| Año IV | 2005
 Campeonato del Mundo de Fórmula 1 2005 | GP de Mónaco| 6ª prueba | 22 de Mayo


Ganar en Mónaco es, para cualquier piloto de Fórmula 1, algo más que ganar un gran premio. La historia se confunde a veces con la leyenda cuando se habla de la cita monegasca del mundial, un circuito en el que se han escrito algunas de las páginas más memorables del mundial y que, pese a su indudable anacronismo, es pieza indispensable en el calendario cada año. Aunque la supervivencia del gran premio de Mónaco se deba tal vez más a cuestiones meramente comerciales que sentimentales, el caso es que para los aficionados de todo el mundo sigue siendo algo más que una carrera ... una cita esperada cada año que corona a su ganador como uno de los grandes.

Este año, las calles del Principado han sido escenario de la primera victoria de uno de los pilotos de esa joven generación que está dispuesta a hacerse con el trono de Michael Schumacher cuanto antes. Porque, además de Fernando Alonso, la "nueva ola" cuenta con otros pilotos de indudable clase y, probáblemente, el más destacado de todos ellos, rivalizando desde el principio con el asturiano por ser el primero que desbanque al alemán es, precisamente, el ganador en Mónaco este año, Kimmi Raikkonen.

Raikkonen resite el ataque de Alonso, llega primero a Saint Devote...
(foto Daimler Chrysler)

...y nadie le puede rebasar hasta la meta por segunda carrera consecutiva
(foto Daimler Chrysler)

Alonso por delante de Fisichella, al final las cosas se complicarían para los Renault
(foto Renault F1 press)


Raikkonen y McLaren de principio a fin

En la fórmula 1, como en casi todo en la vida, hay ciclos, unos más largos y otros no tanto. El del total dominio de Renault que vivimos en las primeras carreras del año parecía que podía durar más pero en el último mes McLaren ha sido capaz, no sólo de ponerse a la altura de los coches franco-británicos, sino de superarlos. Ya son cuatro grandes premios en los que el monoplaza más rápido en pista es una de las "flechas plateadas", cuya evolución desde principio de temporada ha sido espectacular.
Superado desde Imola el principal problema que tenían los McLaren en las primeras carreras, su incapacidad para sacar partido de los neumáticos a una sola vuelta, lo que les condenaba a posiciones retrasadas de parrilla, ahora ya pueden sacar partido de su mayor virtud, la bondad de su chasis y suspensiones que le hacen ser el monoplaza que menos desgasta las gomas a lo largo de todo un gran premio. y eso, con el reglamento actual que no permite cambiosd e nuemáticos es, simplemente, fundamental.
En Mónaco, circuito cuyas características son diametralmente opuestas a Montmeló, el dominio ejercido por Raikkonen y su McLaren-Mercedes desde los entrenamientos ha sido de similar magnitud, algo que debería empezar a preocupar a sus rivales. Ni siquiera el fallo a la hora de llamar a boxes a tiempo al finlandés cuando entraba en pista el safety car en los primeros compases de la prueba, les hizo perder una carrera que ya casi había ganado Kimmi en la salida al conseguir mantener a sus espaldas a un determinado Fernando Alonso llegando a la primera frenada en Saint Devote. Es más, el ritmo marcado por el finalndés en los subsiguientes giros, forzando su andadura para conseguir la ventaja suficiente de cara al repostaje, demostró bien a las claras el enorme potencial que atesora todo el conjunto. Van ya dos victorias seguidas de Raikkonen y McLaren y no se porque me temo que vamos a ver unas cuantas más

Alonso y Renault sufren y resisten

Mónaco no acaba de ser lugar propicio para el piloto asturiano. El año pasado su controvertido incidente del túnel le dejó fuera cuando perseguía a su entonces compañero Trulli, privándole de un más que seguro podio y una, todavía, posible victoria. Este año, el triunfo estaba difícil ya desde las tandas de calificación pero Fernando no es de los que se resignan y se conforman con un segundo puesto. Ya desde la salida intento lo imposible, y tras no conseguir pasar a Raikkonen dio el máximo para seguir lo más de cerca posible al finlandés esperando una segunda oportunidad. Esta pareció llegar con el accidente de Albers que obligó a neutralizar la carrera. En Renault anduvieron listos y Fernando fue de los primeros en entrar a repostar.
Pero lo que parecía una jugada maestra se acabó convirtiendo en la causa de todos los males que Alonso y su R25 padecieron de ahí al final de la prueba. La gran carga de combustible necesaria para completar la carrera sin más paradas, unida a una no muy acertada elección del compuesto de goma a usar en Mónaco, hizo que los Michelin, tan eficientes hasta ahora, fuesen el talón de aquilés del Renault. Con las gomas traseras totalmente degradadas, Fernando bastante hizo con resistir hasta donde pudo en la segunda plaza, mientras contaba las vueltas que quedaban para acabar y veía como cada vez más rivales se acercaban. Al final ser superado por los Williams de Heidfeld y Webber fue un mal menor y los cinco puntos conseguidos gracias a la cuarta plaza, conservada in extremis, tienen un incalculable valor en un campeonato donde la regularidad es fundamental para luchar por el título.
En Renault han ido perdiendo, poco a poco, la superioridad técnica de que gozaron en las primeras carreras por lo que se avecinan tiempos difíciles en los que la clase de Alonso tendrá, nuevamente, que suplir algunas de las carencias que su montura pueda tener frente a los nuevos monoplazas de referencia, los McLaren.

