, por encima de todo, su pasión, una pasión a la que se entregan en cuerpo y alma, sea al volante de un WRC, de un monoplaza o de estos CM que nunca imaginamos poder ver alcanzando las cotas que Javi y Dani les han hecho coronar este mágico fin de semana que ambos han protagonizado en Liébana.

Pero si pensábamos que con el fantástico desenlace del duelo por la victoria en la categoría II se habían acabado las emociones estábamos muy equivocados. Apenas un minuto después de que el último carrozado tomase la salida, el Audi de Aznar, las negras nubes que llevaban rato amenazando acababan por decidirse a soltar su carga, pillando a los cuatro aspirantes al podio de la categoría I a medio camino de la cima y calzados con slicks. En ese situación el que mejor partido sacaba era Borreguero, que repetía su 3.25 de la víspera, un registro que, con agua en la parte final del recorrido, se convertía en totalmente inalcanzable para el ganador de las dos mangas anteriores, Cabo, que paraba el crono en 3.27 y salvaba al menos la segunda plaza, con apenas medio segundo de margen respecto a Fombona, mientras que Aznar, él último en partir y, por tanto, al que le tocaba hacer más metros con el piso mojándose, no podía bajar del 3:30 y caía hasta la cuarta posición. Se completaba así un fin de semana complicado para el almeriense que el nos resumía con esa frase de “si algo podía salir mal ha salido mal” en la que entraban todos los infortunios que le hacían marcharse de Liébana tercero en la general tras haber llegado como líder del campeonato. Un liderato que ahora pasa a manos de Cabo y que el cántabro no tiene claro si merecerá la pena intentar defender en ese costosísimo doble desplazamiento a Canarias que pondrá fin a la temporada en el mes de noviembre. Un cierre al campeonato al que, a día de hoy, nadie tiene muy claro si acudirá, lo que deja la resolución de las dos categorías del nacional pendiente sobre todo de los presupuestos que unos y otros tengan o puedan reunir en estos menos de dos meses que faltan. Una lástima porque tras las emociones vividas en Liébana, el Campeonato de España de montaña 2012 merecería un final mejor del que, nos tememos, acabará teniendo en esta complicada campaña.