| Año IV | 2005
 Campeonato del Mundo de Fórmula 1 2005 | GP de Europa| 7ª prueba | 29 de Mayo


El día que Francia decía "non" a Europa en su referendum sobre la constitución comunitaria, una marca francesa triunfaba en gran premio que lleva el nombre del viejo continente y que, desde hace unos años, se ha establecido en las alemanas montañas de Eiffel, sede del
legendario Nurburgring. Pero la victoria de Renault se debe, esta vez, no sólo a la magnífica ingeniería francesa (¡y británica!) utilizada para diseñar y fabricar los R25 sino, sobre todo, a la fe y el empeño de un piloto español (¡y asturiano!) que creyó en una victoria en la que, me imagino, nadie más creía cuando tras sólo diez vueltas el McLaren de Raikkonen estaba destacado en cabeza y el monoplaza azul y amarillo era quinto, a casi medio minuto e incapaz de superar al Red Bull de David Coulthard.

Lo fácil, y hasta comprensible, hubiese sido conformarse con sumar el mayor número de puntos posibles y acabar, como mucho, segundo que era lo máximo que cualquiera que no fuese Kimi se podría llevar de la pista alemana. Pero una cualidad que todo campeón ha de tener es la ambición y Fernando tiene ambición, ¡y mucha! Así que, tras liberarse de Coulthard luego del primer repostaje, el asturiano no cejó en su empeño de rodar lo más rápido posible vuelta tras vuelta, y al final eso fue lo que le situó en posición de llevarse el máximo premio del día.

Webber a punto de embestir a Montoya y organizar todo el lio de la primera curva
(foto Daimler Chrysler)

Raikkonen, ajeno a lo que pasa detrás se escapa pero esta vez le sobrará una vuelta
(foto Daimler Chrysler)

Alonso creyó siempre en sus posibilidades y eso fue lo que le dio al final el triunfo
(foto Renault F1 press)


Melée en la salida, Raikkonen se escapa

La configuración de las primeras curvas del nuevo Nurburgring es tal que pensar en salir indemne de las mismas, tras la arrancada, es casi lo primero en lo que piensan los pilotos al tomar la salida. El cerradísimo primer ángulo, unido a la anchura de la pista y la escapatoria de asfalto, hace que haya sitio para intentar ganar posiciones, pero también que sea fácil que se produzcan toques y salidas de pista.
Si en la GP2, el sábado, Borja García había desencadenado el caos al llegar pasadísimo a esa frenada, los "mayores" de la Fórmula 1 tampoco estuvieron libres de cometer errores en el mismo punto.

Mark Webber fue quien desencadenó el lio, intentando suplir con una frenada tardía los metros perdidos luego de otra mala salida de los Williams, que ni descargados de gasolina consiguen abandonar la parrilla con la debida prontitud. Así, Heidfeld no había podido aprovechar su primera pole para llegar líder al ángulo de final de recta y el australiano, que se había visto superado por el McLaren de Montoya en los primeros metros, intento devolverle la moneda ¡y se lo llevó por delante! Justo tras ellos, Alonso se vio entre dos fuegos, frenando para evitar acompañarles hacia el exterior de la curva y siendo golpeado en la parte trasera por el Toyota de Ralph Schumacher que topó con su alerón delantero contra la caja de cambios del R25 y casi acaba con la carrera de ambos nada más empezar.
Los dos Ferrari de Barrichello y Schumacher se veían también implicados, debiendo ambos optar por maniobras evasivas que les hacían perder tiempo y, lo que es peor, posiciones.

Por delante Raikkonen ponía tierra de por medio, sólo seguido de cerca por un Heidfeld que ni con menos combustible (iba a tres paradas) podía estar por delante del McLaren. Trulli era un distante tercero y Coulthard, sacando provecho a la perfección del caos inicial, se situaba cuarto y no daba opción a Alonso para superarle y poder rodar todo lo rápido que su R25 le podía permitir. Todo parecía indicar que la superioridad técnica mostrada por los McLaren-Mercedes en las últimas carreras iba a permitir a Kimi una nueva y relatívamente cómoda victoria pero...

Raikkonen se equivoca ...

