| Año IV | 2005
 Campeonato del Mundo de Fórmula 1 2005 | GP de USA| 9ª prueba | 19 de Junio


El viernes en Indianápolis, cuando reventó la rueda del Toyota de Ralph Schumacher mandando por segundo año consecutivo al aleman derecho al muro de la famosa "curva 1 ", no sólo estalló un neumático, estalló una guerra entre las diferentes partes en litigio en la fórmula 1 que llevaba tiempo esperando por la menor excusa para empezar.
Y es que, independientemente de todo el lío de las gomas Michelin "que no resisten", de la negativa de Ferrari y Bridgestone a facilitar las cosas a sus rivales (por cierto, ¿a quien le puede extrañar?) y de la tozudez de unos y otros que llevó al lamentable espectáculo de ver entrar en boxes a 14 coches nada más terminar la vuelta de formación y darse la salida con sólo seis en parrilla, lo que hay detrás de todo esto es una "guerra civil" entre los fabricantes por un lado y la Federación Internacional y Bernie Ecclestone por otro, en la que se está jugando mucho pero que mucho dinero y a muy corto plazo.

Schumacher comenta su confianza en las Bridgestone al locutor de la RTL
(foto Bridgestone)

La lamentable pantomima de la vuelta de formación con todos en pista
(foto BMW press)

Schumacher ganó por fin este año aunque no como todos esperábamos
(foto Bridgestone)


Los Michelin no aguantan

Desde luego que la chispa la encendió el golpe de Ralph que, a este paso, va a tener que pedir cama fija en el famoso "Methodist Hospital" de Indiana, pero el problema de los neumáticos Michelin al límite de la resistencia ya viene de hace unas carreras. Recordad sólo como acabaron las gomas traseras del R25 de Alonso en Mónaco o el destrozo del McLaren de Raikkonen en Nurburgring. La marca francesa ha superado claramente este año a Bridgestone en prestaciones de sus neumáticos pero lo ha hecho a costa de arriesgar en los compuestos y la construcción de las carcasas, algo lógico ya que el riesgo es inherente a la competición automovilística pero que, como todo riesgo, puede salir mal alguna vez. ¡Y en Indianápolis no les ha podido salir peor!

De todos era conocida, y de sobra, lo exigente que es con las gomas la curva peraltada de entrada a meta, especialmente con la trasera izquierda, pero parece ser que mientras los técnicos de Bridgestone "hicieron sus deberes" y dieron con un neumático capaz de aguantar el paso por tan conflictivo viraje durante toda una carrera, en Michelin se equivocaron por completo y cuando se dieron cuenta ya era tarde.

A partir de ahí todo fue más política que deporte. Por que, vamos a ver, ¿que solución era esa de poner una chicane, salir todos a correr pero que sólo puntuen "los de Bridgestone"? No es por nada pero algo así me suena a tomar al público por tonto, me suena a "vamos a salir, hacer como que corremos pero no corremos mucho y que se vayan para casa contentos". Que, además, Ferrari y Bridgestone no aceptasen pues me parece más que normal. Al fin y al cabo ellos hicieron un buen trabajo donde los otros fallaron y es lógico que quisiesen sacar partido, especialmente cuando este año, precisamente el conservadurismo de Bridgestone en la construcción y compuestos de sus gomas se ha esgrimido como la mayor causa de sus derrotas. Así que si ahora eran "los otros" los que lo habían hecho mal ¡pues allá ellos!

Barrichello segundo tras Schummy, que le volvió a dejar claro quien es el jefe
(foto Bridgestone)

Día de gloria para Monteiro consiguiendo un tercer puesto imposible para Jordan
(foto Jordan

El Minardi de Albers pasando por la famosa curva 1, origen de todo el lío
(foto Minardi.it)

La carrera: Lamentable espectáculo

Así que, al final, se adoptó la decisión de dejar las cosas como estaban y el que no pudiese cumplir pues que apechugase con las consecuencias. Y los de Michelin pues optaron por la mascarada que supuso sacar todos los coches a parrilla, dar la vuelta de formación ...¡y meterse todos a boxes! Un espectáculo realmente bochornoso que indignó, lógicamente, a los aficionados de todo el mundo y dejó la carrera en una ridícula pantomima con sólo seis coches en parrilla, los seis calzados por Bridgestone pertenecientes a Ferrari, Jordan y Minardi.

Hablar de la carrera no tiene mayor sentido porque realmente carrera no hubo. Bueno, a decir verdad Schumacher se las tuvo tiesas con Barrichello a la salida de un repostaje pero resolvió a su estilo, dejándole claro al brasileño quien es el que manda en Ferrari. Así que al final primera victoria del año para Schummy y Ferrari, con doblete incluido ...¡y podio para Tiago Monteiro y Jordan! Por una vez los "pobres" tuvieron recompensa y tanto Jordan como Minardi recogieron unos puntos imposibles de obtener en otras circunstancias y el piloto portugués se llevó el premio gordo de subir al podio de un gran premio de F1. Si, ya se que este podio no puede tener el valor de uno conseguido en una carrera "normal" pero ¡que le quiten a Tiago la alegria y la foto para enseñar a sus nietos!

¿Y ahora que?
Esa es la gran pregunta. Porque, de entrada, el daño más grande ya está hecho. Si la fórmula 1 no acababa de despegar en los Estados Unidos ahora pude darse ya por muerta en un país donde el aficionado al motor tiene carreras y espectáculo donde elegir de sobra, desde la Nascar a la CART o la IRL, y para el que la fórmula 1, con su excesiva tecnologia, sus complicadas reglas, sus pocos adelantamientos y su ningún piloto americano, resulta un completo aburrimiento. Y tal vez sea esta la primera clave de este "golpe de estado" de los fabricantes contra la FIA, porque, a mimodesto entender, esto y no otra cosa fue lo que vimos en "Indy". De hacer algo que realmente hiciese daño a Bernie Ecclestone, no había mejor sitio que el GP de USA, una apuesta personal del "amo" de la fórmula 1. Y es que, en el aire sobrevuela desde hace meses el posible campeonato paralelo de la GPWC, la asociación de marcas con presencia en F1. Los de BMW, Mercedes, Renault, Toyota y Honda quieren bastante más pedazo de la tarta de lo que Bernie, con el beneplácito de Mosley, les da hasta ahora. Y con Ferrari claramente del lado de la FIA tras ser el único que firmó los últimos acuerdos con la Federación, la ocasión de dar todo un golpe de efecto era demasiado grande. Que además había peligro en rodar con las gomas Michelin llevadas a Indianápolis, pues seguro, pero que además había bastante más cosas detrás de lo que nos han contado unos y otros ¡pues yo diría que también!