Por fin un buen resultado para los Williams, Webber rueda delante de Heidfeld...
(foto BMW press)

...aunque al final el orden sería el inverso pero con los dos felices en el podio
(foto BMW press)

Otro fin de semana difícil para Schumacher que demostró su caracter hasta el último metro
(foto Bridgestone)

Los Williams por fin arriba

Tras un inicio de temporada en el que ni Webber ni Heidfeld acaban de concretar las expectativas que algunos habíamos puesto en ellos, Monaco fue, por fin, el lugar donde los dos pilotos de Williams BMW consiguieron un resultado de esos que pueden hacer cambiar el rumbo de un equipo. Y es que subirse los dos al podio en el Principado, consiguiendo de paso sus mejores puestos en un gran premio desde que pilotan un F1 puede ser el revulsivo que los dos pilotos y su equipo necesitaban para volver a donde deben estar, cerca de las primeras posiciones. De todas formas, todos sabemos lo atípico que es Mónaco, por lo que habrá que ver si la renovada competitividad de los Williams tiene continuidad o es sólo flor de un día. De momento, al menos, la felicidad que el australiano y el alemásn mostraron en el podio principesco es algo que no se les va a olvidar facilmente.

Schumacher y Ferrari no se rinden

Muchas veces, a lo largo de su carrera deportiva, la buena estrella, eso que se llama "la suerte del campeón" ha acompañado a Michael Schumacher. Pero la diosa fortuna es caprichosa, o eso dicen, y justo ahora, cuando tal vez más necesitaría de sus favores, el alemán parece que la tiene enfadada. En Mónaco, tras sufrir en entrenos la ya esperada poca competitividad de los Bridgestone a una sola vuelta, "Schummy" se veía condenado a seguir el ritmo del RedBull de Coulthard en las primeras vueltas, mientras esperaba que el repostaje le sirviese para tener pista libre y poder encadenar una de esas series de vueltas rápidas, "marca de la casa" que le llevase hasta las primeras plazas. Pero el trompo de Albers, con consiguiente "melée" a sus espaldas, le pilló de pleno y en el se dejó el morro de su Ferrari y cualquier opción de un puesto de privilegio en Mónaco.
Cualquiera hubiese, probáblemente, pensado que todo estaba ya perdido pero si algo hay que admirar del siete veces campeón del mundo es su increible espíritu competitivo. Con, como mucho, uno o dos puntos como premio al final del día, Schumacher se lanzó a la carga y acabó por marcar la vuelta rápida (¿quien dijo que el Ferrari no anda?) y por protagonizar una última vuelta realmente increible. Primero, pasando casi por encima de un siempre "blandito" Barrichello que todavía "cree en los Reyes Magos" a estas alturas de la película y acababa la carrera enfadado y alegando no se que "pacto de caballeros entre compañeros de equipo". Y después, estando a punto de llevarse por delante a su hermano Ralf, en un desesperado intento por rebasarle con la bandera de cuadros ya a la vista que no hizo sino enfríar aun más una relación que, últimamente tiene poco de fraternal.
Pero, pese a lo que digan unos y otros yo, en este caso, estoy del lado de Michael. En la pista no hay, aunque suene despiadado, ni amigos, ni compañeros de equipo ni hermanos, y hay que dar el máximo hasta el último metro. Esta actitud de "no surrender" por parte del alemán no ahce sino dar aun más valor a los éxitos de sus rivales así que, aunque sólo sea por eso, no podemos menos que agradecerle su extraordinario espíritu de lucha. Y ¡ojo!, Schumacher y Ferrari seguramente no serán campeones este año pero van a ganar más de una carrera de aquí a final de año y pueden convertirse en auténticos jueces del desarrollo del campeonato.

¡Y el domingo que viene Nurburgring!

El calendario más largo de la historia del mundial de fórmula 1 no admite casi descansos. En cuatro días todo el "circo" desembarca en otro lugar de leyenda, las montañas de Eiffel y el circuito de Nurburgring ... aunque por desgracia, la pista en la que se disputa la prueba no es el legendario "Nordschleife", con sus más de 22 kilómetros de curvas casi imposibles de memorizar, sino el "circuito nuevo", con nada de la personalidad y el desafio que el viejo trazado proponía cada año. Ya se sabe, es el progreso y no queda más remedio que admitirlo, dejar la nostalgia a un lado y prepararse para disfrutar con lo que el nuevo duelo McLaren-Renault, o más bien Raikkonen-Alonso nos pueda deparar. ¡Eso sin olvidar a Schumacher y Ferrari claro!