Con una diferencia como la que llevaba el finlandés sólo problemas mecánicos o errores propios podían hacerle perder la carrera. Y si lo primero no ocurría lo segundo pasaba ¡y más de una vez! Doblando a Villeneuve, "Iceman" llegaba colado a la frenada y una vistosa humareda blanca salía de sus neumáticos delanteros. Primer aviso que no parecía inquietar al finlandes, que seguía al ataque ... y se pasaba de frenada otro par de veces además de cortar por la chicane de forma más que agresiva en otras ocasiones.
Tanto exceso lo acababa pagando, sobre todo, la rueda delantera derecha de su McLaren que empezaba a vibrar ostensiblemente, haciendo cada vez más difícil a su piloto rodar en los cronos de la primera mitad de carrera.

Otro magnífico resultado para David Coulthard y Red Bull
(foto RedBull press)

Heidfeld por delante de Barrichello en la lucha por la tercera plaza...
(foto BMW press)

...que tras el abandono de Kimi los llevaría al podio en compañía de Alonso
(foto BMW press)

...y Alonso no se rinde

Advertido por su equipo de los problemas del líder, Fernando, que ya se había desembarazado de Coulthard, Trulli y Heidfled tras los correspondientes repostajes, se lanza a por la presa. Pese a que también comete un error, llegando "largo" a la parabólica de la parte baja del circuito, el asturiano consigue volver a la pista sin quedarse atrapado en la escapatoria y comienza a presionar más y más.

De pronto, la diferencia con el McLaren de cabeza se diluye como nieve al sol. A un ritmo de uno y dos segundos por vuelta, los más de veinte que atesoraba Kimi ya no parecen un muro insalvable cuando quedan algo más de diez vueltas. En McLaren dudan ¿resistir o aceptar la derrota y cambiar la rueda dañada? La elección es seguir hasta final ¿decisión valiente o temeraria? A la vista del resultado sería lo segundo aunque bien es verdad que, con la ventaja que lleva Alonso en el campeonato, en McLaren saben que hay que atacar y correr riesgos.

Con cinco vueltas por delante, Fernando está ya a poco más de 8 segundos de Kimi y las vibraciones en la rueda delantera del McLaren son ya más que alarmantes. A dos vueltas del final apenas unos metros separan los dos coches, el cazador lanzado y la presa herida se aprestan a iniciar la última vuelta. ¿Llegará Alonso a alcanzar a Raikkonen? parece seguro que si pero ¿tendrá tiempo y, sobre todo, espacio, para rebasarlo?, puede ser ... el caso es que nunca lo sabremos. Justo al llegar a la primera frenada del último giro, la castigada suspensión delantera del McLaren no puede resistir más y salta hecha pedazos. Raikkonen es, de repente, un simple pasajero dentro del descontrolado McLaren que se dirige hacia el exterior del circuito y a punto esta de llevarse por delante al BAR de Button que se libra del golpe por centímetros.
Alonso ve de lejos que algo pasa, pregunta via radio y recibe la respuesta, el McLaren no aguantó y la victoria, la cuarta de la temporada, va a ser suya. Los cuatro dedos al aire cruzando la meta y, sobre todo, su enorme alegría al bajarse del coche, dejan entrever bien a las claras lo importante del triunfo. Porque si en las dos primeras victorias del año el R25 era el coche más rápido en pista, y en la tercera, en Imola, cruzar la meta el primero fue, en los primeros segundos, casi más un alivio que una alegria ante la inmensa presión de Schumacher, esta vez el triunfo, por inesperado, era sin duda más satisfactorio. Un triunfo de la fe sobre la razón que sitúa a Alonso con una ventaja que ni Schumacher disfrutó nunca en ninguno de sus siete títulos mundiales a estas alturas de la temporada. La diferencia es que, entonces, el alemán disponía, y de lejos, del mejor conjunto coche-neumáticos mientras que ahora mismo, Renault parece ligeramente por detrás de McLaren y todavía queda mucha temporada por delante.

Raikkonen tiene ahora una cuenta pendiente que querrá saldar pronto y ya estamos deseando ver un duelo directo Kimi-Fernando, el duelo de la "nueva generación" que camina decicida hacia el trono de un Schumacher que, en casa, sólo pudo ser quinto, superado incluso por su compañero de equipo, Rubens Barrichello, tercero al final. En Ferrari siguen creyendo en sus posibilidades pero parece que, definitivamente, este no va a ser su año. ¡Este es el año de los chicos de la Playstation!