El Peugeot 206 WRC de Marcus Gronholm con los colores de Marlboro que ha lucido en el 2003 (infografía GJD)

Con el debut del nuevo 307WRC en el próximo rallye de Montecarlo se cierra el ciclo del Peugeot 206 en el mundial de rallyes, al menos en lo que respecta al equipo oficial de la marca del león ya que varios pilotos privados seguirán compitiendo todavía a nivel mundial con el plurivictorioso vehículo francés.

Nacido durante el año 99, el 206WRC supuso el retorno de Peugeot a los rallyes y lo hizo en la mejor tradición de su legendario predecesor, el 205 T16. El nuevo 206 supuso todo un salto adelante en la tecnología de los WRC, pudiéndose decir que, desde su lanzamiento, dejó ya anticuados a todos sus rivales. Peugeot partió de un concepto radicalmente distinto al que estaban usando en aquel entonces todos los demás fabricantes, al optar por un modelo de dos puertas mucho más compacto que se mostró, desde el primer momento, tremendamente competitivo. Las innovaciones aportadas por el 206 no se quedaron en el mero aspecto exterior, con su espectacular alerón trasero que ha sido adoptado posteriormente por casi todos sus rivales. La disposición mecánica resultaba también tremendamente innovadora con un conjunto motor transversal-cambio longitudinal obligado por la corta distancia entre ejes y que, aunque fue inicialmente fuente de numerosos problemas de transmisión, se ha mostrado muy eficaz y con grandes ventajas a nivel de manejabilidad dada la muy favorable distribución de pesos conseguida. Además, los diferenciales controlados electrónicamente han sido otra de las bazas ganadoras de Peugeot permitiendo casi infinitos reglajes y resultando increiblemente efectivos en cualquier superficie.